La reafirmación del papel de la Educación como derecho humano fundamental y bien público marca hoy la celebración del Día Internacional de esa esfera en países que, como Cuba, muestran logros reconocidos a nivel mundial.
 
La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 24 de enero Día Internacional de la Educación para resaltar su rol en la paz y el desarrollo y abogar por un aprendizaje de calidad, inclusivo y equitativo para todos.
 
La fecha es celebrada en Cuba, país declarado por el líder de la Revolución, Fidel Castro, como Territorio Libre de Analfabetismo en 1961 y que desde entonces ha consolidado avances en el sector, a pesar de las restricciones económicas.
 
La nación caribeña es la única de América Latina y el Caribe que cumplió los objetivos globales de la Educación para Todos en el período 2000-2015, según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
 
Asimismo, el método cubano de alfabetización Yo Sí Puedo permitió instruir a más de 10 millones de personas de 32 países.
 
La ministra cubana de Educación, Ena Elsa Velázquez, resaltó en el Foro Mundial de Educación desarrollado en Londres hace tres días que todavía hay más de 700 millones de personas que no saben leer ni escribir por falta de voluntad política de los Gobiernos.
 
Sin embargo, el Estado cubano dedica el 24 por ciento de su presupuesto de este año a la educación, pese al cerco económico estadounidense.
 
El sistema educativo en el país caribeño pasa actualmente por una transformación de los estilos y métodos de trabajo en todas las instituciones académicas y la implementación de nuevos planes de estudio.
 
Al respecto, la propia ministra dijo en el espacio radiotelevisivo nacional Mesa Redonda que el objetivo es organizar mejor los centros docentes, lograr el vínculo con las familias de los estudiantes y que las escuelas sean el espacio más importante de cualquier comunidad.
 
Respecto a la Educación Superior, el titular del sector, José Ramón Saborido, comentó que existen 50 centros universitarios integrados en toda la nación, lo cual impulsa la formación de los 241 mil estudiantes que cursan las 113 carreras de esa enseñanza.
 
Mientras Cuba reconoce la Educación como un derecho humano y garantiza el acceso gratuito a la misma, unos 262 millones de niños y jóvenes siguen sin estar escolarizados en el mundo, según datos de la Unesco. En su mensaje por el Día Internacional de la Educación, la directora general de esa organización de las Naciones Unidas, Audrey Azoulay, llamó a la acción para que el derecho al aprendizaje sea una realidad para todos.
 
Precisamente, durante su visita a Cuba en diciembre pasado, Azoulay resaltó el compromiso de la isla caribeña con el multilateralismo y su respaldo al trabajo de la Unesco.
 
Como ninguna otra agencia del sistema de Naciones Unidas, los propósitos de la Unesco coinciden con los de la Revolución cubana: educación de su pueblo, acceso libre y gratuito a la creación y a las prácticas culturales, al desarrollo científico técnico y a las nuevas tecnologías de información y las comunicaciones.