Fidel: continuador del amor que proclamara Martí
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Desde el Centro de Estudios Martianos, investigadores y estudiosos de la vida y la obra del Apóstol ratifican que la fuente ideológica más significativa en la formación y desarrollo del pensamiento de Fidel es el ideario del Maestro
Fidel nunca dejó de lado las enseñanzas martianas. Más allá de todos sus aportes al pensamiento revolucionario, su comprensión de la política y dedicación a su pueblo y a las causas populares, «Fidel quedará para la historia como un líder moral, continuador de esa gran fuerza que proclamara Martí que es el amor, el amor a los seres humanos y a su vida digna», afirmó este lunes en La Habana el doctor en Ciencias Históricas Pedro Pablo Rodríguez, director general de la edición crítica de las Obras completas de José Martí en el Centro de Estudios Martianos.
Al hacer uso de la palabra durante el homenaje que, en el Centro de Estudios Martianos, se le realizó al Comandante en Jefe a tres años de su desaparición física, el también investigador titular aseguró que la fuente ideológica más significativa en la formación y desarrollo del pensamiento de Fidel Castro es el ideario del Apóstol.
Fidel, al igual que su generación, «vivió su infancia y juventud en una sociedad que hizo de Martí paradigma de la nación, y que durante los años del frustrado proceso revolucionario del 30 sometió a crítica el sistema neocolonial desde los enjuiciamientos del Maestro.
«La escuela y la Universidad habanera, a su vez, dieron coherencia y sistematicidad al Comandante en Jefe en la lectura y asimilación de la prédica del Maestro. El líder estudiantil y el joven abogado que se introdujo en las lides políticas demostró disponer de un sólido conocimiento de la historia patriótica cubana y de un extenso manejo de la obra martiana».
Recordó el doctor en Ciencias que los grupos de revolucionarios reunidos por Fidel para afrontar con las armas a la tiranía batistiana compartían semejante culto patriótico e interés por las ideas del Apóstol, al punto de que ellos mismos se denominaron La Generación del Centenario ante aquel aniversario de su natalicio.
Del mismo modo, ofreció detalles sobre las enseñanzas quizás más importantes de Martí: «su sentido de la moral, de la dignidad humana, del camino de servicio que se ha de emprender en la vida frente a los apetitos materiales, de poder y las vanidades de la gloria».
Exhortó Pedro Pablo Rodríguez a continuar la obra de Fidel, con el Apóstol como guía, y expresó que ese papel de guía eterno, de ejemplo de conducta y de alineamiento con los pobres de la tierra, frente a toda acción de injusticia, de preocupación por el decoro y la dignidad son probablemente los elementos esenciales asumidos de Martí por Fidel, quien se ha encargado de trasmitir esos valores una y otra vez.