Fidel y el Grupo Teatro Escambray
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El Grupo Teatro Escambray tuvo el privilegio de contar con un espectador excepcional: Fidel Castro, en aquellos días fundacionales en los que surgió una inusitada manera de hacer teatro, donde el público aportaba a la creación artística.
El primer encuentro de Fidel con el grupo ocurrió una noche de 1969, en la Laguna del Taje, en Trinidad. Allí solicitó que expusieran todas las obras del repertorio y al final confesó que le habían agradado mucho.
En un testimonio sobre aquel memorable encuentro, Elio Martín, actor y fundador del grupo, recordó: «Estuvimos hablando muchísimo con él y nos sorprendió el sol. Le había gustado mucho y, a partir de ahí, nos ayudó con indispensables recursos materiales.
En 1971, durante una visita al Escambray, vio la obra La vitrina, que recrea la historia de un matrimonio de viejos campesinos, la cual le agradó a tal punto que, en febrero de ese año, la volvió a presenciar durante la inauguración del poblado de La Yaya.
El último encuentro de Fidel con el grupo ocurrió, cuenta Elio Martín, en La Habana durante el 4to. Congreso de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, en el cual, a petición suya, presentaron La vitrina, siendo esa la tercera vez que la veía. En la clausura del cónclave reconoció la trascendencia del trabajo que había realizado el grupo en la montaña para crear conciencia colectiva, apoyados en el teatro.
El Escambray por dentro
El Grupo Teatro Escambray siempre se caracterizó por las obras que abordaban temas relacionados con problemáticas específicas de aquella serranía o que se reflejaban de modo particular allí. De hecho, previo a conformar la puesta, la agrupación realizaba una investigación y, posteriormente, el montaje se confrontaba con los espectadores, cuyas opiniones las tenían muy en cuenta.
Entre las piezas de los años iniciales destacan La vitrina y El paraíso recobrado, de Albio Paz, Ramona y La emboscada, de Roberto Orihuela, que trazan un panorama de la región montañosa de esa época.
Cincuenta años después, la víspera, se evocó la historia del surgimiento del Grupo Teatro Escambray, fundado el 6 de noviembre de 1968 por Gilda Hernández y su hijo Sergio Corrieri, quienes, junto a otros actores, llegaron desde La Habana para inaugurar una época que engrandeció la escena cubana.
En su campamento de La Macagua, a unos pocos kilómetros de esta ciudad, recibieron este martes el reconocimiento de Julio Lima Corzo, primer secretario del Partido en Villa Clara, y de Alpidio Alonso Grau, ministro de Cultura, quienes elogiaron la fructífera trayectoria de ese colectivo.
Más allá de los espectáculos culturales y las obras creadas, la agrupación trabaja también en el asesoramiento de casas de cultura, y ha estado vinculada con la Universidad Pedagógica y la Escuela Profesional de Arte Samuel Feijóo, además de impartir talleres, por citar solo parte de su impronta.
Como en los inicios, ahora el interés sigue siendo asumir obras que tengan en su raíz la sociedad y sus problemas y el ser humano como médula.