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El niño que fue Fidel

Foto: Portada del libro
Foto: Portada del libro

Hasta la calle de madera de la capitalina Plaza de Armas llegó en la mañana de este martes, para presentarse como El libro del mes, el título Un niño llamado Fidel Alejandro, una propuesta de la editorial Verde Olivo que firman María Luisa García Moreno y Rafaela Valerino Romero (con ilustraciones de Ángel Velazco Hernández).
 
Agosto no olvidó que en su seno vino al mundo hace 92 años uno de los más grandes hijos de Cuba, ese hombre inmenso y nuestro, al que se le debía un libro como este, que lo pinta con trazos y palabras en esa bella etapa de la niñez, advertida por los que con él la compartieron. De ahí la propuesta del texto en cuestión para llevar a cabo la ferviente iniciativa de atomizar cada mes, por medio del espacio literario, la valía de un libro.   
 
Una presentación especial tuvo el título que regodea los primeros años de un hombre que, no por excepcional, dejó de hacer las mismas travesuras en que todo niño incurre. El amor infantil que puso los ojos en la maestra Engracia, el hacer maldades a una vaca y junto con los otros disponerse a correr, las palabras descompuestas cuando no le parecía justo un castigo, o la escapada por la ventana del fondo, son algunos de los pasajes que se cuentan en estas páginas que una vez empezadas no es posible abandonar.

Foto: Páginas del libro

Las palabras se ajustaron a las décimas que, acompañadas del punto cubano, cantaron e improvisaron niños y adolescentes del Taller de Repentismo Infantil Rigoberto Riso –liderado por Yunet López Ricardo, periodista y repentista– de la Casa de la Cultura de Madruga.
 
Fidel amaba leer / sobre las batallas duras / y miraba en las lecturas / su imaginación crecer. / Era rebelde su ser / fuerte como un caguairán, / y leía con afán / de nuestros héroes lejanos / del Padre de los cubanos y la fuerza del Titán.
 
Ese era nuestro Fidel / de niño y adolescente, /retoño de luz, simiente /del pensamiento más fiel. / Los niños de hoy en él / vemos a un héroe gigante. /Para seguir adelante / hay que estudiarlo de niño / y decirle con cariño / te queremos, Comandante.
 
Tras el aplauso, y con la emoción a flor de piel, María Luisa García expresó las razones por las que escribió este libro dedicado a un hombre de talla mundial al que no tuvo nunca «cerquita», pero es de los seres que más cercanos siente.  «Fidel nos ha dejado mucho más que su legado», aseguró.
 
Por su parte, Velazco se refirió a la obra como un libro intenso, cercano al corazón y necesario para los niños de hoy, que nos acerca poderosamente a las raíces de Cuba, y que por todo lo que despierta en los lectores, habrá que volver a él más de una vez. 

Source: 

Periódico Granma

Date: 

22/08/2018