Ignacio Ramonet Miguez creció en Tánger, ciudad del norte de Marruecos, hasta donde habían ido a residir sus padres, republicanos españoles, acosados por Franco. Para ese momento, 1948, el muchacho tenía cinco años, pues había nacido el 5 de mayo de 1943 en Redondela, Galicia.
 
Estudió Ramonet en la Universidad de Burdeos y regresó a Marruecos. En 1972 se traslada a París, donde comienza su fructífera vida profesional como periodista.
Hoy Ignacio es Dr. en Semiología e Historia de la Cultura en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales, en París; catedrático de Teoría de la Comunicación en la Universidad Denis-Diderot; especialista en geopolítica y estrategia internacional y consultor de la ONU; profesor en la Sorbona de París y desde 1990 a 2008 es director del mensuario Le Monde Diplomatique y de la bimestral Maniere de voir (Manera de Ser).
 
Ramonet, quien fue uno de los promotores del Foro Social Mundial de Sao Paulo y creador de su lema: Otro mundo es posible, tiene varios Doctorados Honoris Causa, a saber: de la Universidad de Santiago de Compostela, de la Universidad Nacional de Córdoba, de la Universidad de Rosario, y de la Universidad de La Habana.
 
Pero más que por sus títulos o su postura política identificada con muchos de los postulados que defiende la Revolución en Cuba, a Ignacio los cubanos lo conocen más por sus nexos con el Líder Histórico Fidel Castro Ruz y especialmente desde hace más de una década, cuando bajo su crédito salió a la luz ese libro imprescindible: Cien horas con Fidel.
 
El domingo 13 de mayo de 2018 fue Día de las Madres en Cuba y en varios países. Ramonet y otros participantes en la última parada de la Feria del Libro fueron hasta la necrópolis Santa Ifigenia, Monumento Nacional, en Santiago de Cuba, a rendirle tributo a la Madre de la Patria, Mariana Grajales Cuello. Luego homenajearon al Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes; al Héroe Nacional José Martí, y al Líder Histórico de la Revolución, Fidel Castro Ruz.
 
En este último sitio Ignacio está evidentemente emocionado. Deposita una flor y mira en silencio hacia el monolito que atesora las cenizas del Comandante en Jefe, de su amigo Fidel; Ramonet sostiene en sus manos un ejemplar de “Cien horas...” como para perpetuar en la imagen quizás este pensamiento suyo: ‘Comandante, esta también es su obra”.
 
Cuando lo abordamos, a lo sumo había caminado 20 pasos desde que salió de al lado de la roca emblemática. Como siempre, es admirable su comprensión y amabilidad, en especial frente al colega:
 
“Es un momento siempre emocionante venir a este cementerio donde están representados valores principales de la cubanía, de la identidad cubana, y también de la Revolución. Están aquí el Padre y la Madre de la Patria; está Martí, el Apóstol; están los héroes del Moncada, están los próceres del país... la mayoría de ellos, y está Fidel.
 
“Entonces, para nosotros que no tuvimos la suerte de conocer a los próceres fundadores sí la tuvimos por haber conocido a Fidel. Y venir siempre es un momento tremendamente emocionante. Es la segunda vez que estoy aquí y claro, hoy es en una atmósfera digamos de ceremonia colectiva, mientras que en la ocasión anterior fue un momento mucho más solitario y recogido. Pero igual... sigue siendo un momento muy emocionante.”
 
Preguntado sobre la nueva edición de “Cien horas con Fidel” dijo:
 
“La cuarta edición, que como siempre es un homenaje a Fidel, recoge no solo todo el texto que ha sido revisado, limpiado de erratas y de pequeños defectos que podía tener... Esta vez está muy revisado pero también tiene textos nuevos; la última entrevista que le hice a Fidel en 2013; tiene una introducción nueva con nuevas consideraciones; tiene, además, todas las introducciones de las ediciones precedentes, y por consiguiente se presenta como un material ya definitivo.
 
“Y es un material de trabajo porque hay una cronología muy completa de la vida de Fidel; una cronología de los acontecimientos internacionales que ocurrieron a lo largo de la vida de Fidel; cómo se articulan la vida de Fidel, digamos el itinerario de la Revolución Cubana, y los acontecimientos internacionales.
 
“Y por otra parte, también hay un índice de nombres, hay una bibliografía muy completa, más completa que en las ediciones precedentes. Entonces es también un libro de trabajo. Quiero decir: es un libro para periodistas, para estudiantes, para historiadores; es un libro que evidentemente, así lo quiso el Comandante cuando lo revisó con tanta intensidad, con tanta minuciosidad... es un libro al que tendrá que recurrir cualquier historiador del futuro, que quiera tratar de reconstruir la vida y el pensamiento de Fidel Castro.”
 
DE LA FRONTERA EN GUANTÁNAMO
 
Antes de venir a la clausura de la Feria en Santiago de Cuba, Ignacio Ramonet visitó Caimanera y allí “la frontera”. De ese tema respondió:
 
“Tuve una impresión muy intensa también, porque es un lugar muy particular, obviamente; ver el territorio ocupado por Estados Unidos, ver también, digamos, el patriotismo, la generosidad, la intensidad de ese grupo de jóvenes que está allí en la Brigada de la Frontera, con sus oficiales tan cultos, tan políticos... Ha sido, además, hasta el territorio geográfico el que emociona, yo diría. Todo esto ha sido una gran enseñanza para mí, una vez más.”
 
¿NUEVOS PROYECTOS?
 
“Bueno... estoy trabajando sobre varios libros pero por el momento están demasiado crudos para que se pueda hablar sobre ellos.”
 
Luego el también catedrático retomaría el tema de “Cien horas...” y recordaría que Fidel apenas miró las preguntas del cuestionario.
 
“Me dijo ‘No quiero que me digas las preguntas porque eso me va a perturbar. Yo quiero conservar la espontaneidad. Lo que sí te ruego es que me hagas todas las preguntas que tú quieras, porque eso es lo que queremos hacer con este libro’. Y esa era mi intención también y le expresé que en el libro ‘los lectores tienen que descubrir quién es usted’.
 
“Porque en el extranjero evidentemente han habido campañas, y vimos que esas campañas no estaban muertas cuando falleció Fidel, porque resurgieron calumnias, absolutamente inaceptables, dando una visión de Fidel que no corresponde a su personalidad.
 
“Y yo decía: ‘Si alguien duda de eso, que se lea este libro’. Porque, mire, alguien puede engañar a alguien durante 10 minutos, durante una hora, durante dos horas. Pero si ustedes se leen este libro... son más o menos unas 10 horas de lectura... Son 10 horas que usted está escuchando a Fidel y nadie puede esconder su verdadera naturaleza sicológica durante 10 horas.
 
“Si Fidel fuera un personaje malvado, perverso, cruel, eso aparecería aquí; no digo en tal o cuál pregunta sino en filigrana. Y lo que aparece aquí es una personalidad de una excepcional honestidad intelectual, de una excepcional ética personal; un hombre de una consideración con respeto... porque hay preguntas que otra persona hubiera dicho: ‘usted me está faltando el respeto; cómo me puede hacer semejante pregunta’. Pero no. Fidel acepta y lo hace con humildad; y la acepta porque sabe precisamente que es la posibilidad para él de, en el tribunal que se ha constituido, expresar sus propios argumentos como lo hizo en La historia me absolverá. Esto es (el libro) otra manera para Fidel de decir La historia me absolverá; esa es otra manera para Fidel de defenderse ante el juicio de la historia, y defenderse con propuestas. No con la espalda pegada a la pared sino, al contrario, con esa capacidad suya de ser original, de ser creativo, de ser honesto. En las últimas palabras del libro él dice: ‘Mira, Ramonet, hemos trabajado bastante en este libro. Las puertas de este país están abiertas para cuando tú quieras. Nunca te diremos una mentira’.
 
“Si alguien puede demostrar que Fidel a lo largo de este libro ha dicho algo que es falso que me lo diga. Este libro salió hace 12 años, se ha publicado en el mundo entero y obviamente ha sido muy atacado. Nadie ha podido decir ‘Cuando Fidel dice esto no es verdad’. El libro ha salido en Estados Unidos; se ha vendido por decena de miles de ejemplares en Estados Unidos, en Inglaterra... Al contrario... en Estados Unidos se llama ‘Fidel Castro. Mi vida’ y lo presentan como si fuera la autobiografía de Fidel.
 
“Oiga: nadie ha podido... nadie ni un universitario ni un periodista ha podido decir Aquí Fidel dice esto y no es verdad. Se puede decir que Fidel es alguien que no quiero, que es alguien que no deseo, alguien que resulta malo, que es dictador lo que sea. Pero demostrar que hay un error táctico en lo que dice Fidel nadie lo ha demostrado.
 
“Fidel defendió este libro, personalmente. Ahora que ya él no está nos permite comprobar cuán presente está Fidel con nosotros en su espíritu, en sus palabras, en sus análisis del mundo en que estamos viviendo hoy en 2018. Y que él como visionario de la historia, como anticipador de la historia lee con mucha claridad en numerosos aspectos de “Cien horas con Fidel”.