A su paso por el archipiélago cubano el huracán Irma, durante más de 70 horas de recorrido desde Oriente a Occidente, dejó cuantiosos daños humanos y materiales.
 
Este huracán ha tenido la particularidad de no contar físicamente con Fidel Castro, que siempre estuvo al tanto de nuestras vidas y necesidades, durante más de 50 años de Revolución.
 
Pendiente cada segundo de los partes de meteorología, junto al Doctor en Ciencias José Rubiera y autoridades de la Defensa Civil cubana, en la calle, lugares vulnerables, entre evacuados y damnificados. Evidentemente por estos días todo extrañamos su presencia y es que Fidel siempre estuvo junto a su pueblo.
 
Hoy nuestro pueblo se levanta, prestos a llevar a cabo las lecciones de nuestro guía y conductor. Sus ideas, su solidaridad, su gran humanidad se alzan como bandera en este archipiélago, donde su presencia continúa viva y ahora multiplicada en millones de cubanos, que se organizan para recuperar el país en con la certeza que la unidad, laboriosidad y solidaridad constituyen una forma de organización para lograr la recuperación tras los daños de Irma.
 
El pensamiento de Fidel, para este momento, nos guía en esta difícil etapa de recuperación porque su ejemplo y su vida se han multiplicado en todos aquellos que trabajan para una vez más salir adelante en esta fase de recuperación.