Una estrella en el corazón de La Plata
Invencible como en la última etapa de la lucha guerrillera contra la ofensiva estratégica del ejército de la tiranía encontré el pasado agosto a la Comandancia de La Plata y la vivienda del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz. La misma que la Agencia Cubana de Noticias (ACN) acaba de anunciar como nominada al Premio Nacional de Conservación, correspondiente al año 2016.
Llegar hasta ella, la más protegida de las edificaciones que integran el histórico sitio no es tarea sencilla. Ubicada en el municipio granmense de Bartolomé Masó, la que fuera sede del alto mando del Ejército Rebelde se descubre entre la vegetación típica de la zona como toda una obra de ingeniería serrana donde aun, casi 60 años después, se preserva cada detalle de la vida en campaña de nuestras tropas.
Según la enciclopedia cubana EcuRed, fue en mayo de 1958 que comenzaron a sentirse dentro del monte las instalaciones de la Comandancia General de La Plata, justo al centro de la zona de operaciones del Primer Frente de la Sierra Maestra, donde sus características topográficas de difícil acceso y la colaboración inquebrantable de las familias campesinas de la zona, determinaron la selección de este lugar por parte de Fidel.
Una vez ahí, tras recorrer los tres kilómetros que la separan hoy de la carretera más cercana, la casa de la prensa es la primera en saludar al visitante. Bien pequeña y de construcción muy rústica —según quienes han visitado en otras ocasiones el lugar— servía las veces de posta y punto de recepción de víveres, publicaciones periódicas u otros suministros.
El estrecho sendero a su izquierda marca la ruta hacia el epicentro de la unidad conformada por varias instalaciones de similar tipología que cumplían indistintamente funciones civiles y militares. Ejemplo de ello son el hospital y el bohío donde, solo de noche y tomando todas las medidas de seguridad, se elaboraban los alimentos de los combatientes.
A pocos pasos, una señalización marca la ruta hacia el sitio exacto desde donde se transmitieron por vez primera, y a iniciativa del Che, las señales de Radio Rebelde. Aun vibrantes en el entorno las palabras transmitidas al pueblo de Cuba por nuestro Comandante durante los últimos meses de 1958, aun latentes la convicción de mantener informados a los cubanos hasta en las peores condiciones de la guerrilla.
Finalmente, unos metros más adelante y en un nivel más bajo del irregular terreno, se alza la más visitada vivienda de la Comandancia declarada Monumento Nacional en 1978: el pequeño bohío de paredes de tablas, piso de madera y techo de guano donde residió Fidel antes de bajar al llano para los últimos combates contra la tiranía.
EL CORAZÓN DE LA PLATA
Diseñada por Celia Sánchez Manduley y ubicada a pocos pasos de la cocina, la casa goza de una posición estratégica dentro del complejo, facilitando su acceso desde varios lugares —incluida una escalera móvil— y otros escalones que conducen a un manantial de donde tomaban el agua para evitar posibles contaminaciones intencionales del líquido.
Además, el ubicado cerca del nacimiento del río La Plata y rodeado de helechos y arbustos de nuestra flor nacional que lo ornamentan al tiempo que ocultan, tiene como singularidad un cuarto oculto donde al máximo líder de los rebeldes guardaba documentos importantes.
Su mobiliario, conservado original casi en su totalidad, resalta también entre sus atractivos. Así lo evidencia la enorme cama obsequiada a Fidel por el campesino Osvaldo Medina —recordado como el padre del Quinteto Rebelde— y que ocupa la mayor parte de la habitación principal.
Según quienes se encargan de preservar su historia, Fidel solía dormir en hamacas fuera del bohío durante las noches, pero aquel camastro es la más fehaciente prueba de los sueños y desvelos de quien cargaba sobre sus hombros la responsabilidad de todo un pueblo.
El refrigerador, que funcionaba con mecha de keroseno y se utilizaba para conservar medicamentos, es otro de los artículos conservados que atrae tremendamente la atención de los visitantes. La primera impresión que causa es duda: cómo pudieron trasladarla hasta tan recóndito paraje de la serranía en medio de los combates.
Al respecto, Eddy Vázquez Figueredo, guía del Parque Nacional Pico Turquino donde se encuentra enclavada la otrora jefatura de los rebeldes, explicó a la ACN que lo trajeron desde Las Vegas de Jibacoa, a varios kilómetros de distancia, y que recibió un tiro de las fuerzas enemigas cuya cicatriz aun puede apreciarse en uno de los costados.
El resto de los muebles: sillas, mesas, libreros, rústicos en su mayoría, complementan el espacio desde donde fueron emitidas las últimas estocadas del Ejército Rebelde a la dictadura batistiana.
REGALO AZTECA
Que los valores históricos patrimoniales de la morada suscitaran la nominación al Premio Nacional de Conservación no es mera casualidad.
Cuando exactamente el 11 de agosto de 2016, y como parte de una visita organizada y dirigida por jóvenes camilitos, soldados, oficiales y trabajadores civiles de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, tuve la oportunidad de visitar por vez primera sus instalaciones, me asombró la presencia de banderas mexicanas y cubanas.
Allí, según me explicaron quienes no interrumpían su intenso ajetreo, trabajaba una brigada de alumnos de la Universidad Autónoma Metropolitana de México, quienes con el profesor Vicente Alejandro Ortega Cedillo como guía, y la colaboración de la Oficina de Patrimonio local y trabajadores del Parque, prometían devolverle la vitalidad al inmueble en saludo al 90 cumpleaños del Comandante en Jefe. Ese, aseguraron los menos tímidos, sería su regalo al líder histórico de la Revolución cubana.
De la oportuna intervención realizada por los jóvenes aztecas durante las ocho jornadas que permanecieron en allí, devino la aplicación de una pátina de cera a casi toda la construcción y su posterior frotado con las manos para favorecer su penetración en la madera. Acción esta sumamente beneficiosa para contrarrestar los efectos de la humedad y los ataques de insectos, tan típicos en la zona.
Desde entonces, por la importancia del complejo donde además se firmara la Primera Ley de Reforma Agraria el 17 de mayo de 1959, se trabajó en función de la nominación que hoy ostenta la casa desde donde Fidel, cual estrella en el corazón de La Plata, guiara a los cubanos hacia la victoria.
INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA
Parque Nacional Turquino: con una extensión de 23 210 hectáreas es parte integrante de la Sierra Maestra, dentro de la cual sobresale por agrupar a los picos más altos de Cuba, sus formaciones vegetales únicas como el monte fresco, el alto grado de endemismo de su flora y fauna, y la belleza de sus paisajes; sin olvidar su enorme vínculo con nuestra historia.