Viajes a la vida a través de las letras
Frei Betto habla de Fidel desde el respeto y la admiración. Su voz se fragmenta. Toma aire, hace una breve pausa y sigue recordando a su amigo siempre en presente. Luego habla de Dios y de Aristóteles. «Para mí es una gracia de Dios las amistades que yo he creado en este país. Me recuerdo de Aristóteles cuando hizo su Tratado sobre la Amistad: “la primera condición para una persona ser feliz es tener amigos”… no se puede vivir sin amigos».
El prólogo que el Comandante en Jefe Fidel Castro escribió para Frei Betto: una biografía, que se acaba de presentar en esta Feria del Libro, se refiere, precisamente, a la amistad entre ambos. «Traduce, de una manera excepcional, el quehacer de nuestra relación de amistad, me emocionó mucho —incluso— cuando él habla de las divergencias que teníamos», asegura el teólogo brasileño.
Con firma, fecha y hora de conclusión (12 de octubre de 2015, a la 1:15 p.m.)—como era usual en Fidel—, el texto que encabeza el libro constata la impresión de Betto sobre esa amistad. En uno de sus párrafos, el líder de la Revolución, afirma: «En Frei Betto está presente un alto sentido de lealtad y amistad. Ha defendido con vehemencia a Cuba y la Revolución, sin dejar de tener puntos discrepantes o diferentes a los nuestros, y los hemos analizado y discutido de modo constructivo entre revolucionarios y verdaderos amigos (…) Hombre sencillo, de habla pausada, con la modestia y la humildad que enaltece su condición de fraile, se identificó con los valores genuinos de nuestra revolución que, según afirma, son también de la religión que él profesa: justicia, igualdad, compromiso con los pobres y discriminados».
Escrito por el historiador Américo Freire y la periodista Evanize Sydow, el volumen Frei Betto: una biografía llega a Cuba bajo el sello de la editorial José Martí, con traducción de Esther Pérez. Su presentación tuvo lugar en la sala Nicolás Guillén de La Cabaña junto a otro libro del escritor titulado Paraíso perdido. Viajes por el mundo socialista, publicado por la casa editorial Ciencias Sociales.
Al acto asistieron Miguel Díaz-Canel Bermúdez, primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros; Homero Acosta, secretario del Consejo de Estado; Abel Prieto, ministro de Cultura; y Cesario Neto, embajador de Brasil en Cuba, quien tuvo a su cargo las palabras de elogio para Paraíso perdido. Viajes por el mundo socialista, una obra que relata el recorrido que Betto realizó por diferentes países durante los años previos a la caída del campo socialista y su encuentro con líderes políticos y religiosos.
Sobre la primera biografía que se realiza del intelectual brasileño, Freire comentó los desafíos que tuvieron que enfrentar durante cuatro años de trabajo. «Sabemos lo que Betto representa para Brasil y América Latina y no queríamos hacer un libro de elogios vacíos, una apología; quisimos reflexionar sobre su vida, acercarnos a su parte privada y pública».
El género biográfico es muy desafiante, agregó el historiador brasileño, pero en este caso nuestra intención no fue hacer una biografía completa, cada libro por su historia representa una época y estamos seguros que habrá otras biografías sobre él. «Lo que pretendemos es mostrar al lector aspectos decisivos de su vida y su visión muy propia de la Teología de la Liberación».
Por su parte, el propio Betto agradeció a los autores por escribir el primer volumen de su biografía y afirmó que con su lectura aprendió mucho sobre su propia vida. «Leí con interés mi trayectoria», añadió.
«Para mí ha sido una alegría publicar estos dos libros en Cuba. Ambos se complementan. Paraíso perdido es también una especie de biografía porque fueron 33 años de viajes por países socialistas y la mitad del libro habla de mis viajes a Cuba.»
Finalmente, sobre la lectura de los volúmenes y sus destinatarios, el teólogo fue también muy preciso.
«Pienso que estos dos libros tienen el valor de rescatar una memoria histórica para, sobre todo, ayudar a las nuevas generaciones a conocer el pasado y desde el presente hacer un futuro mejor. Cuando un joven me dice que está leyendo esos dos libros me alegro porque está conociendo una historia desde la óptica de los oprimidos, de quien lucha por la liberación, de quien todavía cree en el socialismo y cree que no hay futuro para la humanidad fuera del socialismo».