Cuando cursamos la carrera de medicina en pregrado disfrutamos del privilegio inigualable de aprender y el tiempo nos parece eterno hasta graduarnos como si nos previniera que lo aprendido no es suficiente para ejercer el “ars medica”. Por mucho que nos esforzamos no somos conscientes de las insospechadas sorpresas que la práctica médica nos deparará, sin embargo una de las más inesperadas y gratificantes por facilitarle al médico las herramientas necesarias en función de lograr diagnósticos y tratamientos cada vez más eficaces es la Electromedicina, conocida en el mundo occidental como ingeniería clínica y llamada a convertirse en la ingeniería del curar debido a sus notables avances.
 
Podría parecer exagerado pero la Medicina es una ciencia atrasada cuyos rígidos códigos éticos no permiten un desarrollo tan acelerado como el de la Física, las Matemáticas, la Ingeniería Aeronáutica o la Aeroespacial. Éstas dos últimas nos sorprenden gratamente con sus avances científicos capaces de desafiar las leyes físicas que rigen el universo, sin embargo a la par de lo novedoso nos dejan interrogantes difíciles de aceptar ¿Cómo es posible que se construya una nave capaz de trasladar el hombre hasta el planeta Marte si aún no contamos con la cura para el cáncer o el SIDA?
 
Es precisamente aquí donde apreciamos el carácter dual de nuestra profesión, la medicina es la más humana de las ciencias y la más científica de las artes, y comprendemos que es necesario fusionarla a una disciplina como la Electromedicina dotada del vasto ingenio científico-técnico generado por el hombre en función de lograr el bienestar de los enfermos.
 
La Misión Médica Cubana (MMC) en Venezuela se multiplica en los 24 estados de la nación a través de Ambulatorios, Bases de Misiones en zonas de extrema pobreza,  Centros de Diagnóstico Integral (CDI), Salas de Rehabilitación Integral (SRI), Centros Oftalmológicos, Centros de Alta Tecnología (CAT)  y en algunos Hospitales los cuales cuentan con la presencia de destacados profesionales de la salud. En todos y cada uno de los sitios anteriormente citados es imprescindible la presencia de nuestros Ingenieros Electromédicos para su normal funcionamiento, muchos de ellos desarrollan un papel protagónico de tanta cotidianidad como la de los galenos.
 
Uno de los frentes más destacados de la MMC en Amazonas es la Brigada de Electromedicina, lo cual fue reflejado en el Balance Anual del 2015 por el Dr. Ángel Gord Mesa, Coordinador de todas las Misiones en el Estado. Al frente de dicha brigada se encuentra el Lic. Jorge Gamboa Figueredo de la provincia Granma quien nos habla con orgullo sobre los resultados obtenidos durante sus dos años al frente de la misma, muestra de la valiosa experiencia de varios de sus integrantes. El propio Jorge tiene misión anterior en Zimbabwe, el Ing. Ramón Oliva Gómez, Provincia Granma, estuvo en Guatemala asistiendo la Misión Milagro y el Ing. Bernardo Calderín Pérez, Provincia Camagüey, cumplió en Guyana también como parte de la Misión Milagro.
 

Tanto Ramón como Bernardo se mantuvieron como los trabajadores destacados de la brigada a lo largo de todo el año 2015, obteniendo ambos la honrosa condición de “Colaboradores 57 Aniversario” por lo que les solicitamos sus impresiones para los lectores de Cubadebate. El Ing. Oliva considera muy provechosa esta experiencia en la República Bolivariana de Venezuela al permitirle sentirse útil y poner en las manos de nuestros médicos los instrumentos necesarios para que puedan realizar la labor humana de salvar vidas, siempre tiene en su corazón la frase martiana “amor con amor se paga”. Su compañero Calderín nos cuenta lo positiva que ha resultado su misión en Amazonas, enfrentándose a nuevos retos que le han exigido una superación sistemática como profesional y ser humano. Llegar hasta la selva y convivir con diferentes etnias y culturas ha reforzado su convicción revolucionaria motivándolo a enfocar el trabajo con vistas a elevar la calidad de vida del pueblo venezolano.
 
El resto de los integrantes de esta entusiasta brigada son los Lic. Reyman García Fernández, del municipio especial Isla de la Juventud, y Winni González Reyes de la Provincia Holguín. Todos ellos  deben viajar a los municipios selváticos para dar mantenimiento a los equipos allí instalados y compartir las mismas condiciones de vida que el resto de los misioneros ubicados en esos apartados parajes donde la solidaridad se sobrepone a las limitaciones de corriente eléctrica, comunicación, agua y alimentos. Una experiencia difícil de imaginar para los integrantes de este talentoso colectivo cuando estudiaron sus carreras, como tampoco nosotros imaginábamos las potencialidades de la Electromedicina y ahora la vemos como la ingeniaría del curar.