Día simbólico para la unidad de los cubanos
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El 3 de octubre de 1965 confluyeron acontecimientos que marcan especialmente la historia nacional: fue adoptado el nombre de la organización política de vanguardia, el Partido Comunista de Cuba; la constitución de su Comité Central, la fundación del diario Granma, y el anuncio de la carta de despedida del Che.
La noche del 3 de octubre de 1965 encierra varios símbolos en el proceso de unidad de las fuerzas revolucionarias de nuestro pueblo. En el teatro Chaplin (luego Karl Marx) en Miramar, La Habana, se reunieron dirigentes y secretarios de núcleos del Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba de todo el país.
El día 1ro. quedaron constituidos el primer Comité Central y el Buró Político, encabezados por Fidel y Raúl, como primero y segundo secretarios, respectivamente. El día 2, el Comité Central ratificó al Buró Político, al Secretariado, a las Comisiones de Trabajo y al Secretario de Organización.
Fidel, en su discurso del 3 de octubre de aquel 1965, expresó: «El Comité Central, además, adoptó dos importantes acuerdos, que a su vez habían sido sugeridos por la antigua Dirección Nacional. Uno, el que se refiere a nuestro órgano oficial, y es que en lugar de dos periódicos con caracteres políticos como se venían editando, concentrar recursos humanos, concentrar los recursos en maquinaria y en papel para un nuevo y único periódico de carácter político matutino (…) Unir todos esos recursos y hacer un nuevo periódico que llevará el nombre de Granma (APLAUSOS), símbolo de nuestra concepción revolucionaria y de nuestro camino (…) y otro acuerdo (…) el nombre de nuestro Partido (…)».
Como subrayó Fidel, había concluido el proceso de construcción del Partido y se iniciaba una nueva etapa de esa organización.
Crisol de aspiraciones
En los días fundacionales del Comité Central, Fidel sostuvo que la ideología del Partido no podía ser el pensamiento liberal o burgués, sino el de la clase social revolucionaria, el marxismo-leninismo, que ya habían enarbolado valientemente en 1925 Baliño y Mella.
En ese sentido expuso que: «Esta ideología se enlazaba históricamente con las aspiraciones de los heroicos mambises que tanta sangre derramaron por la Independencia de Cuba, la igualdad y la dignidad de sus compatriotas (…) vinculaba la lucha nacional con el movimiento revolucionario mundial, condición indispensable para la liberación nacional y social de nuestro pueblo. La construcción de un partido marxista-leninista que dirige hoy la Revolución y garantiza su continuidad es una de las más grandes hazañas de nuestro pueblo en este período histórico».
El nuevo nombre de la organización partidista, a propuesta del propio Fidel, fue adoptado en la primera reunión del Comité Central: Partido Comunista de Cuba, palabras que implicaran al mismo tiempo la absoluta unión de todo el pueblo y los objetivos de la Revolución.
El primer comité central
Como se puede ver, este 3 de octubre rememora el cumpleaños 50 del nombre de nuestro Partido, de su Comité Central, de su Buró Político, el de una carta imperecedera del Che a Fidel que aclaraba al mundo su ausencia en Cuba, y también el onomástico de otro discurso trascendental del Comandante en Jefe.
Diría él en aquella noche inolvidable: «(…) No hay episodio heroico en la historia de nuestra Patria en los últimos años que no esté aquí representado; no hay sacrificio, no hay combate, no hay proeza —civil o militar, heroica o creadora— que no esté representada; no hay sector revolucionario, social, que no esté representado. (…) Cuando hablo de sector, hablo de obreros, hablo de jóvenes, hablo de campesinos, hablo de nuestras organizaciones de masa (…)».
También aclaraba Fidel: «(…) no quiere decir esto que estén aquí los únicos valores de la nación. No, muy lejos de eso. Cuenta nuestro país, afortunadamente, con incontables valores y sobre todo una promoción de compañeros nuevos (…) que algún día llegarán a ostentar esa responsabilidad y ese honor (…) Indiscutiblemente que faltan compañeros. Sería imposible constituir un Comité Central con cien revolucionarios sin que faltaran muchos compañeros (…)».
Con respecto al nombre de la nueva organización, dijo Fidel «que el de Partido Unido de la Revolución Socialista dice mucho, pero no lo dice todo (…) y es necesario que el nombre diga no lo que fuimos ayer, sino lo que somos hoy y lo que seremos mañana (…)», y comenzó a pedir propuestas para llamarlo. Varios compañeros propusieron: ¡Partido Comunista de Cuba!, y el Primer Secretario comentó:
«(…) ¡Ese es el nombre! (…) Hacia una sociedad comunista nos encaminamos. Si no quieren los imperialistas caldo, pues le daremos tres tazas de caldo (…) De ahora en adelante, señores de la UPI y de la AP, cuando nos llamen “comunistas”, sepan que nos llaman de la manera más honrosa que pueden llamarnos (…)».
El diario Granma, Órgano Oficial del Partido Comunista de Cuba, nació hace exactamente también medio siglo, fruto de la fusión de los antiguos periódicos Hoy y Revolución.
Ambos periódicos divulgaron en sus épocas respectivas la vida y la historia del país, con énfasis en la ideología revolucionaria, hasta 1965, en que surgió Granma.
A partir de sus primeros ejemplares, Granma, que tomó el nombre simbólico de la gesta del yate Granma encabezada por Fidel y 81 expedicionarios, acogió en sus páginas los más trascendentales sucesos del quehacer social, político, económico, educacional, cultural y de todas las esferas de nuestro país.
Incontables han sido en cinco décadas los editoriales de su primera plana sobre candentes acontecimientos noticiosos, muchos de ellos salidos de la mano e ideas del propio Comandante en Jefe Fidel Castro. No se puede escribir la historia del palpitar de la historia de la Revolución y el Socialismo cubanos, sin consultar sus páginas.
Carta del Che
No puede olvidarse que el clímax de aquel encuentro en el teatro Chaplin fue, como dijo Fidel: «Una ausencia en nuestro Comité Central, de quien posee todos los méritos y todas las virtudes necesarias en el grado más alto para pertenecer a él». Indudablemente se refería al Che.
Desde hacía varios meses la prensa internacional formulaba conjeturas sobre la desaparición de la vida pública cubana del Comandante Ernesto Guevara, presidente del Banco Nacional.
Tocó a Fidel revelar el secreto, al leer, con voz conmovida, la carta de despedida del Che, al marchar a cumplir lo que entendió su deber: luchar contra el imperialismo en otras tierras del mundo.
En ese preciso momento, el primer jefe rebelde al que Fidel había ascendido a Comandante en la Sierra Maestra estaba desde hacía meses en una base del Congo (Kinshasa), al frente del contingente de internacionalistas cubanos.
Así, el hecho que hoy cumple 50 años, aparece vinculado con el proceso de unidad y con el fortalecimiento político de la Revolución, inseparablemente unido a la idea y la práctica de la solidaridad y el internacionalismo, como sería también en los años siguientes.
Fidel se refirió a la ausencia del Che en las listas y a las especulaciones, conjeturas y diatribas de los enemigos de la Revolución:
«(…) Y para explicar esto vamos a leer una carta aquí, de puño y letra, transcrita a máquina, del compañero Ernesto Guevara (APLAUSOS) que por sí misma se explica. Pensaba yo si debía hacer la historia de nuestra amistad y de nuestro compañerismo, cómo comenzó y bajo qué condiciones comenzó y cómo se desarrolló, mas no es necesario. Me voy a limitar a leer la carta (…)», y lee Fidel la misiva del Che que es tan conocida y venerada, en la que, entre otras cuestiones, Guevara expresara:
«(…) Que si me llega la hora definitiva bajo otros cielos, mi último pensamiento será para este pueblo y especialmente para ti. Que te doy las gracias por tus enseñanzas y tu ejemplo, al que trataré de ser fiel hasta las últimas consecuencias de mis actos. Que he estado identificado siempre con la política exterior de nuestra Revolución y lo sigo estando. Que en dondequiera que me pare sentiré la responsabilidad de ser revolucionario cubano y como tal actuaré (…)
«Tendría muchas cosas que de-cirte a ti y a nuestro pueblo, pero siento que son innecesarias, las palabras no pueden expresar lo que yo quisiera, y no vale la pena emborronar cuartillas. Hasta la Victoria Siempre. ¡Patria o Muerte! Te abraza con todo fervor revolucionario, Che».
Fuentes: Partido Comunista de Cuba… Ese es el nombre. 3 de octubre de 1965, el Primer Comité Central, páginas 156-164, en La Revolución Cubana. 45 momentos, de Julio García Luis y editora Ocean Press, 2005. Informe del Comité Central al Primer Congreso, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1978, páginas 46-47. Únicamente el Partido será heredero de la confianza de nuestro pueblo. Raúl en el acto por el 45 aniversario del Ejército Occidental, información del autor en la primera plana de JR, jueves 16 de junio de 2006.
El digno heredero: el Partido
El General de Ejército Raúl Castro Ruz, cuando aún era Segundo Secretario del Comité Central del Partido y Ministro de las FAR, al hablar en una importante unidad militar cubana, en ocasión del aniversario 161 del natalicio de Maceo, el 78 del Che y el cumpleaños del Ejército Occidental, aclararía: «La especial confianza que otorga el pueblo al líder fundador de una Revolución, no se transmite, como si se tratara de una herencia, a quienes ocupen en el futuro los principales cargos de dirección del país (…) El Comandante en Jefe de la Revolución es uno solo, y únicamente el Partido Comunista como institución que agrupa a la vanguardia revolucionaria y garantía segura de la unidad de los cubanos en todos los tiempos, puede ser el digno heredero de la confianza depositada por el pueblo en su líder. Para eso trabajamos y así será».