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Septiembre de 1959. El Ejército Rebelde y la defensa del país

Date: 

00/09/2014

Source: 

Boletín Revolución No.41. Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado
La única orden que jamás de nadie se podrá cumplir es la de marchar precisamente contra el pueblo  
 
El 5 septiembre en Cienfuegos se conmemora el aniversario del alzamiento de la ciudad. El comandante Raúl Castro Ruz es uno de los oradores y en sus palabras destaca la relación de las fuerzas armadas con el pueblo:  
 
Constituían un poderoso instrumento contra el progreso del pueblo aquellas fuerzas armadas que tantas veces vejaron o asesinaron a nuestro pueblo y por constituir un baluarte de la reacción del pasado, hacia esas fuerzas armadas enfiló el Gobierno Revolucionario sus baterías y allí enviamos al corazón de los intereses de la reacción, la bala de la disolución de los cuerpos de las fuerzas armadas del pasado y hoy, aunque no todavía con la eficiente disciplina que lograremos alcanzar de nuestros cuadros militares en los meses próximos, cuenta el pueblo con un verdadero ejército, cuenta el pueblo con una gallarda Marina de Guerra, que aquí fue donde dio su primer paso al frente. Marina de Guerra que se llama igualmente Revolucionaria, y se llama Revolucionaria, porque sus funciones se salen de los planos verdaderamente cuartelarios para proyectarse a funciones sociales en el progreso y empeño magnífico que todos estamos llevando a cabo, ya sean planes de turismo, ya sean planes de fomento marítimo porque hay que hacer igualmente reformas, e incluso oficiales de nuestra Marina trabajan en la reforma agraria y aquí también el Ejército Rebelde, el ejército de los barbudos, en un 80 % formados por estos campesinos que tenemos delante, ejército al que como primer principio le enseñamos que la única orden que jamás de nadie podrá cumplir es la de marchar precisamente contra el pueblo.  
 
Me dijo una vez un chino, con la fraseología que lo caracteriza, que el ejército debía estar tan unido a su pueblo como el pez al agua, y hoy aquí nuestro ejército y todos los cuerpos de las fuerzas armadas están tan firmemente unidos a su pueblo como el pez al agua, y cae bien esa imagen aquí porque el pez sin agua no vive, y nuestra fuerzas armadas sin estar firmemente ligada a su pueblo, ni viven ni vivirán jamás. De ahí la fuerza que juntos representamos, juntos todos los diferentes sectores del país. (1)  
 
El mejor ejército que tiene Cuba es el pueblo  
 
Mientras Fidel visita el territorio pinareño, el domingo 20 de septiembre, se reúnen en Ciego de Ávila más de cuarenta mil campesinos en una gran concentración en apoyo a la reforma agraria. El presidente de la república, Osvaldo Dorticós, y el comandante Camilo Cienfuegos participan en este evento. En su intervención Camilo combate la tendencia que se incrementa en este territorio, de hacer críticas contra el Ejército Rebelde.  
 
Hoy llegamos aquí y nos sorprendió que el Comisionado nos dijera que algunas personas estaban diciendo que los soldados fuéramos a los cuarteles. Eso, sinceramente, nos ha dado risa; porque sabemos que este pueblo que está aquí quiere que el Ejército Rebelde continúe trabajando por el Gobierno Revolucionario, y porque es bueno que esos que aspiran a que nosotros nos dediquemos a los cuarteles sepan que nosotros, los hombres que vestimos el uniforme verde olivo de la Revolución, entendemos que los trabajos y los sacrificios no terminaron el Primero de Enero, sino, al contrario, que los sacrificios y los trabajos, para nosotros, empezaron el Primero de Enero; que los soldados de la Revolución, que los soldados del Ejército Rebelde, no podemos dedicarnos en forma alguna a nada de lo que hacía el ejército mercenario de la dictadura. Nosotros hemos dicho que no queremos cuarteles; los cuarteles los estamos entregando al Ministerio de Educación para que se hagan escuelas; en vez de soldados, maestros para los cubanos. Porque el mejor ejército que tiene la Revolución no son los soldados, no somos nosotros; el mejor ejército que tiene Cuba —y ya lo dijo Fidel Castro—es este pueblo heroico que hoy se congrega en esta plaza revolucionaria.  
 
Y nosotros entendemos que todavía no hemos hecho algo por el pueblo de Cuba; ahora es que estamos empezando a trazar los planes de trabajo del ejército revolucionario para ayudar al pueblo Cuba. […]  
 
Y que nadie sueñe en esta república con que el ejército se va a convertir en lo que fueron los ejércitos pasados: parásitos de la nación. Los brazos que cargaron los fusiles para combatir a la tiranía no pueden estar hoy descansando; estos brazos tenemos que emplearlos en el progreso de la nación. Estamos dispuestos, junto con los campesinos, a trabajar en las cooperativas, para que la reforma agraria bien pronto sea la solución de grandes problemas nacionales.  
 
Por eso, repito, que nadie piense que el ejército va a degenerar. Ahora hemos iniciado una campaña contra los “come vacas” que se nos han metido en este ejército; ahora todos los miembros del Ejército Rebelde deben saber que pertenecer a este ejército significa trabajo, ningún miembro del Ejército Rebelde ni de las fuerzas armadas podrá ingerir una sola gota de alcohol. Cualquier miembro del ejército —no importa con qué méritos— que no cumpla fielmente las pautas señaladas hace unos días, será separado del Ejército Rebelde. (2)
 
Somos parte del pueblo con uniformes militares  
 
El primer curso de la Escuela de Aplicación para Oficiales del Ejército Rebelde culmina el 23 de septiembre con la entrega del diploma de graduado a cuarenta y siete oficiales. Preside el acto el comandante Camilo Cienfuegos, jefe del estado mayor del Ejército Rebelde.  
 
El comandante Cienfuegos explicó que en la actualidad formaban parte del Ejército Rebelde cerca de 35 mil hombres, en tanto que en el monte, en la lucha clandestina y en el exilio no había esa cantidad de revolucionarios. Expresó después que gran número de malos elementos se habían infiltrado en las filas del Ejército Rebelde después del Primero de Enero, y que era necesario reducir los efectivos, dejando los elementos realmente valiosos.  
 
Señaló luego con énfasis que las fuerzas armadas representan para el erario público la apreciable suma de 120 millones de pesos, cantidad que la nación no puede seguir sufragando, mucho menos en estos momentos en que el gobierno está empeñado en grandes obras constructivas, como la reforma agraria, la futura industrialización del país, la construcción de viviendas campesinas y muchas más que requieren la atención preferente del gobierno y, por consiguiente, ese mismo dinero que hoy se gasta en las fuerzas armadas.  
 
“Es necesario orientar al soldado rebelde a prestar servicios no solo en el resguardo de la libertad y soberanía nacional, a las que un pueblo entero está dispuesto a defender, sino en obras constructivas —dijo después, y agregó— hay muchos rebeldes que están trabajando en el INRA, en reforestación, en el Plan de Viviendas Campesinas, etc., y que es necesario que se interesen muchos más aún en esos servicios”.
 
Más adelante, tras referirse a las medidas dispuestas en previsión de la ingestión de alcohol y en otras formas de la buena conducta del soldado, añadió que “había que reconocer que muchos rebeldes, algunos de ellos con méritos revolucionarios, andaban por la ciudad promoviendo escándalos y comportándose en muchos casos de manera deshonrosa. Este uniforme que llevamos —siguió diciendo el comandante Cienfuegos— hay que honrarlo y hay que mantenerlo con el prestigio que tuvo hasta el 31 de diciembre”.  
 
“Vamos a ser un ejército pequeño, de hombres escogidos, de hombres valientes, de hombres honrados y dignos, que lleven con prestigio y con honor este uniforme verde olivo con el cual murieron cientos de cubanos. No olvidemos que aunque somos militares, no nos sentimos como tales: nosotros somos parte del pueblo con uniforme de militares”.  
 
Finalmente exhortó a los oficiales diplomados expresándoles: “Ustedes son un grupo selecto de compañeros que se han pulido en las academias. Pasarán a ser profesores de otros compañeros. Comenzarán a prestar servicios en los distintos mandos del Ejército. Confiamos en ustedes, compañeros: en ustedes confía el pueblo de Cuba, y el pueblo de Cuba y nosotros esperamos que no se traicione esa confianza que se ha depositado en ustedes”. (3)  
 
En cuanto sea necesario, nosotros armamos al pueblo  
 
El jueves 24 de septiembre, el jefe militar de la provincia de Pinar del Río, comandante Dermidio Escalona, informa de una operación militar que condujo a la captura de una banda de alzados contrarrevolucionario.  
 
Con conocimiento en esta comandancia de que exmilitares, en contubernio con algunos civiles desafectos al Gobierno Revolucionario, se reunieron en el término municipal de Consolación del Sur, impartió órdenes a la Capitanía del referido lugar, al efecto de que continuaran el chequeo aún con mayor celo, ya que, por los datos que llegaban a esta Comandancia, la misma parecía tener vastas proporciones, tal vez internacionales, pues había dos americanos involucrados en la misma, con carácter de jefes.  
 
A tal efecto, el lunes 21 por la noche, en ocasión de reunirse los complotados en una casa de curar tabaco existente en la finca situada en el barrio de Lajas, y con conocimiento de que en la misma participaban el norteamericano nombrado Jim Smith, jefe de los complotados, miembros del Ejército Rebelde del Escuadrón 63 procedieron a la detención de los conspiradores, originándose un tiroteo al llevarse a cabo tal operación en que resultó muerto el soldado del Ejército Rebelde Manuel Cordero Rodríguez. […]  
 
Como jefes del grupo contrarrevolucionario figuraban el norteamericano Austin Young, que usaba el nombre de guerra de Jim Smith y el que estuvo preso en La Cabaña por contrarrevolucionario, y Peter John Lamdon, piloto de la American Airlines, nacido en Inglaterra y criado en los Estados Unidos, que reside en Nassau. (4)  
 
Días después, en conferencia de prensa, el Comandante en Jefe se refiere a esta la conspiración y expone:  
 
Desde luego que llegará el momento en que a los guajiros en vez de escopetas le daremos fusiles para que defiendan el territorio nacional, porque […] no se olviden que tenemos el medio millón de guajiros que vinieron a La Habana, no se olviden que están ahí con los machetes y que son material del cual se nutrió el Ejército Rebelde y que están ahí como fuerza de combate de la Revolución, como están los obreros, los estudiantes, y cuantas personas decentes haya en este país, dispuestas a defender a su patria y desde luego, sin que nadie se preocupe mucho ni que nadie se apure y se precipite, ni nada de eso. Sépase que para defender la Revolución en cuanto sea necesario nosotros armamos al pueblo. Y haremos eso con las medidas adecuadas, con los planes adecuados, cuando sea necesario a medida que avance el espíritu de conciencia revolucionaria, a medida que aumente la organización, porque aquí se debe saber y es bueno que lo sepan todos los intrigantes, los conjurados, los conspiradores, y todos los que andan dando vueltas a la fortaleza para ver dónde puede encontrar una grieta para entrar y conquistar un baluarte, en definitiva, cualquier medio de llevar adelante planes porque todos fracasan, porque la destrucción de esta Revolución equivaldría a la destrucción del pueblo entero de Cuba, y hay que dejarse de boberías, tenemos fuerzas, y de aquí a unos minutos de la capital de la república están la Columna Uno, la Tres, enteritas, y están preparadas; la gente las ha visto tirar con tanques, con cañones, con aviones, porque tenemos fuerzas suficientes para recibir aquí, y que nadie se haga ilusiones de que van a venir aquí con desembarco, porque tenemos fuerzas suficientes para eso, y para sembrar árboles, hacer escuelas, carreteras, y todas esas cosas que va a hacer el soldado rebelde. (5)  
 
Con la verdad ganamos antes la guerra y ahora mantendremos la paz  
 
El 24 de septiembre las fuerzas revolucionarias tienen una sensible pérdida al estrellarse la avioneta de las Fuerzas Aéreas Revolucionarias en la que viajaban el comandante Juan Abrahantes y el teniente Juan Villa, piloto de la nave. Los restos de ambos revolucionarios son velados en el Aula Magna de la Universidad de La Habana e inhumados en el cementerio de Colón; el comandante Ernesto Che Guevara despide el duelo.En horas de la noche, en Ciudad Libertad, Camilo Cienfuegos hace importantes declaraciones vinculadas con las Fuerzas Armadas.
 
El comandante Cienfuegos comenzó explicando que el acuartelamiento realizado en los cuerpos armados en las últimas horas, había cesado a las ocho de la mañana del jueves 24, una vez que habían sido detenidos más de 200 hombres que se hacían pasar por soldados rebeldes, otros que perteneciendo a los institutos armados, ostentaban grados superiores a los que realmente les correspondían y, por último, aquellos militares que hubiesen sido sorprendidos incumpliendo las órdenes cursadas o no tuvieran en orden sus documentos de identificación.  
 
Explicó el jefe del Ejército Rebelde que los militares serían sancionados con treinta días de privación de libertad, multa de 15 pesos o licenciamiento de las filas armadas, según fuese la gravedad de la falta cometida. En cuanto a los civiles capturados como falsos soldados serían remitidos a los tribunales ordinarios para su procesamiento.  
 
La orden de acuartelamiento no fue absoluta —explicó Camilo—, ya que propiamente el sistema empleado había sido el que cada soldados se presentase al jefe de su mando correspondiente, y una vez establecida la identidad se reintegraba a los servicios normales.  
 
“Nunca ocultaremos la verdad al pueblo, ya que el pueblo es nuestro máximo baluarte, y con la verdad ganamos antes la guerra y ahora mantendremos la paz”, declaró enfáticamente el comandante Cienfuegos. Esta declaración estaba dirigida contra los falsos rumores aparecidos en la prensa donde se revelaban desembarcos contrarrevolucionarios supuestamente ocurridos en los puertos de Baracoa y Casilda y además, un falso desembarco de pertrechos bélicos por la playa de Tarará.  
 
“Quien ha divulgado tales mentiras —dijo Camilo Cienfuegos— parece que está muy enterado de los planes que puede ser estén tramando los enemigos de la Revolución. Si su intención hubiese sido servir al gobierno y a las fuerzas armadas, lo habría hecho informando a los mandos militares y dando a conocer los planes conspirativos pero nunca alarmando a la ciudadanía”.  
 
Destacó el jefe del Ejército Rebelde que solamente una vez se ha mantenido en secreto por el Gobierno Revolucionario lo que estaba ocurriendo en el país, y esto fue cuando la abortada contrarrevolución, ya que era vital mantener en secreto esta investigación hasta tanto no se capturasen los complotados, como así se hizo en el aeropuerto de Trinidad.  
 
Igualmente negó el comandante Cienfuegos que las Fuerzas Armadas Revolucionarias tuviesen conocimiento de un plan de atentados personales, ya que no existía dato alguno sobre tal proyecto terrorista. “Yo espero, recalcó, que ese periodista que ha propalado tales alarmantes y mentirosas noticias pueda tener pruebas de lo que ha escrito, ya que no es concebible que un periodista escriba algo de lo que no sabe o que sabe que es falso”.  
 
Sobre la labor de reordenamiento de los cuerpos armados que se viene realizando, Camilo Cienfuegos basó los fundamentos que se tenían para realizarlo en que actualmente había 38 000 soldados que eran en una parte innecesarios para defender a Cuba, que puede bastarse con una fuerza menor, y además, representan un egreso para el Estado de 120 millones de pesos anuales, que son una cantidad que debía dedicarse a fines más útiles y positivos.  
 
“Nuestros deseos y nuestros propósitos es que todos los que hoy formamos el Ejército Rebelde nos quedemos en sus filas; pero es una realidad innegable que sobran unos cuantos, y estos compañeros serán dedicados a labores más provechosas y constructivas donde sí puedan prestar un gran servicio a la Revolución y al país”.  
 
Respecto a los planes sobre la utilización de los soldados fuera de las tareas estrictamente militares, señaló que en breve unos 4 000 rebeldes pasarán a formar parte de los equipos de trabajo del Ministerio de Obras Públicas para la construcción de carreteras, escuelas y todas aquellas obras que sean de beneficio público y utilidad social. Sobre este punto dio a conocer que ya en estos momentos varios cientos de soldados se encuentran trabajando en fábricas de bloques de construcción en la provincia de Pinar del Río, y además, se dedicaban a la edificación de escuelas en esa zona. Para el proyecto de la siembra de 300 millones de eucaliptos que planea Obras Públicas informó Camilo Cienfuegos que se emplearán rebeldes en las labores de plantación y que igualmente serían dedicados como ya lo son, en los trabajo de repoblación forestal, la reforma agraria y otros grandes empeños constructivos del Gobierno Revolucionario.  
 
Para finalizar su exposición, el comandante Cienfuegos señaló que una vez terminado el saneamiento de las fuerzas armadas se puede considerar que han sido eliminados de estas los elementos nocivos que desmeritaban el prestigio de la institución y que en lo adelante el Ejército Rebelde se incorporaría plenamente a las tareas constructivas de la Revolución. (6)
 
 
 
1 Revolución, La Habana, 7 de septiembre de 1959, p. 8.
2 Revolución, La Habana, 21 de septiembre de 1959, p. 8.
3 Revolución, La Habana, 24 de septiembre de 1959, pp. 1 y 8.
4 Revolución, La Habana, 25 de septiembre de 1959, p. 6.
5 Revolución, La Habana, 30 de septiembre de 1959, p. 17.
6 Revolución, La Habana, 25 de septiembre de 1959, pp. 1 y 6.