NUNCA HA SIDO UN HOMBRE COMÚN
Las habilidades políticas de Fidel Castro son sofisticadas y bien conocidas; él tiene un sentido claro de lo que es ventajoso para la revolución y así prosigue a ejecutarlo. Por ejemplo, ha recibido con gratitud la ayuda ofrecida por el Reverendo Lucius Walker y los envíos de amistad que en desafío a la política de Washington han sido mandados por su organización ecuménica Pastores por la Paz, domiciliada en Estados Unidos.
El también organizó y facilitó la celebración en Cuba el XIV Festival de la Juventud en 1997 (ya había celebrado otro antes en 1978)....
En ambos casos, Castro estaba actuando conforme a su espíritu rebelde, pero siempre coordinado con lo que es ventajoso para la Revolución. Él entró en contacto primero con rebeldes norteamericanos y luego con representantes de la juventud rebelde mundial. La misma indignación y fuerza moral que lo motivó a atacar al Moncada en julio 26 de 1953, lo movía ahora a actuar en concierto con luchadores igualmente rebeldes provenientes de otros sitios.
Además de cuestiones puramente domésticas (nacionales), Castro ha discutido los problemas que afectan a las Américas, las relaciones internacionales, los derechos humanos y sociales, la democracia, la libertad de expresión, el progreso social, el desarrollo económico, la deuda externa, la ecología, y muchos otros temas....
En la década de los años noventa, ejerciendo su carisma en la escena mundial, ha devenido en el vocero de los pobres, de la masa de humanidad que es usualmente ignorada por los intereses y líderes políticos más poderosos. En este regreso a la arena internacional, cuando muchos lo consideraban como un líder del pasado, Castro ha dominado por la fuerza de su personalidad todos los eventos internacionales en los que ha participado en los últimos años.
Es conocido que Castro tiene una personalidad fuerte...y por ello ha sido llamado dominante, autoritario, y con otros calificativos, pero a pesar de ello sus críticos más severos han reconocido su cualidad especial de seducir a sus interlocutores, el magnetismo y la atracción que su personalidad ejerce cuando se habla con él personalmente. Bajo ningún concepto se puede decir que Fidel Castro es un hombre común y corriente, en realidad nunca lo ha sido.