La historia contada por sus originales
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Sobre los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes se ha escrito mucho. En 60 años es difícil no repetirse, encontrar historias no contadas, continuar conmoviendo a las jóvenes generaciones con aquellos hechos que marcaron el devenir histórico de la nación cubana.
Precisamente para construir puentes con el pasado y acercar la historia al presente, por primera vez tres instituciones patrimoniales cubanas se lanzaron en un sueño común: reunir en un mismo lugar documentos, fotos, archivos personales, cartas, objetos y ropas, que cuentan la historia de los asaltantes al Cuartel Moncada de un modo más humano.
Ver de puño y letra aquel fragmento de nota en el que Raúl Gómez García escribía a su madre “caí preso, tu hijo”, escudriñar en las cartas de amor escritas por un asaltante a su esposa mientras sufría prisión en el Presidio Modelo, de la Isla de la Juventud, revisar notas de clase, tarjetas de felicitación, imágenes desgarradoras de la muerte, devuelven ante los ojos a hombres de carne y hueso, pero que se elevaron por encima de sus intereses individuales.
“Es muy emocionante, hubo fotos que ni quise ver, porque ya conocía y sabía lo impactantes que eran, pero también hay muchos documentos originales que no conocía. Me impresionan realmente, me reafirman la idea que tengo de la Revolución, de Fidel Castro”, contó en entrevista exclusiva con Cubahora Antonio del Conde (el cuate), quien fuera el dueño del yate Granma y apoyara la causa de la Revolución desde sus primeros días.
Según explicó a nuestra revista Marta Ferriol, presidenta del Archivo Nacional de la República de Cuba, la idea de la exposición surgió a partir de un convenio de colaboración entre el Archivo Nacional y el Instituto de Historia, que se decidió poner en práctica a partir del aniversario 60 de los asaltos de los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes.
“Quizás el principal valor que tiene esta muestra es que se trata del Asalto al Cuartel Moncada. Es el momento clave del inicio de nuestra Revolución, por lo que es una oportunidad para que las nuevas generaciones conozcan de ese hecho, a través de documentos y fotos. Cuando tú estás frente un pedacito de papel donde un asaltante le escribe a su madre “estoy preso”, eso resulta muy conmovedor y es lo que queremos: una mirada más fresca a través de documentos históricos”, reflexionó Ferriol.
La exposición documental “60 aniversario”, fruto del trabajo conjunto del Instituto de Historia de Cuba, la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado y el Archivo Nacional de la República de Cuba fue inaugurada este martes en la sede del Archivo Nacional, donde permanecerá durante los meses de julio y agosto.
Luego, pasará al Instituto de Historia, a la Sede del Archivo de Asuntos Históricos del Consejo de Estado y, finalmente, al Museo de la Revolución.
EL MONCADA MÁS ALLÁ
La gesta del Moncada ha tenido una enorme importancia, no solo para Cuba, sino para diversos países y personas del continente, que se han identificado con los pasos de la Revolución.
En la inauguración de la exposición conocimos de cerca al “cuate”, quien brindó su ayuda a la Revolución con armas y con el yate Granma. Según cuenta, tuvo la suerte de conocer a Fidel, comprenderlo, descubrir que sus planteamientos estaban a tono con su manera de ser.
Lo vio por primera vez en el año 1955, en la ciudad de México. “Éramos muy jóvenes, yo soy de la misma edad de Fidel, había cierta química. Entonces yo lo entendí y estuve dispuesto a entregarme y colaborar con él en todo”, recuerda con nostalgia Antonio Del Conde.
“El gran reto hoy es que debemos mantener el ambiente revolucionario y, sobre todo, que la juventud se dé cuenta de lo que ha hecho la Revolución, la forma en que lo ha hecho”, consideró el “cuate”.
La historia contada en originales por esta exposición permite traer al presente varios hilos conductores, que demuestran que, como mismo el Apóstol no murió en el año de su centenario, el Moncada todavía está vivo.
También encontramos, entre archivos y recuerdos, al embajador de Venezuela en Cuba, Edgardo Ramírez, quien identificó notables puntos de coincidencias entre lo ocurrido el 26 de julio de 1953, en Cuba, y en su país, un 4 de febrero de 1992.
“Venezuela tuvo un 4 de febrero, comandado por el comandante supremo Hugo Chávez Frías, para revindicar la Patria de Bolívar. Ahí hay un hilo histórico, una coherencia entre la Revolución de Cuba y la de Venezuela: los autores intelectuales, Bolívar y Martí, y los jefes de la Revolución, Fidel y Chávez, dos revolucionarios no solo de su país, sino de Latinoamérica y para el mundo”.
“Cuando encuentras hombres y mujeres que quieren lavar la Patria de dictaduras, incluso todas ellas sostenidas por el imperialismo, corresponde a hombres y mujeres hacerse patriotas. Yo creo que ese es el significado que tiene el 26 de julio y el 4 de febrero en Venezuela. Hoy mi país y Cuba son libres e independientes, y en ellos se configura el socialismo. Defender el socialismo es el único camino que nosotros tenemos para que la patria sea patria”.