Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro en la cooperativa agricola de "Sallai Imre", en Vesnyo, Hungria, el 2 de junio de 1972
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Queridos amigos:
Nos han dado una pequeña tarea, pero una agradable tarea, que es decirles algunas palabras a ustedes, a los cooperativistas, a sus familiares, a los jóvenes, a los niños.
Nosotros llegamos hace algunos minutos. Hemos estado conversando con el Presidente de la cooperativa durante un rato, y él nos ha estado contando la historia de esta cooperativa. ¿Ustedes saben bien la historia de la cooperativa? Yo no sé si los niños conocen la historia de la cooperativa. Me imagino que sí. ¿Tú la conoces?...
De todas formas, a mí me parece una historia interesante. Nos contaban que en este lugar vivía un conde, que tenía 2 000 hectáreas de tierra; que había una agricultura extensiva de trigo y de maíz. Pero entonces se producía muy poco. Muchos hombres y mujeres tenían que trabajar para el conde.
Luego vino la revolución. Las tierras del conde fueron confiscadas, se repartieron entre los campesinos, entre los jornaleros que trabajaban allí con el conde, y que después en el año 1959 se empezó a organizar la cooperativa, empezó a desarrollarse, y que actualmente tienen 3 000 hectáreas, 250 vacas, 150 cerdos, 35 tractores, 6 combinadas y 6 camiones. Nos dicen que ustedes van a tener para el año 1975 el doble número de vacas, y nos han contado también que la producción de maíz el año pasado pasó de 50 quintales por hectárea; que ustedes produjeron 55 quintales por hectárea de maíz y que ustedes produjeron 34 quintales por hectárea de trigo.
Me han dicho también que ustedes consumen mucha leche. Eso no hacía falta decirlo: basta ver los muchachos: están crecidos, gruesos, saludables. Pero que ustedes mandan también leche para la ciudad, que aportan 2 000 toneladas de maíz; que aportan, venden al Estado 2 000 toneladas de maíz, 2 000 toneladas de trigo, 200 animales engordados.
También nos dicen que ustedes tienen un círculo infantil con 120 muchachos, niños; que tienen una buena escuela primaria de ocho grados; que tienen 45 jóvenes becados estudiando en los institutos tecnológicos.
Nos han dicho que tienen el plan de construir sistema de riego para 500 hectáreas, y nos han dicho también que en los próximos años va a mejorar la producción de trigo, de maíz, de leche, y que van a mejorar las condiciones de vida.
Esas son buenas noticias. Eso demuestra que las cosas han cambiado mucho desde la época del conde.
Los que tienen más edad se acuerdan del pasado. Pero a ustedes, que son más nuevecitos, les pasa lo que a mí: que para saber lo que pasó tienen que contarnos todo.
A ustedes les gustan los cuentos, ¿verdad?.. ¿No les gustan los cuentos?.. ¿Sí o no?.. ¿"Iga" o no "Iga"? ¿Cómo es?.. (RISAS) "Iga".
Entonces ustedes les tienen que decir a los padres y a los abuelos que les hagan la historia del pasado, la historia del conde explotador, la historia de los latifundistas, la historia de los burgueses, la historia de los privilegiados que no trabajaban y hacían trabajar al pueblo, la historia de los que explotaban a los obreros, la historia de los que explotaban a las mujeres, la historia de los que explotaban a los niños.
Es necesario que ustedes, los jóvenes, los niños, sepan que todas esas cosas ocurrían en el pasado, y que después de la revolución se está viviendo de otra forma: se está construyendo un mundo mejor, sin privilegios, sin explotación, sin injusticias: que se está construyendo el mundo del socialismo y que se trabaja por construir el comunismo.
¿A cuál van a atender ustedes, al de la cámara o a mí? (RISAS)
Entonces yo les quiero hacer una pregunta: ¿Quiénes son los que van a construir el comunismo aquí en Hungría? (EXCLAMACIONES DE: “¡Nosotros!") ¿Ustedes son los que van a construir el comunismo?... ¿De verdad?...
¿Van a estudiar mucho y van a trabajar mucho?.. "¡Iga!"
Entonces, muchas felicidades.
En nombre del pueblo de Cuba, en nombre de los campesinos y de los trabajadores cubanos, en nombre de los jóvenes, en nombre de los niños cubanos, nosotros los saludamos a ustedes, les expresamos nuestra alegría por sus éxitos, y les deseamos grandes victorias en el futuro y que ustedes, los niños, puedan llegar a conocer la sociedad comunista.
¡Viva la amistad entre Cuba y Hungría, entre nuestros dos pueblos y entre nuestros dos Partidos!
Muchas gracias (APLAUSOS).