Declaración conjunta cubano - argelina
A invitación de Houari Boumedienne, Presidente del Consejo de la Revolución y Presidente del Consejo de Ministros de la República Argelina Democrática y Popular, el comandante Fidel Castro, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Primer Ministro del Gobierno Revolucionario de Cuba, visitó Argelia entre los días 8 y 17 de mayo de 1972.
El comandante Fidel Castro fue acompañado por una importante delegación compuesta por dirigentes del Partido y del Gobierno, altos jefes militares y dirigentes de las organizaciones de masas y de la juventud.
En el curso de su visita el comandante Fidel Castro y la delegación que lo acompañó recorrieron las regiones de Ouargla, Hassi-Messaoud, Orón, Arzew, Mostaganem, Constantine, Skikda y Annaba, así como diversas obras y realizaciones en los terrenos industriales, agrícolas, educacionales y de la salud pública. Durante este recorrido el comandante Fidel Castro asistió sucesivamente a la inauguración de los gasoductos de Hassi- R'Mel-Skikda, del gasoducto, de Mesdar-Skikda, del complejo siderúrgico de EI-Hadjar, del combinado del fos¬fato de Annaba, y participó en las concentraciones populares organizadas en su honor tanto en Orón como en Argel.
El comandante Fidel Castro expresó la profunda emoción que sintió al reco¬rrer los grandes centros de resistencia que fueron el teatro de los combates y de las victorias de los patriotas revolucionarios argelinos, y al sobrevolar regio¬nes enteras que estuvieron sometidas durante la guerra de liberación a los bombardeos masivos y a la destrucción.
Durante esas visitas los distinguidos huéspedes de Argelia conocieron con vivo interés y admiración los éxitos obtenidos por el pueblo argelino gracias a su trabajo y a su ingenio en la edificación económica, social y cultural de su patria. Esos éxitos expresan elocuentemente la determinación del pueblo argelino a forjar libremente una vida de bienestar y de prosperidad.
El comandante Fidel Castro y las altas personalidades que lo acompañaron recibieron en todas partes una calurosa acogida llena de entusiasmo, de sim¬patías y de fervor revolucionario tanto de la población como por parte de las autoridades locales.
Los sentimientos de amistad y de alegría popular con que se recibió a la delegación cubana a todo lo largo del viaje a través del territorio argelino son una prueba fehaciente de los indestructibles lazos de solidaridad que existen entre los dos pueblos. Esos lazos dimanan de una historia escrita con la sangre de millones de mártires y de la lucha común contra el colonialismo y el imperialismo.
El presidente Houari Boumedienne estuvo junto al comandante Fidel Castro durante todo su recorrido, lo que constituye una prueba de los sentimientos de fraternidad y de estrecha colaboración que los animan como compañeros de armas y dirigentes de los dos países.
En el curso de esta visita los dos dirigentes sostuvieron conversaciones en el transcurso de las cuales se hicieron exposiciones sobre el desarrollo económico, social y cultural de sus países. Se informaron mutuamente de las experiencias de las revoluciones cubana y argelina y de la lucha común de sus pueblos contra el imperialismo como parte integrante del movimiento revolucionario y antimperialista mundial.
Los dos dirigentes procedieron a un profundo intercambio de puntos de vista sobre el estado actual y las perspectivas de desarrollo de las relaciones bila¬terales, sobre los problemas internacionales y particularmente sobre los problemas de interés común y la evolución de los movimientos de liberación en el mundo.
En esas conversaciones, que se desarrollaron en un clima de franqueza y amistad y en las que existió una completa identidad de puntos de vista sobre todos los problemas abordados, participaron también;
Por la parte argelina:
Ahmed Kaid, miembro del Consejo de la Revolución y responsable del aparato del Partido.
Abdelazis Bouteflika, miembro del Consejo de la Revolución y ministro de Rela¬ciones Exteriores.
Cherif Belkacem, miembro del Consejo de la Revolución y ministro de Estado.
Ahmed Medeghri, miembro del Consejo de la Revolución y ministro del Interior.
Mohamed Tayebi, miembro del Consejo de la Revolución y ministro de la Agri¬cultura y de la Reforma Agraria.
Ahmed Bencherif, miembro del Consejo de la Revolución y Comandante en Jefe de la Gendarmería Nacional.
Abdesselam Belaid, ministro de Industria y de Energía. Abdelkrim Soussi, embajador de Argelia en Cuba.
Smail Hamdani, secretario general adjunto de la Presidencia.
Abdelhamid Adjali, director de Asuntos Políticos del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Y por la parte cubana:
Comandante Juan Almeida Bosque, miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba, y los miembros del Comité Central:
Comandante Manuel Piñeiro Comandante Flavio Bravo Comandante Arnaldo Ochoa
Comandante Raúl Menéndez Tomassevich Capitán Osmany Cienfuegos
Y el embajador de Cuba en Argelia, Raúl Fornell Delgado.
La delegación cubana rindió merecido homenaje al pueblo argelino y a sus combatientes revolucionarios dirigidos por el Frente de Liberación Nacional por su destacada contribución a la causa revolucionaria en el mundo entero, y expresó su reconocimiento al poder revolucionario de la República Argelina Democrática y Popular por las posiciones antimperialistas y solidarias que han mantenido como línea fundamental de su política exterior.
Esta actitud se inspira en el combate sin tregua llevado a cabo por el pueblo argelino, que se ejemplifica en la resistencia opuesta el siglo pasado por el Emir Abdelkader a la dominación extranjera y se refleja en la continuidad his¬tórica de la gloriosa lucha desarrollada por ese pueblo a todo lo largo del período colonial hasta la obtención de su independencia total y la recupera¬ción de sus preciados valores nacionales.
La delegación cubana expresó su admiración por los grandes logros obtenidos por la República Argelina Democrática y Popular en los terrenos de la edifi¬cación económica, social y cultural y manifestó su más decidido apoyo y esti¬mación por los éxitos obtenidos por el pueblo argelino en la aplicación del plan cuatrienal y en la puesta en práctica de la Revolución Agraria, medidas tomadas por el poder revolucionario argelino con el objetivo de construir una sociedad socialista, haciendo justicia a las masas campesinas que tantos sacri¬ficios aportaron en la lucha por la independencia nacional.
Asimismo reiteró su apoyo a todas las medidas que ha adoptado el gobierno argelino para consolidar su independencia económica, ejercer la soberanía sobre todos sus recursos naturales y asegurar el progreso, la superación y emancipación de las masas populares.
El presidente Houari Boumedienne manifestó su regocijo por la presencia en Argelia de los sucesores de la gesta independentista iniciada en el siglo pasado, casi al unísono de la del pueblo argelino, que inspirados en el pensamiento y obra de José Martí llevaron a cabo la epopeya de su segunda y definitiva independencia, iniciada con el asalto al cuartel Moncada.
La parte argelina reiteró su simpatía e incondicional solidaridad con el pueblo cubano por su importante contribución a la lucha antimperialista mundial, al haber erigido una trinchera indoblegable frente al imperialismo más poderoso y más agresivo de la humanidad. Igualmente expresa su apoyo a la justa reivindicación del pueblo y del Gobierno Revolucionario de Cuba, por el des¬mantelamiento de la Base Naval de Guantánamo y por la restitución de ese territorio cubano ocupado por los Estados Unidos.
La delegación argelina ha rendido homenaje al heroico pueblo cubano, quien a pesar del ilegal bloqueo y de las agresiones constantes de que ha sido víc¬tima ha obtenido considerables triunfos en su desarrollo económico, en la elevación del nivel cultural de su pueblo, en la defensa de su soberanía, man¬teniendo una inquebrantable política internacionalista de solidaridad con todos los pueblos que luchan por su libertad.
El triunfo de la Revolución Socialista en Cuba constituyó un factor determi¬nante para acelerar el proceso revolucionario en toda América Latina y dio inicio al principio del fin de la dominación de los Estados Unidos en ese continente.
Las dos partes coinciden en afirmar que el triunfo de las revoluciones cubana y argelina contribuyó poderosamente a debilitar el colonialismo y el neocolo¬nialismo en el mundo y a reforzar el movimiento de liberación nacional, marcando un cambio positivo en la correlación mundial de fuerzas.
Al abordar los principales problemas internacionales de la época las dos partes han señalado su preocupación por la persistencia de focos de tensión
y conflictos en diversas partes del mundo y han declarado que están resueltamente decididas a luchar al lado de las fuerzas progresistas para salvaguardar el derecho, la justicia y la paz en las relaciones internacionales.
A este respecto ambas partes están convencidas de la necesidad y de la urgen¬cia de que los países socialistas, los países progresistas y todas las fuerzas amantes de la paz, de la libertad y de la justicia, coordinen sus esfuerzos y creen un frente común en la lucha contra el imperialismo, el neocolonialismo y el colonialismo.
En sus análisis sobre la situación particularmente peligrosa para la seguridad internacional que prevalece actualmente en Indochina, las dos delegaciones han denunciado la escalada de la guerra de agresión de los Estados Unidos en Viet Nam y condenan enérgicamente el bloqueo que ha impuesto el impe¬rialismo americano a la República Democrática de Viet Nam, en violación del derecho internacional.
Esa decisión ilegal e inadmisible tomada por la administración americana y las medidas de intimidación y provocación con relación a ese país soberano y a otros países, constituyen un desafío a los países socialistas, a los países progre¬sistas y a la opinión pública mundial. Esos actos particularmente inquietantes agravan la amenaza que pesa sobre la paz y la seguridad internacional.
Ambas partes han manifestado su convicción de que la retirada incondicional de todas las fuerzas de los Estados Unidos de América y de sus aliados de la Península Indochina, así como el cese de su apoyo al régimen de Thieu, son las condiciones indispensables para un retorno a la paz. El Plan de Siete Puntos del Gobierno Revolucionario Provisional de la República de Viet Nam constituye a este respecto una base realista y constructiva para una solución negociada. Además, condenan la reanudación y la intensificación de los criminales bom¬bardeos que contra la República Democrática de Viet Nam llevan a cabo las fuerzas áreas y navales americanas y denuncian la llamada política de "viet¬namización" que tiende a prolongar indefinidamente esa guerra de genocidio. Reiteran su firme apoyo a la República Democrática de Viet Nam y a la justa lucha por su independencia de las fuerzas patrióticas de Viet Nam del Sur, de Laos y Cambodia. Y saludan la ofensiva que están realizando en todos los frentes los patriotas indochinos, especialmente en Viet Nam del Sur, quienes por su resistencia heroica se han situado en la vanguardia de la lucha antim¬perialista mundial.
Abordando la situación que prevalece en el sur de Asia, las dos partes expresan sus votos para que se produzca un arreglo pacífico con relación al problema del subcontinente en interés de la paz, de la cooperación y de la buena vecindad entre los pueblos de la región.
Las dos partes apoyan la lucha del pueblo coreano por su reunificación y apoyan las proposiciones hechas en ese sentido por el Gobierno de la Repú¬blica Popular y Democrática de Corea.
Al examinar la evolución de la situación en el Medio Oriente, las dos partes han expresado sus profundas preocupaciones frente a la situación creada por el imperialismo y el sionismo internacional en la región y condenan enérgica¬mente la política expansionista de Israel, que con la multifacética ayuda de sus aliados imperialistas y en particular los Estados Unidos de América, per¬sisten en su política de agresión y ocupación de los territorios árabes.
Las dos delegaciones rindieron un merecido homenaje al pueblo palestino por los sacrificios que ha hecho en su combate por el restablecimiento de sus inalie¬nables derechos nacionales.
Ambas partes reafirmaron que los países árabes, cuyos territorios están ocupa¬dos por Israel, están en su pleno derecho de utilizar todos los medios que juzguen pertinentes, incluyendo la lucha armada, para recuperar sus territorios. Al mismo tiempo apoyan la lucha armada del pueblo palestino y condenan los planes y maniobras tendientes a la liquidación de su resistencia.
Consideran que toda solución del problema de esa región, para ser justa y duradera, debe necesariamente tomar en consideración el restablecimiento de los derechos nacionales del pueblo palestino.
La delegación cubana saluda la posición adoptada por el poder revolucio¬nario y el pueblo argelino en torno a la crisis del Medio Oriente.
Cuba expresó su comprensión por la política de fraternidad y de buena vecin¬dad llevada a cabo por Argelia con los países del Maghreb y los otros países africanos.
Las delegaciones cubana y argelina expresaron sus simpatías por el pueblo, el Partido y el Gobierno de la República de Guinea, quienes sostienen una tenaz lucha contra el colonialismo, el neocolonialismo y por la consolidación de su independencia nacional, la reafirmación de sus valores culturales nacio¬nales, la defensa de sus conquistas revolucionarias y por la edificación de una nueva sociedad.
Saludan al pueblo guineano por su victoria sobre la invasión mercenaria orga¬nizada por los colonialistas portugueses con el apoyo de la OTAN, y le tras¬miten la seguridad de su solidaridad moral y material ante cualquier contin¬gencia que amenace la soberanía y la integridad territorial de su patria.
Las dos partes ratifican su apoyo militante a la lucha de liberación nacional de los pueblos africanos, quienes hacen frente a la más bárbara y brutal domi¬nación colonial ejercida por Portugal y por los regímenes racistas de Pretoria y de Salisbury.
Saludan a los combatientes por la libertad de Guinea-Bissau y de las Islas de Cabo Verde, de Angola y de Mozambique. Esos combatientes se han hecho merecedores, con sus esfuerzos y sacrificios, de la ayuda más resuelta y eficaz de parte de las fuerzas revolucionarias mundiales.
Expresaron su apoyo a la lucha de los pueblos de África del Sur, Zimbabwe y Namibia contra los regímenes minoritarios y su criminal política de discriminación racial de las poblaciones africanas que constituyen la mayoría en esos territorios.
Las delegaciones cubana y argelina condenan la política neocolonial de las potencias imperialistas, las que con sus sutiles maniobras y complots contra los países revolucionarios y progresistas tratan de continuar manteniendo el control de las riquezas de los países africanos.
América Latina, que hasta el triunfo de la Revolución Cubana estaba some¬tida al dominio de los monopolios del capitalismo americano, presenta hoy un desarrollo constante de la lucha revolucionaria y una sensible ampliación del frente antimperialista, en el cual se unen marxistas, cristianos y militares pa¬triotas. Desde el Río Bravo hasta la Tierra del Fuego, en las montañas como en las ciudades, las masas enarbolan las banderas de combate por las cuales cayeron en tierra boliviana el comandante Ernesto Che Guevara y otros com¬batientes revolucionarios.
Las dos delegaciones manifestaron su apoyo al Gobierno de la Unidad Popular de Chile dirigido por el presidente Salvador Allende, a las medidas naciona¬listas tomadas en Perú, y a la justa lucha del pueblo panameño por su sobe¬ranía sobre la totalidad de su territorio.
Consideran al movimiento de países no alineados como una actitud positiva con relación a los grandes problemas de la época, y lo definen como un com¬promiso activo y constante al lado de todas las causas justas. Las dos partes están de acuerdo que frente a los graves problemas y a los cambios que caracterizan la actual situación internacional, los países no alineados deben permanecer vigilantes y coordinar sus esfuerzos con vistas a crear las condi¬ciones más favorables a la lucha de los pueblos por su libertad y a la restau¬ración de la justicia y de la igualdad de todas las relaciones entre los Es¬tados.
Las dos partes han expresado su satisfacción con respecto a los favorables cambios de la situación en Europa, especialmente después de la firma del Acuerdo sobre Berlín Oeste.
la parte cubana apreció el interés manifestado por Argelia en cuanto al desarrollo de la situación en el continente europeo, muy especialmente cuando se han tomado iniciativas con vistas a convocar una conferencia sobre la segu¬ridad y la cooperación, estando Argelia directamente interesada en este pro¬blema debido a su posición y a sus múltiples lazos con los países de la región, así como porque esa cuestión no dejará de tener influencia en el desarrollo de la situación en la cuenca del Mediterráneo.
En lo que respecta a la Organización de las Naciones Unidas, las dos partes han manifestado su política de continuar trabajando para el perfecciona¬miento de sus instituciones para aumentar su eficacia y ponerlo al servicio de toda la humanidad.
Las dos partes abogan por el reconocimiento de la personalidad internacional de la República Democrática Alemana.
En materia de desarme, las delegaciones de Cuba y Argelia han señalado la necesidad de que prosigan las negociaciones en este terreno y se pronunciaron en favor de la convocatoria de una conferencia mundial sobre el desarme con vistas a llegar a un acuerdo sobre el desarme general y completo bajo un estricto control internacional.
Consideran también que la paralización de la carrera armamentista y la reduc¬ción de los presupuestos militares que resultaría de ese hecho, permitirá dis¬poner de importantes recursos materiales para emplearlos en el progreso económico y social de todos los países y en particular los que están en vías de desarrollo.
Ambas delegaciones reiteraron enérgicamente el derecho soberano de los Esta¬dos sobre sus recursos naturales, así como a recuperar y utilizar esos recursos para el beneficio exclusivo de sus pueblos.
La parte argelina se regocija con la adhesión de Cuba al Grupo de los 77. Ade¬más, considera que con esta incorporación el Gobierno de Cuba contribuirá al fortalecimiento de la lucha de los pueblos en vías de desarrollo por su bienestar económico y social.
En este espíritu las dos partes insistieron en la necesidad de trabajar por el establecimiento de relaciones económicas internacionales equilibradas, por la adopción de una política económica y comercial apropiada y por la elimi¬nación de las prácticas discriminatorias y de los obstáculos artificiales. Reafir¬maron también su deseo de crear las condiciones para un desarrollo armó¬nico de los intercambios comerciales internacionales.
Las dos delegaciones condenan la penetración cultural imperialista en los países de África, Asia y América Latina, y rechazan las formas de expresión artís¬tica y literaria basadas en el egoísmo y el derrotismo y reafirman su decisión de preservar los valores culturales y artísticos de sus pueblos y desarrollar todas las formas de expresión nacidas en la lucha de liberación nacional y orientadas hacia la construcción de una nueva sociedad.
Las dos partes han expresado su gran satisfacción por los resultados y desa¬rrollo de la visita efectuada a la República Argelina Democrática y Popular por el comandante Fidel Castro, primer secretario del Comité Central del Par¬tido Comunista y primer ministro del Gobierno Revolucionario de Cuba.
Además estiman que esa visita, como las entrevistas sostenidas, constituye un paso muy importante en la consolidación y en el reforzamiento de los lazos de amistad y de cooperación entre los dos países, y al mismo tiempo son una nueva contribución de la República de Cuba y de la República Argelina Demo¬crática y Popular a la causa del fortalecimiento del frente antimperialista, de la cooperación internacional y de la paz en el mundo.
Los dirigentes de los dos países expresaron sus profundos deseos de desarrollar y de consolidar firmemente la amistad cubano-argelina y la cooperación mutua en todos los terrenos. Además han subrayado lo útil de los contactos y de los encuentros a todos los niveles entre los dirigentes de los dos países, y mani¬festaron su voluntad de desarrollar el intercambio de visitas entre Argelia y Cuba. Además decidieron estrechar los lazos entre el Partido Comunista de Cuba y el Frente de Liberación Nacional, que representan la encarnación de la conciencia revolucionaria de sus pueblos y la fuerza política dirigente de la revolución en los dos países.
Las dos partes han acordado realizar frecuentes consultas sobre los proble¬mas de interés común.
El comandante Fidel Castro expresó en su nombre y en el de la delegación cubana su agradecimiento por la inolvidable y fraterno acogida que le fue
dispensada por el presidente Houari Boumedienne, el Partido, el Gobierno y el pueblo de Argelia, e invitó al Presidente argelino a efectuar una visita oficial a su país. Esta invitación fue aceptada y la fecha de la visita será fijada oportunamente.
Dada en Argel, a los diecisiete días del mes de mayo de mil novecientos setenta y dos.
Comandante Fidel Castro Ruz Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Primer Ministro del Gobierno Revolucionario de Cuba
Houari Boumedienne Presidente del Consejo de la Revolución y del Consejo de Ministros
de la República Argelina Democrática y Popular
El comandante Fidel Castro fue acompañado por una importante delegación compuesta por dirigentes del Partido y del Gobierno, altos jefes militares y dirigentes de las organizaciones de masas y de la juventud.
En el curso de su visita el comandante Fidel Castro y la delegación que lo acompañó recorrieron las regiones de Ouargla, Hassi-Messaoud, Orón, Arzew, Mostaganem, Constantine, Skikda y Annaba, así como diversas obras y realizaciones en los terrenos industriales, agrícolas, educacionales y de la salud pública. Durante este recorrido el comandante Fidel Castro asistió sucesivamente a la inauguración de los gasoductos de Hassi- R'Mel-Skikda, del gasoducto, de Mesdar-Skikda, del complejo siderúrgico de EI-Hadjar, del combinado del fos¬fato de Annaba, y participó en las concentraciones populares organizadas en su honor tanto en Orón como en Argel.
El comandante Fidel Castro expresó la profunda emoción que sintió al reco¬rrer los grandes centros de resistencia que fueron el teatro de los combates y de las victorias de los patriotas revolucionarios argelinos, y al sobrevolar regio¬nes enteras que estuvieron sometidas durante la guerra de liberación a los bombardeos masivos y a la destrucción.
Durante esas visitas los distinguidos huéspedes de Argelia conocieron con vivo interés y admiración los éxitos obtenidos por el pueblo argelino gracias a su trabajo y a su ingenio en la edificación económica, social y cultural de su patria. Esos éxitos expresan elocuentemente la determinación del pueblo argelino a forjar libremente una vida de bienestar y de prosperidad.
El comandante Fidel Castro y las altas personalidades que lo acompañaron recibieron en todas partes una calurosa acogida llena de entusiasmo, de sim¬patías y de fervor revolucionario tanto de la población como por parte de las autoridades locales.
Los sentimientos de amistad y de alegría popular con que se recibió a la delegación cubana a todo lo largo del viaje a través del territorio argelino son una prueba fehaciente de los indestructibles lazos de solidaridad que existen entre los dos pueblos. Esos lazos dimanan de una historia escrita con la sangre de millones de mártires y de la lucha común contra el colonialismo y el imperialismo.
El presidente Houari Boumedienne estuvo junto al comandante Fidel Castro durante todo su recorrido, lo que constituye una prueba de los sentimientos de fraternidad y de estrecha colaboración que los animan como compañeros de armas y dirigentes de los dos países.
En el curso de esta visita los dos dirigentes sostuvieron conversaciones en el transcurso de las cuales se hicieron exposiciones sobre el desarrollo económico, social y cultural de sus países. Se informaron mutuamente de las experiencias de las revoluciones cubana y argelina y de la lucha común de sus pueblos contra el imperialismo como parte integrante del movimiento revolucionario y antimperialista mundial.
Los dos dirigentes procedieron a un profundo intercambio de puntos de vista sobre el estado actual y las perspectivas de desarrollo de las relaciones bila¬terales, sobre los problemas internacionales y particularmente sobre los problemas de interés común y la evolución de los movimientos de liberación en el mundo.
En esas conversaciones, que se desarrollaron en un clima de franqueza y amistad y en las que existió una completa identidad de puntos de vista sobre todos los problemas abordados, participaron también;
Por la parte argelina:
Ahmed Kaid, miembro del Consejo de la Revolución y responsable del aparato del Partido.
Abdelazis Bouteflika, miembro del Consejo de la Revolución y ministro de Rela¬ciones Exteriores.
Cherif Belkacem, miembro del Consejo de la Revolución y ministro de Estado.
Ahmed Medeghri, miembro del Consejo de la Revolución y ministro del Interior.
Mohamed Tayebi, miembro del Consejo de la Revolución y ministro de la Agri¬cultura y de la Reforma Agraria.
Ahmed Bencherif, miembro del Consejo de la Revolución y Comandante en Jefe de la Gendarmería Nacional.
Abdesselam Belaid, ministro de Industria y de Energía. Abdelkrim Soussi, embajador de Argelia en Cuba.
Smail Hamdani, secretario general adjunto de la Presidencia.
Abdelhamid Adjali, director de Asuntos Políticos del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Y por la parte cubana:
Comandante Juan Almeida Bosque, miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba, y los miembros del Comité Central:
Comandante Manuel Piñeiro Comandante Flavio Bravo Comandante Arnaldo Ochoa
Comandante Raúl Menéndez Tomassevich Capitán Osmany Cienfuegos
Y el embajador de Cuba en Argelia, Raúl Fornell Delgado.
La delegación cubana rindió merecido homenaje al pueblo argelino y a sus combatientes revolucionarios dirigidos por el Frente de Liberación Nacional por su destacada contribución a la causa revolucionaria en el mundo entero, y expresó su reconocimiento al poder revolucionario de la República Argelina Democrática y Popular por las posiciones antimperialistas y solidarias que han mantenido como línea fundamental de su política exterior.
Esta actitud se inspira en el combate sin tregua llevado a cabo por el pueblo argelino, que se ejemplifica en la resistencia opuesta el siglo pasado por el Emir Abdelkader a la dominación extranjera y se refleja en la continuidad his¬tórica de la gloriosa lucha desarrollada por ese pueblo a todo lo largo del período colonial hasta la obtención de su independencia total y la recupera¬ción de sus preciados valores nacionales.
La delegación cubana expresó su admiración por los grandes logros obtenidos por la República Argelina Democrática y Popular en los terrenos de la edifi¬cación económica, social y cultural y manifestó su más decidido apoyo y esti¬mación por los éxitos obtenidos por el pueblo argelino en la aplicación del plan cuatrienal y en la puesta en práctica de la Revolución Agraria, medidas tomadas por el poder revolucionario argelino con el objetivo de construir una sociedad socialista, haciendo justicia a las masas campesinas que tantos sacri¬ficios aportaron en la lucha por la independencia nacional.
Asimismo reiteró su apoyo a todas las medidas que ha adoptado el gobierno argelino para consolidar su independencia económica, ejercer la soberanía sobre todos sus recursos naturales y asegurar el progreso, la superación y emancipación de las masas populares.
El presidente Houari Boumedienne manifestó su regocijo por la presencia en Argelia de los sucesores de la gesta independentista iniciada en el siglo pasado, casi al unísono de la del pueblo argelino, que inspirados en el pensamiento y obra de José Martí llevaron a cabo la epopeya de su segunda y definitiva independencia, iniciada con el asalto al cuartel Moncada.
La parte argelina reiteró su simpatía e incondicional solidaridad con el pueblo cubano por su importante contribución a la lucha antimperialista mundial, al haber erigido una trinchera indoblegable frente al imperialismo más poderoso y más agresivo de la humanidad. Igualmente expresa su apoyo a la justa reivindicación del pueblo y del Gobierno Revolucionario de Cuba, por el des¬mantelamiento de la Base Naval de Guantánamo y por la restitución de ese territorio cubano ocupado por los Estados Unidos.
La delegación argelina ha rendido homenaje al heroico pueblo cubano, quien a pesar del ilegal bloqueo y de las agresiones constantes de que ha sido víc¬tima ha obtenido considerables triunfos en su desarrollo económico, en la elevación del nivel cultural de su pueblo, en la defensa de su soberanía, man¬teniendo una inquebrantable política internacionalista de solidaridad con todos los pueblos que luchan por su libertad.
El triunfo de la Revolución Socialista en Cuba constituyó un factor determi¬nante para acelerar el proceso revolucionario en toda América Latina y dio inicio al principio del fin de la dominación de los Estados Unidos en ese continente.
Las dos partes coinciden en afirmar que el triunfo de las revoluciones cubana y argelina contribuyó poderosamente a debilitar el colonialismo y el neocolo¬nialismo en el mundo y a reforzar el movimiento de liberación nacional, marcando un cambio positivo en la correlación mundial de fuerzas.
Al abordar los principales problemas internacionales de la época las dos partes han señalado su preocupación por la persistencia de focos de tensión
y conflictos en diversas partes del mundo y han declarado que están resueltamente decididas a luchar al lado de las fuerzas progresistas para salvaguardar el derecho, la justicia y la paz en las relaciones internacionales.
A este respecto ambas partes están convencidas de la necesidad y de la urgen¬cia de que los países socialistas, los países progresistas y todas las fuerzas amantes de la paz, de la libertad y de la justicia, coordinen sus esfuerzos y creen un frente común en la lucha contra el imperialismo, el neocolonialismo y el colonialismo.
En sus análisis sobre la situación particularmente peligrosa para la seguridad internacional que prevalece actualmente en Indochina, las dos delegaciones han denunciado la escalada de la guerra de agresión de los Estados Unidos en Viet Nam y condenan enérgicamente el bloqueo que ha impuesto el impe¬rialismo americano a la República Democrática de Viet Nam, en violación del derecho internacional.
Esa decisión ilegal e inadmisible tomada por la administración americana y las medidas de intimidación y provocación con relación a ese país soberano y a otros países, constituyen un desafío a los países socialistas, a los países progre¬sistas y a la opinión pública mundial. Esos actos particularmente inquietantes agravan la amenaza que pesa sobre la paz y la seguridad internacional.
Ambas partes han manifestado su convicción de que la retirada incondicional de todas las fuerzas de los Estados Unidos de América y de sus aliados de la Península Indochina, así como el cese de su apoyo al régimen de Thieu, son las condiciones indispensables para un retorno a la paz. El Plan de Siete Puntos del Gobierno Revolucionario Provisional de la República de Viet Nam constituye a este respecto una base realista y constructiva para una solución negociada. Además, condenan la reanudación y la intensificación de los criminales bom¬bardeos que contra la República Democrática de Viet Nam llevan a cabo las fuerzas áreas y navales americanas y denuncian la llamada política de "viet¬namización" que tiende a prolongar indefinidamente esa guerra de genocidio. Reiteran su firme apoyo a la República Democrática de Viet Nam y a la justa lucha por su independencia de las fuerzas patrióticas de Viet Nam del Sur, de Laos y Cambodia. Y saludan la ofensiva que están realizando en todos los frentes los patriotas indochinos, especialmente en Viet Nam del Sur, quienes por su resistencia heroica se han situado en la vanguardia de la lucha antim¬perialista mundial.
Abordando la situación que prevalece en el sur de Asia, las dos partes expresan sus votos para que se produzca un arreglo pacífico con relación al problema del subcontinente en interés de la paz, de la cooperación y de la buena vecindad entre los pueblos de la región.
Las dos partes apoyan la lucha del pueblo coreano por su reunificación y apoyan las proposiciones hechas en ese sentido por el Gobierno de la Repú¬blica Popular y Democrática de Corea.
Al examinar la evolución de la situación en el Medio Oriente, las dos partes han expresado sus profundas preocupaciones frente a la situación creada por el imperialismo y el sionismo internacional en la región y condenan enérgica¬mente la política expansionista de Israel, que con la multifacética ayuda de sus aliados imperialistas y en particular los Estados Unidos de América, per¬sisten en su política de agresión y ocupación de los territorios árabes.
Las dos delegaciones rindieron un merecido homenaje al pueblo palestino por los sacrificios que ha hecho en su combate por el restablecimiento de sus inalie¬nables derechos nacionales.
Ambas partes reafirmaron que los países árabes, cuyos territorios están ocupa¬dos por Israel, están en su pleno derecho de utilizar todos los medios que juzguen pertinentes, incluyendo la lucha armada, para recuperar sus territorios. Al mismo tiempo apoyan la lucha armada del pueblo palestino y condenan los planes y maniobras tendientes a la liquidación de su resistencia.
Consideran que toda solución del problema de esa región, para ser justa y duradera, debe necesariamente tomar en consideración el restablecimiento de los derechos nacionales del pueblo palestino.
La delegación cubana saluda la posición adoptada por el poder revolucio¬nario y el pueblo argelino en torno a la crisis del Medio Oriente.
Cuba expresó su comprensión por la política de fraternidad y de buena vecin¬dad llevada a cabo por Argelia con los países del Maghreb y los otros países africanos.
Las delegaciones cubana y argelina expresaron sus simpatías por el pueblo, el Partido y el Gobierno de la República de Guinea, quienes sostienen una tenaz lucha contra el colonialismo, el neocolonialismo y por la consolidación de su independencia nacional, la reafirmación de sus valores culturales nacio¬nales, la defensa de sus conquistas revolucionarias y por la edificación de una nueva sociedad.
Saludan al pueblo guineano por su victoria sobre la invasión mercenaria orga¬nizada por los colonialistas portugueses con el apoyo de la OTAN, y le tras¬miten la seguridad de su solidaridad moral y material ante cualquier contin¬gencia que amenace la soberanía y la integridad territorial de su patria.
Las dos partes ratifican su apoyo militante a la lucha de liberación nacional de los pueblos africanos, quienes hacen frente a la más bárbara y brutal domi¬nación colonial ejercida por Portugal y por los regímenes racistas de Pretoria y de Salisbury.
Saludan a los combatientes por la libertad de Guinea-Bissau y de las Islas de Cabo Verde, de Angola y de Mozambique. Esos combatientes se han hecho merecedores, con sus esfuerzos y sacrificios, de la ayuda más resuelta y eficaz de parte de las fuerzas revolucionarias mundiales.
Expresaron su apoyo a la lucha de los pueblos de África del Sur, Zimbabwe y Namibia contra los regímenes minoritarios y su criminal política de discriminación racial de las poblaciones africanas que constituyen la mayoría en esos territorios.
Las delegaciones cubana y argelina condenan la política neocolonial de las potencias imperialistas, las que con sus sutiles maniobras y complots contra los países revolucionarios y progresistas tratan de continuar manteniendo el control de las riquezas de los países africanos.
América Latina, que hasta el triunfo de la Revolución Cubana estaba some¬tida al dominio de los monopolios del capitalismo americano, presenta hoy un desarrollo constante de la lucha revolucionaria y una sensible ampliación del frente antimperialista, en el cual se unen marxistas, cristianos y militares pa¬triotas. Desde el Río Bravo hasta la Tierra del Fuego, en las montañas como en las ciudades, las masas enarbolan las banderas de combate por las cuales cayeron en tierra boliviana el comandante Ernesto Che Guevara y otros com¬batientes revolucionarios.
Las dos delegaciones manifestaron su apoyo al Gobierno de la Unidad Popular de Chile dirigido por el presidente Salvador Allende, a las medidas naciona¬listas tomadas en Perú, y a la justa lucha del pueblo panameño por su sobe¬ranía sobre la totalidad de su territorio.
Consideran al movimiento de países no alineados como una actitud positiva con relación a los grandes problemas de la época, y lo definen como un com¬promiso activo y constante al lado de todas las causas justas. Las dos partes están de acuerdo que frente a los graves problemas y a los cambios que caracterizan la actual situación internacional, los países no alineados deben permanecer vigilantes y coordinar sus esfuerzos con vistas a crear las condi¬ciones más favorables a la lucha de los pueblos por su libertad y a la restau¬ración de la justicia y de la igualdad de todas las relaciones entre los Es¬tados.
Las dos partes han expresado su satisfacción con respecto a los favorables cambios de la situación en Europa, especialmente después de la firma del Acuerdo sobre Berlín Oeste.
la parte cubana apreció el interés manifestado por Argelia en cuanto al desarrollo de la situación en el continente europeo, muy especialmente cuando se han tomado iniciativas con vistas a convocar una conferencia sobre la segu¬ridad y la cooperación, estando Argelia directamente interesada en este pro¬blema debido a su posición y a sus múltiples lazos con los países de la región, así como porque esa cuestión no dejará de tener influencia en el desarrollo de la situación en la cuenca del Mediterráneo.
En lo que respecta a la Organización de las Naciones Unidas, las dos partes han manifestado su política de continuar trabajando para el perfecciona¬miento de sus instituciones para aumentar su eficacia y ponerlo al servicio de toda la humanidad.
Las dos partes abogan por el reconocimiento de la personalidad internacional de la República Democrática Alemana.
En materia de desarme, las delegaciones de Cuba y Argelia han señalado la necesidad de que prosigan las negociaciones en este terreno y se pronunciaron en favor de la convocatoria de una conferencia mundial sobre el desarme con vistas a llegar a un acuerdo sobre el desarme general y completo bajo un estricto control internacional.
Consideran también que la paralización de la carrera armamentista y la reduc¬ción de los presupuestos militares que resultaría de ese hecho, permitirá dis¬poner de importantes recursos materiales para emplearlos en el progreso económico y social de todos los países y en particular los que están en vías de desarrollo.
Ambas delegaciones reiteraron enérgicamente el derecho soberano de los Esta¬dos sobre sus recursos naturales, así como a recuperar y utilizar esos recursos para el beneficio exclusivo de sus pueblos.
La parte argelina se regocija con la adhesión de Cuba al Grupo de los 77. Ade¬más, considera que con esta incorporación el Gobierno de Cuba contribuirá al fortalecimiento de la lucha de los pueblos en vías de desarrollo por su bienestar económico y social.
En este espíritu las dos partes insistieron en la necesidad de trabajar por el establecimiento de relaciones económicas internacionales equilibradas, por la adopción de una política económica y comercial apropiada y por la elimi¬nación de las prácticas discriminatorias y de los obstáculos artificiales. Reafir¬maron también su deseo de crear las condiciones para un desarrollo armó¬nico de los intercambios comerciales internacionales.
Las dos delegaciones condenan la penetración cultural imperialista en los países de África, Asia y América Latina, y rechazan las formas de expresión artís¬tica y literaria basadas en el egoísmo y el derrotismo y reafirman su decisión de preservar los valores culturales y artísticos de sus pueblos y desarrollar todas las formas de expresión nacidas en la lucha de liberación nacional y orientadas hacia la construcción de una nueva sociedad.
Las dos partes han expresado su gran satisfacción por los resultados y desa¬rrollo de la visita efectuada a la República Argelina Democrática y Popular por el comandante Fidel Castro, primer secretario del Comité Central del Par¬tido Comunista y primer ministro del Gobierno Revolucionario de Cuba.
Además estiman que esa visita, como las entrevistas sostenidas, constituye un paso muy importante en la consolidación y en el reforzamiento de los lazos de amistad y de cooperación entre los dos países, y al mismo tiempo son una nueva contribución de la República de Cuba y de la República Argelina Demo¬crática y Popular a la causa del fortalecimiento del frente antimperialista, de la cooperación internacional y de la paz en el mundo.
Los dirigentes de los dos países expresaron sus profundos deseos de desarrollar y de consolidar firmemente la amistad cubano-argelina y la cooperación mutua en todos los terrenos. Además han subrayado lo útil de los contactos y de los encuentros a todos los niveles entre los dirigentes de los dos países, y mani¬festaron su voluntad de desarrollar el intercambio de visitas entre Argelia y Cuba. Además decidieron estrechar los lazos entre el Partido Comunista de Cuba y el Frente de Liberación Nacional, que representan la encarnación de la conciencia revolucionaria de sus pueblos y la fuerza política dirigente de la revolución en los dos países.
Las dos partes han acordado realizar frecuentes consultas sobre los proble¬mas de interés común.
El comandante Fidel Castro expresó en su nombre y en el de la delegación cubana su agradecimiento por la inolvidable y fraterno acogida que le fue
dispensada por el presidente Houari Boumedienne, el Partido, el Gobierno y el pueblo de Argelia, e invitó al Presidente argelino a efectuar una visita oficial a su país. Esta invitación fue aceptada y la fecha de la visita será fijada oportunamente.
Dada en Argel, a los diecisiete días del mes de mayo de mil novecientos setenta y dos.
Comandante Fidel Castro Ruz Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Primer Ministro del Gobierno Revolucionario de Cuba
Houari Boumedienne Presidente del Consejo de la Revolución y del Consejo de Ministros
de la República Argelina Democrática y Popular
Source:
01/05/1972