Que el Gobierno de EE.UU. responda si esconde o no a Posada Carriles
Date:
11/04/2005
Source:
Granma
Author:
Demanda el líder de la Revolución de los gobiernos europeos a que se pronuncien ante el hecho. Los cubanos reclaman justicia por los crímenes cometidos durante más de 45 años por los terroristas alentados desde el Norte.
El Comandante en Jefe Fidel Castro exigió ayer al presidente de Estados Unidos, W. Bush, que responda ante el mundo si es cierto o no que, hace ya tres semanas, el Gobierno de ese país tiene a su amparo, en territorio norteamericano, al connotado terrorista internacional Luis Posada Carriles.
Con el de ayer sumaron 19 los días de estancia de Posada Carriles en EE.UU. y las máximas autoridades de esa nación no han dicho hasta el momento ni una sola palabra; solo se ha hecho correr la noticia mediante reportes de prensa como el publicado en el diario The Miami Herald, al cual un funcionario federal confirmó la presencia del terrorista.
Todo indica que la entrada amañada, silenciosa y conspirativa del asesino a EE.UU., responde al interés de Washington de dejar correr el tiempo, pues en estos días intenta condenar a Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas, y no resulta conveniente que el mundo conozca la actitud hipócrita del imperio, consideró el líder de la Revolución.
Los emplazamos a que digan algo, a que expresen la opinión de algo que ya es como una criatura que tiene que nacer. La verdad es que el honorable Presidente de Estados Unidos está en estos momentos como una embarazada que tiene un monstruo en el vientre y debe darlo a luz, o a la luz, y pronto, porque va a ser muy difícil darse marcha atrás; tienen que presentarlo, demandó Fidel, en su comparecencia especial de este lunes en el Palacio de las Convenciones.
El Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros le recordó al mandatario estadounidense palabras pronunciadas por este último el 26 de agosto del 2003, en las que Bush afirmó que enviaba un mensaje que podía ser entendido por todo el mundo: Si alguien protege a un terrorista, si alguien apoya a un terrorista, si alguien alimenta a un terrorista, es tan culpable como los terroristas.
Entonces, ¿cómo entender la protección a Posada Carriles? En opinión de Fidel, hacer eso es un ultraje a los ciudadanos norteamericanos que murieron en las Torres Gemelas de Nueva York, olvidar que allá, como aquí, viven miles de familiares de los que han sido sacrificados en atroces actos terroristas.
El Comandante en Jefe hizo su intervención ante combatientes y familiares de los caídos en el sabotaje al barco La Coubre y en la lucha contra bandidos en nuestro país iniciada a fines de 1960; sobrevivientes y familiares de las víctimas del sabotaje cometido contra la tienda El Encanto en abril de 1961; combatientes y familiares de los muertos en el enfrentamiento a los mercenarios que invadieron nuestro territorio por Playa Girón, y miembros de la brigada sanitaria que prestó servicios en aquellos momentos.
Escucharon sus palabras también familiares y sobrevivientes del atentado con bomba realizado en febrero de 1974 a la Embajada cubana en Perú; familiares de víctimas de la voladura en pleno vuelo de una aeronave de Cubana de Aviación en 1976 (el crimen más monstruoso de ese tipo cometido en este hemisferio); y familiares de los muertos en los sucesos de Tarará en enero de 1992.
Estaban igualmente en el Palacio de las Convenciones víctimas de la epidemia de dengue hemorrágico provocada por la CIA en Cuba, familiares de los fallecidos en el sabotaje a la refinería Ñico López y de Adriana Corcho, asesinada en nuestra embajada en Portugal en 1976, el padre del joven italiano Fabio Di Celmo, quien fue víctima de las acciones terroristas cometidas contra hoteles y otras instalaciones de La Habana en años recientes, y familiares de los Cinco Héroes prisioneros en EE.UU.
Asistieron abogados participantes en las dos demandas presentadas por el pueblo de Cuba al Gobierno de Estados Unidos por daños humanos y económicos, trabajadores sociales, dirigentes del Partido, la UJC y las organizaciones de masas, combatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y del Ministerio del Interior.
Sobre todos ellos Fidel dijo: Escuche bien, señor Bush, aquí están las víctimas de los crímenes y de los actos terroristas cometidos contra nuestro pueblo durante decenas de años. Es en nombre de ellos que pronuncio estas palabras.
A continuación solicitó a los gobiernos de Europa que opinen sobre la realidad de que monstruos asesinos (los cómplices) sean recibidos en Estados Unidos con más de un acto de homenaje y reconocimiento.
Estados Unidos espera que los europeos le ofrezcan su bochornoso apoyo contra Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de Ginebra, aunque no tendrían que sentirse demasiado abochornados porque llegarán a esa situación desvergonzada, incivilizada y cobarde conociendo con antelación que el Gobierno de la gran superpotencia comete monstruosos crímenes bélicos, preconiza acciones extrajudiciales y es responsable de las torturas cometidas en las cárceles de Iraq y de las perpetradas en territorio de la Base de Guantánamo, ocupado por la fuerza.
El Comandante en Jefe conminó al mandatario de Estados Unidos a que responda si es cierto o no que determinadas personas de su círculo más cercano se interesaron porque él, Bush, diera hospitalidad a Posada Carriles. Y si no lo sabía, desde cuándo lo conoce. Además, reclamó que dijera públicamente si sabía que los más íntimos amigos en la Casa Blanca estaban en esos trajines de proteger al terrorista mientras Juan Pablo II agonizaba, y si sabía de esos hechos, cuando viajó a Roma y se inclinó ante el cadáver del Papa.
Preguntó también Fidel a Bush, si en ese momento de consternación de la humanidad por el fallecimiento del Sumo Pontífice, tenía conciencia de que algo tan bochornoso y tan repugnante como la protección a Posada Carriles estaba teniendo lugar en Estados Unidos. ¿Aprobaría alguna vez el Papa semejante conducta, aprobarían esa conducta la opinión pública mundial, los pueblos, entre ellos el nuestro, los familiares de las víctimas de los actos terroristas?, inquirió el Comandante en Jefe para luego agregar: Todos desean saber si usted lo sabía o no, si tiene conciencia o no de lo que estaba ocurriendo, pues algo así sería como si Bin Laden estuviera en territorio de Estados Unidos y el Presidente de ese país no lo supiera o no hiciera nada.
¿Qué clase de Presidente tiene los Estados Unidos, que permite que un monstruo terrorista que hizo volar en pleno vuelo un avión con 73 personas a bordo y llevó explosivos para hacer volar el Paraninfo de la Universidad de Panamá, con lo cual hubieran podido morir cientos de personas, esté en su país a buen recaudo? ¿Qué seguridad puede tener el pueblo norteamericano con un Presidente así?, ¿Para qué sirven todos los cuerpos de seguridad, todos los órganos de inteligencia, la maquinaria que cuesta cientos de miles de millones de dólares, si no sabían que allí estaba Posada Carriles?, cuestionó Fidel.
Y si lo sabían y se lo informaron a usted, prosiguió el Comandante en Jefe, ¿por qué no lo dijo?, ¿por qué no lo ha informado a la opinión pública mundial?, recalcó.
Usted, dijo refiriéndose a Bush, tiene una gran responsabilidad ante esa opinión mundial, ante el pueblo de Estados Unidos, ante las víctimas de actos terroristas contra norteamericanos que hayan tenido lugar en cualquier lugar del mundo, ante los pueblos de América Latina, ante el pueblo de Cuba y ante los familiares aquí reunidos, que no han recibido jamás el consuelo siquiera de una palabra de arrepentimiento, de una solicitud de perdón por parte de ningún Gobierno de Estados Unidos, advirtió el líder de la Revolución.
Como hecho trascendente y grave calificó la actuación de Washington en relación con Posada Carriles, de cuyo historial terrorista, y el de sus más cercanos cómplices, existe un amplio y publicamente conocido récord.
Fidel también rememoró que la dirección cubana ha estado dispuesta siempre a cooperar con las autoridades de EE.UU. y a proporcionarles la información necesaria acerca de la trayectoria de esos terroristas, aunque la Casa Blanca y sus agencias, incluida la CIA, los conocen bien porque durante décadas esos asesinos han trabajado a las órdenes del imperio.
De manera detallada, el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros relató los hechos que condujeron a la excarcelación de Posada Carriles y sus cómplices luego de haber sido sancionados en Panamá y liberados por el indulto concedido por la ex mandataria de ese país, Mireya Moscoso, cuya conducta corrupta y alineación a las posturas del imperio y de la mafia cubano-americana, resultan igualmente muy conocidas, como constata un artículo de la prestigiosa publicación digital Rebelión, reseñado por Fidel.
El Comandante en Jefe, tras recordar que fue Cuba la que proporcionó todos los datos para la detención de los terroristas por parte de la policía panameña, señaló que nuestro país podía haberlos capturado; pero nunca lo hicimos ni lo haremos, porque tenemos ética, respetamos la soberanía de los demás países y no acostumbramos a realizar acciones de ese tipo, en las que siempre anda enrolado el imperio.
De acuerdo con los comentarios que circulan dentro de la ultraderecha de EE.UU., ahora hay una gran expectativa por el costo político que podría pagar la Administración ante la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra, al existir silencio total por parte del Gobierno y de los cabecillas contrarrevolucionarios, tratando de mantener en secreto a Posada Carriles, comentó.
Sin embargo, agregó, la información se filtró antes de lo previsto, pues a varios miembros del Consejo por la Libertad de Cuba (una connotada organización contrarrevolucionaria), les solicitaron apoyo financiero para el terrorista; es decir, respaldo, para hacer lo que ya tenían previsto.
HISTORIAS DE CANALLAS
El Comandante en Jefe inició la comparecencia haciendo referencia al editorial publicado en el periódico Granma, pero acto seguido aclaró que el motivo de su intervención no era profundizar en el tema de los intentos por frustrar la visita del Papa a Cuba, sino hacer una denuncia de un hecho actual.
Explicó cómo las noticias de los periódicos y emisoras de radio de Miami desde hace unos diez días han ido elaborando una estrategia para presentar de nuevo en esa ciudad al connotado terrorista contrarrevolucionario Luis Posada Carriles con calificativos de "veterano guerrero anticastrista", "figura simbólica", "exiliado cubano"...
Tras calificar de indignante y repugnante la maniobra de quienes se autotitulan defensores de los derechos humanos, el líder de la Revolución abundó acerca del enfoque cínico que han lanzado esos medios al informar que se trata de un "legendario luchador" que ahora pone fin a una "vida errante y clandestina" y busca asilo en Estados Unidos.
Enumeró muchas de las acciones que componen la hoja de servicios de este reconocido criminal y sus acompañantes durante más de 40 años y condenó la actitud de las administraciones estadounidenses que desde el mismo triunfo de la Revolución optaron por entrenarlos, dirigirlos y protegerlos.
Fidel se refirió a la confesión pública que hizo el criminal Posada Carriles al The New York Times en relación con su orgullo por haber perpetrado el atentado de 1976 en Barbados contra el avión en el cual perecieron 73 personas, en su mayoría jóvenes deportistas cubanos.
Mucho antes, desde 1960, Posada Carriles había organizado planes contrarrevolucionarios con el vínculo directo de la CIA. Sobre el asunto, recordó que en un documento desclasificado por el imperio se dio a conocer que el cabecilla trabajó bajo el seudónimo de "El Cazador" en la organización terrorista llamada "Halcones Negros". También señaló que en 1961 Posada recibió entrenamiento militar para secundar el desembarco mercenario por Playa Girón, pero la rápida victoria miliciana de nuestro pueblo le impidió actuar.
Los nexos del connotado enemigo de la Revolución con las peores causas en América Latina quedaron evidenciados por la relación de hechos recordados por Fidel, que incluyeron actividades contra los revolucionarios venezolanos en la década del 60 y en otros países de Nuestra América.
La lista de hechos de sangre de Posada Carriles y sus secuaces es extensa e incluye asesinatos de funcionarios cubanos en el exterior y la organización de atentados dirigidos contra el Comandante en Jefe, particularmente durante las diferentes Cumbres Iberoamericanas celebradas en la década del 90.
En Cartagena de Indias, Colombia, en 1994, y aprovechando la reunión de mandatarios, el cabecilla Posada Carriles organizó un atentado a Fidel, que debió concretarse en el momento en que el Presidente cubano viajara en coche por la ciudad, junto al Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez, como parte del programa de la Cumbre. El hecho no se llegó a realizar.
El Jefe de la Revolución abundó sobre la extensa lista de actos terroristas perpetrados por Posada Carriles, Pedro Remón Rodríguez, Gaspar Jiménez Escobedo y Guillermo Novo Sampol.
Habló de cómo los terroristas intentaron destruir lo que Cuba venía haciendo en el turismo, una vía para salir adelante en medio del período especial y del derrumbe de la URSS y del campo socialista. Es preciso no olvidar que pretendían con esos sabotajes crear un ambiente de caos interno en el país y así derribar a la Revolución.
Fidel ofreció detalles sobre la detención el 17 de noviembre del 2000 del terrorista Luis Posada Carriles y sus compinches, quienes tenían todo planeado para atentar contra su vida cuando se reuniera con los estudiantes en el Paraninfo de la Universidad de Panamá. Nada menos que más de 40 kilogramos de TNT y otros armamentos sofisticados poseían para llevar a cabo la fechoría.
Nosotros los teníamos chequeados, controlados, filmados y les dimos un tiempo a las autoridades panameñas para que tomaran medidas. Recuerden que comparecí ante la prensa allí reunida, le ofrecí los pormenores de la monstruosa matanza que planeaban, después de lo cual fueron arrestados, explicó el Comandante en Jefe.
A renglón seguido dedicó unos minutos para dar a conocer una síntesis de cada uno de los expedientes de Posada Carriles y sus incondicionales, Remón Rodríguez, Novo Sampol y Jiménez Escobedo, en todos los casos llenos de punta a cabo de asesinatos y acciones repugnantes como la cometida contra Eulalio J. Negrín en noviembre de 1979. Negrín asistió en Cuba a una reunión de la Nación y la Emigración, después de lo cual Pedro Remón (siguiendo órdenes de Orlando Bosch, otro esbirro en aquel momento encarcelado en Venezuela), lo asesinó en presencia de su hijo.
También habló de los asesinatos del canciller chileno Orlando Letelier y de Félix García Rodríguez, funcionario de Cuba en la ONU, en los que igualmente tomaron parte estos personajes. Semejantes criminales permanecen en Estados Unidos, y ¿acaso los norteamericanos pueden desconocer la presencia de los denunciados por nuestro país?
Una vez indultados por la presidenta panameña Mireya Moscoso, los "amiguitos" de Bush empezaron a recibir homenajes en Miami y en otras ciudades, donde hasta les hicieron colectas de dinero. El Consejo por la Libertad de Cuba fue uno de los más sobresalientes cuando el 28 de septiembre del 2004 les organizó una fiesta en su honor, en Miami.
El Jefe de la Revolución recordó que mientras estos asesinos andan sueltos, Cinco Compatriotas nuestros, luchadores contra el terrorismo, permanecen en cárceles norteamericanas cumpliendo cadenas perpetuas, donde los familiares apenas los pueden visitar. ¡Qué nobles, qué democráticos, qué justos esos señores del imperio!
Aquí están las notas diplomáticas de Cuba dirigidas a eso que se llama Gobierno de Estados Unidos, dijo Fidel. Nuestro país protestó contra lo que se trataba de hacer por variar el proceso contra los asesinos que se seguía en Panamá, maniobras en las que aparecía la mano de Estados Unidos presionando al ejecutivo para liberar a los terroristas.
Mientras esa patraña se fraguaba, la visita a Panamá de Colin Powell, secretario de Estado norteamericano, servía para hacerle saber a la presidenta Mireya Moscoso que al mandatario W. Bush le interesaba que el viejo asesino y sus compinches encarcelados por intento de magnicidio fueran juzgados como reos en ausencia. El proceso judicial se convertiría en una burla a los pueblos panameño y cubano.
También el infausto Otto Reich fue utilizado para que fuera a Panamá a interceder por los juzgados. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (MINREX) denunció estas artimañas y la intimidación a la que sometieron a figuras clave para destruir un proceso judicial que se había desarrollado con imparcialidad y justicia. En una de esas notas dirigida a la Honorable Embajada de Suiza, Sección de Intereses de los Estados Unidos de América, Cuba expresaba que conocía de la intención de Mireya Moscoso de indultar a los terroristas, y ninguna de esas comunicaciones recibieron respuesta.
Le hicimos saber al Gobierno de Estados Unidos, supuestamente comprometido en la lucha contra el terrorismo internacional, que si estos criminales entraban en ese país debían ser entregados a las autoridades y que Cuba cooperaría en ofrecer cualquier información que sobre ellos solicitaran, señaló.
Estamos informando al mundo antes de que terminen su basura. Tantas notas enviadas y esta es la hora en que no han dicho ni una sola palabra. Recordó que se le pidió al Gobierno de Estados Unidos que se refiriera a las informaciones conocidas de que Posada Carriles se encontraba en Miami, el MINREX reclamó su detención y entrega a Cuba para juzgarlo por los crímenes cometidos contra nuestro pueblo y allí se decía que se espera que a él y a sus compinches los juzguen por el delito de terrorismo internacional. Esperamos que Estados Unidos actúe de forma responsable y no permita que estos "caballeros" burlen nuevamente la acción de la justicia.
Enjuició el Comandante en Jefe que para ese Gobierno es como si contra nosotros no se hubieran cometido actos terroristas. Al parecer, para Estados Unidos, en Cuba no hubo un Playa Girón, no hubo lucha contra bandidos, ni asesinaron a Conrado Benítez y a Manuel Ascunce, tampoco murieron cientos de compatriotas luchando contra esas acciones. Estas no son cosas del pasado, para nosotros valen más los principios.
El Comandante en Jefe Fidel Castro exigió ayer al presidente de Estados Unidos, W. Bush, que responda ante el mundo si es cierto o no que, hace ya tres semanas, el Gobierno de ese país tiene a su amparo, en territorio norteamericano, al connotado terrorista internacional Luis Posada Carriles.
Con el de ayer sumaron 19 los días de estancia de Posada Carriles en EE.UU. y las máximas autoridades de esa nación no han dicho hasta el momento ni una sola palabra; solo se ha hecho correr la noticia mediante reportes de prensa como el publicado en el diario The Miami Herald, al cual un funcionario federal confirmó la presencia del terrorista.
Todo indica que la entrada amañada, silenciosa y conspirativa del asesino a EE.UU., responde al interés de Washington de dejar correr el tiempo, pues en estos días intenta condenar a Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas, y no resulta conveniente que el mundo conozca la actitud hipócrita del imperio, consideró el líder de la Revolución.
Los emplazamos a que digan algo, a que expresen la opinión de algo que ya es como una criatura que tiene que nacer. La verdad es que el honorable Presidente de Estados Unidos está en estos momentos como una embarazada que tiene un monstruo en el vientre y debe darlo a luz, o a la luz, y pronto, porque va a ser muy difícil darse marcha atrás; tienen que presentarlo, demandó Fidel, en su comparecencia especial de este lunes en el Palacio de las Convenciones.
El Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros le recordó al mandatario estadounidense palabras pronunciadas por este último el 26 de agosto del 2003, en las que Bush afirmó que enviaba un mensaje que podía ser entendido por todo el mundo: Si alguien protege a un terrorista, si alguien apoya a un terrorista, si alguien alimenta a un terrorista, es tan culpable como los terroristas.
Entonces, ¿cómo entender la protección a Posada Carriles? En opinión de Fidel, hacer eso es un ultraje a los ciudadanos norteamericanos que murieron en las Torres Gemelas de Nueva York, olvidar que allá, como aquí, viven miles de familiares de los que han sido sacrificados en atroces actos terroristas.
El Comandante en Jefe hizo su intervención ante combatientes y familiares de los caídos en el sabotaje al barco La Coubre y en la lucha contra bandidos en nuestro país iniciada a fines de 1960; sobrevivientes y familiares de las víctimas del sabotaje cometido contra la tienda El Encanto en abril de 1961; combatientes y familiares de los muertos en el enfrentamiento a los mercenarios que invadieron nuestro territorio por Playa Girón, y miembros de la brigada sanitaria que prestó servicios en aquellos momentos.
Escucharon sus palabras también familiares y sobrevivientes del atentado con bomba realizado en febrero de 1974 a la Embajada cubana en Perú; familiares de víctimas de la voladura en pleno vuelo de una aeronave de Cubana de Aviación en 1976 (el crimen más monstruoso de ese tipo cometido en este hemisferio); y familiares de los muertos en los sucesos de Tarará en enero de 1992.
Estaban igualmente en el Palacio de las Convenciones víctimas de la epidemia de dengue hemorrágico provocada por la CIA en Cuba, familiares de los fallecidos en el sabotaje a la refinería Ñico López y de Adriana Corcho, asesinada en nuestra embajada en Portugal en 1976, el padre del joven italiano Fabio Di Celmo, quien fue víctima de las acciones terroristas cometidas contra hoteles y otras instalaciones de La Habana en años recientes, y familiares de los Cinco Héroes prisioneros en EE.UU.
Asistieron abogados participantes en las dos demandas presentadas por el pueblo de Cuba al Gobierno de Estados Unidos por daños humanos y económicos, trabajadores sociales, dirigentes del Partido, la UJC y las organizaciones de masas, combatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y del Ministerio del Interior.
Sobre todos ellos Fidel dijo: Escuche bien, señor Bush, aquí están las víctimas de los crímenes y de los actos terroristas cometidos contra nuestro pueblo durante decenas de años. Es en nombre de ellos que pronuncio estas palabras.
A continuación solicitó a los gobiernos de Europa que opinen sobre la realidad de que monstruos asesinos (los cómplices) sean recibidos en Estados Unidos con más de un acto de homenaje y reconocimiento.
Estados Unidos espera que los europeos le ofrezcan su bochornoso apoyo contra Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de Ginebra, aunque no tendrían que sentirse demasiado abochornados porque llegarán a esa situación desvergonzada, incivilizada y cobarde conociendo con antelación que el Gobierno de la gran superpotencia comete monstruosos crímenes bélicos, preconiza acciones extrajudiciales y es responsable de las torturas cometidas en las cárceles de Iraq y de las perpetradas en territorio de la Base de Guantánamo, ocupado por la fuerza.
El Comandante en Jefe conminó al mandatario de Estados Unidos a que responda si es cierto o no que determinadas personas de su círculo más cercano se interesaron porque él, Bush, diera hospitalidad a Posada Carriles. Y si no lo sabía, desde cuándo lo conoce. Además, reclamó que dijera públicamente si sabía que los más íntimos amigos en la Casa Blanca estaban en esos trajines de proteger al terrorista mientras Juan Pablo II agonizaba, y si sabía de esos hechos, cuando viajó a Roma y se inclinó ante el cadáver del Papa.
Preguntó también Fidel a Bush, si en ese momento de consternación de la humanidad por el fallecimiento del Sumo Pontífice, tenía conciencia de que algo tan bochornoso y tan repugnante como la protección a Posada Carriles estaba teniendo lugar en Estados Unidos. ¿Aprobaría alguna vez el Papa semejante conducta, aprobarían esa conducta la opinión pública mundial, los pueblos, entre ellos el nuestro, los familiares de las víctimas de los actos terroristas?, inquirió el Comandante en Jefe para luego agregar: Todos desean saber si usted lo sabía o no, si tiene conciencia o no de lo que estaba ocurriendo, pues algo así sería como si Bin Laden estuviera en territorio de Estados Unidos y el Presidente de ese país no lo supiera o no hiciera nada.
¿Qué clase de Presidente tiene los Estados Unidos, que permite que un monstruo terrorista que hizo volar en pleno vuelo un avión con 73 personas a bordo y llevó explosivos para hacer volar el Paraninfo de la Universidad de Panamá, con lo cual hubieran podido morir cientos de personas, esté en su país a buen recaudo? ¿Qué seguridad puede tener el pueblo norteamericano con un Presidente así?, ¿Para qué sirven todos los cuerpos de seguridad, todos los órganos de inteligencia, la maquinaria que cuesta cientos de miles de millones de dólares, si no sabían que allí estaba Posada Carriles?, cuestionó Fidel.
Y si lo sabían y se lo informaron a usted, prosiguió el Comandante en Jefe, ¿por qué no lo dijo?, ¿por qué no lo ha informado a la opinión pública mundial?, recalcó.
Usted, dijo refiriéndose a Bush, tiene una gran responsabilidad ante esa opinión mundial, ante el pueblo de Estados Unidos, ante las víctimas de actos terroristas contra norteamericanos que hayan tenido lugar en cualquier lugar del mundo, ante los pueblos de América Latina, ante el pueblo de Cuba y ante los familiares aquí reunidos, que no han recibido jamás el consuelo siquiera de una palabra de arrepentimiento, de una solicitud de perdón por parte de ningún Gobierno de Estados Unidos, advirtió el líder de la Revolución.
Como hecho trascendente y grave calificó la actuación de Washington en relación con Posada Carriles, de cuyo historial terrorista, y el de sus más cercanos cómplices, existe un amplio y publicamente conocido récord.
Fidel también rememoró que la dirección cubana ha estado dispuesta siempre a cooperar con las autoridades de EE.UU. y a proporcionarles la información necesaria acerca de la trayectoria de esos terroristas, aunque la Casa Blanca y sus agencias, incluida la CIA, los conocen bien porque durante décadas esos asesinos han trabajado a las órdenes del imperio.
De manera detallada, el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros relató los hechos que condujeron a la excarcelación de Posada Carriles y sus cómplices luego de haber sido sancionados en Panamá y liberados por el indulto concedido por la ex mandataria de ese país, Mireya Moscoso, cuya conducta corrupta y alineación a las posturas del imperio y de la mafia cubano-americana, resultan igualmente muy conocidas, como constata un artículo de la prestigiosa publicación digital Rebelión, reseñado por Fidel.
El Comandante en Jefe, tras recordar que fue Cuba la que proporcionó todos los datos para la detención de los terroristas por parte de la policía panameña, señaló que nuestro país podía haberlos capturado; pero nunca lo hicimos ni lo haremos, porque tenemos ética, respetamos la soberanía de los demás países y no acostumbramos a realizar acciones de ese tipo, en las que siempre anda enrolado el imperio.
De acuerdo con los comentarios que circulan dentro de la ultraderecha de EE.UU., ahora hay una gran expectativa por el costo político que podría pagar la Administración ante la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra, al existir silencio total por parte del Gobierno y de los cabecillas contrarrevolucionarios, tratando de mantener en secreto a Posada Carriles, comentó.
Sin embargo, agregó, la información se filtró antes de lo previsto, pues a varios miembros del Consejo por la Libertad de Cuba (una connotada organización contrarrevolucionaria), les solicitaron apoyo financiero para el terrorista; es decir, respaldo, para hacer lo que ya tenían previsto.
HISTORIAS DE CANALLAS
El Comandante en Jefe inició la comparecencia haciendo referencia al editorial publicado en el periódico Granma, pero acto seguido aclaró que el motivo de su intervención no era profundizar en el tema de los intentos por frustrar la visita del Papa a Cuba, sino hacer una denuncia de un hecho actual.
Explicó cómo las noticias de los periódicos y emisoras de radio de Miami desde hace unos diez días han ido elaborando una estrategia para presentar de nuevo en esa ciudad al connotado terrorista contrarrevolucionario Luis Posada Carriles con calificativos de "veterano guerrero anticastrista", "figura simbólica", "exiliado cubano"...
Tras calificar de indignante y repugnante la maniobra de quienes se autotitulan defensores de los derechos humanos, el líder de la Revolución abundó acerca del enfoque cínico que han lanzado esos medios al informar que se trata de un "legendario luchador" que ahora pone fin a una "vida errante y clandestina" y busca asilo en Estados Unidos.
Enumeró muchas de las acciones que componen la hoja de servicios de este reconocido criminal y sus acompañantes durante más de 40 años y condenó la actitud de las administraciones estadounidenses que desde el mismo triunfo de la Revolución optaron por entrenarlos, dirigirlos y protegerlos.
Fidel se refirió a la confesión pública que hizo el criminal Posada Carriles al The New York Times en relación con su orgullo por haber perpetrado el atentado de 1976 en Barbados contra el avión en el cual perecieron 73 personas, en su mayoría jóvenes deportistas cubanos.
Mucho antes, desde 1960, Posada Carriles había organizado planes contrarrevolucionarios con el vínculo directo de la CIA. Sobre el asunto, recordó que en un documento desclasificado por el imperio se dio a conocer que el cabecilla trabajó bajo el seudónimo de "El Cazador" en la organización terrorista llamada "Halcones Negros". También señaló que en 1961 Posada recibió entrenamiento militar para secundar el desembarco mercenario por Playa Girón, pero la rápida victoria miliciana de nuestro pueblo le impidió actuar.
Los nexos del connotado enemigo de la Revolución con las peores causas en América Latina quedaron evidenciados por la relación de hechos recordados por Fidel, que incluyeron actividades contra los revolucionarios venezolanos en la década del 60 y en otros países de Nuestra América.
La lista de hechos de sangre de Posada Carriles y sus secuaces es extensa e incluye asesinatos de funcionarios cubanos en el exterior y la organización de atentados dirigidos contra el Comandante en Jefe, particularmente durante las diferentes Cumbres Iberoamericanas celebradas en la década del 90.
En Cartagena de Indias, Colombia, en 1994, y aprovechando la reunión de mandatarios, el cabecilla Posada Carriles organizó un atentado a Fidel, que debió concretarse en el momento en que el Presidente cubano viajara en coche por la ciudad, junto al Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez, como parte del programa de la Cumbre. El hecho no se llegó a realizar.
El Jefe de la Revolución abundó sobre la extensa lista de actos terroristas perpetrados por Posada Carriles, Pedro Remón Rodríguez, Gaspar Jiménez Escobedo y Guillermo Novo Sampol.
Habló de cómo los terroristas intentaron destruir lo que Cuba venía haciendo en el turismo, una vía para salir adelante en medio del período especial y del derrumbe de la URSS y del campo socialista. Es preciso no olvidar que pretendían con esos sabotajes crear un ambiente de caos interno en el país y así derribar a la Revolución.
Fidel ofreció detalles sobre la detención el 17 de noviembre del 2000 del terrorista Luis Posada Carriles y sus compinches, quienes tenían todo planeado para atentar contra su vida cuando se reuniera con los estudiantes en el Paraninfo de la Universidad de Panamá. Nada menos que más de 40 kilogramos de TNT y otros armamentos sofisticados poseían para llevar a cabo la fechoría.
Nosotros los teníamos chequeados, controlados, filmados y les dimos un tiempo a las autoridades panameñas para que tomaran medidas. Recuerden que comparecí ante la prensa allí reunida, le ofrecí los pormenores de la monstruosa matanza que planeaban, después de lo cual fueron arrestados, explicó el Comandante en Jefe.
A renglón seguido dedicó unos minutos para dar a conocer una síntesis de cada uno de los expedientes de Posada Carriles y sus incondicionales, Remón Rodríguez, Novo Sampol y Jiménez Escobedo, en todos los casos llenos de punta a cabo de asesinatos y acciones repugnantes como la cometida contra Eulalio J. Negrín en noviembre de 1979. Negrín asistió en Cuba a una reunión de la Nación y la Emigración, después de lo cual Pedro Remón (siguiendo órdenes de Orlando Bosch, otro esbirro en aquel momento encarcelado en Venezuela), lo asesinó en presencia de su hijo.
También habló de los asesinatos del canciller chileno Orlando Letelier y de Félix García Rodríguez, funcionario de Cuba en la ONU, en los que igualmente tomaron parte estos personajes. Semejantes criminales permanecen en Estados Unidos, y ¿acaso los norteamericanos pueden desconocer la presencia de los denunciados por nuestro país?
Una vez indultados por la presidenta panameña Mireya Moscoso, los "amiguitos" de Bush empezaron a recibir homenajes en Miami y en otras ciudades, donde hasta les hicieron colectas de dinero. El Consejo por la Libertad de Cuba fue uno de los más sobresalientes cuando el 28 de septiembre del 2004 les organizó una fiesta en su honor, en Miami.
El Jefe de la Revolución recordó que mientras estos asesinos andan sueltos, Cinco Compatriotas nuestros, luchadores contra el terrorismo, permanecen en cárceles norteamericanas cumpliendo cadenas perpetuas, donde los familiares apenas los pueden visitar. ¡Qué nobles, qué democráticos, qué justos esos señores del imperio!
Aquí están las notas diplomáticas de Cuba dirigidas a eso que se llama Gobierno de Estados Unidos, dijo Fidel. Nuestro país protestó contra lo que se trataba de hacer por variar el proceso contra los asesinos que se seguía en Panamá, maniobras en las que aparecía la mano de Estados Unidos presionando al ejecutivo para liberar a los terroristas.
Mientras esa patraña se fraguaba, la visita a Panamá de Colin Powell, secretario de Estado norteamericano, servía para hacerle saber a la presidenta Mireya Moscoso que al mandatario W. Bush le interesaba que el viejo asesino y sus compinches encarcelados por intento de magnicidio fueran juzgados como reos en ausencia. El proceso judicial se convertiría en una burla a los pueblos panameño y cubano.
También el infausto Otto Reich fue utilizado para que fuera a Panamá a interceder por los juzgados. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (MINREX) denunció estas artimañas y la intimidación a la que sometieron a figuras clave para destruir un proceso judicial que se había desarrollado con imparcialidad y justicia. En una de esas notas dirigida a la Honorable Embajada de Suiza, Sección de Intereses de los Estados Unidos de América, Cuba expresaba que conocía de la intención de Mireya Moscoso de indultar a los terroristas, y ninguna de esas comunicaciones recibieron respuesta.
Le hicimos saber al Gobierno de Estados Unidos, supuestamente comprometido en la lucha contra el terrorismo internacional, que si estos criminales entraban en ese país debían ser entregados a las autoridades y que Cuba cooperaría en ofrecer cualquier información que sobre ellos solicitaran, señaló.
Estamos informando al mundo antes de que terminen su basura. Tantas notas enviadas y esta es la hora en que no han dicho ni una sola palabra. Recordó que se le pidió al Gobierno de Estados Unidos que se refiriera a las informaciones conocidas de que Posada Carriles se encontraba en Miami, el MINREX reclamó su detención y entrega a Cuba para juzgarlo por los crímenes cometidos contra nuestro pueblo y allí se decía que se espera que a él y a sus compinches los juzguen por el delito de terrorismo internacional. Esperamos que Estados Unidos actúe de forma responsable y no permita que estos "caballeros" burlen nuevamente la acción de la justicia.
Enjuició el Comandante en Jefe que para ese Gobierno es como si contra nosotros no se hubieran cometido actos terroristas. Al parecer, para Estados Unidos, en Cuba no hubo un Playa Girón, no hubo lucha contra bandidos, ni asesinaron a Conrado Benítez y a Manuel Ascunce, tampoco murieron cientos de compatriotas luchando contra esas acciones. Estas no son cosas del pasado, para nosotros valen más los principios.