Acerca del discurso pronunciado en la reunión resumen general del Ejercicio Estratégico Bastión 2004
Date:
07/04/2005
Source:
Granma
En sus conclusiones a la reunión, Fidel razonó con los presentes que en los positivos resultados de este ejercicio puede verse el fruto del trabajo de mucho tiempo, de la Batalla de Ideas, de los 15 años de esfuerzo sostenido durante el periodo especial, en que el simple hecho de haber sobrevivido constituye un gran mérito.
Recordó que a inicios de la década de los noventa sostuvo numerosas reuniones con los dirigentes de las organizaciones políticas, de masas y sociales, porque evidentemente íbamos a pasar mucho trabajo en los años siguientes y era muy importante mantener el ánimo de las masas, no dejarse abatir por grandes que pudieran ser los problemas.
El Comandante en Jefe afirmó que en esas difíciles circunstancias siempre mantuvimos la confianza en nuestro pueblo, en que no había dificultades que no pudiéramos vencer. Fue la misma confianza en el pueblo y seguridad en la victoria que no pudo mellar el revés táctico del Moncada, la prisión y el exilio. Explicó que fue precisamente la lucha contra las corrientes claudicantes y conciliacionistas lo que le hizo afirmar que en 1956 seríamos libres o mártires.
Esas mismas convicciones determinaron la decisión de continuar en el empeño del pequeño grupo de expedicionarios del Granma que sobrevivió al terrible golpe de Alegría de Pío. El triunfo de la Revolución se alcanzó tras una lucha breve, pero efectiva y sin tregua; se ganó la guerra de una forma fulminante, concluyó.
Rememoró cómo la Guerra de Liberación se hizo partiendo de una experiencia prácticamente nula, sobre todo desde el punto de vista militar, "y se fue aprendiendo, todos aprendieron". En ello influyeron decisivamente los métodos de lucha aplicados, el estilo de decir la verdad siempre sin ocultar un detalle, el mantener una política inflexible en lo referente al trato correcto a la población y a los enemigos hechos prisioneros. Si se mira hacia atrás, afirmó, no hay duda de que fue una tarea difícil, desarrollar la táctica de lucha durante la propia contienda.
Al triunfo de la Revolución —señaló—, también fue difícil por la falta de experiencia: "ni al imperialismo lo conocíamos bien"; era mucho más peligroso e intervencionista de lo que suponíamos. Pero siempre tuvimos confianza en el triunfo, nunca hubo el ánimo de retroceder.
Recordó cuántos compañeros brillantes murieron a lo largo de la lucha, pero surgieron otros. Mucha gente nueva fue apareciendo, sin embargo se conservó también la experiencia acumulada en la Sierra, la lucha clandestina, Girón, la Crisis de Octubre, la lucha contra bandidos y las misiones internacionalistas, que se ha ido transmitiendo a los nuevos combatientes.
Fidel afirmó que el Ejercicio Estratégico Bastión 2004 ha sido una escuela; le permitió "el privilegio de ver lo que teníamos y lo que éramos", de aportar al análisis colectivo y a la solución de los problemas. Hemos vivido todas las etapas anteriores, pero en ninguna de ellas hay nada parecido a lo alcanzado después de 45 años, concluyó.
Señaló como algo muy valioso el que todavía esté presente la experiencia de los combatientes del Moncada y de todas las grandes batallas libradas por nuestro pueblo durante más de 50 años, algo quizás inédito en la historia, y la experiencia resulta decisiva, apuntó.
Ya cuando Girón, afirmó, si los yankis invaden al país con sus Fuerzas Armadas, hubiéramos tenido una Guerra de Todo el Pueblo, sencillamente no hubieran podido derrotarnos, pero habría sido necesario pagar un gigantesco precio en vidas y sacrificios. Hoy la situación es distinta, concluyó.
Fidel explicó que ciertamente todo ha cambiado en la lucha armada, pero a favor de nosotros, pues las transformaciones en la técnica militar y el armamento nos han obligado a variar nuestras concepciones.
Desde hace muchos años, señaló, se viene trabajando sin descanso y Bastión 2004 permitió apreciar los increíbles resultados alcanzados gracias al esfuerzo y la inteligencia de muchos compañeros. Son avances, dijo, que es una lástima que por razones obvias no pueden darse a conocer a todo nuestro pueblo. "Hay muchas cosas hechas que no se conocen ¡y las que pueden hacerse!", concluyó.
Argumentó por qué el enemigo no tiene completa libertad para elegir el tipo de agresión contra Cuba. Se sabe lo que está obligado a hacer, las variantes que puede aplicar, y es posible diseñar una respuesta a cada una de ellas, llevarlo al tipo de enfrentamiento que le resulte más costoso. Uno se da cuenta de que puede ser derrotado, incluso más pronto de lo que pudiera parecer. Por eso, afirmó, el enemigo tiene cierto nivel de respeto por Cuba y además conoce sus propias limitaciones.
El Jefe de la Revolución hizo énfasis en que si hacemos todo lo que debemos hacer, disminuye el riesgo de un ataque enemigo, porque podemos convencerlo de la imposibilidad de apoderarse del país mediante una agresión militar.
Dijo tener confianza plena en los jefes y dirigentes en los diferentes niveles, en su capacidad de tomar decisiones acertadas, al igual que la tuvo en los compañeros designados para dirigir las nuevas columnas rebeldes durante la Guerra de Liberación.
Al referirse a la situación general del país, expresó que estamos entrando en una fase nueva, con unas posibilidades increíbles. Detalló los esfuerzos que se hacen actualmente para elevar la estabilidad del Sistema Electroenergético Nacional, combatir los efectos de la sequía y las numerosas medidas de beneficio popular que ya están en marcha o se acometerán próximamente. En esas condiciones el nivel de seguridad aumenta mucho.
Cuanto hagamos por resolver los problemas de la gente, hace más fuerte a la Revolución y aleja la posibilidad de una guerra, concluyó.
Recordó que a inicios de la década de los noventa sostuvo numerosas reuniones con los dirigentes de las organizaciones políticas, de masas y sociales, porque evidentemente íbamos a pasar mucho trabajo en los años siguientes y era muy importante mantener el ánimo de las masas, no dejarse abatir por grandes que pudieran ser los problemas.
El Comandante en Jefe afirmó que en esas difíciles circunstancias siempre mantuvimos la confianza en nuestro pueblo, en que no había dificultades que no pudiéramos vencer. Fue la misma confianza en el pueblo y seguridad en la victoria que no pudo mellar el revés táctico del Moncada, la prisión y el exilio. Explicó que fue precisamente la lucha contra las corrientes claudicantes y conciliacionistas lo que le hizo afirmar que en 1956 seríamos libres o mártires.
Esas mismas convicciones determinaron la decisión de continuar en el empeño del pequeño grupo de expedicionarios del Granma que sobrevivió al terrible golpe de Alegría de Pío. El triunfo de la Revolución se alcanzó tras una lucha breve, pero efectiva y sin tregua; se ganó la guerra de una forma fulminante, concluyó.
Rememoró cómo la Guerra de Liberación se hizo partiendo de una experiencia prácticamente nula, sobre todo desde el punto de vista militar, "y se fue aprendiendo, todos aprendieron". En ello influyeron decisivamente los métodos de lucha aplicados, el estilo de decir la verdad siempre sin ocultar un detalle, el mantener una política inflexible en lo referente al trato correcto a la población y a los enemigos hechos prisioneros. Si se mira hacia atrás, afirmó, no hay duda de que fue una tarea difícil, desarrollar la táctica de lucha durante la propia contienda.
Al triunfo de la Revolución —señaló—, también fue difícil por la falta de experiencia: "ni al imperialismo lo conocíamos bien"; era mucho más peligroso e intervencionista de lo que suponíamos. Pero siempre tuvimos confianza en el triunfo, nunca hubo el ánimo de retroceder.
Recordó cuántos compañeros brillantes murieron a lo largo de la lucha, pero surgieron otros. Mucha gente nueva fue apareciendo, sin embargo se conservó también la experiencia acumulada en la Sierra, la lucha clandestina, Girón, la Crisis de Octubre, la lucha contra bandidos y las misiones internacionalistas, que se ha ido transmitiendo a los nuevos combatientes.
Fidel afirmó que el Ejercicio Estratégico Bastión 2004 ha sido una escuela; le permitió "el privilegio de ver lo que teníamos y lo que éramos", de aportar al análisis colectivo y a la solución de los problemas. Hemos vivido todas las etapas anteriores, pero en ninguna de ellas hay nada parecido a lo alcanzado después de 45 años, concluyó.
Señaló como algo muy valioso el que todavía esté presente la experiencia de los combatientes del Moncada y de todas las grandes batallas libradas por nuestro pueblo durante más de 50 años, algo quizás inédito en la historia, y la experiencia resulta decisiva, apuntó.
Ya cuando Girón, afirmó, si los yankis invaden al país con sus Fuerzas Armadas, hubiéramos tenido una Guerra de Todo el Pueblo, sencillamente no hubieran podido derrotarnos, pero habría sido necesario pagar un gigantesco precio en vidas y sacrificios. Hoy la situación es distinta, concluyó.
Fidel explicó que ciertamente todo ha cambiado en la lucha armada, pero a favor de nosotros, pues las transformaciones en la técnica militar y el armamento nos han obligado a variar nuestras concepciones.
Desde hace muchos años, señaló, se viene trabajando sin descanso y Bastión 2004 permitió apreciar los increíbles resultados alcanzados gracias al esfuerzo y la inteligencia de muchos compañeros. Son avances, dijo, que es una lástima que por razones obvias no pueden darse a conocer a todo nuestro pueblo. "Hay muchas cosas hechas que no se conocen ¡y las que pueden hacerse!", concluyó.
Argumentó por qué el enemigo no tiene completa libertad para elegir el tipo de agresión contra Cuba. Se sabe lo que está obligado a hacer, las variantes que puede aplicar, y es posible diseñar una respuesta a cada una de ellas, llevarlo al tipo de enfrentamiento que le resulte más costoso. Uno se da cuenta de que puede ser derrotado, incluso más pronto de lo que pudiera parecer. Por eso, afirmó, el enemigo tiene cierto nivel de respeto por Cuba y además conoce sus propias limitaciones.
El Jefe de la Revolución hizo énfasis en que si hacemos todo lo que debemos hacer, disminuye el riesgo de un ataque enemigo, porque podemos convencerlo de la imposibilidad de apoderarse del país mediante una agresión militar.
Dijo tener confianza plena en los jefes y dirigentes en los diferentes niveles, en su capacidad de tomar decisiones acertadas, al igual que la tuvo en los compañeros designados para dirigir las nuevas columnas rebeldes durante la Guerra de Liberación.
Al referirse a la situación general del país, expresó que estamos entrando en una fase nueva, con unas posibilidades increíbles. Detalló los esfuerzos que se hacen actualmente para elevar la estabilidad del Sistema Electroenergético Nacional, combatir los efectos de la sequía y las numerosas medidas de beneficio popular que ya están en marcha o se acometerán próximamente. En esas condiciones el nivel de seguridad aumenta mucho.
Cuanto hagamos por resolver los problemas de la gente, hace más fuerte a la Revolución y aleja la posibilidad de una guerra, concluyó.