Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el tercer aniversario de la revitalización del Movimiento de Microbrigadas, celebrado en el teatro "Karl Marx", el 30 de septiembre de 1989
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Compañeras y compañeros microbrigadistas:
En estos días han abundado las invitaciones: invitación del movimiento de microbrigadistas para el tercer aniversario, invitación del contingente "Blas Roca" para el segundo aniversario, hasta la invitación para una boda tenía hoy yo; era por allá por Pinar del Río porque se casa Sotomayor, el recordista mundial, y me invitó, pero no voy a tener tiempo de llegar a Pinar del Río, porque la boda es más o menos dentro de un rato, y, a pesar de la autopista, no alcanza el tiempo.
Todo el mundo va celebrando su cumpleaños aquí, y, desde luego, al invitarme decían: no, el acto es muy breve, unas palabras de Máximo y unas entregas de unos estímulos, pero ya yo sabía que me iba a tocar venir aquí a decir algunas palabras, sin que, en realidad, fuera tan necesario, porque me parece que en el informe de Máximo está bien explicada toda la labor que ha venido realizando en estos tres años el movimiento de microbrigadas. Puede habérsele olvidado algo entre las cosas realizadas; por ejemplo, Chávez mencionaba el almacén que se hizo para disponer de una reserva de cemento, otro almacén que se va a construir, así que faltan cosas todavía en esa relación.
Puedo hacer algunas reflexiones sobre el movimiento de microbrigadas.
No hemos obtenido todo lo que nos habíamos propuesto a esta altura, pero sin duda que hemos avanzado. Hay que ver que el movimiento surge otra vez de la nada, no tenía nada, ni un camión, ni un yipi, ni una concretera, hubo que hacerlo todo nuevo; no tenía personal calificado, no tenía profesionales universitarios, no tenía técnicos medios de la construcción, hubo que reclutar ese personal y prepararlo o formarlo. Como decía Máximo, miles de microbrigadistas se han especializado en distintas tareas de la construcción en estos tres años. No había un comedor, no había una cocina, no había refrigeración, era un correcorre improvisando cosas en todas partes, en cualquier lugar por ahí preparaban la cocina, etcétera.
En estos tres años se han ido adquiriendo una cantidad de recursos, una cantidad de camiones que son ya cientos —según mis cálculos— los que debe tener el movimiento de microbrigadas, un número considerable de concreteras, de güinches, equipos de construcciones de distinta naturaleza: volteos, buldóceres, un número determinado de grúas, cargadores, motoniveladoras.
En fin, a lo largo de estos tres años ha sido posible, ir dotando al movimiento de microbrigadas de un equipamiento, y no solo aquí, sino también en otras provincias, a pesar de que el movimiento de microbrigadas tenía que competir con otras actividades muy importantes que en todo el país han venido realizándose en los últimos años; digamos, por ejemplo, la recuperación de la voluntad hidráulica se hizo al mismo tiempo que el movimiento de microbrigadas. Fue necesario un esfuerzo grande y dedicar a ello un buen número de recursos.
La voluntad hidráulica estaba paralizada, se tardaban ni se sabe cuántos años en terminar las presas, era un desorden completo. Se planteó la tarea de recuperar la voluntad hidráulica, y hoy el país trabaja en 30 presas simultáneamente, en gran número de canales magistrales de riego, en gran número de sistemas dé riego. Son cosas diferentes: la presa, los grandes canales que conducen el agua y los sistemas de riego que hay que hacer en el campo.
En este mismo período, repito, ha sido necesario organizar todo eso en el país, y podemos decir que en este momento la voluntad hidráulica está restablecida. Aunque se puede seguir reforzando, ya hasta en presas grandes como el Agabama, que va a tener una capacidad de 800 millones de metros cúbicos, se está trabajando; pronto se empezará a trabajar ya en el canal que va a llevar el agua del Agabama hasta conectarla con el canal que va desde la presa del Zaza hacia Ciego de Avila, de modo que, independientemente de la que utilice en Sancti Spíritus, del Agabama y del Zaza se va a enviar una parte de sus aguas hacia la provincia de Ciego de Avila que tiene excelentes tierras y también a las proximidades de la provincia de Camagüey. Está muy impulsada la presa del Cauto, otra presa grande de 400 millones de metros cúbicos, y ya pudiéramos decir que se está trabajando en casi todos los canales magistrales y en gran número de sistemas de riego en el país. Pienso que este esfuerzo constructivo ya estará en completa marcha en el año 1990, ha sido un esfuerzo considerable.
Por otro lado, fue necesario reconstruir la voluntad de caminos, de carreteras y de autopistas, y eso ha requerido esfuerzos y recursos, y podemos decir que es otra voluntad que se ha reconstruido al mismo tiempo que el movimiento de microbrigadas.
Se está realizando un ambicioso plan lechero, se han abierto seis frentes de construcción de vaquerías en todo el país, seis grandes frentes: uno de ellos, el de Camagüey, el mayor de todos, ha adquirido ya una capacidad de construir 60 vaquerías por año, más todas las otras instalaciones que lleva el plan: para cría de terneros, para novillas, almacenes, carreteras, presas, micropresas, sistemas de riego, nuevas comunidades para la fuerza de trabajo y ampliación de otras que existían, con los círculos infantiles, las escuelas, los servicios comerciales, porque son, realmente, planes integrales los que se realizan en todos esos frentes de construcción de vaquerías.
En este período hemos organizado seis frentes, podemos decir que está totalmente organizada esa actividad constructiva, ya es difícil ampliarla más; quizás esfuerzos menores en algunas otras provincias, pues no alcanzarían las novillas para un plan más ambicioso que el que se está haciendo en este momento. Son seis frentes: uno en Camagüey, otro en Las Tunas, otro en Granma, otro en Ciego de Avila, otro en Sancti Spíritus, y el sexto en Pinar del Río. Los equipos que llevan esos seis frentes ganaderos, son más que todos los equipos que tiene el movimiento de microbrigadas; ha sido necesario adquirirlos o producirlos.
Hay un ambicioso plan también de construcción de centros integrales porcinos y ha sido necesario destinar también a esas actividades un buen número de recursos, y no solo al MICONS, que tiene que construir 27 de esos centros, de los 50 que estamos haciendo —está trabajando en 22 y ya pronto estará trabajando en los 27, se está adelantando mucho en el período de ejecución de esos proyectos—, sino también a la agricultura. Parte de esos planes porcinos los realiza la agricultura, porque ella tiene que construir las naves allí donde son ampliaciones y las ampliaciones equivalen a 23 centros nuevos, por lo tanto, la agricultura necesitaba equipos constructivos para todas esas actividades y se le ha suministrado esos equipos, que comprenden un número importante de grúas, cargadores, etcétera.
Hay un ambicioso plan avícola, que también lo realiza, fundamentalmente, la agricultura; ha necesitado equipos para llevar a cabo ese plan en todo el país.
Ahora están los planes de drenaje parcelario en la caña.
Se han organizado 57 brigadas hasta este momento para eso.
No son muy grandes estas brigadas, pero llevan un número de camiones, algunas traíllas, algunos buldóceres, algunas motoniveladoras, cargadores, retroexcavadoras, etcétera; se han organizado 57, y ya se disponen de los equipos para organizar 64 más de aquí a fines de año. Gran número de los equipos que utilizan esas brigadas se construyen en el país, sobre todo las traíllas, los cargadores pequeños, las retroexcavadoras, etcétera, de modo que a finales de año tendremos 121 brigadas de drenaje parcelario trabajando en la caña en todo el país.
Hay también en este momento cinco brigadas de sistema ingeniero en el arroz y, a finales de año, tendremos siete. Estas brigadas son más grandes; cada una de ellas lleva varios buldóceres y 22 traíllas, para citar solo algunos equipos.
En estos años se ha organizado también otro frente que es el de la producción de camarones, la camaronicultura, que requiere también gran número de equipos. Hay tres frentes, y este año se va a abrir un cuarto frente.
De más está decirles que estamos haciendo pedraplenes para poner al alcance del país fabulosos recursos naturales de que dispone, pero que no tienen comunicación. El primero que se hizo fue el de Cayo Coco y ya se está trabajando en cuatro más, de modo que el país conquistará no menos de 100 kilómetros de playa en la parte norte del centro del país, entre Villa Clara y Camagüey, algunas de las cuales son tan buenas o mejores que la de Varadero.
También se hace un pedraplén en Trinidad, para la playa de El Ancón, es otro desarrollo, y esas actividades también llevan equipos; y, por supuesto, los planes de desarrollo industrial del país llevan equipos, y se están construyendo industrias en muchas partes.
No he mencionado acueductos, que también llevan equipos.
Puedo mencionar los contingentes que están trabajando en muchos lugares, en muchas provincias, no construyendo solo presas, o canales, o sistemas de riego, o carreteras, sino algunos están construyendo pedraplenes, otros están construyendo industrias importantes, otros están haciendo aeropuertos, otros están haciendo en Santiago de Cuba distintas instalaciones importantes relacionadas con el Cuarto Congreso.
Hay otros que están construyendo ferrocarriles, otros están construyendo avenidas, o como el "Blas Roca" que construye autopistas como la Este-Oeste, ferrocarriles como el del Mariel, o la doble vía ferroviaria hacia Pinar del Río; trabajos de drenaje, como este colosal esfuerzo que realizan en el río Almendares, en un área que se inundaba constantemente, un foco de infección y de mosquitos, al cual llaman —según me enteré ayer, precisamente, cuando pasé por una reunión que tenían allí un grupo de factores— el triángulo de las Bermudas, porque los problemas de ese trabajo son colosales. La cantidad de organismos y actividades que hay que coordinar es increíble: ferrocarriles, carreteras, avenidas, obras hidráulicas, proyectos, un número elevado de ministerios, industrias, porque hay industrias por ahí de distintos tipos, y que coordinar con esas industrias, hay que coordinar con los vecinos que viven allí, hay que coordinar con los campesinos, hay que coordinar con las fuerzas armadas; hay que coordinar hasta con los historiadores de la ciudad.
No se imaginan ustedes cuántas discusiones costó la presa de El Husillo, qué se hacía con la presa de El Husillo, porque es histórica, y, bueno, se adoptan soluciones que respeten los valores históricos, a veces eso cuesta más caro, desde luego; pero respetamos esos criterios con racionalidad, buscamos soluciones racionales.
Pero ahí en esa área, que no se ve, porque el que va por Puentes Grandes, o el que va por Boyeros no ve esa área de 500 hectáreas que hay ahí entre Marianao y Avenida Boyeros, digamos, hay muchos problemas, muchos problemas; porque incluso, ayer supe que, en cierto momento, la gente de la Pesca, dragando el río, se llevó un sifón. Un sifón es una tubería que vence un obstáculo, pero esta era del alcantarillado, y a derramar allá en la desembocadura del Almendares, es una destrucción que se produce por ignorancia de lo que hay allá abajo, que se produce por falta de coordinación. Es por eso que tienen que intervenir tantos organismos: los que tienen que ver con el acueducto, los que tienen que ver con la ciudad, los que tienen que ver con el dragado; en fin, ese tipo de problemas. Pero también allí, en esa área va el parque metropolitano de la capital, una obra muy importante y muy céntrica, que va a estar equidistante de los principales municipios de nuestra capital; hay la idea de hacer un gran parque metropolitano allí, con distintos tipos de instalaciones, que será de gran beneficio para la Ciudad de La Habana.
Ahí estaba Planificación Física, no puede faltar, no pueden faltar tampoco las empresas de proyectos. Allí se hace un gran trabajo; hay una brigada del contingente "Blas Roca" con un gran número de grúas, un número de camiones, buldóceres, trabajando intensamente.
El contingente "Blas Roca" trabaja también en la construcción de un hotel de turismo, un hotel de cinco estrellas, que no está más adelantado por atrasos en los proyectos que tendrían que suministrar los socios del país en ese hotel, que va a ser un hotel de empresa mixta. Esa es una obra compleja que está haciendo ya el contingente.
El contingente está empleando nuevas tecnologías en la pavimentación de la autopista. Esa misma autopista Este-Oeste no está terminada porque se decidió pavimentarla con hormigón y se adquirió el equipo para eso, un equipo bastante sofisticado, sobre el cual no había experiencia en el país; ellos ya dominan esa técnica y tienen un batching-plant que dosifica a la perfección y que ahorra gran cantidad de cemento, porque ellos están ya pavimentando con hormigón. Esa será una autopista quién sabe para cuántos años. Preferimos esperar un poco; esa se hubiera podido terminar hace rato asfaltándola, pero quisimos hacer una cosa de gran calidad, y que toda la autopista Este-Oeste y otras se puedan pavimentar con hormigón.
No obstante, por esa autopista, por la senda que tiene un riego asfáltico, cruzan ya 20 000 vehículos cada día, según cálculos. Esos vehículos antes iban por la avenida 51, de Marianao; ahora todavía no está terminada la autopista y ya se usa mucho, con más razón, puesto que se reconstruye el enlace de 100 y Boyeros, que ha impedido cruzar por Boyeros. Ahora hay que irse por Vento, se empató Vía Blanca y Vento, se empató Este-Oeste con Vento después de Boyeros. Todo eso va a recibir grandes beneficios; se va a beneficiar mucho toda esa zona con la ruta de Vento desde la Vía Blanca, la ruta de Boyeros y la autopista Este-Oeste.
Hoy estaba con Palmero recorriendo un elevado, y veía una caravana de camiones, yo me preguntaba: ¿De dónde vendrán y adónde irán tantos camiones? Pero, bueno, fundamentalmente son equipos constructivos: se ven camiones de volteo, de transporte, de todo; pero es increíble que por ese vial nuevo estén transitando alrededor de 20 000 vehículos diariamente, da una idea de la importancia de esa obra.
El contingente está haciendo trabajos de ese tipo; el contingente está construyendo frigoríficos y a un tremendísimo ritmo; el contingente ha hecho los movimientos de tierra de los Panamericanos, trabajando en roca; el contingente ha hecho los movimientos de tierra de los mercados concentradores, de las terminales de ómnibus; el contingente está construyendo escuelas preuniversitarias en el campo.
El contingente tiene ya 23 brigadas y se creó un año después del movimiento de microbrigadas. Hubo que equipar el contingente "Blas Roca" y equipar decenas de contingentes en todo el país, y es considerable la cantidad de equipos; de eso podría hablar, porque llevo la cuenta de los equipos que se han distribuido a cada uno de estos contingentes, a cada una de estas brigadas, porque personalmente trabajo en eso, en la cuestión de la distribución de estos equipos tan limitados que tenemos y con los cuales aspiramos a realizar tantas cosas. Hay que distribuirlos de una manera centralizada y cuidadosa, ni uno más ni uno menos; y muchas veces hay que reforzar brigadas, hay que estar en contacto con el SIME, hay que estar en contacto con el CEATM, con Comercio Exterior, saber cuándo está disponible cada uno de los equipos, los que se traen y los que se producen, y casi todos estos equipos son de área socialista o de producción nacional y un mínimo de área capitalista. Eso explica por qué se han podido hacer tantas cosas con tan pocos recursos como hemos tenido en estos años.
Hemos entrado en la producción de cargadores, para ahorrarnos, al menos, la mitad del costo de cada cargador, ya que no podemos conseguir cargadores de ese tipo en los países socialistas. Hemos entrado en la producción de buldóceres de 220 caballos, para ahorrarnos, aunque sea, la mitad de lo que cuesta en divisa convertible, ya que no podemos conseguir esos equipos en los países socialistas, excepto China, que tiene una fábrica de buldóceres de 220 caballos tipo Komatsu y donde hemos adquirido un número de ellos, los hemos probado y realmente están trabajando muy bien. Les puedo asegurar que los equipos capitalistas que hemos adquirido en estos años son mínimos, ¡pero mínimos!
Es increíble la cantidad de brigadas que se han organizado, la cantidad de fuerzas que se han organizado y los trabajos que están haciendo en este momento en todo el país. Ya cuando vamos llegando a fin de año, la reserva de equipos se queda casi en cero; todavía estamos esperando, porque la fábrica de Güira de Melena tiene que entregarnos, realmente, más de 200 traíllas en los próximos meses.
Este año el país va a repartir en total más de 350 traíllas, de las cuales aproximadamente 50 se importaron de la URSS y más de 300 se han hecho en el país, en esa fábrica donde mismo hicieron el cargador y donde hicieron el buldócer; es una cifra extraordinaria. Esta traílla sirve fundamentalmente para los canales y, sobre todo, para las brigadas de drenaje parcelario en la caña y para las brigadas del sistema ingeniero en el arroz, esas actividades son las grandes consumidoras de traíllas. Por eso digo: con un mínimo de gasto en divisa convertible, se han organizado colosales fuerzas constructivas y las seguimos organizando.
Quise darles una idea de lo que se ha hecho en estos tres años, desde que se fundó el movimiento de microbrigadas. ¿Por qué lo hago? Porque esto puede explicarles a ustedes si a veces no tenemos todos los camiones de volteo, o si a veces nos faltan algunos equipos de movimiento de tierra o de transporte de material en las microbrigadas, comprendan porqué. Desde luego, no han estado huérfanas, ¡muy lejos de estar huérfanas!; han recibido su buena cuota de recursos y sé que son insuficientes.
Máximo decía: "En algunas ocasiones, insuficiencia de equipos", y es verdad; pero no están tan, tan pobres, aunque comprendo que habrían podido tener un poco más, y seguiremos suministrándole. Este año no han recibido muchos equipos; pero sí algunos, no solo las microbrigadas, sino el Poder Popular de la Ciudad de La Habana; recientemente se asignó un número de trompos y un número de camiones para el transporte de materiales, sobre todo, con destino a las hormigoneras, porque en ese momento lo que planteaba la provincia era que hacían falta camiones, que ahí estaba el problema, y yo les digo: "¿Y seguro que el problema no va a estar pronto en que van a faltar áridos?" Me dijeron: "No, áridos todavía no." Les digo: "Pues prepárense." Porque el problema parecía que era disponer de suficientes camiones para transportar todos los áridos, y aprovechar mejor las hormigoneras y mantener un buen flujo de suministro de hormigón, porque las hormigoneras tienen todavía capacidad potencial de producir más hormigón.
Ya el problema no era el cemento, dolor de cabeza que habíamos tenido en los primeros meses, y adoptamos la medida emergente, les pedimos a las microbrigadas: "Construyan unos almacenes a toda velocidad." Asignamos 25 camiones KAMAZ con sus trailers, capaces de mover 25 toneladas de cemento cada uno. Les pedimos que escogieran buenos choferes. Le pedimos a la "Carlos Marx", de Cienfuegos, que nos ayudara, le pedimos un SOS por los problemas que se estaban presentando en Mariel. Y se creó una reserva de cemento, que en su inmensa mayoría se ha destinado a las microbrigadas, por eso ustedes ven que ahora las microbrigadas no dan el grito por falta de cemento; incluso se tiene que rotar ese cemento, porque si usted tiene una reserva tiene que rotarla para que no se le eche a perder. Hay un número de camiones, 10 camiones con sus rastras, para rotar el cemento, para llevarlo allí de los almacenes a las obras y pensamos aumentar esa reserva.
Es muy importante tener una reserva de cemento, porque se para la fábrica unos días si hay cualquier problema, y siempre es bueno tener una disponibilidad de cemento. De esto puedo hablar un poquito más tarde, sobre el problema del cemento y el problema de los materiales; pero quiero decir que ha habido que destinar recursos a todas estas cosas
El año pasado recuerdo que se le entregaron alrededor de 130 ZIL al movimiento de microbrigadas para traer materiales del interior, de las provincias, que no llegaban, ¡cien camiones para una situación de emergencia! Esos camiones ellos los pidieron prestados y nosotros sabíamos que había que asignarlos definitivamente. Por ahí me he encontrado algunos de esos camiones porque, claro, antes tenían que estar trayendo bloques y otra serie de cosas, ahora la capacidad de producción de bloques de la ciudad aumentó y los camiones tienen otros destinos.
Pero la idea básica que quería expresar es que junto con el movimiento de microbrigadas se organizaron otras fuerzas constructivas en el país, fuerzas colosales. Claro, el frente de presas ya no requerirá tanto equipo el próximo año, está casi completo; algunos refuerzos en algunas presas, en determinados canales, algunos refuerzos en sistemas de riego sí, para hacer sistemas tenemos que asignar más recursos, y para el drenaje parcelario en la caña habrá que asignar recursos en 1990 y en 1991, y es posible que hasta en 1992, puesto que la aspiración es llegar a 300 brigadas de drenaje parcelario en la caña. Hay que trabajar en 60 000 caballerías, no se sabe lo que puede significar eso en incremento de la producción de caña.
En el arroz aspiramos a llegar a 15 brigadas el año próximo, aspiramos, y ojalá en 1991, como máximo en 1992, podamos tener las 30 que necesitamos para hacer esa tarea en cinco años, en las 160 000 hectáreas de arroz donde tenemos que trabajar para llevar ese sistema ingeniero y ahorrar agua, que es muy importante, a la vez que duplicar casi la producción por hectárea; es un trabajo importantísimo en el que estamos enfrascados. De modo que la fábrica de Güira de Melena va a tener que construir muchas traíllas, ya estamos pensando en un plan para el año próximo de 350, más 50 que importaremos: 400 traíllas vamos a invertir en este conjunto de actividades.
En pedraplenes tenemos organizadas las fuerzas principales, aunque hay que reforzarlas. Ya dije, en construcciones para leche no hay que incrementar mucho; hay unos cuantos frentes ya que hemos podido atender y completar bastante bien, y quizás dispongamos de un poco más de recursos de movimiento de tierra para las microbrigadas, ¡un poco más de recursos!, de ese tipo de recursos, porque las microbrigadas se autoabastecen de güinches, de concreteras y de una serie de materiales de la construcción. Debieran, incluso, abastecer al gobierno central de algunas concreteras cuando no alcanzan las que produce Güira de Melena, ese fue el acuerdo que hicimos y nos hemos encontrado con que la famosa fábrica esa que menciona Máximo no ha cumplido estrictamente las entregas que tenía que hacer; esto tiene su importancia puesto que hay que darles concreteras al "Blas Roca" y a otras muchas fuerzas.
A pesar de que hay una producción nacional de concreteras, son muchas las obras: hay que dar concreteras dondequiera que se inicie una obra, dondequiera que se inicia una terminal, un mercado concentrador; no solo trompos. Claro que la gente prefiere el trompo, le llevan ya el hormigón hecho allí pero hay muchas obras que requieren concreteras: obras agrícolas, obras urbanas, de todo tipo.
Las microbrigadas se autoabastecen gracias a una industria que crearon, y no solo abastecen a las de La Habana, sino ayudan a abastecer a las microbrigadas de todo el país.
A las microbrigadas se les pudiera dar un poco más de cargadores pequeños sobre tractor, sé que son útiles; hemos tenido que emplearlos casi todos en el drenaje parcelario de la caña, y tenemos la fábrica casi al tope. Es el tipo de equipos que se pudieran dar a los municipios: más retroexcavadoras y cargadores pequeños, esos equipos ayudarían en las obras.
Del otro equipo de movimiento de tierra y algunos de transporte de materiales, podemos suministrar en el futuro a las necesidades crecientes del movimiento de microbrigadas.
Hemos tenido los problemas de los materiales, y quiero decirles a ustedes que el país ha invertido en estos tiempos desde que surgió el movimiento de microbrigadas, y, desde luego, no solo el movimiento de microbrigadas, sino cuando empezó a construirse de verdad y a terminarse obras de verdad muchos en la industria de materiales, y principalmente con relación a occidente; se ha hecho en todas las provincias, pero el grueso de esas inversiones han sido en occidente.
Para apoyar este programa constructivo de las microbrigadas y de occidente, como ustedes saben, se procedió a crear un contingente y a construir en tiempo récord el molino de El Purio, que llevaba 10 años durmiendo el sueño eterno, 10 años en sus cajones sin construirse, y el contingente "Abel Santa María", en un tiempo récord, construyó el molino. Gracias a eso, en medio de nuestras penurias de áridos que ya comienzan a percibirse, disponemos de todo un gran molino, ya listo para entrar en producción, para ayudar a las construcciones en occidente y principalmente en la capital: eso es un refuerzo importante.
Se construye a toda velocidad La Molina-1, que debe producir 600 000 metros cúbicos. Se construyó con toda la rapidez posible la arenera Victoria-3 —ahora se está construyendo la Victoria-4. Ha habido algunos atrasos en esas construcciones, creo que hubiera podido acelerarse un poquitico más. Es que la capital de la república tiene una tragedia con los áridos; esa tragedia consiste en que, durante siglos, la ciudad construyendo ha acabado con la reserva de piedra de la provincia, todas esas grandes canteras de San José ya tienen prácticamente agotada su reserva. La Ciudad de La Habana, incluida la provincia de La Habana, tiene prácticamente agotadas sus reservas de áridos, es decir, de piedra y arena. Producirá un tiempo más, pero incluso habrá que cambiar el equipo completo de algunas de las canteras. Se alejan de la ciudad las fuentes de áridos, se tienen que trasladar hacia Pinar del Río, hacia Matanzas y hacia el centro del país.
Pero bien, hay algunas cosas nuevas que hemos ido descubriendo: teníamos en Matanzas una cantera grande para suministrar La Habana, fundamentalmente, aunque también tiene que suministrar, en parte, a Varadero porque no nos vamos a poner a bobear ahora con las obras que hay que construir en Varadero, por lo que significan esas obras para la economía del país.
Pero tenemos la cantera de Alacranes, que así se llama; allí se puso hace varios años un molino grande como el de El Purio, pero, evidentemente, se cometieron algunos errores. Se dice que hubo discusiones dado el tipo de piedra dura, abrasiva, de esa cantera de Alacranes; sin embargo, construyeron allí el molino. Yo no conocí de ese tipo de discrepancias que existió, eso ocurrió en los años aquellos en que se montaron algunas de esas industrias que ya estaban compradas y en que las construcciones tuvieron problemas de todo tipo. Se montó el molino, y ahora resulta que un día llega la noticia de que aquella piedra es muy abrasiva.
Eso se publicó en un periódico —casualmente, una semana antes, nosotros habíamos discutido en el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros el problema de esta cantera—, se decía que se comía el equipamiento de la industria y que de una producción teórica de 1 200 000 —nunca lo llegó a producir, desde luego—, cada vez iba produciendo menos.
Les dije a la gente de la Industria de Materiales: Ustedes vengan con una solución del problema, digan qué es lo que hay que hacer, porque ahora no nos podemos resignar, sencillamente, a que la cantera se trague el equipamiento y se acabó; dígannos cuáles son las soluciones y cuánto cuestan las soluciones.
En época más reciente volvimos a discutir el problema: qué cosa había que hacer, qué dificultades tenía el equipamiento no tecnológico y qué dificultades tenía el equipamiento tecnológico, qué pasos habían dado, qué consultas habían hecho con empresas internacionales muy especializadas en la construcción de equipos de cantera, qué tipo de acero necesitaba esa cantera para que no fuera a ser devorada por la piedra, qué tipo de acero y cuánto valía; si había que poner allí un molino nuevo totalmente, de otra tecnología, o qué se podía hacer con el que estaba allí, y qué se podía hacer para mantener, por lo menos, la producción que ha tenido hasta ahora, y que no se caiga esa producción para poder disponer aunque sea de medio millón de metros cúbicos cada año. Cómo se podía acelerar La Molina-2 para disponer de otros 600 000 metros cúbicos de piedra y arena. Aquí, en el oeste de La Habana, hay reserva para un número de años, se pueden instalar dos molinos allí.
¿Qué había que hacer y cuáles eran todos los pasos que había que dar, minuciosamente, para garantizar las crecientes necesidades de piedra y arena de la capital, incluido el aceleramiento en la puesta en marcha y el incremento de la producción del molino de El Purio de Santa Clara?
Es decir que se han tomado medidas, se han dado pasos y se ha exigido que se diga cuáles son todos los pasos que hay que hacer para que no nos vayan a escasear la piedra y la arena. No me refiero a la de mar que ya fue motivo de una gran discusión una vez, me refiero a la otra, a la arena lavada.
¿Cuántas locomotoras disponemos, cuántos vagones para transportar áridos? ¿Cuánto está haciendo la fábrica de Cárdenas, cuánto puede hacer en un año? ¿Cuáles son todas las cosas que se necesitan para garantizar el transporte de ese árido?
En estas situaciones se presentan determinadas paradojas: esa piedra abrasiva que devora a los equipos es, a la vez, la mejor piedra de que se pueda disponer para ciertas construcciones. Hay algunos tipos de construcciones que necesitan esa piedra precisamente; produce una piedra de gran calidad, pero se devora la industria. Digo: "Bueno, ¿el hombre no habrá inventado un acero suficientemente duro para esa piedra?"
Esa cantera está en Matanzas, pero no muy lejos de la Ciudad de La Habana; El Purio está mucho más lejos, El Purio está casi en el centro del país y esta está en el occidente de Matanzas. No podemos renunciar a esa mina de piedra de alta calidad, y lo que corresponde es buscar el acero adecuado para esa explotación; por lo menos, desde mi punto de vista, no debemos resignarnos tranquilamente y cederle el campo a la piedra de Alacranes, sino aplicar equipos industriales adecuados, buscarlos, porque creo que en el mundo tiene que haber muchos lugares con piedra dura, y esa piedra muy dura también tiene determinadas cualidades. Les explico algunos de los problemas que podemos encontrarnos con los materiales.
Con el cemento nos topamos otro problema. Disponiendo de la fábrica de Artemisa, disponiendo de la fábrica de Mariel, una gran fábrica que cuando fue construida se diseñó para una producción mucho mayor que la que ha alcanzado, una producción de alrededor de 1 400 000 toneladas —creo que el máximo que ha alcanzado debe estar alrededor de 900, no mucho más que eso— parecía que no había muchos problemas y, desde luego, se tomaron medidas en las distintas plantas de todo el país para incrementar la producción; se logró incrementar hacia 3,8 millones de toneladas, se suponía que ya en el año 1989 fuera 4,2 y que en 1990 fuera 4,6, pero la gran realidad es que las plantas no estaban en condiciones técnicas para incrementos de esa magnitud.
Hay que reconstruir la planta de Santiago de Cuba, en las provincias orientales se está construyendo mucho. Les voy a citar un ejemplo: la presa de El Cauto, que mencioné aquí, después de revisar los proyectos y reducirlos todo lo que podían ser reducidos, requiere 150 000 metros cúbicos de hormigón; hay que hacer una barrera de hormigón, por las características del terreno, en un punto determinado. Eso es Granma, donde más trabajo cuesta llevar el cemento, porque hay que llevarlo por mar y la de Santiago ya no da abasto para Santiago y Guantánamo.
Se procedió a hacer todas las gestiones para la contratación, en el menor tiempo posible, de una fábrica de cemento con la RDA, con dos líneas de 300 000 a construir en Holguín. Se han pedido ofertas y se ha discutido para nuevas líneas de 300 000 en Artemisa, donde se pueden instalar una o dos líneas más; una más en Siguaney; una más en Santiago de Cuba, además de reconstruir la que hay, y llevar la planta de "Carlos Marx" a su capacidad de diseño, que es de alrededor de un millón y medio de toneladas, que tampoco la ha alcanzado. Se están haciendo esfuerzos con producciones nacionales y con la colaboración de la RDA, que fue la suministradora de esa planta de Cienfuegos para que alcance sus capacidades.
En definitiva, se ha estado trabajando —incluidas las nuevas contrataciones que están en negociaciones— para producir más de 5 millones de toneladas de cemento al año.
Se han suspendido las exportaciones de cemento, excepto pequeñas cantidades que mandamos, por ejemplo, a Guyana, cambiamos por madera, o algunas exportaciones comprometidas muy pequeñas; en general, se han suspendido las exportaciones de cemento y se trabaja en esa industria bastante.
Pero este año Mariel nos hizo la gracia de tener unos cuantos problemas —y a principios de año, nada menos que en occidente—, problemas en los hornos, problemas de distintos tipos que afectaron, considerablemente, la producción de cemento en la primera etapa del año. Bueno, ¿qué hicimos? Le pedimos a Artemisa que hiciera un esfuerzo. Se introdujeron en Artemisa algunos de los elementos del estilo de trabajo del contingente "Blas Roca", tomamos algunas medidas. Los compañeros de Artemisa, que estaban produciendo mil trescientas y pico de toneladas diarias las llevaron hasta 1 700, hicieron un buen esfuerzo para producir algunas decenas de miles de toneladas más de cemento.
Se le pidió a la "Carlos Marx" un esfuerzo extra. Se le enviaron algunos equipos, una grúa, unos camiones, algunos buldóceres, porque a la industria de cemento y a la de las canteras también hay que mandarles buldóceres y grúas, etcétera, y están produciendo 100 000 toneladas más de cemento los compañeros de la "Carlos Marx".
Se les pidió un esfuerzo especial a los propios compañeros del Mariel. Se abrió una cantera de arcilla mucho más próxima; se les asignaron los recursos correspondientes, y en medio de esos problemas pudieron reducir, en cierta medida, las dificultades que tenían y mantener una producción relativamente importante de cemento.
A la de Nuevitas se le pidió un esfuerzo, por lo menos 20 000 toneladas más.
Parejamente con esto se inauguró en Siguaney la fábrica de cemento blanco, otro de los materiales que nos ha faltado y que resulta tan útil. En brevísimo tiempo se adquirió, se montó y entró en producción una fábrica de cemento blanco, capaz de producir 100 000 toneladas al año. En cemento blanco debemos tener incluso una cierta capacidad para la exportación, porque si consumimos 50 000 será el doble de todo lo que se ha consumido en un año en el país. Y, por cierto, que está saliendo un cemento de muy buena calidad; pero, claro, al producir cemento blanco, una línea deja de producir cemento gris. Pero allí cabe una línea nueva de más capacidad para ampliar la producción.
Son los esfuerzos que se vienen haciendo en el cemento, los que se han hecho en este año, la creación de la reserva, todas esas medidas, para que ustedes no se paren.
Además, se hizo otra cosa —y esto sí implica un sacrificio grande—: se destinaron 15 millones de dólares para la remodelación y reconstrucción de la fábrica de Mariel, ¡quince millones de dólares contante y sonante, en efectivo, para llevar la producción de Mariel a unas 400 000 toneladas más! Ese dinero se ha invertido, se están adquiriendo los componentes, los equipos. Se suponía que en febrero debía parar la fábrica por lo menos dos meses.
Cuando nosotros vimos aquella realidad, que Mariel tenía que parar el año que viene dos meses, dijimos: Bueno, hay que crear la reserva y llevarla, por lo menos, a 80 000 toneladas. Pero propusimos una idea: no hacer la reconstrucción en febrero, darle mantenimiento en general a la planta y esperar el mes de junio, el mes que se supone que debe llover, a no ser que ocurra lo de este año, que no llovió en junio.
Se decidió hacer la reconstrucción en junio de 1990, no en febrero, que es mes de seca; ir acumulando reserva y entonces prescindir de la producción. Alguna afectación habrá, desde luego; a lo mejor en julio hay que darles vacaciones a muchos constructores en occidente —en junio y julio, sobre todo en julio, que coincide más con las vacaciones de la familia—, trabajar con reservas en ese período, las que podamos tener, lo que dé Artemisa, lo que pueda traerse de la "Carlos Marx" de Cienfuegos, y ya con todos los componentes materiales y equipos al lado —no se puede parar esa fábrica si no se tienen todos los componentes y todos los equipos al lado, que no falte ni un tornillo—, entonces parar esa fábrica dos meses y echarla a andar después con una capacidad mucho mayor. Así que sobre la marcha vamos a tener que reconstruir Mariel, y con una fuerza verdaderamente especializada, en número suficiente y trabajando día y noche, hacer la remodelación y reconstrucción que hay que hacer en esa fábrica el próximo año.
Es decir que no es poco el esfuerzo que se ha venido haciendo en esta rama del cemento, en la de los áridos y en la de materiales de construcción en general. Ahora en el próximo mes debe ya empezar a trabajar una fábrica de ladrillos muy moderna, que debe producir unos 30 millones como mínimo anualmente, una fábrica nueva totalmente.
Se han dado instrucciones de acelerar la construcción de la fábrica de rasilla, en San Cristóbal, a toda velocidad, para ver si disponemos de ella a fines del año próximo.
Se han hecho inversiones en azulejos, en muebles sanitarios, en cables eléctricos. Se han hecho inversiones para hierro gris y maleable para todas esas conexiones sanitarias. Hay que trabajar a toda velocidad allí en la fábrica "Casio Martínez", de hierro gris y maleable, en la fábrica productora de tubos de polietileno y en todas las industrias de este tipo; sobre todo, en conexiones sanitarias, que es uno de los problemas que nos golpea mucho.
Se están haciendo —hay algunas terminadas— 10 fábricas —ya esto es a nivel provincial— de conexiones de hierro con capacidad de unas 400 toneladas cada una. Hay que invertir unos 100 000 dólares en componentes importados por cada una de esas fábricas; no es la gran industria, pero ayuda a resolver problemas.
Se ha triplicado la capacidad de producción de perfiles de aluminio, en este tiempo en que se organizó el movimiento de microbrigadas. Se está terminando la fundición para volver a utilizar materia prima, chatarra nacional de aluminio, en el funcionamiento de esa planta.
Pudiera decirse que no hay un solo renglón de la industria de materiales, donde no se hayan hecho importantes inversiones, y digo importantes, sobre todo, por el momento en que las hemos hecho. Permítanme decirles que el país ha dedicado en los últimos tres años alrededor de 100 millones de dólares moneda convertible, para todas estas industrias de materiales de construcción de que estamos hablando, en la adquisición de equipos, ¡alrededor de cien millones de dólares! Y, además, se tomaron las decisiones rápidamente, se dieron instrucciones de adquirir los equipos que había que adquirir con toda rapidez, y que se construyeran y montaran a toda velocidad. Es la política que se ha seguido con la industria de materiales.
Le hemos pedido, además, al SIME que, con relación a estos productos que hay que importar, los famosos materiales de terminación, que son los que nos detienen muchas veces, nos diga cuál es el máximo que podemos producir en el país, sobre todo, para las viviendas.
La fábrica de herrajes de Guanabacoa se ha convertido en una excelente industria con producciones de calidad, una industria que era un caos y hoy es una de las mejores organizadas de nuestra capital. A veces las limitaciones están en los recursos financieros para determinadas materias primas que hay que traer del área convertible; los problemas no están en la planta, sino en las limitaciones que el país tiene para poder adquirir de inmediato todas las materias primas que hacen falta.
Quiero decirles que, realmente, el esfuerzo que ha hecho el país y que está haciendo el país para dar respuesta a todos estos problemas es enorme.
Ya les conté lo que estábamos haciendo en la agricultura y, en general, en las construcciones; pero no vamos a cejar en este esfuerzo, en buscar la piedra, la arena, los áridos, el cemento, los equipos y los materiales que necesitemos para todo el programa constructivo.
Se han analizado por el gobierno, incluso, algunos problemas que son bastante antiguos: qué hacer para incrementar las comunicaciones telefónicas de la capital. Hemos adquirido una fábrica de cables telefónicos, en los cuales el país invertía 30 millones de dólares en cada quinquenio; para tener una industria que apoye la cuestión de la telefonía, hemos estado haciendo esfuerzos, inventando cómo disponemos de las cantidades necesarias de los equipos para duplicar, en relativamente poco tiempo, las disponibilidades de teléfono de la capital.
Son muchos esfuerzos los que vienen haciéndose con recursos limitados, lo cual obliga a una administración minuciosa de esos recursos y a trabajar con creatividad.
Cuando hablaba del cemento tenía que añadir una cuestión y es que en el ahorro podemos tener dos o tres líneas de cemento y se lo voy a demostrar. En el año 1985, por cada metro cúbico de hormigón, en el MICONS se empleaban 720 kilogramos de cemento, y este año —aquí tienen un buen ejemplo de lo que puede hacerse y lo que debemos hacer— se están empleando 450 kilogramos; es decir que casi la mitad del cemento, pues se están ahorrando alrededor de 300 kilogramos de cemento por metro cúbico de hormigón.
¿En medio de estas dificultades, qué nos ha ayudado más este año para el importante programa de construcción que se está llevando a cabo? El ahorro del cemento, el ahorro del cemento, y lo repito una vez más: ¡El ahorro del cemento! Sin ese ahorro, los 3,7 millones más o menos, ó 3,8 que tenemos no nos alcanzaría y tendríamos muchos problemas con el cemento. Esa política de ahorro todavía tiene un margen, todavía tiene un margen.
Quiero decirles que, por ejemplo, el pavimento de hormigón que está haciendo el contingente "Blas Roca", utiliza un hormigón duro de verdad; ahora, emplea un batching-plant que hasta por computación señala las dosis. ¿Y saben cuánto emplea por metro cúbico de hormigón el contingente "Blas Roca" en la pavimentación de hormigón de la autopista Este-Oeste? Trescientos sesenta kilogramos por metro cúbico de hormigón. Claro está que a veces hace falta un hormigón más duro, otras menos duro; pero ese pavimento que requiere gran dureza demuestra cómo se puede alcanzar la dureza requerida con el mínimo de cemento.
Ahora, yo me pregunto, ¿cómo era posible que alguna vez gastaran 720 kilogramos? Claro que tenían que haber estado botando el cemento, en camiones casi para llegar a 720 kilogramos; pero tiene que haberse robado y desviado también mucho cemento, ¡tiene que haberse robado y desviado mucho cemento! (APLAUSOS) Calculen cuánto se perdía, cuánto se robaba o desviaba, y qué desorden para gastar.
Así que nuestro camino no puede ser solo el de producir más cemento, aunque debemos producir más cemento porque nuestros planes son ambiciosos. Tenemos que producir más cemento, pero hay que ahorrar el cemento, todavía se puede ahorrar más. Ustedes, las microbrigadas, analicen cuántos kilogramos realmente usan.
Esta mañana estuve allí por donde los del "Blas Roca" están construyendo una terminal y estuve preguntándoles por las cantidades de cemento P-250 que usaban haciendo allí cimientos y otras cosas, y estaban usando alrededor de ocho sacos. Estuvimos preguntando cómo puede ahorrarse más. Eso puede ser alrededor de 400 kilogramos o 450, no parece una cifra muy exagerada.
Nuestras hormigoneras algunas son viejas —las plantas de hormigón, esas que suministran a los trompos— y muchas no tienen dosificadoras. Es muy importante que nosotros veamos qué se puede hacer con esos equipos un tanto anticuados, porque todos no se pueden sustituir de repente, qué puede hacerse, qué gasto puede hacerse para lograr un importante ahorro ya allí mismo en las hormigoneras. Y la hormigonera gasta menos, como regla, de lo que gasta la concretera, porque en la concretera son miles de gente usando cemento, arena, piedra, y en las hormigoneras son unas pocas, se pueden controlar mejor.
Disponemos de suficientes capacidades en esas hormigoneras para el hormigón que necesitamos, disponemos de suficientes trompos para cargar todo el hormigón que produzcan. Esos trompos los estamos haciendo aquí también sobre camión soviético. Disponemos de los camiones para transportar los áridos, no hay problemas, ahí no está el problema; el problema puede estar en las canteras. Hay que arreglar esas hormigoneras para ahorrar cemento.
Esta mañana le pregunto a Palmero cuánto vale esa hormigonera que compramos para la máquina sofisticada de pavimentar con hormigón, y me dice: "Doscientos cincuenta mil dólares." ¿Cuánto produce? "Alrededor de 70 metros cúbicos por hora." Pero me decía: "Con el hormigón que ahorra, se podrían pagar en un año las hormigoneras esas" porque es una hormigonera de una tecnología realmente moderna.
Nosotros no podemos hacer eso de un día para otro, porque es que nosotros tenemos tantas necesidades, que si tenemos 2 millones y medio de dólares para comprar 10 hormigoneras nuevas y sustituir todas las que hay en la capital, tendríamos que preguntarnos primero cuántos otros montones de cosas requieren 2 millones y medio de dólares. Creo que hay que trabajar con eso que tenemos y ver qué nos costaría ponerles dosificadores, arreglarlas, porque la cuestión del ahorro en el cemento es muy importante.
Y está demostrado que se puede hacer un hormigón de excelente calidad con cantidades razonables de cemento, y no se vuelve más duro el hormigón, sino por el contrario, si sencillamente lo que hace es echar cemento en vez de arena y piedra.
Bien, el cemento es algo que hay que ahorrar, creo que todo el mundo lo comprende; pero hay algo que hay que ahorrar más que el cemento, y es la madera, ¡la madera!, porque esa sí que es muy difícil de aumentar. Con los soviéticos tenemos un negocio, una sociedad mixta por allá por Siberia; pero no se sabe cuándo esa sociedad va a dar madera, eso es lo que no se sabe. No se imaginan el tiempo que se ha discutido; hemos estado dispuestos a mandar constructores, están allí en un frío glacial; unas veces se dice una cosa, otras veces otra. Estamos dispuestos a enviar cubanos allí con tal de tener madera. Algo dará de madera, pero no lo que en un principio se pensó, que tal vez 400 000, 500 000 metros cúbicos al año. Algo dará de madera, pero no creo que significativas cantidades.
Hemos tratado de resolver el problema de la madera en otras partes, se hace difícil. Vamos aumentando nuestras producciones nacionales: alguna madera dura, alguna madera preciosa para la Habana Vieja, para algunos muebles de hoteles. Y vamos a sacar ya alguna madera de pino, de los que hemos sembrado después de la Revolución. La madera es uno de los recursos más limitados que tenemos.
En días recientes hemos estado discutiendo también en el Comité Ejecutivo la cuestión de los tableros de bagazo, cuál es nuestra capacidad, cuánto estamos produciendo, qué hace falta para dar un importante impulso a la producción de muebles. Estamos elaborando ideas y dando pasos para disponer de una capacidad mucho mayor de hacer muebles y, sobre todo, de una cantidad mucho mayor de materias primas para impulsar—esta es otra rama que el país tiene que impulsar— la producción de muebles para el hogar, a partir de una materia prima que tenemos, buena, si disponemos de los demás elementos que se requieren para dar dureza y belleza a esa materia prima, para producir muebles de calidad. Hemos visto hasta una exposición de esos muebles, y estamos trabajando en esa dirección.
De modo que de madera para muebles podemos disponer, pero ese tipo de madera no sirve para la construcción, ¡no es adecuada! Nosotros de madera artificial, fabricada en Cuba, podemos llegar a disponer tal vez de unos 100 000 metros cúbicos. Hemos calculado todos los muebles que pueden hacerse con esos metros cúbicos; hemos calculado las necesidades acumuladas del país, las metas que tenemos que alcanzar en ese objetivo, cuántas mueblerías tenemos etcétera, etcétera, incluidas las dos nuevas que se han construido en Guantánamo. Y se van a producir muebles de maderas preciosas, principalmente con destino a los hoteles y a esas instalaciones. Esa madera, repito, no sirve en cambio para la construcción.
Tal vez nosotros podemos comprar algunas fábricas más de esa madera artificial, pero no resolvíamos la madera de la construcción —aunque en algunas ocasiones se usa. Necesitamos, sin embargo, madera para la construcción y madera también para los envases, madera para muchos usos; madera en parte para muebles, ya que no toda puede ser la madera artificial.
Estamos estudiando también sustituciones de envases de vegetales, etcétera; sustituir la madera por el plástico, como ya tenemos, en parte, un grupo de máquinas que producen envases plásticos.
Pero nosotros podemos producir mucha madera ahorrando. Yo me asombré cuando se leyó ahí que habían dado un estímulo, un premio a no sé quién, y dicen: Usa la madera hasta cuatro veces. Por poco digo: Hay que fusilarlo. Usa la madera hasta cuatro veces: hoy puede ser tal vez una proeza, o se equivocó alguien que escribió eso, o estamos locos. La madera hay que usarla veinte veces, hasta veinticinco veces, señores (APLAUSOS) ; no así por capricho, ¡no por capricho!, sino utilizando los medios técnicos adecuados.
Esa es otra cosa que hemos estado analizando en meses recientes: ¿Qué hacer con la madera, cómo reforzarla con láminas metálicas? Primero, cómo sustituirla por acero en las construcciones. El acero se usa cien, ciento cincuenta, doscientas o trescientas veces; claro, ¿pero dónde está el acero y de cuánto acero disponemos? Y le dimos instrucciones al Ministerio de la Construcción: Con todos los hierros a desarrollar las producciones de moldes de acero, y ya iremos buscando acero. Pero cuánto acero necesitamos.
Desde luego que la inversión inicial es muy grande y hay que ir a buscar ese acero al área capitalista, porque el que tenemos ya de área socialista no alcanza para los distintos usos, entonces hay que calcular cuánto vale la madera y cuánto vale el acero; inversión inicial más alta, pero no hay duda de que es conveniente, y estamos desarrollando los moldes de acero y otras técnicas.
Pero estamos desarrollando también los moldes de madera para la construcción, elaborados de manera adecuada, con las protecciones adecuadas. Ya en Santiago de Cuba ellos se las arreglaron con algunos tableros. Yo no sé qué nombre les dan a los moldes estos; no es encofrado, encofrado es lo que hacen ahora, pero también la madera del encofrado se puede cuidar y se puede usar mucho más correctamente.
Hay productos del petróleo que protegen los tableros de madera, creo que salen del asfalto.
Hace algunas semanas les pregunté a los compañeros de La Habana cómo estaba la situación de madera; me imaginaba que muy dura, y de una reserva relativamente pequeña que se tenía se dieron 3 500 metros cúbicos para las microbrigadas, con el objetivo de hacer tableros.
Y usar la madera realmente el número de veces que se pueda, diez, quince, veinte, veinticinco; ¡la madera!, no estoy hablando del molde de acero. De modo que tres veces, cuatro veces, es lo que estamos haciendo: la desbaratamos, la serruchamos por cualquier parte, no la cuidamos.
Ahora, el MICONS ya tiene algunos índices positivos en el uso de la madera. Tradicionalmente, en 1985, venían empleando un metro cúbico de madera para 28 metros cúbicos de hormigón, o más claramente, estaban produciendo 28 metros cúbicos de hormigón con un metro cúbico de madera. Hace algunas semanas, cuando analizamos esto, ya estaban produciendo 45 metros cúbicos de hormigón por metro cúbico de madera, y tenemos que llevarlo a no menos de 90.
Vamos a suponer que nosotros tripliquemos el uso de la madera —y no creo que triplicándola estemos todavía en el óptimo, pero que tripliquemos—, entonces, 100 000 metros cúbicos de madera se convierten en 300 000 metros cúbicos de madera en la construcción; 100 000 bien utilizados, con esas técnicas, se transformarían en 300 000, como mínimo, y ustedes no se imaginan lo que es buscar, por ejemplo, 50 000 metros cúbicos de madera. Se lo digo porque en Pinar del Río estamos haciendo todo, no lo mencioné: brigadas para los bosques, para la explotación de la madera, aserríos nuevos que se están comprando; estamos haciendo un gran esfuerzo para sacar 50 000 metros cúbicos de madera nacional en adición a la producción actual; podemos convertirla en 150 000 metros cúbicos de madera, como mínimo, si la usáramos en la construcción.
No es en Siberia donde tenemos que buscar la madera, en Siberia podemos buscar algo que nos ayude adquiriéndola con gran esfuerzo, es aquí, utilizándola de una manera correcta, que nosotros tenemos que buscar la madera.
Dos brigadas de camino, un aserrío para 35 000 metros cúbicos, decenas de camiones de todo tipo para sacar 50 000 metros cúbicos en Pinar del Río. Y resulta que nosotros podemos hacer el equivalente a 100 000 metros cúbicos más, simplemente utilizando bien 50 000 metros cúbicos.
Y, desde luego, les voy a decir que no se la vamos a dar si no ahorran la madera; esto ya no va a ser solo razonamiento, acudir a la bondad: ustedes tendrán madera si la saben ahorrar.
Claro que de ustedes solos no depende, si ustedes no conocen una tecnología; de ustedes depende que no serruchen tanto en las obras, ni desclaven chapuceramente, ni desbaraten como suele hacerse a veces: se emplea un exceso de madera innecesario.
La dirección de microbrigadas, el Poder Popular y el Partido en la provincia de La Habana, tienen que encargarse de poner la tecnología y los sistemas adecuados en manos de ustedes, para utilizar bien esa madera; y queremos, desde luego, que el año que viene digan de alguien aquí que la utilizó 15 veces, y le den un estímulo a las microbrigadas, lo que sea, al que la ha usado 15 veces.
Estas son realidades. El movimiento de microbrigadas es ya una fuerza; yo creo que ustedes son ya adultos, que no son el grupo de aficionados del primer año. Han adquirido experiencia, conocimientos, saben de construcción; las tareas, las escaseces, lo que nos limita, lo saben.
Hay ya muchos técnicos; yo he visto a algunos técnicos ahí a pie de obra dando órdenes, y las daban bien, y les decían a curtidos obreros lo que tenían que hacer.
Había una muchachita ingeniera allá por el mercado concentrador del oeste, que está por la zona de Valle Grande, y allí estaban fundiendo los cimientos de una columna, de una de las 300 columnas que tienen que erigir para ese mercado, y les estaba diciendo con toda la energía necesaria a los hombres que estaban descargando el trompo cada cosa que había que hacer allí para hacerlas bien, para no gastar más hormigón de la cuenta, para que esté bien distribuido, etcétera. Hay conocimientos ya, y esos conocimientos nos pueden ayudar mucho en los años sucesivos.
Aquí se ha hablado de lo que han hecho las microbrigadas en estos tres años. Máximo leyó una relación, habló de más de 15 500 viviendas; es menos de lo que habríamos deseado haber hecho a estas alturas en tres años, pero también son muchos los problemas que hemos ido descubriendo por el camino.
Hay que tener en cuenta, como dijo Máximo, que había que estudiar el suelo, preparar el personal, hacer proyectos, muchas cosas. Pero hay 28 000 viviendas construyéndose, ya es una cifra de más importancia. La cuestión está en resolver los materiales de terminación de esas viviendas.
¿Qué hacemos? Ya el año pasado se asignó un millón de dólares para materiales de terminación para 10 000 viviendas en La Habana. ¿Qué ocurrió? Que otros materiales, que no estaban en esa cuenta, y que se supondría que vendrían de distintas procedencias, no llegaron; o que tendrían que producirse, no se produjeron porque faltaron materias primas; es decir, algunas cosas fallaron, pero el país asignó recursos, los que se calcularon para la terminación de 10 000 viviendas.
Está probado que ahora los calculadores tienen que decir: bueno, estamos contando con tal tubo que a lo mejor no se produce porque no llegó la materia prima o no se recibió en el país.
Hay que prestar toda la atención requerida para incrementar ya, de manera sustancial, las viviendas que estemos terminando en la capital; y si ya tenemos una base de 28 000 construyéndose, no es difícil impulsar el número de viviendas terminadas; hay que encontrarle solución a esos problemas.
Realmente, las microbrigadas, al cumplir el tercer año, tienen un buen récord de esfuerzo realizado, de obras creadas. Se señalaron más de 1 550 consultorios, y más de 350 que están haciéndose, suman casi 2 000 casas-consultorio del médico de la familia. Esa es una obra: construir, en 2 000 lugares diferentes, 2 000 instalaciones para un servicio tan importante como el que prestan los médicos de la familia.
Construir 111 círculos infantiles en dos años, cuando para el quinquenio había cinco y no se construían; cuando en la capital había 19 000 mujeres esperando por el círculo para poder incorporarse al trabajo, y muchas de ellas mujeres con una alta calificación. Y se crearon capacidades no para 21 000, hay que multiplicar 111 por 210; se han creado capacidades para más de 23 000 niños en los círculos, casi 24 000. Un día yo saqué la cuenta: un 25% más que las necesidades que estaban planteadas cuando empezó el movimiento de microbrigadas.
Hay un programa cumplido, que es el de los círculos, ¡muy importante programa! ¿Se habría podido hacer eso sin las microbrigadas? ¿Se habrían podido hacer las casas-consulta sin las microbrigadas?
Hay otros dos programas muy importantes, esos se nos retrasaron: el de policlínicos y el de escuelas especiales; pero ya dentro de algunos meses habremos terminado el programa de policlínicos. La provincia está haciendo un gran esfuerzo por terminarlo antes del 31 de diciembre: los 11 que faltan por terminar, y las 16 escuelas especiales que faltan por terminar. La provincia se propone un gran esfuerzo, va a tratar de hacerlo antes 31 de diciembre.
Quien ha visto esas escuelas especiales, quien ha visto esas instituciones, sabe cuánto vale ese esfuerzo de las microbrigadas; quien visita uno de esos policlínicos con el gimnasio fisioterapéutico, cuando analiza la calidad de los servicios que prestan esos policlínicos, yo creo que se experimenta, incluso, un cierto orgullo y un sano orgullo de saber que nuestro pueblo dispone de esas instalaciones, y que ya nuestra capital tendrá los 74 policlínicos en edificaciones adecuadas, porque algunos eran nuevos, y otros sustituyendo instalaciones que no servían para policlínicos.
Ahora, en el terreno de los policlínicos, lo que se propone la provincia es construir los gimnasios fisioterapéuticos —no son construcciones grandes— en los policlínicos que no los tienen. No se imaginan ustedes lo que es disponer de 74 policlínicos con gimnasio fisioterapéutico, ¡no se lo imaginan ustedes! Hay que verlo, hay que llegar allí, ver a personas que tienen problemas recibiendo los servicios de esas instalaciones, es cuando se comprende todo el valor moral y humano de ese esfuerzo.
Hay que ver una escuela especial, cualquiera de las escuelas especiales, ir a ver, por ejemplo, la de Guanabacoa, de niños con problemas de limitaciones visuales.
Esas escuelas, que a la vez que escuelas son hospitales, qué excelentes instalaciones, qué humanitario servicio prestan, qué gran beneficio reciben los niños con problemas en esas escuelas. Hay que verlas para saber lo que significan. O ver una escuela para muchachos con trastornos de conducta, como la que se inauguró recientemente allá por el oeste de la capital, en el municipio de La Lisa; los muchachos aquellos, convertidos precozmente ya en violadores de las leyes, qué cambio, qué transformación; qué destino sería el de esos adolescentes sin esas escuelas. Y otras muchas, como las que se están haciendo, incluso, de limitados físicos, a los que hoy tiene que ir el maestro a la casa a darles las clases.
Cuando se ve el servicio que prestan esas escuelas, se puede sentir un orgullo, y un orgullo mayor si se dice: La capital tendrá ya todas las escuelas especiales que necesitaba, completo el programa; la capital tendrá ya todos los policlínicos que necesitaba, completo el programa. Es que nosotros deseamos que se terminen lo antes posible estos dos programas, para tener tres programas ya cumplidos y poder realizar otras tareas, que nos quedan muchas.
¿Cuántas escuelas primarias y secundarias hay hoy en la capital en edificaciones viejas, con aulas oscuras y mal ventiladas, que todavía no tienen las condiciones para la enseñanza? Por delante nos queda construir muchas escuelas primarias y secundarias, como la del prototipo que se inauguró recientemente allá por La Habana del Este, esa es primaria; creo que están haciendo el prototipo de la secundaria, nos falta.
Las microbrigadas han construido 22 panaderías; ahora están construyendo 18 más, 40. Hay que llegar a casi 100, para llevar el pan caliente a cada vecino, que lo prefiere allí en la panadería y no en la bodega, y variedad de pan, y calidad de pan e higiene en el pan. Y la panadería es el horno común de muchas familias, porque también pueden enviar algo a asar allí; y muchas familias van a la panadería si tienen una pierna de cerdo o cualquier cosa que quieran asar. Queda el programa de panaderías.
Ahora estamos enfrascados en el programa de mercaditos, son 156 para completar la red.
Otro programa que vamos a terminar en la capital es el de terminales de ómnibus; faltaban ocho, se estaban haciendo tres, para 1991 se terminaba. Nosotros planteamos: Los problemas de los ómnibus no pueden esperar, y si las terminales ayudan al mantenimiento, a la organización y a la eficiencia del transporte, hay que hacer las que faltan y remodelar las otras; había algunas viejas terminales de esas construidas para 50 ómnibus que tenían 150, todo eso promovía el desorden que había en los ómnibus. Eso solo no, porque la panza era una de las causas fundamentales, felizmente suprimida y de manera radical; se acabó la panza, como se ha acabado el interrupto en muchos lugares, porque el interrupto en la construcción era como la panza del transporte. De modo que dijimos: "Hay que hacer las terminales que faltan, y se están haciendo las ocho terminales.
Se comprobó que había una gran pérdida de productos del agro con tantas manipulaciones, por falta de instalaciones adecuadas. Se elaboró toda una política de beneficio y de distribución de los productos del agro. Algunos se van a distribuir directo, como el cítrico ya se distribuye directo por la empresa; pasará por los mercados concentradores para llevar el control de la distribución, pero no se bajará una caja de naranjas allí.
Al mercado concentrador irá lo que viene de distancias grandes, en rastras, porque no se van a repartir en rastras por el medio de la ciudad; otros muchos productos, alguna parte de lo que envían los campesinos. Pero el plátano vendrá beneficiado desde las plantaciones, irá directo también al mercadito, nos ahorraremos ese trámite, otro tanto ocurrirá con la papa.
Se hizo evidente la necesidad de los mercados concentradores y qué íbamos a hacer, ¿ponernos a esperar para 1995, 1998, el 2000? Dijimos: Es una necesidad inmediata. Si se pierde el 30% de los productos, ¿qué significa? Salvar la mitad de ese 30%, o salvar las tres cuartas partes de ese 30%, reducir al mínimo las pérdidas y presentar los productos con calidad. Pues allí están las microbrigadas construyendo los cuatro mercados concentradores, en unos meses los van a construir, con cámara fría y todo, para lo que necesite frío allí. Eso es un avance tremendo en la distribución de los productos del agro en la ciudad.
Son programas importantes, las microbrigadas han estado trabajando en cosas relacionadas con los intereses de la población directamente. Cuando han trabajado en la industria de materiales, es obvio que hacen falta esas industrias de materiales para que avance el programa; lo mismo ocurre cuando han trabajado en una casa-consulta, o cuando han trabajado en un servicio médico de la capital, como algunos en que han trabajado las microbrigadas, que han ayudado mucho a la mejoría de la calidad de los servicios médicos de la capital.
Han estado trabajando en cosas para el pueblo; vean ustedes, hicieron un esfuerzo en EXPOCUBA. EXPOCUBA ha sido todo un éxito; en ocho meses alrededor de un millón de personas había visitado EXPOCUBA, y el interés creció ; y en el verano, cuando reían que la gente se iba para las playas, fue más personal que nunca a EXPOCUBA. Los servicios de EXPOCUBA han ido mejorando, se mantiene su calidad; no solo la mantienen, sino que la mejoran. Es una gran institución lo que se ha creado allí. Ahora va a ser sede de la Feria Internacional y ayudará a recaudar algunas cantidades en divisas, porque EXPOCUBA tiene que pagarse a sí misma lo que costó en divisas, y en poco tiempo lo va a hacer.
Ahora las microbrigadas están ayudando en los Panamericanos, son magníficas las perspectivas que tendrá nuestra juventud y nuestro pueblo, con todas esas instalaciones como centro para el desarrollo de la cultura física, el deporte y como centro de recreación, porque cuando no participa el ciudadano como atleta, participa como espectador y como animador de esas instalaciones. Son obras que van a dejar un gran beneficio para la población de la capital.
Pero ya hay programas completos terminados o casi terminados, y si hemos terminado el de círculo y lo que tenemos que construir son cinco o seis por año, ya dejamos atrás la página de los círculos, y hemos dejado construidos más de 100 círculos de excelente calidad. Ya pronto dejaremos atrás la página de los policlínicos, y habremos dejado la red completa; y pronto dejaremos atrás el programa de escuelas especiales; y pronto habrá quedado atrás el programa de terminales de ómnibus, y habrá quedado atrás el programa de mercaditos y de mercados concentradores; irá quedando atrás en su oportunidad el programa de panaderías, y todas estas obras para el servicio de la población son muy importantes.
Un día iremos dejando atrás las escuelas viejas estas y destartaladas, de las cuales nos quedan algunas; y para una educación de calidad no basta solo la buena voluntad de los alumnos y de los maestros, sino que las instalaciones también ayudan.
Estoy convencido de que las limitaciones que han impedido un impulso mucho mayor al movimiento de microbrigadas serán superadas, más tarde o más temprano, como resultado de los esfuerzos serios, muy serios que se vienen haciendo.
Se mencionaron aquí también otras microbrigadas: las microbrigadas sociales de construcción. En el informe decían 143, me informaban hoy que son ya alrededor de 160. La mera idea de pensar que algunos de los barrios esos que conocemos que hay por ahí se acaban es reconfortante. Ya se habían acabado una vez y no debieron haber resurgido más; pero, lógicamente, la vida los impuso y un poco la indisciplina del cubano, porque unos cuantos vinieron por su absoluta cuenta y agravaron el problema. Unos cuantos de ustedes también, no lo dudo, porque los veo que se están riendo ahí (RISAS). Eso venía ahí proliferando, sin una sola medida para resolverlo, y es muy agradable saber que en este momento, al cumplirse el tercer año del movimiento de microbrigadas, hay alrededor de 160 microbrigadas sociales; y que están haciendo obras formidables, como algunas de las de Arroyo Naranjo, o el barrio de La Güinera y de Las Guásimas.
Leí recientemente un reportaje sobre lo que están haciendo en La Corea. No he podido llegar a aquellos edificios en construcción, pero llegué por los alrededores y visité algunas casas, tengo una idea clara de cómo se vive en esos lugares; y eran orientales, por supuesto (RISAS), vinieron de allá, y algunos habían llegado hacía poco.
Ahora queremos establecer la disciplina, y nada mejor que encomendarles la disciplina a los de los barrios insalubres, que sean ellos los que establezcan la disciplina allí, ya que ellos fueron los que la rompieron, y no dejen que vengan más; que saquen bien la cuenta, porque, mientras más sean, más van a tardar en resolver el problema de la vivienda.
Es muy agradable saber que se está trabajando en esos barrios, ese tipo de microbrigadas no existía antes.
Es agradable saber que hay más de 300 microbrigadas sociales de mantenimiento y reparación, esas no existían antes; y, como en las demás cosas, es cuestión de que dispongan de los medios requeridos. Si dispusieran de todos los materiales necesarios, acaban, no se sabe lo que pueden producir. Ya se examinó la que hizo la primera que se creó en Marianao, cuánto produjeron. Esa es la solución, y no aquellas empresas ladronas que se dedicaban a cobrar materiales que no aplicaban, los cobraban; eran rentables, ¡cómo no van a ser rentables saqueando a medio mundo!
Creo que la solución revolucionaria, cuando hay problemas como los de la capital en mantenimiento, es esa: las microbrigadas sociales de mantenimiento; y en los barrios insalubres, las microbrigadas sociales de construcción. Hay que ver lo que son esas microbrigadas, se lo digo, son una fuerza que impresionan; las amas de casa, que han aprendido a construir y que dicen que van a seguir en la construcción hasta el final, y falta que nos hacen, porque tenemos mucho que construir en el futuro.
Han surgido las microbrigadas de los sectores, las microbrigadas industriales, la industria sideromecánica de la capital, con cuyos directores y representantes del Partido, de la juventud y del sindicato nos reunimos hace alrededor de un año para analizar distintos problemas de esas industrias. Se elaboró un plan de desarrollo de las mismas, y de solución de problemas que tenían y se crearon las microbrigadas industriales. ¡Vean ustedes cuántas cosas han surgido junto con el movimiento de microbrigadas!, y de las microbrigadas surgieron los contingentes, que ya eso es otra palabra, ya eso es otra cosa. No voy a hablar de los contingentes aquí, porque mañana hay una reunión de los trabajadores del contingente "Blas Roca", pero fueron fruto del movimiento de microbrigadas. Al año de surgir este movimiento, surgieron los contingentes, y ya eso es harina de otro costal, en realidad, por los resultados verdaderamente impresionantes y revolucionarios que se van alcanzando con esa organización.
No he mencionado todos los logros y los éxitos alcanzados por el movimiento de microbrigadas, pero creo que basta para este tercer aniversario, son bastantes cosas ya.
Ahora ustedes están luchando por el 26. Vean qué responsabilidad les cabe a las microbrigadas en hacer su aporte máximo al éxito del empeño de la provincia Ciudad de La Habana para ser sede del 26 de Julio. Tareas por delante tienen y oportunidades de hacer muchas cosas tienen.
Viendo este movimiento en la capital, me doy cuenta de que sí, de que la capital tiene grandes posibilidades de ganarse la sede del 26 de Julio con honor, con dignidad (APLAUSOS PROLONGADOS).
Se ha forjado un gran movimiento, una tremenda fuerza. Ahora sí puede hablarse ya de transformación de la capital, porque la capital está siendo transformada, y no era fácil transformar esta capital; no era fácil, cuando se acumularon ya 2 millones y tantos de habitantes en una sola ciudad, en la provincia más pequeña del país, en la más estrecha, con los problemas de suministro de agua y de todas clases.
No es poco lo que tenemos que hacer en esta ciudad. La reconstrucción de la red de acueductos, por sí sola, lo que hay que hacer para lograr eso es una tarea de gigantes. Y para ir resolviendo distintos servicios, pues cuando se acumulan tantas personas en una ciudad, los problemas son muchos, las necesidades son muchas, y hay problemas viejos, problemas acumulados.
Gran parte de esa red hay que reconstruirla, eso necesita tecnología. Ya creemos que tenemos algo, para arreglar partes importantes de esa red, sin tener que destruir las calles, abriendo dos orificios, uno por allá y otro por acá en cada sección a reparar. Ya hemos asignado los recursos para la reconstrucción de cinco máquinas como la que hemos comprado en la RDA, y quién sabe cuántas necesitemos y qué organización para ir reparando toda esa red. Y en la industria, qué capacidad de producción de tubos. No se imaginan ustedes, nuestras preocupaciones cuando calculamos los tubos que producimos, por ejemplo, de asbesto, y vemos que los necesitamos para acueductos, que los necesitamos para regadío, que los necesitamos para los cables soterrados, que los necesitamos para todo, es muy superior. La necesidad de tubos que tiene el país para riego, para acueducto, para alcantarillado es tremenda; constantemente por ello estamos sacando la cuenta de lo que tenemos y lo que hay que hacer para resolver el problema y, por encima de todo, prevalece la voluntad de hacerlo, que eso es lo primero, lo más importante.
Vean ustedes los resultados de este esfuerzo y de este movimiento revolucionario de las microbrigadas.
Sé que ustedes pueden hacer mucho más y harán mucho más, en la medida en que acumulen experiencia, y, sobre todo, en la medida en que tengan materiales, para hacer cosas no solo en cantidad, sino también de calidad.
La calidad es algo que nos preocupa mucho. No solo queremos una ciudad funcional, queremos una ciudad hermosa, que sea capaz de preservar todos los valores históricos que ha creado y sea capaz de satisfacer las necesidades de las masas, sin destruir la armonía de la ciudad, sin afectar la belleza de la ciudad; al contrario, haciéndola más bella. Por eso se ha creado un grupo de desarrollo integral, para que todo se haga en orden, para que cada cosa se construya donde deba construirse y con la arquitectura adecuada.
Por eso hoy quiero expresarles la confianza que tenemos en el movimiento de microbrigadas, el estímulo que significa ver la obra que ustedes realizan —ustedes, los contingentes y los demás obreros de la construcción—, y también ha sido para mí una satisfacción poderles decir que este esfuerzo que ustedes hacen aquí no se hace solo aquí, y no se hace solo en las viviendas y obras sociales, se realiza en todo el país y en todos los campos del desarrollo económico y social. Y pienso que esta es una forma realmente agradable, realmente estimulante de conmemorar el tercer aniversario del renacer de las microbrigadas.
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
(OVACION)