Speeches and Statements

Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el acto de recibimiento a la tripulación del buque mercante "Hermann", efectuado en el monumento al "Maine", en Ciudad de La Habana, el 1ro de febrero de 1990

Date: 

01/02/1990

Compañeras y compañeros:

Voy a tratar de hablar con calma, porque precisamente calma es lo que se necesita ante los hechos. Digo calma porque no podemos dejarnos arrebatar por la ira, no debemos dejarnos arrebatar por el furor, no debemos perder ni un solo segundo la sangre fría, pues una de las características de nuestro pueblo y de nuestra Revolución ha sido siempre la sangre fría.

Sangre fría fue la que demostraron estos tripulantes allí en medio del ataque, y sangre fría debemos tener para mantener el control de nuestros actos, ya que, figúrense, hay algunas cosas yankis por ahí cerca que todavía quedan y, claro, no queremos que nuestro pueblo se deje llevar por la ira, aunque sí es natural que en lo más hondo de los corazones de ustedes experimenten la profunda indignación que hechos tan repugnantes se merecen (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: "¡A eso es a lo que vinimos aquí, para que nos diga, Comandante!" Y DE: "¡Viva Fidel!")

Pienso que ustedes tienen ya una idea relativamente amplia de lo ocurrido; tal vez falten algunos detalles para comprender el episodio de una manera cabal, cómo fue que recibimos las noticias, qué medidas tomamos, etcétera.

En ocasiones hay algunos barcos de bandera panameña que van y vienen a nuestro país, contratados por empresas de carácter privado, a veces con tripulantes cubanos y, en ciertos momentos, han sido objeto de inspecciones por guardacostas yankis en tiempos normales y rutinarios, con el pretexto de que tienen bandera panameña y que ese país les había dado autorización para que registraran barcos con abanderamiento de ese país.

Pero vean ustedes qué cosa tan curiosa: alegaron ahora que tenían autorización de las Fuerzas de Defensa y a las Fuerzas de Defensa las acaban de desaparecer (EXCLAMACIONES DE: "¡Abajo el imperialismo!") Dicen que hicieron un acuerdo hace años con las Fuerzas de Defensa y al Jefe de las Fuerzas de Defensa lo tienen secuestrado en Estados Unidos, de la manera más arbitraria y más ilegal. Ese "supuesto" permiso de registrar barcos para ver si llevan droga, está en absoluta contradicción con la justificación que emplearon para invadir a Panamá, y para secuestrar al Jefe de las Fuerzas de Defensa de una manera arbitraria, ilegal y juzgarlo allí en Estados Unidos. Los propios abogados están planteando que es un prisionero de guerra, que no tienen derecho a juzgarlo allí.

Con esos pretextos, repito, históricamente han hecho registros a algunos barcos con bandera panameña, contratados por instituciones de carácter privado, aunque haya habido, en ciertas ocasiones, tripulantes cubanos, en tiempos, digamos, normales.

Pero vean en el momento en que ocurre esto y en qué circunstancias:

Este barco es de una empresa privada, pero está arrendado no a una empresa privada, está arrendado a una empresa cubana, a una empresa del Estado cubano. En dos palabras: el barco está arrendado a Cuba y Cuba es la responsable de ese barco; además, ese barco lleva una tripulación totalmente cubana, y el hecho ocurre después del monstruoso crimen de Panamá, después de una serie de provocaciones allí contra nuestro país: detenían a nuestro embajador, rodeaban la embajada, hacían guerra psicológica, y han cometido así todo tipo de provocaciones, no es la primera, las vienen cometiendo a través de todas estas últimas semanas, desde que se produjo la cobarde invasión a Panamá. En un momento en que nos están amenazando, son circunstancias nuevas; en un momento en que las Fuerzas de Defensa ni existen; Panamá no existe, porque Panamá es un país ocupado, no se puede alegar el supuesto acuerdo como derecho para registrar el "Hermann". El barco tenía bandera panameña, pero estaba arrendado por el Estado cubano y era responsabilidad del Estado cubano, la tripulación toda era cubana; en un momento excepcional, de amenaza —repito—, cuando el país en nombre del cual dicen actuar no existe, cuando las fuerzas que dicen hicieron el acuerdo con ellos no existen, cuando el jefe que suscribió ese acuerdo está secuestrado en Estados Unidos. ¿Qué legalidad podrían alegar realmente para esta desvergüenza, para esta felonía?

Ellos sabían, además, que el barco había salido de un puerto cubano, porque el barco había salido de Moa el día 25. Vino navegando al norte de Cuba, atraviesa la zona del canal de Yucatán y se va aproximando a Tampico.

Registrar ese barco no era una necesidad. No solo era ¡legal desde todo punto de vista, era arbitrario, también era innecesario, se trataba de una provocación. Decirles a los tripulantes —y eso tiene que haber sido lo que más los indignó— que pararan para registrar el barco, para inspeccionarlo, para ver si llevaba droga, era una ofensa, era una vileza, era una canallada, que resultaba insultante, indignante, hiriente.

Así que se ve a las claras cuál era el objetivo. Quisieron provocar y probar cuál podía ser el estado anímico de los cubanos, porque estos cada vez que cometen un crimen por ahí, creen que los demás se asustan. Ellos no saben que el crimen multiplica la valentía de nuestro pueblo, multiplica nuestro coraje y multiplica nuestra decisión. Pero a medida que eso se multiplica, es por lo que digo que hay que multiplicar la sangre fría, porque frente a este tipo de hechos, hay que seguir la táctica y estrategia que se corresponden con la línea adecuada de respuesta. Nosotros sabemos muy bien qué debemos hacer frente a cada una de las acciones del enemigo —naturalmente, no lo podemos discutir en público—, cuál es la estrategia, qué puede y debe hacerse, dónde debemos hacerlo y cómo debemos hacerlo.

En ningún momento haremos lo que a lo mejor piensan, o lo que esperan, o lo que pueda hacerles el juego; hay que utilizar el valor, pero hay que utilizarlo con la inteligencia. Otras veces lo hemos dicho: hay que combinar la inteligencia con el valor. Eso es lo que conduce a la victoria.

Ahora —les decía—, tal vez querían probarnos. Si vinieron a probarnos, han salido, realmente, mal. Como dice un viejo refrán, "fueron por lana y salieron trasquilados" (APLAUSOS). Después hablaré y explicaré la connotación y el sentido que esto tiene, pero primero quiero darles más detalles sobre todo esto y qué hicimos; detalles que prueban, además, la forma en que actuaron, consciente, deliberada; ahí no había margen a error, a nada.

Nosotros vinimos a saber ya en horas de la tarde, casi de la noche, que este barco venía siendo hostigado; porque ellos empezaron a hostigarle —como contó aquí uno de los tripulantes— primero con un avión —ese es el día 29—, después con el guardacostas el día 30.

Ellos lo explicaron aquí con palabras sencillas, el compañero del núcleo del Partido lo dijo, además, hasta con broma, con humor. El barco empezó a ser hostigado fuertemente desde las 8:00 de la mañana del día 30. Entonces ellos no pudieron comunicarse directamente, se comunican a través de México y envían la información de todo lo que ha ocurrido durante el día, que los han estado hostigando y la decisión que han tomado. La dirección del Ministerio les confirmó que era correcta la posición asumida, la decisión tomada y que se apoyaba esa decisión.

Después de las 12:00 de la noche del día 31, el Departamento de Estado del gobierno de Estados Unidos se comunica con nuestro Jefe de Oficina de Intereses en Washington y le comunica —una especie de ultimátum— que a las 4:00 de la mañana el barco va a ser abordado de cualquier forma, alegando el mismo pretexto, que por sospechas, para comprobar si llevaba drogas.

Entonces, al conocer esa amenaza a la vida de los tripulantes cubanos, llamé —para no perder tiempo— por teléfono abierto a nuestro jefe de la Oficina de Intereses, al compañero Arbesú. Aquí tengo la esencia de lo que dije textual —no voy a leer todas y cada una de las partes, sino las esenciales, porque algunas veces le repito las indicaciones.

Le dije con relación al ultimátum —y aquí se emplearon algunas palabras "gordas". En todas estas situaciones se han empleado montones de palabras "gordas", como en la guerra; bueno, no quisiera repetirlas por respeto al público (EXCLAMACIONES PIDIENDO QUE LAS DIGA Y APLAUSOS). Sé que ustedes van a estar de acuerdo, pero tengan presente que hay muchas familias a lo largo del país oyendo el radio o viendo la televisión (EXCLAMACIONES). Yo les voy a hacer referencia, las van a entender ustedes perfectamente (RISAS); pero por respeto a los hogares, a las familias... Comprendo que cuando no queda más remedio hay que decirlas, y quién sabe cuántas veces tengamos que decirlas; cuando las cosas ya se empiezan a poner calientes, la palabra "gorda" es la mejor que tiene el diccionario (RISAS). En el diccionario no hay mejor palabra que una palabra "gorda" (RISAS Y APLAUSOS).

Esto es viejo. Nosotros en la guerra, en la Sierra Maestra, constantemente teníamos que estar empleando palabras "gordas" y de tal manera vinimos habituados a ello, que en el famoso acto de Ciudad Libertad, parece que yo estaba un poco molesto y bajito decía: "Antonio", "Antonio" (RISAS). Bueno, me tuve que reeducar yo mismo para no soltar las palabras en alguna ocasión en público; pero siempre sentimos —y es correcto— respeto por la sensibilidad de una madre, de un padre, por los niños, por todos, y no vayan a pensar que me vuelvo el promotor número uno de esas palabras tan esenciales en circunstancias determinadas y que fueron profusamente empleadas también por los tripulantes del "Hermann".

Yo le digo así al compañero Arbesú, al que le han comunicado a las 12:00 y unos minutos el ultimátum ese: "Tienes que decirles a los H de P estos" —y le añado— "estoy tratándolos con decencia" (RISAS). Claro que ellos copian todo el mensaje, ¿no? "Los llamas, creo que ellos dijeron que tienen sospechas de droga en el barco. Hay que decirles que ese es un argumento cínico e inaceptable, decirles que es cínico e inaceptable ese argumento, y que los tripulantes no van a dejar registrar el barco. Que el barco va a seguir y que se deja registrar solo por autoridades mexicanas en aguas mexicanas, pueden ser aguas jurisdiccionales o pueden ser dentro de las 200 millas. Que la tripulación solo se dejará registrar por autoridades mexicanas en aguas mexicanas." Es decir que se está presentando una solución, no es un problema sin solución, hay una solución: ¿Usted cree que ese barco lleva una carga? Sígalo, y cuando llegue a aguas mexicanas que los mexicanos lo registren, con autorización de Cuba, en aguas mexicanas. Si es con los mexicanos, nosotros estamos dispuestos a darles permiso en cualquier lado, porque son fraternales las relaciones, son de respeto, que no tenemos por qué hacerlo con los bandidos estos (EXCLAMACIONES Y APLAUSOS).

Prosigo con las instrucciones a nuestro Jefe de Oficina de Intereses. "Si te dicen que ese barco tiene bandera panameña, tú les dices que la bandera es panameña, pero que los c... que están dentro del barco son cubanos (APLAUSOS). Que la tripulación no acepta dejarse registrar por una cuestión de honor, y porque no tienen confianza en la porquería de marina y autoridades americanas, porque son capaces de fabricar cualquier mentira y cualquier paquete al barco; que desconfían de ellos y, por honor, no se dejan registrar. Que ellos son responsables de la vida de cualquiera de los tripulantes de ese barco, y que cualquier cosa que les ocurra a los tripulantes de ese barco, ellos son responsables; que lo tomen y lo anoten para que después no haya confusión.

"Que el barco, llegando a aguas jurisdiccionales o aguas territoriales mexicanas, se somete a la jurisdicción mexicana, a las autoridades mexicanas, al registro, a lo que quieran las autoridades mexicanas, pero que por una cuestión de honor no se dejan registrar por un guardacostas yanki en aguas internacionales; por honor lo hacen y, además, no tienen por qué hacerlo. Que desconfían de ellos porque son degenerados, porque son inmorales, porque son cínicos. Y que rechazamos el argumento; que el gobierno de Cuba ha estado en comunicación con el barco, le ha dado instrucciones y está en contacto con el mismo. Que el barco ha consultado y que el gobierno de Cuba apoya la posición de los tripulantes del barco.

"Llámalo ahora, al que te llamó; llamas a 10 si tienes que llamarlos, despierta a los H de P estos (APLAUSOS). Fíjate, te estoy hablando a esta hora, que son casi las 2:00 de la mañana, así que advierte que la gente del barco, por honor, no se deja registrar, y que es responsable el gobierno de Estados Unidos de lo que les ocurra a los tripulantes del barco. Que el barco, en aguas jurisdiccionales o en aguas territoriales mexicanas, solo se somete a las autoridades de México, que si quieren se comuniquen con las autoridades de México, y que el barco tiene instrucciones de someterse a las autoridades de México para que hagan cualquier comprobación o registro."

Vean cómo hay una solución clara, fácil, del problema; si realmente hubiera alguna preocupación, que era infundada, mentira, pero si la hubiera, bueno, esta era la solución. Nosotros proponemos una solución.

"Díselo así, que la cuestión del argumento de la droga es una provocación, tal como lo vemos nosotros, que es una provocación, que es un argumento cínico y que es un argumento de H de P. Díselo aunque te boten a ti mañana de ahí", le añado (APLAUSOS).

Así que ellos saben, ellos tienen una respuesta, ellos tienen una respuesta y tienen una solución, y tienen una argumentación clara, lógica, justa, irrebatible; además, se les advierte que no se van a dejar registrar.

Vean ustedes cómo esta decisión la toman los propios tripulantes, esto es muy interesante. Ellos vienen librando su batalla desde temprano, y solo un montón de horas después es que en Cuba se sabe lo que está pasando allí.

Inmediatamente que termino con el compañero Arbesú, llamo a México para comunicarme con nuestro Embajador en México para informarle de lo que está pasando y darle instrucciones sobre lo que debe hacer.

Le digo: "Voy a hablar despacio", porque está la comunicación un poco difícil.

"Hay un barco de bandera panameña, tripulación cubana, que lleva unas cargas de Moa para Tampico. Lo que lleva es muy poco, creo que unas toneladas de cromo, una materia prima ahí para estudios, para investigación o algo de eso, eso es lo que yo sé que lleva." Fíjense que a los yankis no les dimos ninguna explicación, ¡pero nada!, de qué llevaba el barco, porque no teníamos que dársela, pero a los mexicanos sí les íbamos a dar todos los detalles (APLAUSOS).

"Pero por ahí hoy, desde las 8:00 de la mañana lo interceptó una embarcación yanki" —de hoy quiere decir desde las 8:00 de la mañana de ayer martes, porque realmente yo estoy hablando ya por la madrugada, miércoles— "y han estado chivándolos" —puse otra palabra—, "hasta chorros de agua les han echado, algunos disparos enfrente.

"El pretexto es la sospecha de si puede llevar droga. El barco no se paró y sigue. Ahora ellos llamaron a Arbesú, no sé a qué hora, sería como a las 12:00, que iban a abordar el barco a las 4:00 de la mañana.

"Ese barco se está acercando ya a Tampico. El estaba a 200 millas, pero creo que hoy 31" —es decir, el miércoles—, "a alrededor de las 8:00 de la mañana, llega a aguas jurisdiccionales mexicanas. El barco navega a 12 nudos.

Nosotros les dijimos a los yankis que la tripulación es cubana y que los tripulantes, por una cuestión de honor, no se dejan registrar por las autoridades americanas en aguas internacionales; que además no confían en las autoridades americanas, que son capaces de hacer cualquier felonía, cualquier paquete.

"Se les dijo que el barco se dejará registrar únicamente por las autoridades mexicanas en aguas mexicanas, en aguas jurisdiccionales o territoriales, no importa donde sea. Se deja registrar por las autoridades mexicanas, lo mismo en aguas de un tipo que de otra, y se somete a las autoridades mexicanas para que hagan cualquier comprobación, indagación, registro, lo que quieran.

"Se llama ‘Hermann’. Tiene bandera panameña. Salió de Moa. Transporta 10 toneladas de muestras de cromo que cargó en el puerto de Moa, de donde salió a las 10:00 horas del 25 de enero. Va a cargar mercancía en Tampico. Es el objetivo principal del viaje.

"Los datos son: eslora, 79,8 metros; manga, 13 metros; color gris; peso muerto, 2 300 toneladas. Es un barco chiquito. Se estima que llegue a Tampico a las 9:00 horas de hoy 31 de enero.

"Ellos dicen que es de bandera panameña y que tienen derecho. Nosotros les dijimos que la bandera era panameña, pero que los c ... que iban en el barco eran cubanos, para que no chivaran más." Un sinónimo empleé.

"Yo hablé con Arbesú hace un rato, le dije que el barco no se paraba, que por cuestión de honor los tripulantes no dejan que registren el barco, y que tendrán que hundirlo, que serán responsables por la vida de los tripulantes y de los daños que puedan ocasionarles. Hablé con él hace como una hora, le dije que despertara a todo el mundo allí, a quien tuviera que despertar, y les advirtiera que el barco no se detiene; porque ellos dijeron que lo iban a abordar a las 4:00 de la mañana.

"Los tripulantes están decididos a no dejar que los yankis los humillen, y tienen toda la razón, no solo por una cuestión de honor, hasta por una cuestión práctica, estos son unos superhijos de P y pueden hacerle un paquete al barco. Los tripulantes tienen desconfianza, con razón.

"Pero ellos se someten a las autoridades mexicanas, que el Cónsul de Veracruz se mueva para Tampico."

Yo le había preguntado dónde teníamos al Cónsul y dijo que en Veracruz; que en qué tiempo podía llegar, y dijo que en tres horas, y le pedí que lo llamara allá rápido y saliera ya el Cónsul para Tampico.

"Además, hay que hablar con alguien, algún militar, que sea la marina o alguna autoridad mexicana la que reciba el barco; que lo reciba en alta mar, en el puerto, dondequiera, que lo inspeccione. Nosotros nos sometemos a las autoridades mexicanas. Incluso nos conviene que las autoridades mexicanas vean el barco a petición nuestra, que registren el barco y lo comprueben. Nosotros lo que no nos vamos a dejar registrar por los yankis; tendrán que tomarlo a la fuerza, tendrán que hundirlo. No sé cómo se las arreglarán, pero la tripulación está decidida a seguir.

"Lo que se les ha dicho a los yankis es que nos sometemos a las autoridades mexicanas. Pero hay que decirles a las autoridades mexicanas que, incluso, nos agradaría que ellos pudieran hacer una inspección del barco para comprobar la legalidad de ese barco y la situación del barco; pero no sabemos si llega, si lo han hundido a las 4:00 de la mañana." Estoy hablando como a las 3:00, no sabemos si el barco llega. "Pertenece a la compañía Guamar Shipping Company S.A. Pero eso se lo explicarán allí. Está operado por una empresa cubana, está arrendado.

"Pensé que es indispensable que tú conozcas esto. Llama a alguien del gobierno mexicano, piensa a quién, qué autoridad se puede despertar a esta hora para que se ocupe de eso. Diles a los mexicanos que veríamos con gusto, realmente, cualquier inspección." Más adelante: "El barco va a seguir, de eso no hay duda, la tripulación está resuelta. Fíjate que ellos ya venían librando su batalla antes de comunicarse con nosotros." (APLAUSOS)

Sí, yo decía que ellos venían librando su batalla durante horas, sin que nosotros lo supiéramos.

"Ahora, es bueno que el Cónsul, alguien de ustedes se traslade rápido."

Le di más detalles, le pregunté, incluso, con quién iba a conversar. Me dijo que iba a molestar al Vicecanciller. Por fin habló con el tercero del Ministerio. Ustedes comprenderán, también a esa hora de la mañana, lo desagradable, lo molesto que resulta estar llamando a una autoridad, aunque el asunto tiene, realmente, mucha importancia por estar en peligro la vida de los tripulantes.

Vean en qué condiciones ellos hacen el ataque. Fíjense.

Es decir que no tenían ni la más remota justificación, porque había una solución sencilla al problema.

Ahora vean que la decisión de atacar al barco, según cables que han llegado, hoy, la toman en reunión, después de reunirse tres veces, funcionarios del Departamento de Estado, del Departamento de Defensa y del Consejo Nacional de Seguridad. Esta decisión tiene que haber sido consultada con el Presidente de Estados Unidos, ¡tiene que haber sido consultada con el Presidente de Estados Unidos! Y tiene que haber sido el Presidente el que tomó la decisión, porque funcionarios de los tres departamentos no toman una decisión de esta naturaleza, como es entrarle a cañonazos a un barco mercante en aguas internacionales y tratar de hundirlo. Podían matar a todos los tripulantes de ese barco. Era un acto agresivo serio, una provocación grave.

Vean ustedes qué nivel de arrogancia, de prepotencia, es el que está mostrando el imperio. Es bueno que meditemos sobre esto, porque de todo esto tenemos que ir sacando cada día nuestras conclusiones, por si hay algunos que todavía dudan, si algunos no se han acabado de convencer de las cosas que hemos dicho, el tipo de mundo que se está formando, el tipo de paz que espera a los pueblos del Tercer Mundo y la lucha que tenemos que librar; nadie la va a librar ni queremos que nadie la libre por nosotros, pero para que tengamos una idea de la magnitud de los problemas, de la gravedad de los problemas.

Vean qué cosa tan impúdica, ese barco va a llevar unas muestras de mineral, materia prima para ferrocromo. Posiblemente sean muestras para exportar después, porque 10 toneladas es una cantidad pequeña, o para hacer algún análisis de laboratorio, algunas pruebas. Todas esas cosas con relación al desarrollo de nuestra economía. Pero, además, hay 1 500 toneladas de mercancía que nuestro país necesita, que están allí en Tampico esperando que se recojan y que podemos necesitar aquí con urgencia. No tengo la lista de las mercancías, pero seguramente que son mercancías importantes para enfrentar nuestros problemas.

Once hombres —aquí se mencionaban 12, porque al principio se dijo que eran 12, pero realmente después se comprobó, eran 11—, 11 honrados obreros del mar, 11 honrados trabajadores (APLAUSOS); no 11 millonarios paseando por el Caribe, sino 11 trabajadores viajando en su barco, para resolver problemas de la economía del país, para traer las mercancías que el país y la población necesitan, y de buenas a primera los quieren humillar, los quieren abordar.

¿Quién puede confiar en uno de esos guardacostas con las barbaridades que están haciendo, con lo mentirosos que son los yankis, con lo cínicos que son? Le ponen cualquier cosa allí al barco. Ya no era solo una cuestión de honor. Ellos reaccionaron por honor, en primer lugar; pero, además, tenían derecho a protegerse de cualquier impudicia que el imperialismo quisiera cometer contra ellos.

Y a estos honrados trabajadores en plena paz, en plenas aguas internacionales, no en aguas norteamericanas, les entran a cañonazos, les disparan con ametralladoras. Los atacan con armas de todos los calibres. No se ha dicho aquí una cosa, que el ataque duró una hora y 45 minutos. No crean que eso duró cinco minutos, ni 10 minutos; ¡estuvieron disparando contra el barco una hora y 45 minutos!

Ahora, esto era de noche, no sé a qué horario se refieren, 4:35 hora de allí o de aquí. (LE DICEN: "De madrugada.") Era de noche, en la madrugada todavía, ni siquiera había amanecido y empiezan a disparar con todas sus armas, de noche. Imagínense el valor de estos hombres, si para navegar en el mar de noche hace falta, incluso, valor. Cuando se va navegando en horas de la madrugada hay que tener cuidados especiales, porque si cae un hombre al agua puede perder la vida, puede resultar muy difícil recuperarlo, hay que trabajar con precauciones.

En horas de la madrugada, después que los han estado hostigando durante casi 24 horas, tiempo suficiente como para poner nervioso a cualquiera que no tenga los nervios de acero; algo que empezó a las 8:00 de la mañana y han pasado 12, 16, 20 horas y media haciéndoles guerra, amenazándoles, disparándoles, y estos 11 humildes obreros no se inmutan, no se ponen nerviosos, mantienen la decisión (APLAUSOS). Resisten los disparos, todos los disparos a la proa, al timón, a las máquinas, a los cuartos de los tripulantes, a la cabina de mando, al puesto de mando. Han estado una hora y 45 minutos bajo el fuego y estos hombres no tenían un arma con qué responder, y avanzaban, seguían, no se detenían; mantuvieron la guerra moral con el enemigo, la guerra verbal, les respondían como tenían que responderles.

Estos hombres se han enfrentado al imperio sin un arma, se han enfrentado a las escuadras así; porque ese guardacostas significaba la poderosa marina y la poderosa escuadra yanki, no era un barco de un pequeño país del Caribe, era un barco que representaba el poder de Estados Unidos, que estaba siendo empleado allí para hundir el barco, aunque sacrificaran la vida de los tripulantes.

Es algo verdaderamente asombroso, algo verdaderamente excepcional la conducta de estos hombres. Hay que ponerse en su lugar, la distancia a que están de su país, el no tener un arma. Se enfrentan al imperio, se enfrentan a las órdenes del jefe del imperio que ha dado instrucciones de disparar, y disparar a matar cómodamente; quizás lo despertaron, y allí tal vez se tomó la molestia de hablar por teléfono con los que le consultaron la decisión de disparar contra el barco y hundir el barco. Una cosa bochornosa, cobarde, ingloriosa, típica del imperio. Y a ese imperio tenemos que conocerlo bien y todos los días tenemos que conocerlo mejor.

Estos hombres han realizado una extraordinaria proeza, una extraordinaria heroicidad. Hemos visto películas de gente combatiendo, de gente haciendo cosas heroicas, pero jamás algo tan extraordinario como esa película de esa madrugada, de esos hombres allí, que soportan el fuego del guardacostas durante una hora 45 minutos, no vacilan y continúan; cuando el barco puede incendiarse, cuando ya no tenían salvavidas, cuando ya no tenían oportunidad de salvarse, excepto que se rindieran, no se detienen , continúan, y continúan dispuestos a estrellarse contra la costa o contra las torres de petróleo, o arder allí, consumirse en una hoguera antes que caer en manos de los imperialistas (APLAUSOS).

Fíjense a qué situación llevaron a esos hombres y en qué peligro pusieron los propios intereses de México, y las consecuencias ecológicas, las consecuencias para la economía mexicana, incluso, de ese conflicto, de esa agresión innecesaria e injustificada, hija de la prepotencia y de la arrogancia del imperialismo.

Ha sido a mi juicio— una proeza extraordinaria la que ellos han llevado a cabo, con una gran sencillez. Me imagino que mucha gente se pregunta qué es un héroe. Aquí tienen ustedes a estos héroes, surgidos de la noche a la mañana, hombres sencillos del pueblo (APLAUSOS).

¿Pero cuál es el significado mayor que tienen esta proeza y esta heroicidad? Es que no se trata de proezas individuales, ni heroicidades individuales, es la proeza y la heroicidad del pueblo, porque ellos allí eran el pueblo. Ellos allí, en esa lucha y en esos momentos tan difíciles, representaban al pueblo, simbolizaban al pueblo, a la dignidad del pueblo, al honor del pueblo (APLAUSOS). Viene a comprobar aquello que decíamos: "Que en el pueblo hay muchos Camilo", lo cual quiere decir que en el pueblo hay muchos héroes y grandes héroes, incontables héroes potenciales. Para enfrentar esta lucha necesitamos cientos de héroes, miles de héroes, decenas de miles de héroes, cientos de miles de héroes, millones de héroes, y 11 hombres humildes del pueblo nos demuestran que aquí hay millones de hombres y mujeres con madera de héroes (APLAUSOS). Porque estoy seguro de que eso es lo que haría cualquiera de ustedes, es lo que haría cualquier hombre o mujer de nuestras Fuerzas Armadas Revolucionarias, de nuestras Milicias de Tropas Territoriales, de todo nuestro pueblo organizado para la defensa del país.

¡No se sabe lo que vale ese mensaje que estos hombres les han enviado a los imperialistas!, ¡no se sabe lo que vale! (APLAUSOS) Les han dado una insuperable lección, porque si estos hombres no se detuvieron allí, donde no tenían ni un arma y han acudido al machete, al hacha, al cuchillo de la cocina y hasta al destornillador, ¿qué les están diciendo a los yankis? Les están diciendo con toda claridad: No se equivoquen, imagínense lo que les va a pasar aquí cuando se tengan que enfrentar a los cañones de miles y miles de tanques —nada más que para hablar de una cosa—, a las bocas de millones de fusiles, ametralladoras, armas de todo tipo y de todos los calibres.

Aquí tenemos el plomo ese. Vamos a ver si ellos les tienen tan poco respeto a los plomos como les tienen nuestros hombres, como les tuvieron estos tripulantes (APLAUSOS). Vamos a ver, y parece que algún respeto les tienen porque enseguida se ponen el chalequito, el casquito y todo. Pero de eso no les va a quedar ni polvo aquí, ni polvo, a los agresores de nuestra patria cuando tengan que enfrentarse a un pueblo, a este pueblo, no a un grupo de hombres desarmados, cuando tengan que enfrentarse con el pueblo armado y preparado, y con todas las armas, las que tenemos y las que estamos haciendo, además, para que a nadie le falte su granada, su mina (APLAUSOS).

Si alguien quiere saber lo que es un héroe, aquí tienen héroes genuinos del pueblo, sencillos, modestos, que, como ellos bien dicen, sentían más temor al hablar aquí ante ustedes que el que experimentaban allí bajo las balas imperialistas (EXCLAMACIONES DE CONSIGNAS REVOLUCIONARIAS).

La provocación imperialista ha sido el ridículo del siglo. Me imagino que se hayan estado riendo de los yankis en el mundo, una sonrisa de oreja a oreja en los países del Tercer Mundo, porque no han podido detener ni hundir el barco.

Su maniobra ha sido desenmascarada totalmente, porque fuimos nosotros, y quiero advertirlo porque por ahí ha aparecido algún cablecito diciendo que los yankis se lo pidieron a las autoridades mexicanas —y ahí están los papeles para demostrar la verdad; además, ellos tienen que tener grabadas esas conversaciones, porque los muy HP graban todo, a todo el mundo, en este hemisferio; no se puede hablar, nosotros tenemos que buscar otros medios de comunicación, pero cuando hay urgencia, y si al barco lo iban a atacar a las 4:00 de la mañana había que hablar en lenguaje abierto sin usar claves—, los que les pedimos a las autoridades mexicanas y tres veces se lo dijimos al embajador: "Rúegales que comprueben para desbaratar la intriga de los tipos." Y lo hicieron, estuvieron horas enteras allí revisando el barco, con todos los detalles —me contaron los compañeros en unos minutos que hablé con ellos al llegar por la tarde—, todas las autoridades mexicanas: las de Inmigración, las de Aduana, la Marina, los organismos que se encargan de la lucha contra la droga. Allí llevaron a los perros famosos para que olfatearan todo, a ver si había droga allí. ¡Ni droga ni orina, ni droga ni mierda vieron en ese barco! (EXCLAMACIONES Y APLAUSOS) Estoy seguro de que si meten los perros esos allí en el guardacostas norteamericano encuentran las tres cosas (RISAS).

Así que no han podido nada, no han podido engañar a nadie ni confundir a nadie. Han demostrado una vez más ante el mundo su felonía, su descaro, su desvergüenza, su cinismo; han herido profundamente la sensibilidad de nuestro pueblo, han multiplicado su indignación y su fuerza, como ocurrirá con cada cosa que hagan, hasta el día en que llegue la hora cero, hasta el día en que llegue la hora de la verdad, que puede llegar al paso que marchan los acontecimientos, al paso que marcha la arrogancia imperialista.

¡Ah!, pero yo podría llamar a esto la primera escaramuza, y se lo decía a los compañeros: esta es la primera escaramuza, porque si es verdad que una vez otro grupo de marineros tuvo también ejemplar conducta en aquella ocasión del golpe de Estado a Chile, cuando el barco salía de Valparaíso que le entraron a cañonazos y no se detuvo —todos lo recordamos pero fueron circunstancias distintas, momentos distintos, y es un país latinoamericano, no ante el imperio más poderoso de la Tierra—, fue motivo de orgullo lo que hicieron los cubanos en aquella ocasión; pero las circunstancias hoy son tan especiales, tan diferentes, es tan simbólico esto, que, realmente, no creo que pueda haber un episodio superior a este.

Aquí tenemos el privilegio de estar con los compañeros, los mandamos a buscar por eso, después de las horas y las pruebas a los que los sometieron, para que recibieran el homenaje del pueblo; pero todos ellos pudieron estar muertos en este momento, que fue lo que quisieron los yankis. El barco pudo estar hundido y ellos muertos; pero no pudieron, y ya, para no complicarse más en aguas jurisdiccionales mexicanas, no se atrevieron a completar la fechoría. Pero tiene que darles vergüenza y al mismo tiempo tienen que haber aprendido la lección, por eso simboliza tanto la acción de estos compañeros, en este momento tan especial, en este momento nuestro y del mundo, cuando hay que enseñar lo que es un revolucionario, cuando hay que enseñar lo que es un comunista (APLAUSOS).

Varios de ellos son miembros del Partido, miembros de la juventud los otros y dos que no están inscritos, y viene a confirmar lo que dije en el congreso obrero, que podía haber delegados no inscritos en el Partido o en la juventud, pero que son comunistas (APLAUSOS), y que nada hace un partido comunista sin una clase obrera comunista, nada hace un partido comunista sin un pueblo comunista (APLAUSOS).

Si para ingresar al Partido hace falta un aval, yo quisiera que hoy todos nosotros aquí les diéramos el aval de miembros del Partido a los dos que no lo son (APLAUSOS PROLONGADOS).

Quisiera proponer que en nombre de todos nosotros les demos el aval, ya no solo a ellos dos, sino que a todos los de la juventud les demos el aval como miembros de nuestro glorioso Partido Comunista (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: "¡Fidel, Fidel, Fidel!") Porque eso es portarse como un comunista, eso es ser comunista, en el más alto grado.

Sentimos orgullo cuando habla aquí el secretario del núcleo de nuestro Partido en ese barco y se expresa —como se expresó— con esa sencillez (APLAUSOS). Frente a la arrogancia yanki, el desprecio de un comunista (EXCLAMACIONES DE: "¡Viva el Partido Comunista de Cuba!") Así tiene que ser nuestro Partido y así tienen que ser cada uno de los militantes de nuestra juventud, y así son. Una golondrina no hace verano (APLAUSOS). Ese es el espíritu de nuestra juventud comunista, de nuestros obreros, de nuestro pueblo.

Nosotros vamos a proponer al Consejo de Estado que entregue a estos hombres la máxima condecoración al valor que se puede otorgar a un combatiente (APLAUSOS PROLONGADOS). Ellos han librado una primera escaramuza, que en el orden moral significa una gigantesca batalla y una gigantesca victoria.

Recuerdo que una vez leí en una historia antigua algo que había sucedido en Roma; no sé si será verdadera o falsa, pero como historia está escrita. Era en la época en que los romanos no constituían todavía un imperio, se caracterizaban por su valentía y estaban cercados. Se dice que los que cercaban aquella ciudad lograron hacer dos prisioneros y los llevaron ante el jefe, que los amenazó con torturarlos, los amenazó con quemarlos. Allí había una hoguera y, como desprecio a la amenaza, extendieron las manos sobre las llamas (APLAUSOS).

Será o no cierta esa historia, pero tiene un profundo significado. Yo me acordaba de aquella leyenda, cuando en la mañana de ayer los compañeros me iban informando del desarrollo de los acontecimientos, a partir del momento en que el barco fue atacado. ¡Si creen que se les puede temer a sus amenazas, el heroico ejemplo de estos humildes obreros es la respuesta más elocuente que, en nombre de nuestro pueblo, se puede dar al imperio! (APLAUSOS)

Quiso el azar que hoy nos reuniéramos acá, en esta plazoleta, no muy lejos de la guarida de los imperialistas, para que vean y oigan. Pero es que aquí están los restos de lo que fue símbolo del dominio yanki, el famoso monumento al "Maine".

Yo no diría que los marinos que murieron en el "Maine" no merecieran un monumento; que alguien piadoso les hubiera hecho un monumento, que alguien honrado les hubiera hecho un monumento, porque fueron víctimas de la felonía del imperialismo, ya que las investigaciones históricas y todos los indicios demuestran que fue muy casual y muy extraño, que toda la oficialidad estuviera en una fiesta. Los humildes marinos de aquel acorazado, cuando el imperio estaba a punto de librar su primera guerra imperialista, fueron atrozmente sacrificados. Existen todos los indicios de que los propios imperialistas volaron el barco, donde no había oficiales, porque, ¡oh, fabulosa casualidad!, estaban en una fiesta. Ese fue el pretexto de la guerra, el pretexto de la intervención en Cuba, de la ocupación de Filipinas, de Puerto Rico y otras posesiones españolas. Fue como el conocido y prefabricado incidente del golfo de Tonkín, que tuvo lugar en años más recientes.

Así que digo que se puede hablar de víctimas, porque fueron víctimas, pero del imperialismo. Por pura hipocresía les hicieron ese monumento, que se convirtió después en símbolo del dominio imperialista sobre nuestra patria.

Pero un día triunfó la Revolución. ¡Pasaron decenas de años, pero triunfamos! (EXCLAMACIONES DE: "¡Viva la Revolución!") Y desde 1878 —que fue cuando concluyó nuestra primera guerra de independencia iniciada en el 68, y concluyó de manera gloriosa gracias a Baraguá—pasaron decenas y decenas de años. Desde la guerra de 1895 pasaron decenas y decenas de años, casi habían hecho polvo a nuestro pueblo, pero —como dijo alguien aquí, uno de los compañeros que me precedió—ese pueblo supo resurgir siempre de las cenizas, y continuar la lucha y al fin triunfar (APLAUSOS).

Nuestra lucha de hoy es la del 68 y la del 95, la del Moncada, la del "Granma", la de las misiones internacionalistas. Y hoy no somos cenizas, ¡no somos cenizas!, y tenemos más que nunca fuerzas con qué defendernos, armas con qué defendernos, ideas con qué defendernos, combatientes con qué defendernos (APLAUSOS), y capacidad de convertir en polvo y convertir en cenizas, con esa conducta, con ese ejemplo, con ese temple, más tarde o más temprano, a los que cometan la felonía, el crimen histórico incalificable de agredir a nuestra patria.

Si de algo podemos estar seguros, es de que jamás el águila rapaz que simboliza al imperio volverá a colocarse sobre esas columnas, que quedaron convertidas en monumento de lo que fue el imperio en nuestro país y de lo que ocurrirá, más tarde o más temprano, a su afán de esclavizar al mundo.

¡Socialismo o Muerte!

¡Patria o Muerte!

¡Venceremos!

(OVACION)

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