“Los que saben que la humanidad marchará inexorablemente adelante; los que saben que el destino de la humanidad es irreversible e irrevocable; los que saben que la humanidad logrará liberarse totalmente de los grandes males que la han agobiado, que la humanidad logrará liberarse de toda la explotación a que se ha visto sometida durante siglos, a que se han visto sometidos continentes enteros durante centurias; los que saben que la humanidad, más tarde o más temprano, vencerá, su mayor deseo es que la humanidad logre alcanzar esas justas y grandes aspiraciones, sin los terribles e incalculables sufrimientos de una guerra, de una guerra atómica universal”.