Fidel en Guáimaro
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A la llegada del Ejército Rebelde a Guáimaro, el 4 de enero de 1959, con su Líder al frente, pudieron apreciar el poblado de casas de lujo con grandes portales en calles rectas y anchas que caían de la plaza espaciosa a la pobreza pintoresca de los suburbios. Una escena que solo cambió, años después, con la obra de la Revolución.
Fidel y su huella en Camagüey
Los barbudos no dejarían de elogiar la belleza de los bosques del derredor, que se hacían acompañar detrás, como un coro, por las colinas vigilantes erguidas en todo su esplendor, a semejanza, pero con una menor altitud, a la del Pico Turquino.
El pueblo acogió a Fidel, y no sería la única vez. Con los años se vería rodeado de hombres y mujeres de esta vasta zona ganadera en varias oportunidades, como cuando visitó la industria quesera de Martí, y pudo intercambiar allí con Mauro Ángel Clemente Colmenares de La Teja, nacido en Santander, España.
Por entonces, Manuel Chaos Piedra fungía como primer secretario del Partido en Guáimaro. Con él conversamos sobre el surgimiento de la nueva comunidad de Palo Seco, a escasa distancia del viejo Palo Seco, apeadero del ferrocarril, a solo ocho kilómetros de la Cuna de la Constitución.
Narra Chaos que después de una larga noche conversando con Fidel mostró interés por saber el lugar donde se construiría la nueva comunidad de Palo Seco. Temprano en la mañana salieron rumbo al apeadero del ferrocarril.
El yipi, era conducido por Rogelio Acevedo, delante, a su lado iba Fidel, y detrás, Chaos. La parada se produjo en el crucero del ferrocarril, en una explanada a la derecha del camino hacia Galbis,donde Planificación Física había previsto la construcción del nuevo asentamiento por ser una zona llana y limpia.
“Él me pregunta, comentó Chaos. ‘¿Este es el Palo Seco de la Batalla de Máximo Gómez?’. Le respondí que no, que era más al sur, próximo a Jobabo, pues este emplazamiento, llamado Palo Seco también, fue concebido cuando se construyó el ferrocarril central”.
Cada pregunta o expresión de Fidel tenía una carga de enseñanza: ¿Cuántas casas hay?, le inquirió a Chaos, que en ese momento quería que se lo tragara la tierra pues no dominaba el dato.
El Líder Histórico andaba con un mapa cartográfico. Corrió el dedo y lo puso sobre la cota 108 e indagó: “¿Cómo sabes que es la 108? ¿Qué hay allí?”.
“Una vaquería muy rústica, aseguró el dirigente político camagüeyano. Se va a eliminar y en su lugar irá un pastoreo de ceba”. Acto seguido pidió viajar hacia el sitio, que finalmente se escogió para la nueva comunidad.
La idea de Fidel se basaba en que los asentamientos nuevos estuvieran alejados de los demás para concebirlos con todos los requerimientos técnicos: acueducto, red vial... y con absoluta seguridad dijo: “El pueblo va aquí”.
El nuevo Palo Seco se terminó como quiso Fidel, con sus edificios individuales y biplantas con una población que tributa a la ganadería y a la producción de alimentos.
DE UN ESCUADRÓN DE LA GUARDIA RURAL A UN HOSPITAL
Desde la época en que Chaos fue designado como primer secretario del Partido en Guáimaro, enero de 1970, no pocos pobladores y asociaciones fraternas impulsaban la idea de convertir el edificio del escuadrón 26 de la Guardia Rural en un hospital.
Por eso le dijo a Fidel que con los recursos del territorio empezaron a transformar la institución militar en una unidad con 100 camas.
“¿El país lo sabe?”, preguntó el Comandante, y, acto seguido continuó: “¿Cuántos habitantes tiene Guáimaro?”.
Chaos Piedra aportó la cifra y, añadió: “La Empresa Rectángulo de Ceba tiene 250 000 cabezas de ganado”.
De manera jocosa Fidel comentó: “Sería el primer hospital para tantas personas y 250 000 cabezas de ganado”.
El doctor Eugenio Selman-Housein Abdo, médico personal de , salió en defensa del camagüeyano: “Comandante, el hospital no es solo para Guáimaro, sino para habitantes de otros poblados cercanos”. “Entonces hay que incluirlo en el plan”, indicó Fidel.
Ciertamente, en abril de 1971, en ocasión de conmemorar la victoria de Cuba sobre los mercenarios de Girón, el doctor José A. Gutiérrez Muñiz, inauguró la institución donde han sido atendidos pacientes de Guáimaro, Camalote y Las Tunas.
Lamentablemente, de estos intercambios no quede constancia gráfica, pero sí el recuerdo de quienes tuvieron la vivencia, y el privilegio.