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Fidel, Salustiano y la historia

Date: 

11/08/2024

Source: 

Granma

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El niño Salustiano Leyva tenía 11 años cuando conoció a José Martí, Apóstol de la Independencia de Cuba, y a Máximo Gómez, dos horas después de su arribo a Playitas de Cajobabo, el 11 de abril de 1895, junto a los generales Francisco Borrero, Ángel Guerra, el coronel Marcos del Rosario y el capitán César Salas.
 
Fue testigo de uno de los momentos gloriosos de la historia de Cuba en el siglo xix. El Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz visitó a Salustiano en 1976, y ese contacto fue guardado para la memoria por el realizador Santiago Álvarez.
 
Este cineasta, el principal registrador audiovisual de la Revolución Cubana, además de uno de los documentalistas más importantes del siglo xx en todo el planeta, trasladó ese encuentro a material cinematográfico, estrenado un año después, y que la televisión nacional ha transmitido en diversas ocasiones.
 
El documental en cuestión, Mi hermano Fidel, en sus conceptual y estilísticamente pragmáticos 16 minutos de metraje, refleja el intercambio del anciano guantanamero con el Comandante, a la sazón en pleno uso de sus facultades, y con su afán natural de preguntar, dialogar, conocer. Verlo aquí contagia alegría y fuerzas.
 
El líder histórico de la Revolución Cubana se convierte en peculiar entrevistador, quien extrae con dulzura, interés y sumo respeto, las vivencias del nonagenario. Las revelaciones de Salustiano contribuyen a rellenar puntos de ese mosaico maravilloso que es la historia de nuestro país, desde una perspectiva testimonial invaluable.
 
Salustiano, aún lúcido a pesar de su avanzada edad, pero desprovisto de parte de sus sentidos, no cae en cuenta, hasta el final del diálogo, que responde las preguntas del más grande continuador del ideario martiano. Tal aspecto confiere a la cinta mayor singularidad.
 
Se trata de una entrañable pieza audiovisual, filmada durante los momentos postreros del rodaje de La guerra necesaria, amplio trabajo presentado en 1980, y en el cual Santiago Álvarez entrevistase a Fidel, Raúl, Almeida, Vilma, Celia, Haydee y otras figuras esenciales del proceso revolucionario cubano.
 
Mi hermano Fidel, con un equipo técnico detrás realmente impresionante, fue coescrito entre Santiago y Rebeca Chávez. Los primerísimos planos de Iván Nápoles a Fidel y a Salustiano, y de forma específica su relación con el contexto espacial en el cual fueron tomados, son dignos de estudiar en las escuelas de cine.
 
Leo Brouwer ejecutó la música del documental, mientras que la edición corrió a cargo de Miriam Talavera. Lo produjo Mario Canals, en tanto Gerónimo Labrada fue el sonidista.
 
Resulta muy saludable la reposición de este u otros materiales, capaces de mostrar a las nuevas generaciones de espectadores las múltiples dimensiones del Comandante en Jefe, quien volviera a Playita de Cajobabo, el 11 de abril de 1995, para rendir homenaje a José Martí, en el centenario del desembarco.
 
Muy próximo a las 10 y 30 de la noche de esa jornada, nuestro inolvidable líder, cuyo aniversario 98 de nacimiento conmemoraremos mañana, 13 de agosto, hizo ondear allí la bandera cubana, en imagen inmarcesible, refrendada para la posteridad.