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Y todo el que sirvió, es sagrado…

Date: 

07/2024

Source: 

Boletín Revolución

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Ramón García Isaac fue un colaborador del Movimiento Revolucionario 26 de Julio que murió asesinado por la tiranía batistiana. Nació el 31 de agosto de 1927, en el término de Candonga del municipio Palma Soriano, actual provincia de Santiago de Cuba. Era el cuarto hijo de Rafael y Caridad, una familia campesina muy humilde en medio de un contexto en el que la población rural estaba expuesta al desalojo, al desempleo, a la falta de escuelas y de atención médica.

Esas condiciones en las que sobrevivía el campesinado, influyeron en que muchos se incorporan o apoyaran la lucha insurreccional para cambiar el régimen de explotación que habían soportado en todos los gobiernos neocoloniales proyanquis.

Ramón estudió solo hasta el 5to grado, ya que por la situación económica familiar comenzó a trabajar en la panadería del pueblo con once años de edad. En los inicios repartía pan en unos sacos que eran más grandes que él, por 20 centavos mensuales. También laboraba en el campo ayudando al padre y por esta actividad le decían jocosamente mayoral. A los dieciocho años se unió a Irma Dora Álvarez Acosta, joven de diecisiete. Tuvieron cinco hijos.

Las ideas revolucionarias se fueron conformando al conocer los ideales del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxos). Simpatizó con sus posiciones progresistas y la lucha de su líder contra la corrupción imperante en la política. Con la muerte de Eduardo Chibás supo de un joven abogado defensor de estos ideales, llamado Fidel Castro Ruz. Fue así que luego de los sucesos del Moncada, el 26 de julio de 1953, y la amnistía de los sobrevivientes en mayo de 1955, se incorporó a la célula del MR 26-7 que era dirigido desde Palma Soriano por Conrado Manchón, alias Lalo, y en el pueblo lo encabezaba Miguel Alí, conocido por el Moro Alí.

Cuando informó a su esposa de sus ideales le dijo: «Quiero cooperar para logar una Cuba Libre y si yo caigo tú seguirás mi lucha y esto no se lo puedes decir a nadie ni a tu madre». Ella, que también compartió su lucha, colaboró con las acciones de preparar comida para los compañeros que pasaban por el pueblo, confeccionar brazaletes, arreglar ropas y uniformes, entregar mensualmente una cuota a pesar de las condiciones económicas y familiares.

Durante el horario de laboral en la panadería, Ramón confeccionaba dulces criollos llamados quincón y caballitos, y se les brindaban a los miembros del Ejército Rebelde que pasaban por Candonga. Escuchaba Radio Rebelde en la panadería y, cuando era necesario, mantenía escondidos por días a compañeros del MR 26-7. En varias ocasiones, los soldados batistianos llegaron a la casa y registraron violentamente buscando algún documento comprometedor como los bonos del Movimiento.

Trató de incorporarse a la lucha en la Sierra Maestra y los compañeros le expresaron que él era más necesario y valioso en el llano asegurando el paso de los compañeros tanto del Movimiento como los rebeldes que iban de un frente a otro. Le señalaron, además, que él no tenía arma y que era aconsejable no dejar sola a su esposa con cinco hijos tan pequeños. Ramón Isaac se sintió contrariado por no poder ir a la Sierra Maestra pero siguió cumpliendo sumisión y le dijo a su esposa: «Tenemos cinco hijos y si me matan, tú seguirás nuestras ideas y la lucha por esta Revolución».

Como resultado de una delación, el 3 de agosto de 1958, Ramón, colaborador ferviente de los rebeldes, fue asesinado en su centro de trabajo junto a otro trabajador. Su esposa siguió su ejemplo y cumplió con su palabra de continuar la lucha hasta el triunfo de enero de 1959, y luego en la construcción de la nueva sociedad.

En el pueblo de Candonga, al triunfo de la Revolución, se edi­ficó un Centro Escolar al cual le pusieron su nombre: Ramón García Isaac