Fidel Castro: “Raúl es un hombre de cualidades excepcionales”
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Siempre que Fidel Castro se refería a Raúl Castro se emocionaba al enumerar las virtudes de su hermano menor, destacando su capacidad como organizador y de gestionar múltiples tareas, así como su humildad, integridad y valentía. Constantemente reconoció en Raúl a un líder para guiar la Revolución cubana, gracias a sus méritos y al respaldo incondicional del pueblo.
Fidel consideraba a su hermano como un hombre con cualidades excepcionales, incluso reflexionó sobre cómo su propia figura y liderazgo podían haber afectado la percepción y oportunidades de Raúl. Todos sabemos que ambos tenían una compenetración y una complicidad inigualable, se admiraban mutuamente, juntos siempre desde pequeños, la vida los unió en lazos sanguíneos e ideales.
“Yo creo que Raúl es un hombre de cualidades excepcionales. No sé cuánto le habrá perjudicado ser hermano mío, porque hay un árbol crecido y todo árbol crecido siempre hace un poco de sombra sobre los demás. Bueno, junto a mí se han destacado muchos hombres en este país: piensa en el Che, en Camilo, en Almeida, en todos esos compañeros. Pero, lógicamente, la presencia de un árbol mayor ejerce un poco de sombra.
Nadie sabe lo que habría podido destacarse Raúl si hubiera tenido las responsabilidades que yo he tenido. Desde el primer momento fue muy serio, muy responsable, muy consagrado, muy comprometido, muy valiente, y eso se demostró desde el ataque al Moncada, porque Raúl todavía no participa en la organización del Moncada, pero ya participa en el ataque al Moncada. Era muy jovencito; si yo tenía 26 años él debe haber tenido 21 —fue en julio, no sé si habría cumplido 22—, tendría más o menos 22 años”.
Reconoció la valentía y compromiso de Raúl desde una edad temprana, destacando su participación en el ataque al Moncada a pesar de su juventud. Ejemplo de ello cuando Fidel cuenta con admiración una de las acciones de valor de su hermano en las que sobresalen su espíritu revolucionario:
“A él se le manda con un grupo a una posición muy importante, muy estratégica, que es la Audiencia de Santiago de Cuba.
Llegan, toman la Audiencia, desarman, ocupan fusiles, porque esa era una posición dominante; pero en el transcurso de los acontecimientos, ya que los planes no salieron como se habían elaborado —he explicado en La historia me absolverá cómo fue todo aquello del Moncada—, una patrulla del ejército logra penetrar en el edificio cuando ya ellos van evacuando y los hacen prisioneros. Raúl muestra una agilidad mental de tigre, reacciona, le quita la pistola al sargento que lo tenía prisionero y hace prisioneros a los soldados.
Fíjate, siendo prisionero le arrebata el revólver al sargento y pone prisioneros a los otros, y gracias a eso escapa de lo que en ese momento habría sido una muerte segura precedida de atroces torturas. No logra al final evadir toda la persecución, y en un pueblo que se llama San Luis lo capturan. Entonces regresa, va preso, y desde ahí empieza a ejercer un papel importante, en virtud de todo lo que hizo en el juicio, actuando ya como cuadro con los demás presos. Atravesamos situaciones muy difíciles, la prisión de Boniato, la prisión de Isla de Pinos, todas esas cosas, y entonces él se va destacando mucho, por todas esas características de seriedad, de responsabilidad, su mente ágil, rápida, su espíritu revolucionario”.
Su gran sentido de la responsabilidad y su capacidad organizativa propiciaron su ascenso y su asignación importantes cargos en la Revolución cubana. Fidel enfatizó que los logros y la posición de Raúl no estaban relacionados con su parentesco, sino que se basaban en sus propios méritos extraordinarios, lo cual Raúl siempre con su destreza demostró:
“El primer comandante que sale a abrir un frente fuera de la Sierra Maestra es Raúl, y demostró notables capacidades de jefe y de organizador, un gran sentido de la responsabilidad, mucha firmeza revolucionaria. Realiza un gran trabajo político dentro de los campesinos, desarrolla una influencia muy positiva en todos los cuadros y todos los jefes, y así se fue destacando. Sus méritos y el lugar que él ocupa en la Revolución no tienen nada que ver con el nexo familiar; como Camilo se destacó, como el Che se destacó, como Almeida se destacó y otros muchos se destacaron, por sus méritos extraordinarios y no por ser familiares, ese es, realmente, el caso de Raúl. De manera que su ascenso, su papel en la Revolución, no tiene nada que ver con el parentesco familiar.
Después se produce el triunfo de la Revolución. Se le asignan funciones importantes; a mí me parecía que tenía todas las condiciones para asumir el cargo de Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, y así es como se le nombra para esa responsabilidad, donde ha desarrollado un trabajo extraordinario de carácter político y educativo, formador de cuadros. Creo que realmente su trabajo es excepcional. Es lo que puedo decir objetiva e imparcialmente”.
Fidel explica que aquellos que lo conocen de cerca se dan cuenta de su humanismo, calidad y sentimientos, a pesar de la imagen que la propaganda enemiga ha tratado de crear sobre él. Destaca el papel de Raúl como formador y educador, resaltando la importancia de su papel en el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias:
“Raúl es un compañero que tiene sus criterios, sus opiniones, su carácter y su forma de ser, y, por cierto, es un individuo muy diferente de ese Raúl que ha querido pintar la propaganda enemiga. Todo el que llega a conocerlo y a intimar con él se da cuenta de su humanismo, de su gran calidad y de sus sentimientos; se sorprenden de un Raúl que le han pintado belicoso, agresivo, duro, cuando ven los sentimientos de amistad, de cariño y afecto que es capaz de tener por la gente. Y ha sido un gran formador y un gran educador, porque creo que el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias ha sido la mejor escuela de formación de cuadros que nosotros hemos tenido, con mucho rigor siempre y con mucha exigencia”.
Fidel en varias ocasiones declaró su confianza plena en Raúl para sustituirlo en caso de que pereciera en la lucha:
“Siempre consideré eso. Sobre todo en aquellos primeros años en que todos los días se estaban haciendo planes de atentados contra mí, como esa era una posibilidad real, dije: Desde ahora hay que ir pensando en alguien que pueda ejercer las funciones mías.
Y consideré, realmente, que la persona que estaba más capacitada entre todos los cuadros para ejercer esas funciones, la persona más acatada que podía desempeñar esas funciones era Raúl, y así lo planteé públicamente porque era una necesidad de los momentos que estábamos viviendo.
Raúl ha sido realmente el segundo al mando de la Revolución en todo este período revolucionario. Yo digo que Raúl no se ha destacado más porque ha tenido la sombra mía, es mi opinión; porque para que la gente se destaque más es necesario que pueda tener el ámbito donde poder demostrar todas sus capacidades o todas sus cualidades”.
En febrero de 2008 cuando asume la presidencia del Consejo de Estado y de Ministros de la República de Cuba hasta abril de 2018, aunque desempeñaba el cargo de manera interina desde el 31 de julio de 2006, supo estar a la altura de su cargo, demostrando que su hermano siempre tuvo la razón. Sobre su importante rol en el Partido, la Revolución y para él mismo contar con un compañero como Raúl, cuyos méritos, experiencia, capacidad y contribuciones a la Revolución son ampliamente reconocidos, el 10 de octubre de 1997, en el discurso pronunciado en la Clausura del V Congreso del Partido Comunista de Cuba, Fidel manifestó:
“La vida nos ha deparado muchas satisfacciones y muchas emociones, mucha suerte, y digo realmente que ha sido una suerte para nuestro Partido, nuestra Revolución y para mí que hayamos podido disponer de un compañero como Raúl, de cuyos méritos no tengo que hablar, de cuya experiencia, capacidad y aportes a la Revolución no es necesario hablar. Es conocido por su actividad infatigable, su trabajo constante y metódico en las fuerzas armadas, en el Partido. Es una suerte que tengamos eso”.
En el día de hoy, 3 de junio, al celebrar el 93 cumpleaños de Raúl Castro, resulta propicio rememorar algunos fragmentos de sus palabras pronunciadas el pasado 1ro de enero del 2024, durante el acto por el 65 Aniversario de la Revolución cubana, cuando hace un llamado a la unidad entre todas las generaciones:
“En el socialismo y su obra, en la unidad y la ideología revolucionaria se sustenta nuestra capacidad de resistir y vencer..
La unidad es nuestra principal arma estratégica; ha permitido a esta pequeña isla salir airosa en cada desafío; sustenta la vocación internacionalista de nuestro pueblo y sus proezas en otras tierras del mundo, siguiendo la máxima martiana de que patria es humanidad. ¡Cuidemos la unidad más que a la niña de nuestros ojos! No tengo duda de que así será. Estoy convencido de que los Pinos Nuevos, nuestra combativa juventud, así lo garantizará.
La unidad formada por el Partido, el Gobierno, las organizaciones de masas y todo nuestro pueblo, y como parte de este los combatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y del Ministerio del Interior, es el escudo contra el que se estrellarán, una vez más, todos los planes subversivos del enemigo, que incluyen desde el uso sistemático de la mentira hasta el terrorismo.
(...) La historia nos ha enseñado con creces a dónde conducen la resignación y el derrotismo. No nos limitemos a resistir. Vamos a salir de estas dificultades, como lo hemos hecho siempre, ¡combatiendo!, con la misma decisión de Baraguá, del Moncada, del Granma, de Girón y con las firmes convicciones que nos inculcó el Comandante en Jefe.
Esto se traduce hoy en trabajar más y sobre todo hacerlo bien. Es nuestro compromiso con la gloriosa historia de la patria y el mejor homenaje a los caídos”.
En fotos, Fidel y Raúl