Un viaje de buena voluntad: A 65 años de la visita de Fidel Castro a Estados Unidos (VII)
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El 15 de abril de 1959, Fidel Castro inició un viaje a Estados Unidos que se prolongó hasta el 28 de abril. En esta ocasión, viajó como un ciudadano privado en respuesta a una invitación de la American Society of Newspaper Editors (Sociedad de Editores de Periódicos). Este viaje fue detalladamente documentado en el libro “Fidel por el Mundo” escrito por Luis Báez, quien fue uno de los periodistas que acompañaron al Comandante durante su recorrido por Estados Unidos, Canadá y posteriormente por América del Sur.
Al conmemorarse 65 años de este histórico viaje, Cubadebate y el Sitio Fidel Soldado de las Ideas comparten las memorias recopiladas por el autor de aquellos días:
Martes, 21 de abril de 1959
El martes 21 en la mañana ya le espera Nueva York. La policía tiene barricadas alrededor de la Estación de Pennsylvania. El recibimiento se perfila con caracteres multitudinarios. La colonia hispanoamericana se vuelca en la zona aledaña a la terminal ferroviaria. Por doquier asoman banderas cubanas y dominicanas.
A las 11:11 a.m., el viajero penetra en la enorme sala de recepción. Los agentes de seguridad se apresuran a rodearlo. La ola popular envuelve el grupo, lo estruja, lo sacude “¡Viva Fidel! ¡Viva Castro!”.
La emoción como una onda expansiva sale a la calle. Miles de voces sin previo acuerdo, empiezan a cantar el Himno Nacional. Se agitan banderas y letreros. En casi todos los textos se repite una consigna: “Ayudemos a Cuba”.
Afuera aguardan a Fidel más de 20 000 personas, estacionadas a lo largo del trayecto hacia el Statler Hilton. La policía, a caballo, protege las barreras. De pronto Fidel se le escapa con dirección al público. Empeño inútil por el momento. Otro núcleo de agentes lo intercepta.
—Por favor, doctor Castro...
—Yo quiero ver al pueblo...
La policía no accede. Las escenas de la estación se repiten en el hotel. Los guardias, apresuradamente, alzan insólitas barricadas en el vestíbulo del edificio, amenazado por una invasión. Es la primera vez que se produce semejante acontecimiento en la historia del Statler Hilton.
Todas las miradas están pendientes de las ventanas del piso 17, asignado a Fidel y sus colaboradores. Cada vez que alguien se asoma, estallan voces de cálida adhesión: “¡Fidel! ¡Fidel! ¡Castro! ¡Castro!”.
Poco después de las 2:00 de la tarde, el primer ministro abandona el hotel para cumplir su cita con la Universidad de Columbia. Les brinda una amplia información de la situación social y económica que ha encontrado en el país la Revolución.
La agenda de trabajo continúa con una conferencia de prensa y una mesa redonda con los alumnos de la Escuela de Periodismo. Fidel enciende la luz verde para todo tipo de preguntas.
Entre otras actividades durante su estancia en la Babel de Hierro es el orador principal en la reunión de la Asociación Femenina de Abogados de Nueva York. Es recibido por el alcalde de la ciudad Robert Wagner y sostiene un encuentro con la organización de corresponsales de Ultramar en el OverseasPress Club, en el hotel Astor, ubicado en el corazón del famoso Times Square, en la Avenida de Broadway y la calle 45 al oeste de la ciudad. Este hotel sería derribado años después para dar paso a nuevas construcciones.
Al hacer su arribo Fidel, y acercarse al puesto de honor se escucha una cerrada ovación y gritos de: “Viva Fidel Castro”.
El jefe de la Revolución Cubana se dirige a un periodista: El único mérito mío es que creo en el pueblo, que es leal con quien le es leal y ama a quien le ama. Como dijo Lincoln:
“Uno puede engañar a parte del pueblo todo el tiempo, y a veces a todo el pueblo, pero no se puede engañar a todo el pueblo todo el tiempo”. Y en la época de Lincoln no había ni radio ni televisión”.
Asiste a una reunión del Council of ForeignAffairs, institución formada por expertos en asuntos internacionales y cuestiones económicas y diplomáticas y hombres de negocios. El encuentro es privado y en él participa el embajador Raúl Roa García.
En fotos, Aquel 21 de abril de 1959