Cuba no está sola, y los pueblos pueden contar con ella
Cuba preside, desde finales de 2022, el Grupo de los 77 y China, responsabilidad de todo un pueblo, que, en la voz de su Presidente, ha llevado a líneas estratégicas los sentimientos de amistad, de solidaridad y de hermandad que brotan. Con ellos, la amplia organización del sur global se ha sentido en familia, en pos del desarrollo.
Ha sido la presidencia de ese grupo una de las principales expresiones de la política exterior cubana en el año próximo a concluir, y la que, por las exigencias que emanan de tan importante misión, hizo que Cuba estuviera presente en 17 visitas presidenciales, en 14 naciones. También en importantes escenarios como el 78 Periodo de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, la Cumbre de Cambio Climático, la de la Celac.
Tuvo la claridad, desde la propia Cumbre de Jefes de Estado, en septiembre, en La Habana, de vincular la ciencia, la tecnología y la innovación, como componentes esenciales del debate político asociado al desarrollo. Al decir del Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, «convencidos de que los logros y avances en ese campo son los que dirán a la postre si es posible y cuándo alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible relacionados con el fin de la pobreza; el hambre cero en el mundo; la salud y el bienestar; la educación de calidad; la igualdad de género; el agua limpia y el saneamiento; la solución a los problemas de la energía, el trabajo, el crecimiento económico, la industrialización y la justicia social».
Creció el prestigio de Cuba al ser electa miembro del Consejo de Derechos Humanos de la onu, también lo hizo con los resultados alcanzados en el Examen Periódico Universal de ese tema, con el respaldo de un tribunal contra el bloqueo económico, comercial y financiero a Cuba, política que volvió a ser rechazada por el mundo en el mismo plenario que hace 32 años la descalifica, en el máximo organismo multilateral.
Pilar de la ética de la diplomacia y de su expresión democrática y de la voluntad de unidad, ha sido la política y la cercanía con los residentes cubanos en el exterior. No hubo una presencia del Presidente
Díaz-Canel en cada país que visitó, en el que no compareciera ante sus compatriotas. La Conferencia La Nación y la Emigración, en La Habana, en octubre, fue una experiencia reveladora y enriquecedora de la impronta de la participación de los cubanos, desde dondequiera que estén, en el proceso social de su Patria.
Cuba pasó todo el año recibiendo visitas de presidentes, primeros ministros, senadores estadounidenses, delegaciones de alto nivel de países como Rusia, China, Vietnam, Serbia, la India, Angola, entre otros. Disímiles fueron también las organizaciones de solidaridad que no han dejado, todos los últimos fines de semana de cada mes, de levantar la voz por Cuba, por las injurias sobre ellas, como su inclusión en la absurda, arbitraria y unilateral, además de espuria, lista de países patrocinadores del terrorismo, y contra el bloqueo.
En el año 2023, Cuba continuó compartiendo lo que tiene, no lo que le sobra, porque, además, le falta mucho, y creció la admiración por ella y por su Revolución. Estos 12 meses a punto de despedir son expresión nítida de que Cuba no está sola. Pero también de que los pueblos pueden seguir contando con ella.