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Fidel llama siempre al combate

Foto: Juvenal Balán
Foto: Juvenal Balán

Date: 

05/12/2023

Source: 

Periódico Granma

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El 4 de diciembre de 2016 las cenizas del invicto Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, fueron depositadas en el nicho abierto en una gran roca en el Cementerio de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba, desde donde siempre llamará al combate para defender la independencia de Cuba.
 
En ese cementerio, Monumento Nacional, sus restos están muy cerca del mausoleo del Héroe Nacional José Martí; de sus compañeros de lucha en el Moncada, el Granma y el Ejército Rebelde, de la clandestinidad y las misiones internacionalistas; a pocos pasos de las tumbas de Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria; de la legendaria Mariana Grajales, y cercano al panteón con los restos del joven líder revolucionario, Frank País.
 
El mausoleo donde descansan sus cenizas es una sencilla piedra de granito pulida, que proviene del yacimiento de Las Guásimas, al este de Santiago de Cuba. En el corazón de la roca hay un tajo cuadrado donde se encuentra la urna, protegida por una lápida de mármol verde que cierra el nicho y solo lleva grabado con letras de bronce su nombre: Fidel.
 
En una sencilla ceremonia privada con sus familiares cercanos y algunos invitados concluyó el traslado de las cenizas del Líder histórico desde La Habana hasta el Oriente del país, luego de ser despedido masivamente por el pueblo de Cuba, al paso del cortejo fúnebre que reeditó en sentido inverso el itinerario de la Caravana de la Libertad, en enero de 1959.
 
Mientras el 4 de diciembre eran inhumadas las cenizas en Santiago de Cuba, en La Habana se lanzaban 21 salvas de artillería en tributo al Líder histórico de la Revolución, fallecido el 25 de noviembre a las 10:29 horas de la noche, con 90 años cumplidos el 13 de agosto de ese año, y sin que uno solo de los 638 intentos de Estados Unidos por asesinarlo pudieran tocarle un pelo de su barba.
 
Con motivo de su fallecimiento, el Consejo de Estado de la República de Cuba declaró nueve días de Duelo Nacional, a partir del 26 de noviembre hasta el 4 de diciembre de ese año; y el 28 y 29 de noviembre, en el Memorial José Martí, la población de la capital acudió a rendirle merecido homenaje al eterno Comandante en Jefe.
 
El 29 de noviembre se realizó un multitudinario acto político-cultural en la Plaza de la Revolución José Martí de la capital, en el cual se le rindió homenaje póstumo, y donde hicieron uso de la palabra varios jefes de Estado, de Gobierno y personalidades que llegaron desde diferentes partes del mundo.
 
Una marea de mensajes que destacaban la estatura de Fidel y lamentan su partida inundó las páginas web y las redes sociales desde la noche del 25 de noviembre, en tanto los principales periódicos del orbe informaban su deceso y recordaban su figura. Presidentes, dirigentes políticos, intelectuales, artistas, periodistas, diplomáticos y ciudadanos comunes mostraron su homenaje.
 
El 30 de noviembre, desde la sala Granma del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (Minfar), se inició la ceremonia de traslado de las cenizas en una urna de cedro depositada en un armón y cubierta por la bandera cubana; en hombros de dos jóvenes oficiales, y acompañadas por su hermano Raúl Castro, su esposa Dalia Soto del Valle, y dos de sus hijos, partían hacia el Oriente del país, escoltadas siempre por ríos del pueblo agradecido.
 
Todo el país tuvo posteriormente la oportunidad de firmar, como homenaje a las ideas de Fidel, el juramento de cumplir su concepto de Revolución, expresado en uno de sus últimos discursos, el 1ro. de mayo del 2000, como expresión de la voluntad de continuar sus ideas y defender el socialismo.
 
Desde la Ciudad Héroe, cuna de la Revolución, Fidel sigue vivo, en el compromiso de sus millones de hijos que gritaron Yo soy Fidel, dispuestos a continuar su obra en la necesaria batalla de las ideas, y a defender la Patria al precio que fuera necesario.