Fidel Castro es una de las grandes personalidades de este siglo. Su rebelión, en el pequeño ámbito que se dio, fue estimulante. Se convirtió en el paradigma de la generación contemporánea, avergonzada de la opulencia, las guerras absurdas y sin destino, sus contrastes e injusticias. Era una especie de dedo barbado de la conciencia critica. Admirado por mi como uno de los hombres importantes y clave para entender este siglo XX.

Un Fidel paradigmático en su siglo, autor de la independencia que le vuelve a dar la dignidad a su Isla; gobernante insustituible y rector de una revolución en ascenso.

La inteligencia, la cultura y la personalidad en suma de Castro, facilitaron mi relación con él. Recuerdo a Castro como uno de los grandes estadistas que tuve el privilegio de tratar.