¿Qué unidad pueden defender?
Дата:
Источник:
La Habana, 1 de julio, 1960.
Dr. Osvaldo Dorticós Torrado
Presidente de la República
Dr. Fidel Castro Ruz
Primer Ministro
Mis queridos y admirados compañeros y amigos:
A continuación reproduzco los trazos de un “documento” que circula insistentemente por los medios intelectuales, y que siempre llega acompañado de un ensarte verbal de calumnias y deformaciones. Evidentemente sus autores han perdido el juicio, y desconocen el terreno en que les toca moverse. En atención a este total o parcial desquiciamiento no tomaré en cuenta el tono de las intenciones demencia-canallescas que se reflejan en dicho texto. Creo, sin embargo, conveniente informar y aclarar algunas cosas sobre la unidad del movimiento intelectual a la que reiteradamente se refieren.
El texto:
Preocupados por las declaraciones hechas por el señor Alfredo Guevara en la televisión el pasado sábado, nos dirigimos a la opinión pública y al Primer Ministro, doctor Fidel castro, para denunciar el carácter diversionista, a fomentar escisiones en el frente intelectual de la revolución.
Aparentemente las declaraciones del señor Guevara tienen el propósito de establecer un abismo entre los intelectuales y el pueblo. Mantenerse en silencio ante esa actitud implicaría la aceptación tácita de la misma. Rebatir las declaraciones punto por punto significaría enrolarnos todos en una polémica estéril que beneficiaría extraordinariamente a la contrarrevolución; pensemos que en estos momentos en que la agresión exterior se recrudece, aceptar ese reto constituiría un debilitamiento de las fuerzas intelectuales de la revolución.
Por lo tanto:
1. Rechazamos por falsas las imputaciones del señor Alfredo Guevara.
2. Advertimos que la insistencia en este tipo de inculpación divide a los intelectuales cuando la revolución necesita absolutamente del apoyo de todas las clases sociales.
3. Los abajo firmantes solicitamos del dirigente máximo de la revolución, doctor Fidel Castro, una entrevista para dilucidar estos extremos.
4. Ante la situación de agresión que cerca al país, reiteramos nuestro apoyo absoluto a la revolución, y nuestra repulsa a los métodos sangrientos del imperialismo, y nuestra disposición de defender la revolución con todas las armas y en todos los frentes.
Estas frases y párrafos fueron preparados por algunas figuras de Lunes de Revolución. Las mismas que orientan esta publicación, y las tesis estéticas y críticas que conforman el periódico en este orden de cosas.
Tras un año y medio de ataques e insultos, de sarcasmo y revanchismo, resultan dolorosamente ofendidos y alarmados por supuestos ataques a la unidad del frente intelectual.
Ese frente existe pese a ellos y a su política, y pese a Lunes de Revolución, y pese a las posiciones estéticas y críticas del periódico.
Existe pese a ellos.
Existe, gracias al desarrollo de la conciencia revolucionaria en nuestros artistas y escritores, y científicos.
Existe pues pese y no gracias a.
Esto es, existe por virtud de un acto de voluntad, existe pues en precario. ¿Qué unidad pueden defender quienes aprovechando su hegemonía sobre las páginas literarias y críticas de Revolución y Lunes de Revolución han silenciado la labor de la Dirección de Cultura del Ministerio de Educación, aprovechando todos sus resortes para enrarecer el ambiente alrededor de un organismo como ése, que ha trabajado intensamente y sin créditos y en medio de diez mil “direcciones de cultura” que usurpan funciones y medios económicos sin control alguno?
¿Qué unidad pueden defender quienes silencian así en la prensa revolucionaria las voces de una profesora de las calidades intelectuales de Vicentina Antuña, de un escritor de talla mundial como Alejo Carpentier, de un músico al que debe su formación toda la nueva generación de creadores, José Ardévol, por citar unos pocos?
¿Qué unidad pueden defender quienes molestos por el fracaso de uno de sus adeptos en el Concurso Internacional de Poesía, prepararon una celada a Nicolás Guillén creyendo tener la talla como para ridiculizarlo? ¿Qué unidad pueden defender quienes se comportan de esta manera con nuestro poeta nacional, Nicolás Guillén?
¿Qué unidad pueden defender quienes barrage contra la obra del coreógrafo y bailarín Ramiro Guerra, y se niegan a publicar su respuesta para comentarla después burlonamente?
¿Qué unidad pueden defender quienes se erigen en críticos de danza y contraponen artificialmente el Ballet Clásico, del que es máxima figura Alicia Alonso, al de Danza Moderna, otra expresión, de ninguna manera excluyente?
¿Qué unidad pueden defender quienes fraguan sordamente esta campaña, y con ardides diversos logran cerrar el Teatro Nacional al Ballet de Cuba?
¿Qué unidad pueden defender quienes hacen críticas y silencian respuestas?
¿A la unidad de qué frente intelectual se refieren quienes ignoran y entorpecen el trabajo de una figura cubana y mundial de valores innegables? ¿Es posible conformar la unidad, o defenderla, sin Alicia Alonso?
¿Qué unidad pueden defender quienes por “amiguismo” declararon musa oficial del grupo a la actriz Miriam Acevedo, y levantan una campaña publicitaria alrededor de ella sin que los méritos, que indiscutiblemente tiene y en ella admiramos, justifiquen tamaño despliegue?
¿Qué unidad pueden defender quienes así resienten y desconciertan a los intérpretes que con iguales méritos, y aún mayores, son tratados publicitariamente con total indiferencia?
¿Qué unidad pueden defender quienes impiden la publicación de una crítica a La ramera respetuosa, y destrozan Tupac, según sus simpatías y antipatías personales?
¿Es que se puede defender la unidad del frente intelectual sobre la base del favoritismo y la discriminación?
¿Qué unidad pueden defender quienes calumnian al director del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos, e insinúan, casi abiertamente, su responsabilidad en la muerte de un crítico y aspirante a cineasta?
¿Qué unidad pueden defender quienes a fuer de disponer de fondos incontrolados atraen al talento de otros organismos sobre la base de jugosas ofertas económicas?
¿Qué unidad pueden defender quienes invierten fondos del periódico en cámaras y equipos cinematográficos de 35 mm, y se preparan a interferir las funciones del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos?
¿Cómo puede ser sincera y considerarse coherente la actitud de quienes por una parte subrayan la necesidad de ganar el apoyo de “todas las clases sociales” para la revolución, y por otra aprovechan las páginas de Lunes de Revolución para maltratar innecesariamente a intelectuales que se mantienen al lado de ésta? ¿No es éste el caso de los escritores de la revista Orígenes, a los que están haciendo pagar viejas rencillas y contradicciones surgidas entre esa publicación y la revista Ciclón, en la que se agruparon por algún tiempo muchos de los intelectuales volcados ahora en Lunes de Revolución?
¿Es posible sobre estas bases silenciar poetas como Cintio Vitier y Eliseo Diego?
¡Qué curioso concepto de la unidad del frente intelectual tienen estos señores!
Al parecer la unidad resulta, para ellos, de la subordinación de todo el movimiento intelectual cubano a sus falsos y equívocos criterios estéticos. ¿Es que tienen talla como para reclamar tamaña rectoría?
Otros son los problemas a discutir y analizar en el orden estético y filosófico. Ellos quedan para la reunión que se supone tendremos. En este caso nos ceñimos a comentar la declaración que por ahí rueda.
Cordialmente,
Alfredo Guevara