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Necesidad histórica de la Operación Verdad. Visión de Fidel Castro Ruz

Дата: 

13/02/2024

Источник: 

Centro Fidel Castro Ruz

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En enero de 1959 por primera vez en la historia de Cuba son presentados ante los tribunales la mayoría de los asesinos y torturadores, responsables del luto de muchas familias cubanas, quienes durante varios años se mostraron públicamente con total impunidad
 
En la actualidad persiste una pérfida intención mediática de presentar los procesos judiciales en Cuba con acusados que fueron sancionados a la pena capital como acto de barbarie fuera del marco legal. Estas campañas pretenden afectar el prestigio revolucionario, confundir y crear división respecto al derecho aplicado con total transparencia ante la opinión pública.
 
Varios hechos históricos evidencian las garras ensangrentadas en las acciones del colonialismo español y la dictadura batistiana, que tuvieron impunidad judicial y silencio mediático internacional, demostración de la hipocresía imperialista:
 
21 de octubre de 1896 hasta 30 de marzo de 1898, se ejecuta el bando militar dictado por Valeriano Weyler y Nicolau (Reconcentración de Weyler), la cual provoca que entre 200 000 – 300 000 personas murieran de hambre y enfermedades.
20 de mayo – julio de 1912: Se produce la Masacre de los Independientes de Color, en la cual se calcula alrededor de 3 000 negros y mestizos son asesinados.
En diciembre de 1956, esbirros realizan la «Operación Regalo de Navidad», entre los días 24, 25 y 26 de diciembre, fueron asesinados 23 jóvenes. Sus cuerpos sin vida aparecieron salvajemente torturados, ahorcados o baleados; los hechos son conocidos por el pueblo cubano como: «Las Pascuas Sangrientas».
Esta guerra mediática tiene origen antes del triunfo de la Revolución, cuando la tiranía trata de presentar como actos excesivos e inhumanos los juicios contra militares y paramilitares, peligrosos criminales de guerra, que fueron juzgados por tribunales del Ejército Rebelde y condenados a la pena capital por asesinatos masivos contra varias familias campesinas, tortura y muerte a prisioneros heridos e indefensos, violación a mujeres, actos de pillaje y saqueo.
 
En enero de 1959 por primera vez en la historia de Cuba son presentados ante los tribunales la mayoría de los asesinos y torturadores, responsables del luto de muchas familias cubanas, quienes durante varios años se mostraron públicamente con total impunidad. Mediante la promesa de que los crímenes serían castigados con justicia y no por venganza personal, Fidel Castro Ruz concibió una operación para aplicar el Derecho Penal y Derecho Procesal Penal con todas las garantías de manera ética y transparente ante el mundo.
 
Luego de ser juzgados y condenados a la pena capital los principales asesinos y torturadores se generó una campaña mediática imperialista que presentó los hechos como un «baño de sangre» condenable por los supuestos excesos cometidos, y a los acusados como «víctimas de la revancha revolucionaria». Ante la burda manipulación de la opinión pública se conformó la Operación Verdad:
 
Antecedentes
 
Durante el paso de la caravana triunfante por las provincias, de manera previsora Fidel hace llamado al pueblo a confiar en la justicia revolucionaria, recuerda a los combatientes rebeldes el modelo de actuación con los prisioneros de guerra para luego pasar a denunciar la conducta criminal y cruel ejecutada antes de 1959. Los antecedentes evidencian la necesidad histórica de la Operación Verdad identificada por Fidel Castro Ruz, se constatan al plantear:
 
«(…) Cuando se asesinaba aquí a docenas de compatriotas todas las noches, cuando los jóvenes aparecían asesinados con un tiro en la sien, cuando los patios de los cuarteles se llenaban de cadáveres, cuando nuestras mujeres eran violadas, cuando los niños eran asesinados, cuando en las embajadas penetraban las hordas policíacas para asesinar a 10 asilados en unos minutos, no se hacían esas campañas contra Cuba, ni se levantaban allí los congresistas, salvo raras excepciones, a acusar a la dictadura… ¿Por qué se ha lanzado esta campaña contra Cuba, la campaña más infame, más criminal y más injusta que se ha lanzado contra ningún pueblo?  ¿Por qué?  ¿Por qué cuando apenas habían transcurrido cuatro o cinco días del triunfo, las agencias de cables internacionales y determinados congresistas americanos iniciaron el barrage de difamación contra el pueblo cubano?  El propósito es claro.  Nuestra Revolución pudo presentarse en el mundo como un modelo de revoluciones; la caballerosidad del Ejército Rebelde para con el enemigo no tuvo precedentes en la historia de las revoluciones y de las guerras; millares de prisioneros cayeron en nuestras manos, cientos de heridos fueron atendidos por nuestros médicos; en dos años y un mes de guerra ni un solo prisionero fue golpeado. (…)». (I)
 

Fotos y artículo publicados en la revista Bohemia, Edición Especial, 8 de enero de 1959

Transparencia judicial - mediática
 
Para los procesos contra los acusados se convocó la prensa nacional y extranjera. El pueblo asistió de manera masiva y Fidel Castro Ruz explicó las garantías procesales, que la prensa pudo constatar durante la vista oral de los asesinos:
 
Identificación personal de cada acusado. Respeto a su integridad física.
Asistencia con su abogado de la defensa.
Presentación de pruebas testificales y documentales por la fiscalía. Cientos de testigos y víctimas aportaron sus testimonios con apego a los hechos juzgados.
Respeto hacia los alegatos personales de los acusados.
Juicios en lugares públicos, con entrada libre.
Independencia del tribunal al realizar el proceso y dictar sentencia.
Asistencia de servicios religiosos a los acusados que lo solicitaran.
Posibilidad de expresar acto de última voluntad.
Ejecución de la sentencia por formaciones militares del Ejército Rebelde. No se permitió la participación de civiles armados.
No hubo represalias contra familiares inocentes de los acusados.
Denuncia internacional
 
Como parte de la respuesta contra la campaña mediática, en Conferencia de Prensa (II) con representantes de diversos medios de comunicación nacionales y extranjeros,  Fidel Castro Ruz:
 
Otorgó detalles sobre las medidas tomadas por el gobierno revolucionario desde los primeros momentos.
Expuso la contradicción entre los que planteaban que no se podía aplicar con rapidez la justicia y la realidad de mantener la sensibilidad pública que esta demanda.
Comparó la aplicación de la justicia en otros pueblos en que habían sido derrotadas las dictaduras.
Explicó el principio de selección de los casos más notorios, que se jactaban ante la opinión pública de su impunidad.
Declaró que los cómplices de estos asesinos serían sometidos a un proceso judicial mucho más largo y no se les aplicaría la pena de muerte.
Desmintió las acusaciones del castigo a inocentes al alegar que ningún caso que generara dudas sobre la aplicación o no de la pena capital había sido llevado a juicio.
Aclaró que los funcionarios públicos que robaron y defalcaron el país no habían sido llevados ante estos tribunales porque se seguiría con ellos otro procedimiento.
Resaltó el papel del pueblo como gran jurado, pues era quien ratificaba la sentencia dictada por los tribunales contra los peores criminales de guerra.
Comparó la cifra de ejecutados con la pena capital, que no rebasaban los 400 y que constituían menos del 5% del número de víctimas que costó al país la tiranía, donde aproximadamente 20.000 cubanos fueron asesinados.
Analizó los casos de criminales que tenían hasta 100 víctimas, donde se aplicó el principio de responsabilidad individual, como el caso de un batallón que asesinó en una tarde a 50 familias campesinas y solamente fue juzgado con la pena capital al jefe de dicho batallón.
Rechazó la presencia de la misión militar norteamericana que entrenó al ejército de la tiranía y asesoró a los soldados que asesinaron a muchos compatriotas, pues constituía una sumisión y falta de honor nacional mantenerlos aquí.
Abogó por la unidad entre los pueblos para defenderse de la unión entre las diferentes dictaduras.
Denunció las calumnias como parte de un plan de campaña organizado y contrarrevolucionario que podía incidir en el destino de la Revolución Cubana.
Expresó el propósito del Gobierno Revolucionario de eliminar la discriminación racial y fomentar el sentido de hermandad entre los hombres de diferentes colores en la piel.
Manifestó las intenciones del nuevo gobierno de revisar las inversiones extranjeras en el país que se relacionaran con actividades fraudulentas de la tiranía.
Al realizar un recorrido internacional como parte de la denuncia contra la campaña mediática imperialista, Fidel Castro Ruz reiteró:
 
«(…) Nosotros le dijimos al pueblo cubano:  no arrastren a nadie y no teman absolutamente nada, los crímenes no quedarán impunes; habrá justicia para que no haya venganza, y el pueblo confió en nosotros.
 
»Le dijimos que habría justicia y confió en nosotros:  no arrastró a nadie, no golpeó siquiera a ninguno de los esbirros que cayeron en sus manos, los entregaron a las autoridades revolucionarias. Tenía fe en que íbamos a hacer justicia, y era indispensable que hubiera justicia, porque sin justicia no puede haber democracia, sin justicia no puede haber paz, sin justicia no puede haber libertad». (III)
 
Como expresión de la soberbia imperialista, se difundieron mentiras para confundir a la opinión pública internacional, entre ellas:
 
«(…) empezaron a decirles a los pueblos de América que el poder había sido tomado por una nueva camarilla de criminales, que un nuevo déspota estaba en el poder y que estaban allí realizando ejecuciones en masa.
 
Les ocultaban a los pueblos la gran verdad de aquella Revolución ejemplar, no les dijeron a los pueblos el respeto que había tenido el Ejército Rebelde para los prisioneros de guerra; no les dijeron a los pueblos los cientos de vidas que salvaron en los propios soldados enemigos heridos los médicos del Ejército Rebelde, lo que puede atestiguar la Cruz Roja Internacional (…)».(IV)
 
La sensibilidad humana ante el crimen de Estado con total desprecio hacia las víctimas y sus familiares, constituye un factor desencadenante de violencia social que Fidel Castro aclaró al pueblo venezolano:
 
«(…) Cuando el crimen permanece impune, la venganza toma el lugar de la justicia; los familiares, los amigos y los compañeros de las víctimas, que no pueden soportar la presencia en las calles de los criminales que les arrancaron la vida, se encargan de hacer la justicia por su propia mano y se siembra la vendetta, la anarquía y el desasosiego en la sociedad. (…) tanto había sufrido nuestro pueblo con los criminales de guerra, tan profundo era su dolor, tan honda su tristeza, tan grandes sus heridas, que el pueblo estaba unánimemente de acuerdo en que se fusilara a los esbirros (…)».(V)
 
«(…) Si nuestro pueblo se hubiese dejado llevar por el odio y por la venganza, el día primero habría arrastrado y habría dado muerte a todos los esbirros. No, era un sentimiento de justicia; era, además, la convicción de que había que aplicar justicia para que nunca más volviesen a aflorar en nuestra patria los verdugos y los asesinos (…)».(VI)
 
Con expresión de gratitud infinita, Fidel Castro Ruz valoró la comprensión por el pueblo venezolano de los hechos ocurridos en Cuba como parte de la justicia social concebida por los próceres de la independencia:
 
«(…) Les he hablado como les hablo a los cubanos, con la misma confianza, con la misma sinceridad y con la misma naturalidad. Me falta solo decirles a mis hermanos de Venezuela que nunca tendrá Cuba con qué pagarles este gesto de solidaridad, que nunca tendrá Cuba con qué pagarles este formidable y grandioso apoyo moral que el pueblo de Venezuela le ha dado hoy (…)».(VII)
 
El proceder ético-jurídico-moral revolucionario concebido para la Operación Verdad mantiene su vigencia al ser referente para los pueblos de Latinoamérica que reclaman justicia ante los crímenes ejecutados por dictaduras militares (secuestro, tortura, asesinato, desapariciones) como parte de la Operación Cóndor, con total impunidad judicial y silencio mediático internacional. En esta guerra imperialista de corte mediático, Cuba continúa defendiendo los derechos humanos con valores, desde el principio inquebrantable de aplicar el derecho a defenderse.
 
Notas
 
I - Discurso pronunciado por el Comandante Fidel Castro Ruz, en la magna concentración popular, en el Palacio Presidencial, 21 de enero de 1959.
 
II- Conferencia de prensa de Fidel Castro Ruz, en el Hotel Riviera, 22 de enero de 1959
 
III - Discurso pronunciado por el Comandante Fidel Castro Ruz, Primer Ministro del Gobierno Revolucionario, en la Plaza Aérea del Silencio, en Caracas, Venezuela, el 23 de enero de 1959
 
IV / VII - Idem