Nuevos pedidos de que se otorgue el Premio Nobel de la Paz a la Brigada Médica Henry Reeve de Cuba se plantearon hoy en Perú, donde un contingente de la misma lucha contra la pandemia de Covid-19.
 
El exparlamentario y dirigente histórico de izquierda, Manuel Dammert; la poeta Rosina Valcárcel y el escritor, poeta y profesor universitario, Ricardo Falla, sobresalen entre quienes reclaman este galardón.
 
Dammert argumentó que la brigada es un ejemplo de solidaridad internacional, por lo que corresponde que reciba la referida distinción.
 
'Una de sus expresiones más rotundas de solidaridad son los médicos y trabajadores de la salud, cuyo ejemplo global son las brigadas de salud del pueblo de cuba, que afirman la vida ahi donde ejercen la solidaridad', aseveró Dammert.
 
Valcárcel argumentó que la Brigada Henry Reeve merece el Nobel como reconocimiento a su valiosa labor en Perú y en otros países del mundo.
 
Agregó que la humanidad padece una de las más graves pandemias de la historia, 'una isla de gran corazón brinda su contribución a los pueblos del mundo brinda su contribución a los pueblos del mundo alcanzándoles lo más urgente e imprescindible en estos tiempos: la salud'.
 
Según la poeta, la brigada cubana alienta 'el optimismo y la esperanza de que es posible un mundo sano, en armonía, justo, solidario y fraterno, que deje atrás egoísmos y guerras fratricidas, reconociendo en la vida el derecho elemental de todo ser humano'.
 
Para Ricardo Falla, la 'Henry Reeve' es un claro ejemplo de solidaridad militanta, por lo que el Comité Nobel debe entregarle el premio.
 
'En el contexto de la pandemia que vivimos, a pesar de las crueles emboscadas tendidas por quien siente que es dueño del poder mundial, los médicos cubanos han puesto en evidencia los valores más excelsos que los formaron para servir y no ser servidos', añadió.
 
Un grupo de 85 integrantes de la Brigada Henry Reeve trabajan desde junio pasado, codo a codo con sus colegas peruanos, en la lucha contra la Covid-19, en las regiones peruanas de Áncash, Arequipa, Ayacucho y Moquegua.
 
La solidaridad médica cubana tiene en Perú una historia de 50 años. Llegó por primera vez a socorrer a los damnificados por el letal terremoto del 21 de mayo de 1970 que asoló a la norteña región de Áncash y sus cercanías.
 
Esa solidaridad se hizo presente además tras el terremoto de la sureña región de Ica en 2007 y durante las grandes inundaciones que asolaron a la norteña de Piura en 2017.