Che Guevara. Su poema Rapsodia a Fidel (III)
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Poco antes de su partida hacia Cuba en el histórico yate Granma junto al resto de los expedicionarios que salieron de Tuxpan, el 25 de noviembre de 1956, Ernesto Guevara de la Serna, Che, escribió su poema “Rapsodia a Fidel", cuyo original se conserva en los archivos del Centro de Estudios Ernesto Che Guevara y el que durante años se ha dado a conocer como “Canto a Fidel".
Por su contenido, este hecho literario del Che encerraba la identificación que en pocos meses había desarrollado con la causa cubana, el conocimiento que había obtenido de Cuba y de su historia, y patentizando la admiración y la confianza que sentía por Fidel.
Sobre el primer encuentro con Fidel, el Che escribió en su diario:
Un acontecimiento político es haber conocido a Fidel Castro, el revolucionario cubano, muchacho joven, inteligente, muy seguro de si mismo y de extraordinaria audacia; creo que simpatizamos mutuamente”.
A partir de ahí, el Che sería nombrado teniente médico de los expedicionarios que viajarían en el yate Granma rumbo a Cuba.
El texto del poema “Rapsodia a Fidel“, es el siguiente:
Vámonos,
Ardiente profeta de la aurora,
por recónditos senderos inalámbricos
a liberar el verde caimán que tanto amas.
Vámonos,
derrotando afrentas con la frente
plena de martianas estrellas insurrectas,
juremos lograr el triunfo o encontrar la muerte.
Cuando suene el primer disparo y se despierte
en virginal asombro la manigua entera,
allí, a tu lado, serenos combatientes,
nos tendrás.
Cuando tu voz derrame hacia los cuatro vientos
reforma agraria, justicia, pan, libertad,
allí, a tu lado, con idénticos acentos,
nos tendrás.
Y cuando llegue el final de la jornada
la sanitaria operación contra el tirano,
allí, a tu lado, aguardando la postrer batalla,
nos tendrás.
El día que la fiera se lama el flanco herido
donde el dardo nacionalizador le dé,
allí, a tu lado, con el corazón altivo,
nos tendrás.
No pienses que puedan menguar nuestra entereza
las decoradas pulgas armadas de regalos;
pedimos un fusil, sus balas y una peña,
Nada más.
Y si en nuestro camino se interpone el hierro,
pedimos un sudario de cubanas lágrimas
para que se cubran los guerrilleros huesos
en el tránsito a la historia americana.
Nada más.
Como se podrá observar, en cada estrofa el Che aborda temas tan sensibles como los contenidos en la autodefensa de Fidel por las acciones del 26 de julio de 1953 y que se conoce como La Historia me Absolverá.
Demuestra lo mucho que conoció y abrazó, en sus meses de estancia en México, junto a Fidel, Raúl y otros revolucionarios – en especial con Antonio Ñico López, con quien estableció amistad en Guatemala, en 1954-, sobre la causa libertaria de Cuba. Demostraba, tempranamente, su sentido de pertenencia con su nueva patria que sería la mayor de las Antillas.
on su avanzado pensamiento marxista, después de su experiencia en Guatemala durante el gobierno de Jacobo Arbenz y su derrocamiento por la CIA – Agencia que organizó una brigada mercenaria, contando con el apoyo del ejército constitucional y aviones yanquis que bombardearon la capital causando numerosos muertos y heridos - , debido al programa progresista que incluía una reforma agraria que dañaba sensiblemente los intereses de la United Fruit Company, y otras medidas sensibles de carácter social.
A partir de su encuentro con Fidel en México, el Che tomó para sí el proyecto revolucionario enunciado en la Historia me Absolverá el cual podía ofrecer y hacer triunfar objetivos que él compartía y añoraba, como eran la distribución de la tierra, la justicia y la libertad.
En la última estrofa - y ya desde entonces, el Che era consciente de lo que podía depararle la lucha como combatiente al igual que otros que emprenderían la proeza del yate Granma, de la Sierra Maestra y la clandestinidad -, los que con su ejemplo serian parte de la historia de los pueblos latinoamericanos. Tenía muy presente, lo cual se recoge en su carta de despedida leída por Fidel el 3 de octubre de 1965, en la apertura del Primer Congreso del Partido.
Decía el Che en su misiva:
Un día pasaron preguntando a quien se debía avisar en caso de muerte y la posibilidad real del hecho nos golpeó a todos. Después supimos que era cierto, que en una revolución se triunfa o se muere ( si es verdadera ). Muchos compañeros quedaron a lo largo del camino hacia la victoria”.
El 12 de diciembre, de 1996, cuando nuestro Comandante en Jefe vio la edición que se hizo en Cuba del poema que le dedicara el Che. Al verlo impreso, Fidel expresó el 12 de abril de 1996, en su discurso en la ceremonia de premiación del concurso “70 años en la vida ejemplar y revolucionaria de Fidel Castro":
Especial impresión me produjo también- lo digo con mucha franqueza – el poema del Che. Che no habría estado de acuerdo con que le publicaran su poema, él era tan riguroso consigo mismo y tan exigente, que habría protestado de la publicación de su canto; pero a mí me emocionó profundamente – lo conocía -, verlo en ese libro es una impresión indescriptible”.
Por su valioso contenido moral y revolucionario y en especial por el 90 aniversario del natalicio del Guerrillero Heroico, el poema “Rapsodia a Fidel” merece ser divulgado, con la mayor creatividad, por nuestros medios de difusión, y en especial por el sistema de educación, en sus distintos niveles. Es un documento en el que se transpira la fidelidad, y el compromiso total de entrega a la causa revolucionaria de Cuba.