Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el abanderamiento del contigente "Blas Roca" como Vanguardia Nacional, el 3 de junio de 1990
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Compañeras y compañeros:
Había oído el rumor—porque la verdad que fue un rumor— de que hoy había un acto en el contingente, que era a las 10:00 de la mañana. Digo, ¿qué acto será ese? Entonces, temprano, estuve llamando, averiguando qué acto era, la hora exacta, dónde era, por qué era, y en esas investigaciones estaba yo por la mañana cuando por fin supe, mal sabido (RISAS), que el acto era porque la brigada No.1 del contingente se había llevado una bandera. Digo: Bueno, algo habrá hecho la brigada No.1 que se ha llevado una bandera, y dije: Si es la brigada No. 1, aunque sea, pues constituye un pretexto para dar una vuelta por allí, ya que hace algún tiempo que no vengo por este campamento.
Al llegar me entero de la buena noticia de que todo el contingente ha recibido una bandera como Vanguardia Nacional. Digo: Bueno, esto es más todavía de lo que yo pensaba; no es una brigada, es todo el contingente.
Le preguntaba a Palmero, y Palmero me decía que no están todos, porque hay trabajos que ni en el día de hoy, domingo, se pueden detener; pero que la mayoría de los miembros del contingente estaban aquí, participando en el acto. Me pareció bien esto, de que siempre se tome en cuenta que hay trabajos que no se pueden detener ni un día.
Lezcano hablaba de lo que el contingente ha significado desde el punto de vista moral, como estímulo y como ejemplo de los demás trabajadores de la construcción, y yo coincido plenamente con esas palabras que él expresó.
Siempre será poco lo que se diga acerca de las dificultades, ni se sabe cómo venimos nosotros confrontando los problemas que hoy confrontamos. Puede ser que hagamos, incluso, un ahorro de combustible grande para guardarlo, para hacer una reserva, y resulta que al fin del año, por circunstancias determinadas, recibimos menos combustible que el que habíamos planificado recibir.
Todos los días nos llegan noticias de dificultades nuevas acerca de suministros diversos y acerca del combustible. El combustible es muy importante, como se sabe, y la gran esperanza de los imperialistas, la más ambiciosa esperanza de los imperialistas es que nos quedemos sin combustible, debido a los problemas conocidos; no porque no se quiera, sino porque no se pueda que —como dicen unas palabras de uno de nuestros autores y cantantes más prestigiosos, Silvio Rodríguez— no es lo mismo, pero es igual. ¿No es así? (RISAS) Entonces, independientemente de las buenas voluntades incuestionables, vienen también las tercas realidades, y constantemente tenemos que estar pensando en menos y menos combustible.
Hay que decir la verdad, este año hubo momentos en que la zafra estuvo a punto de pararse, o las brigadas de roturación de tierras, o las construcciones por falta de combustible. En cierto momento, incluso, hubo contingentes parados, porque les faltó el combustible tres o cuatro días, ya que para no estropear los planes hay que trabajar con un mínimo de reservas, y a veces, esperando un barco o esperando otro, el hecho es que la reserva se ha quedado casi como el Granma cuando arribó a su meta, con dos pulgadas de combustible en los tanques. No crean que es fácil trabajar en esas condiciones.
Hubo, como dije, contingentes parados. Sé de alguno que lo estuvo, decía: Qué lástima que en este momento no tenemos ninguna reserva, como no sean las reservas de la defensa, que no se deben tocar bajo ningún concepto, para enviarle aunque sea 100 toneladas de combustible a ese contingente que está parado —no solo a un contingente, también a brigadas—, y no solo por combustible, sino también por gomas. Ese ha sido otro punto que ha constituido una agonía, puesto que algunas fuentes de suministro de gomas al país ya no existen y hay que estar todos los días inventando algo. Se ha planteado que no quede una sola goma sin recapar, ¡ni una sola!, inventando fórmulas y más fórmulas, y si no se consiguen por aquí unas gomas, de dónde se pueden conseguir, cuánto cuestan, con qué recursos.
Por eso les digo que se tiene que trabajar en condiciones difíciles, y que lo que nuestro país realiza en este momento, en esas condiciones, es una verdadera proeza. Pero debemos adaptarnos a esos problemas, porque pueden venir aun mayores.
Siempre hemos trabajado con una reserva de gomas —yo, por lo menos, dispongo de una reserva centralizada de gomas—, para tratar de que no se paren los contingentes, al menos los contingentes o actividades muy priorizadas, y la demanda de gomas es por todas partes, en todos los lugares, en todas las ramas, y lo que llega en un barco hay que distribuirlo de inmediato para que no se pare, en primer lugar, la zafra; o no se paren actividades que tienen que ver directamente con la población; o porque hay que llevar los alimentos a los animales, para la producción del pollo, el huevo, o el cerdo, para el que hay que recoger desperdicios; o porque hay que distribuir la leche.
Recientemente en la misma televisión hicieron un análisis de los problemas que tenía Matanzas, que les faltaban gomas a algunos carros de acopio de leche. Alguien decía: "Debe reflexionarse sobre esto. El Ministerio de la Industria Alimenticia debe reflexionar sobre esto, porque aquí falta la leche y, por otro lado, se importa leche." Todo parecía muy sencillo realmente y muy simplista. No, no solo debe reflexionar el Ministerio de la Industria Alimenticia, tiene que reflexionar todo el país; incluso, los mismos que hacen el análisis deben primero autoanalizarse a sí mismos, para ver cuál es el nivel de conocimiento y de información que tienen de la realidad y de los esfuerzos que se hacen.
Desde luego, yo comprendo los deseos y la voluntad de todos de ayudar a resolver los problemas, y no tengo por eso ninguna crítica que hacer en torno a esto; pero sí debemos hacer lo indecible, realmente, por ayudar y no por desmoralizar.
Si nosotros fuéramos todos los días por la mañana a explicar los problemas que tiene el país, no uno ni veinte, sino mil problemas, creo que la gente se agobiaría y se preguntaría cómo es posible el milagro de la Revolución.
Nosotros reflexionamos todos los días, y mucho que reflexionamos todos los días, acerca de los problemas que tenemos, e incluso reflexionamos sobre las irreflexiones que todavía padecemos; y, desde luego, la primera reflexión, conociendo con objetividad los problemas del mundo, es que la Revolución tiene que luchar y la Revolución tiene que existir, y que para la Revolución no hay alternativa en nuestra patria. Es decir, no se conciben ni la independencia de este país, ni la soberanía de este país, ni el futuro de este país sin el socialismo. El socialismo es la esencia de nuestra Revolución, y esa es la primera reflexión que hacemos todos los días por la mañana para llegar a la conclusión a que hemos llegado, que es ¡socialismo o muerte! (APLAUSOS)
Aquella repugnancia, aquella porquería, aquella esclavitud del capitalismo, nuestro pueblo no volverá a aceptarla jamás. Aquello en que el hombre no vale nada, en que el hombre es un cero a la izquierda, en que el obrero era un sector social despreciado por los burgueses y terratenientes en nuestras ciudades y campos, aquello no volverá jamás, al menos, mientras haya un solo revolucionario, ¡y hay millones dispuestos a dar su vida para impedirlo! (APLAUSOS)
Tenemos que estar preparados para estas dificultades, incluso para otras mayores, y también mucho mayores, y siempre con los pies puestos en las realidades.
Cuántas veces me he preguntado por el contingente "Blas Roca" qué hace en cada una de sus obras y qué haríamos si cada día tuviéramos menos combustible. Si nos viéramos obligados a parar cosas, qué cosas pararíamos, por dónde empezar; porque, lógicamente, hay obras que en circunstancias como estas tienen más importancia que otras. En circunstancias normales, todas tienen importancia; pero en circunstancias anormales tenemos que preguntarnos primero qué paramos: si vamos a parar la zafra, si vamos a parar la producción de alimentos, si vamos a parar los planes de desarrollo agrícola, como el de la caña, que se ha convertido no solo en un producto de exportación, sino en fuente de materia prima para la producción de leche, de carne, a través de la miel, a través de la saccharina; si vamos a parar nuestros programas que van a generar ingresos en moneda convertible, que tanto necesitamos en este momento, porque si no viene una goma de determinados países de donde venía todos los años, entonces hay que salir a comprarla en cualquier lugar, con los pocos recursos de que dispongamos, los cuales tienen que irse distribuyendo de acuerdo con cada una de las cosas esenciales que necesitamos.
Puede ser medicina, ¿y qué vamos a hacer, dejar de recibir la medicina y que se muera alguien porque no recibimos medicinas? ¿O dejar de recibir alimentos o de producir alimentos?
Por eso cuando usted va a analizar una por una cada obra, dice: Tal obra, en tiempos normales, excelente, todas son importantes; pero en tiempos excepcionales, cuáles prosiguen y cuáles paramos. Por no dejar de reflexionar, todos los días reflexionamos sobre estas cosas.
Procuramos mantener las circunstancias normales de todos los días y todas las tareas, aun en tiempos muy difíciles. Incluso, pensamos que si las circunstancias siguen agravándose, siguen complicándose, nuestro Estado, nuestro Partido, nuestras organizaciones tendrán que escoger entre esto, esto, esto y esto.
De una sola cosa podemos estar seguros: si circunstancias excepcionales nos obligaran a tomar medidas también excepcionales, entonces lo seguro, como decía, es que nadie en este país se quedará desamparado. Lo que tengamos será repartido entre todos. No es que vayamos a poner en práctica esos procedimientos despiadados que de repente dejen en la calle 100 000, medio millón, un millón, millones de personas en absoluto abandono. Aquí tendríamos que aplicar más que nunca, aquel principio de los Tres Mosqueteros: "¡Uno para todos y todos para uno!" (APLAUSOS)
Estas dificultades son las esperanzas del imperialismo, una de sus grandes esperanzas. A veces se impacienta y amenaza, a veces se siente tentado a agresiones de tipo militar, sobre las cuales tenemos que estar siempre muy alertas, muy prevenidos como ocurrió en días recientes.
Pero, una de las esperanzas más grandes del imperialismo, es que los problemas de la Europa del este, o los problemas de la Unión Soviética, priven a Cuba de recursos que son esenciales, que son indispensables para el desarrollo.
Ciertamente, y no debemos ocultarlo, no tiene ningún sentido ocultar tales riesgos. Creo que eso no enseña a nadie, no prepara a nadie, sino que más bien debemos describirlos, por lo menos explicarlos, expresarles para que siempre los tengamos presentes, y hay que elaborar constantemente planes para cualquier decisión que fuera necesario tomar, aunque haremos el máximo para que no tengamos que tomar decisiones excepcionales; pero, desde luego, el país no puede vacilar en hacerlo en cualquier circunstancia que la supervivencia de la Revolución lo exija.
Nos subestiman los imperialistas si creen que la Revolución podrá ser derrotada en cualquier terreno: en el terreno militar o en el terreno económico. Sus más grandes presiones, no se ocultan para decirlo, son para exigir en las actuales circunstancias que la Unión Soviética deje de suministrar combustible y otras materias primas y productos esenciales para nuestro país. Muchas veces se levantan voces exigiendo que cese toda cooperación de la URSS con Cuba, si es que quieren recibir alguna cooperación económica por parte de Estados Unidos.
Noticias de ese tipo se ven todos los días, y lo que podemos decir, hasta este momento, es que los soviéticos han mantenido una posición solidaria y firme con nuestro país, independientemente de sus propias dificultades que son las que, de una forma u otra, están influyendo, a pesar de la buena voluntad en las relaciones económicas entre la URSS y Cuba.
Creo que pocas veces, seguramente que ninguna, en la historia de la Revolución, nuestro pueblo ha estado haciendo un mayor y decidido esfuerzo.
En este mismo momento todavía la zafra no ha concluido, y aun antes de concluir la zafra, en las provincias que tenían mayor atraso, en gran parte debido a las lluvias, nos encontramos que ocurrieron lluvias torrenciales anormales; hasta la naturaleza se ha vuelto anormal en estos tiempos. Solo en Banao cayeron más de 900 milímetros en cuatro días. Nadie hace nada con 900 milímetros en cuatro días; valen mucho más y son mucho más útiles 200 milímetros repartidos en cuatro lluvias de 50 milímetros en cuatro semanas. Estas lluvias excesivas afectan, crean problemas, destruyen cosechas.
Les decía que aun en medio de esas circunstancias, una parte importante de nuestros obreros cañeros siguen cortando caña y a mano, porque es muy difícil utilizar una máquina en medio de la humedad y del fango que pueden crear cientos de milímetros caídos en unas horas o en unos días.
Realmente pienso que es admirable el esfuerzo que hace nuestro pueblo. Si me preguntan si ese esfuerzo es perfecto, diría que todavía nos falta mucho para que lo sea.
Cuando usted está construyendo una presa, sabe que si quiere recibir y almacenar las aguas de primavera tiene que terminar la presa el 30 de abril, el 5 ó el 10 de mayo. No admite dilaciones, no admite boberías, no admite tardanzas, sino que cronométricamente, como un reloj, hay que terminarla o se pierde un año.
He visto que en algunas presas hemos perdido tiempo, por ejemplo, porque faltaban las compuertas que van a estar en junio o julio —presa Corojo, presa La Felicidad, presa Voladora—; entonces nosotros no necesitamos que el SIME tenga terminadas las compuertas en julio, sino que tiene que tenerlas en abril, y si hay un retraso no de 3 años, o de 10 ó de 30, porque ya nos estábamos acostumbrando a eso antes de la rectificación, sino un retraso de tres meses, crea problemas, se pierden las aguas. Una presa en terminación, además, tiene que levantar sus cortinas en la seca para almacenar en la primavera y tiene que llegar a una altura determinada, no se puede bobear con eso.
Si se le pregunta al SIME, dice: Bueno, los proyectos de compuertas que había, hubo que revisarlos completos, para mejorarlos, etcétera, etcétera; pero la cuestión es que en vez de estar en abril, las compuertas están en junio. Y con mucho tiempo de anticipación se deben prever las cosas para buscar soluciones posibles, pero que no haya retraso. Hablo de presas, que es parte de un programa prioritario que no se detendría en ninguna circunstancia, ni normal ni excepcional.
También uno le puede preguntar al Ministerio de la Construcción, y explican problemas de gomas. He tenido que ser crítico, duramente crítico con el Ministerio de la Construcción y con el Instituto de Recursos Hidráulicos, porque a tiempo, en un momento, en una hora determinada, no dijeron que tenían en algunas de estas presas, obras que son críticas, que hay que cerrar, los problemas de goma, ya que esa pequeña reserva de que les hablo, puede servir para que ninguna de esas presas se retarde.
También he planteado críticas fuertes a los organismos de importación: CEATM y Ministerio de Comercio Exterior, sencillamente porque 10 000 gomas que en un momento y hora se ordenaron adquirir para esa reserva de que hablé, no se hubiesen adquirido a tiempo por diversas causas. Desde luego, no voy a referir aquí todos los obstáculos con que tiene que enfrentarse el comercio exterior, a partir del bloqueo y otras dificultades, para adquirir y transportar gomas en un tiempo mínimo; pero aun dentro de las circunstancias actuales, concretamente con lo poco de que disponíamos podíamos haber evitado que ninguna de las numerosas presas que estamos haciendo y terminando se hubiera atrasado, y hay algunas atrasadas.
Veo ahí el resultado del hecho de que no sea perfecto todavía nuestro trabajo, y es difícil que lo llegue a ser alguna vez; es difícil que alguna obra humana sea perfecta, pero nosotros mientras más difíciles sean las condiciones, más eficientes tenemos que ser y con más perfección debemos trabajar y exigirles a todos: a proyectistas, arquitectos, ingenieros, a cuadros dirigentes, a todos los que tengan que ver, que los problemas tienen que ser resueltos, y que si una obra se atrasa por proyecto es un problema, y que no hay derecho a irse para la casa a oír música o ver los muñequitos, o cualquier novelón o, incluso, una buena novela, mientras quede algo por hacer que pueda retrasar una obra en este momento importante y fundamental de la Revolución.
Quiero con esto expresar que, aunque nuestro pueblo está haciendo un esfuerzo mayor que nunca y mejor que nunca, ese esfuerzo está lejos todavía de ser perfecto, aunque hemos avanzado extraordinariamente en todos los aspectos, sobre todo los que tienen que ver con los esfuerzos del desarrollo,
Y quien habla de presas, habla de brigadas que están haciendo canales para llevar esa agua rápido a donde se necesita, o de brigadas que están haciendo sistemas de riego; ninguna se puede atrasar, ni la presa en terminarse cuando se ha establecido y recoger agua para el arroz, para la caña, para las viandas, para los vegetales, para los cítricos, para lo que sea, ni los canales que conducen el agua se pueden retrasar, ni las brigadas que construyen los sistemas de riego se pueden retrasar. Y hoy trabajamos así: aquí haciéndose la presa, aquí haciéndose los canales, allá haciéndose las brigadas de riego, porque es realmente la forma integral en que debemos trabajar, si queremos obtener el máximo con el mínimo de recursos y en el mínimo de tiempo.
Es por eso que es necesario criticar, advertir y señalar todo lo que sea subjetivo, y saberlo distinguir de todo lo que sea objetivo, no sea que de repente le echemos la culpa a quién sabe a quién, porque no llegó el petróleo a un punto determinado, ya que el barco que tenía que llegar desde el exterior no llegó, o se retrasó 20 días, o un mes, o 45 días, sin que ello dé lugar, ni pueda dar lugar, ni deba dar lugar a que si había unas toneladas que podían trasladarse y usarse dejaran de trasladarse y usarse.
En estos tiempos, más que nunca, tenemos que exigirle mucho al hombre y exigirles mucho a todos, sabiendo distinguir en cada ocasión los problemas que son objetivos, de los que son subjetivos; porque, desde luego, no puede admitirse que los problemas objetivos se conviertan en excusas o en pretextos para dejar de hacer lo que pudo haberse hecho en el momento en que tenía que haberse hecho y no se hizo.
Es para mí una fuente de confianza reunirme con los miembros del contingente "Blas Roca" y hablarles como siempre les he hablado, con toda claridad, con toda franqueza, porque no hay nada más difícil, en tiempos difíciles —digamos, repitiendo la palabra— o en tiempos excepcionales, que ser inteligentes y, sobre todo, ser precisos, y ser objetivos.
Nuestro trabajo marcha, el trabajo de ustedes marcha, y haremos lo posible por mantener el ritmo de esos programas.
Hace algo más de dos años, en este mismo lugar, se creó o se organizó el contingente y, con el contingente, la primera brigada.
Hoy son ya 28 brigadas, las del contingente "Blas Roca", trabajando en treinta y tantos frentes diferentes. ¡Es un esfuerzo colosal! Pero la confianza y la esperanza depositada en los fundadores de este contingente, no ha sido jamás defraudada, porque cada año que pasa, cada mes que pasa, podemos decir que el contingente trabaja mejor y el contingente tiene más prestigio.
Como decía Lezcano, el ejemplo se ha extendido por todo el país. Hay cerca de 40 000 trabajadores en contingentes, a pesar de que tenemos frenado al máximo la creación de nuevas fuerzas con este estilo de trabajo, porque no queremos que la idea se desacredite, no queremos que la idea se desprestigio, no queremos que problemas objetivos introduzcan nuevos vicios o de nuevo los viejos vicios, que fueron muchos, que fueron realmente colosales en el sector de la construcción.
Pero digo aquí que sí antes veíamos obras que se iban a dilatar 20 ó 30 años, hoy no perdonamos una obra que se atrase dos meses, que se atrase tres meses; con ese espíritu se lucha y con ese espíritu se le exige al MICONS.
MICONS tiene un arsenal grande de obras, a pesar de que otros organismos construyen, como la industria azucarera, o la industria básica, o la industria mecánica, o el Ministerio de la Agricultura, o los poderes populares; pero vemos que todavía hay tal obra en que están con los viejos vicios y los viejos hábitos, y ustedes lo saben, porque en determinada ocasión hemos tenido que pedirle al contingente "Blas Roca" que se haga cargo de una obra del MICONS. No nos gusta hacerlo, porque nuestro esfuerzo debe ser el de persuadir, exigir, argumentar, y no el golpe moral ese de quitarle una obra; pero en alguna ocasión —y no en la ciudad, donde las construcciones del MICONS han mejorado notablemente—, en algunas provincias, como en la provincia de La Habana, hemos descubierto más de una obra retrasada y más de una obra todavía en la holgazanería y en la pereza, al extremo que nos hemos visto en la necesidad de aplicar el castigo moral, ejemplarizante, de pasarle la obra al contingente "Blas Roca", porque el contingente "Blas Roca" nunca falla (APLAUSOS).
Cito el ejemplo no porque sea una práctica corriente, sino porque a veces hay que apelar a estos resortes morales para resolver algunos problemas y para sacudir la conciencia de los hombres, cuadros de dirección o trabajadores.
Y decía que aunque es grande el arsenal de obras del MICONS, al MICONS hay que exigirle todos los días, todas las horas y todos los minutos, porque mientras exista el material ahí, la piedra, o la arena, o el cemento, o la cabilla, o algo que pueda hacerse, no debe dejar de hacerse.
En los suministros los problemas son grandes. Sin los programas de ahorro en la madera no se sabe los problemas que tendríamos hoy, no se sabe, no se podrían imaginar. Antes el laminado era algo que abundaba, la madera abundaba, y hoy son meses enteros sin recibir un barco de madera, y lo que antes usábamos dos o tres veces, hoy tenemos que usarlo 20, 25, 30 ó 40. Creo que esto da una idea más de las dificultades con las que tenemos que luchar; pero a pesar de ello es increíble lo que el país está haciendo en estos momentos, esfuerzos en todos los sentidos que tratamos de perfeccionar y que tratamos de cronometrar con la mayor precisión, para recibir en el mínimo de tiempo los frutos del enorme esfuerzo que estamos haciendo con el mínimo de recursos.
En esta mejoría, sobre todo en el sector de la construcción, el contingente ha jugado un papel decisivo. Su ejemplo se ha extendido por todo el país, y tenemos que vigilar ese esfuerzo, porque si de repente un contingente —y los contingentes, por lo general, están en obras priorizadas— se queda sin gomas, si los que están construyendo hoteles para ingresar divisas, o los que están trabajando en los planes hidráulicos para aumentar la producción de alimentos, o los que están trabajando en otros planes importantes se nos detienen, el espíritu de contingente se pierde; aunque hemos suspendido el interrupto, aunque el hombre practica el multioficio y desarrolla otras tareas, no es lo mismo el contingente con todos los medios a su alcance —que, en general, son fuerzas mecanizadas—, que cuando el contingente ya se queda sin gomas y sin combustible.
Por eso somos cautelosos en la creación de nuevos contingentes, somos muy cautelosos en la priorización de cada cosa que se hace, porque hay cosas que se hacen en tiempos normales, como las que estamos haciendo, y hay cosas que se harían solo en tiempos excepcionales, y en los cuales los criterios de prioridad tienen que ser rigurosos y absolutos.
Ustedes han sido una bandera levantada en estos tiempos heroicos en estos tiempos gloriosos. Ustedes han sido un ejemplo, ustedes han sido una prueba de lo que puede hacer el socialismo, porque nosotros nos atreveríamos a retar a cualquier empresa capitalista que, con los mismos medios y con los mismos recursos, fuera capaz de hacer más que lo que hace el contingente "Blas Roca" y otros contingentes a lo largo y ancho del país (APLAUSOS).
Aquí está la prueba. Ustedes son la prueba de lo que es el socialismo, de lo que puede el socialismo, de la superioridad del socialismo; porque si no tomáramos en cuenta tantos ejemplos como el que han dado ustedes, el mero hecho de que estén aquí un domingo a estas horas, casi a las 12:00 del día, cuando el sol —como dicen los guajiros— raja las piedras, es un ejemplo de lo que puede la moral, es un ejemplo de lo que puede la conciencia, es un ejemplo de lo que puede el socialismo, y por ese ejemplo los felicitamos y les damos las gracias.
¡Socialismo o Muerte!
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
(OVACION)