Palabras pronunciadas por el Comandante Fidel Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Primer Ministro del Gobierno Revolucionario, en la casa-museo del I Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso, en Minsk, Unión Soviética, el 5 de julio de 1972, “Año de la Emulación Socialista”.
Fecha:
Querido compañero Masherov;
Queridos compañeros héroes de la Unión Soviética;
Queridos compañeros combatientes de la Gran Guerra Patria:
Deseo expresarles que en esta breve estancia en vuestra ciudad de Minsk, desde el primer momento que pisamos esta tierra estamos respirando su historia, sus proezas, sus hazañas, su heroísmo. Visitamos el Monumento de Jatin, visitamos también la Colina de la Gloria, visitamos este museo y anteriormente depositamos una corona de flores en el Monumento de las Víctimas de la Guerra. Y en cada uno de estos lugares tuvimos la oportunidad de recordar la historia.
Este monumento de las aldeas destruidas, que luego se reconstruyeron, de 136 poblados que fueron destruidos y sus moradores asesinados, todo ello nos recordó los campos de concentración. Cuando vimos todo aquello, todas las víctimas pasaron por nuestras mentes.Visitamos después la Colina de la Gloria. Nos impresionó también el que millones de soviéticos trabajaron para construir aquella Colina. Esto recuerda la historia, los sacrificios del ejército soviético. Igualmente, la visita a este Museo.
Hemos tenido la oportunidad de vivir intensamente la historia, el testimonio de las luchas del ejército soviético, del pueblo, de los guerrilleros, de todos los combatientes. Ningún pueblo del mundo ha hecho proezas tan grandes en aras de la revolución, ningún pueblo del mundo tiene tanta experiencia, tanto heroísmo, tanta tradición, que se inicia con la Revolución de Octubre, en la lucha contra las intervenciones, contra las bandas mercenarias, por la construcción del socialismo y el cumplimiento de los planes quinquenales, y sobre todo en la Gran Guerra Patria y la reconstrucción. Ningún pueblo tiene tanta experiencia social, ningún pueblo tiene tanta experiencia política, tanta experiencia militar como la que ha acumulado el pueblo soviético. Y lo ha aprendido, no de los libros, sino de la vida, de las condiciones más difíciles, luchando contra un ejército bien armado que poseía todos los recursos de la industria europea. Y el pueblo soviético, con sus virtudes revolucionarias, con su valor, con su patriotismo, bajo la dirección del Partido fundado por Lenin, pudo resolver tan difíciles tareas y las resolvió con éxito y heroísmo sin precedentes.
En nombre de nuestro pueblo, de nuestra Revolución, quisiéramos expresar, a ustedes y a todo el pueblo soviético, nuestra gratitud por sus obsequios, por sus memorias, por la pistola que me han regalado, que participó en esta epopeya empuñada por un destacado jefe héroe de la Unión Soviética.
Solicitamos de ustedes que nos autoricen traducir sus memorias, publicarlas en Cuba, para que nuestro pueblo tenga la oportunidad de leer y conocer aquellas proezas. No todos los cubanos tendrán la oportunidad de visitar Minsk, pero a través de los esfuerzos de ustedes conocerán su lucha.
Deseamos expresar nuestro más profundo respeto, admiración y gratitud a los soldados, a los trabajadores, a los campesinos, a los hombres y mujeres, a los jóvenes, a los niños, a los comunistas que cayeron en la lucha.
¡Que vivan eternamente en el corazón del pueblo soviético, en el corazón y en la gratitud de toda la humanidad!