Un olímpico llamado Fidel
Fecha:
15/08/2008
Fuente:
La Jiribilla. La Habana, No 380, Año VI, 9 al 15 de agosto de 2008
Autor:
Cada victoria del deporte cubano en las últimas décadas ha llevado consigo el nombre de Fidel. Bien lo saben los deportistas cubanos que en Beijing brillan con luz propia entre las grandes potencias del deporte mundial, cuando le dedican al Jefe de la Revolución cada medalla y le llaman “padre” en el mensaje de felicitación que le enviaron por su cumpleaños. Sus razones son claras: "por haber sido el creador del deporte revolucionario cubano, que lleva en su esencia la lucha para que el atleta no sea una mercancía". El mejor regalo: el medallero en sostenido ascenso que nos mantiene en vilo por estos días.
¿Por qué son tan talentosos los atletas cubanos, que se hacen sentir en cualquier encuentro internacional al que se presentan, ya sea en desafíos regionales, mundiales u olímpicos? Esta pequeña Isla del Caribe, sin fácil acceso a las tecnologías de punta o a las millonarias subvenciones de las firmas publicitarias, ha logrado una profusión de atletas de primera talla mundial. El principio ha sido el rol protagónico y masivo que ha tenido la práctica deportiva en Cuba desde el mismo triunfo revolucionario, impulsada incansablemente por el propio Fidel, que situó el desarrollo del deporte entre las prioridades sociales del país.
En el mismo 1959 se fundó la Dirección General de Deportes, y luego, en 1961, nace el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER) con la misión de brindar oportunidades deportivas en todas las regiones cubanas, bajo la premisa de que el deporte es un derecho del pueblo.
Desde entonces, Fidel ha estado involucrado, en persona o en espíritu, en todos los momentos de relevancia deportiva que se han vivido como eventos históricos a los ojos la nación. Ahí están la I Serie Nacional de Béisbol Amateur, en 1962; los I Juegos Nacionales Escolares en 1963, inaugurados por el Comandante en Jefe el 22 de agosto; los sucesos del Cerro Pelado, en 1966, cuando la delegación cubana amenazó con llegar nadando a las costas puertorriqueñas para competir en los X Juegos Centroamericanos y del Caribe si el gobierno norteamericano no la dejaba desembarcar; la derrota a EE.UU. en los Juegos Panamericanos de 1991, en los que Cuba cosechó 140 medallas doradas; la hazaña en los Juegos Olímpicos de Barcelona, en los que Cuba terminó en quinto lugar con 14 oros y la plata en el I Clásico Mundial de Béisbol de 2006, ante los mejores profesionales.
Herencia de las ideas de Fidel ha sido la concepción que prima en los programas deportivos cubanos, aquella que da mayor relevancia a la lealtad y al compromiso, al amor al equipo y al valor moral de las victorias antes que a la competitividad agresiva e individual como medio para mejorar los resultados, una visión del deporte como propiciador de paz, de fraternidad y de los mejores valores del ser humano.
El 23 de febrero de 2001, coincidiendo con el aniversario 40 del INDER, el Comandante inauguró la Escuela Internacional de Deportes, dedicada a la preparación de profesores, entrenadores y terapeutas de más de 70 países. En aquella oportunidad dijo:
"Si trágico es convertir la salud en una mercancía, trágico es convertir algo tan noble como el deporte y el ejercicio físico, tan relacionado con el bienestar y la salud humana, en una mercancía. Contra eso, Cuba lucha hoy prácticamente en solitario contra un repugnante mercachiflismo que se ha introducido en el deporte, que no tiene ya nada de amateur, ni en las Olimpiadas.
[…] experimentamos el honor de que jamás hemos ganado una sola medalla, de ningún color, con atletas arrebatados a otros países; que a lo largo de 42 años de lucha revolucionaria y de 40 años de fundada esta institución [el INDER] todas las medallas las hemos ganado con atletas nacidos y formados en nuestro país a lo largo de los años, y tras una larga e infatigable lucha, para crear una cultura deportiva, para crear un movimiento deportivo como el que hemos creado, dedicando atención y recursos a formar profesores y a construir instalaciones. Eso es lo que ha llevado a nuestro país a un sitial en el deporte que ya nadie niega y que hoy es reconocido por el mundo.”
¿Por qué son tan talentosos los atletas cubanos, que se hacen sentir en cualquier encuentro internacional al que se presentan, ya sea en desafíos regionales, mundiales u olímpicos? Esta pequeña Isla del Caribe, sin fácil acceso a las tecnologías de punta o a las millonarias subvenciones de las firmas publicitarias, ha logrado una profusión de atletas de primera talla mundial. El principio ha sido el rol protagónico y masivo que ha tenido la práctica deportiva en Cuba desde el mismo triunfo revolucionario, impulsada incansablemente por el propio Fidel, que situó el desarrollo del deporte entre las prioridades sociales del país.
En el mismo 1959 se fundó la Dirección General de Deportes, y luego, en 1961, nace el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER) con la misión de brindar oportunidades deportivas en todas las regiones cubanas, bajo la premisa de que el deporte es un derecho del pueblo.
Desde entonces, Fidel ha estado involucrado, en persona o en espíritu, en todos los momentos de relevancia deportiva que se han vivido como eventos históricos a los ojos la nación. Ahí están la I Serie Nacional de Béisbol Amateur, en 1962; los I Juegos Nacionales Escolares en 1963, inaugurados por el Comandante en Jefe el 22 de agosto; los sucesos del Cerro Pelado, en 1966, cuando la delegación cubana amenazó con llegar nadando a las costas puertorriqueñas para competir en los X Juegos Centroamericanos y del Caribe si el gobierno norteamericano no la dejaba desembarcar; la derrota a EE.UU. en los Juegos Panamericanos de 1991, en los que Cuba cosechó 140 medallas doradas; la hazaña en los Juegos Olímpicos de Barcelona, en los que Cuba terminó en quinto lugar con 14 oros y la plata en el I Clásico Mundial de Béisbol de 2006, ante los mejores profesionales.
Herencia de las ideas de Fidel ha sido la concepción que prima en los programas deportivos cubanos, aquella que da mayor relevancia a la lealtad y al compromiso, al amor al equipo y al valor moral de las victorias antes que a la competitividad agresiva e individual como medio para mejorar los resultados, una visión del deporte como propiciador de paz, de fraternidad y de los mejores valores del ser humano.
El 23 de febrero de 2001, coincidiendo con el aniversario 40 del INDER, el Comandante inauguró la Escuela Internacional de Deportes, dedicada a la preparación de profesores, entrenadores y terapeutas de más de 70 países. En aquella oportunidad dijo:
"Si trágico es convertir la salud en una mercancía, trágico es convertir algo tan noble como el deporte y el ejercicio físico, tan relacionado con el bienestar y la salud humana, en una mercancía. Contra eso, Cuba lucha hoy prácticamente en solitario contra un repugnante mercachiflismo que se ha introducido en el deporte, que no tiene ya nada de amateur, ni en las Olimpiadas.
[…] experimentamos el honor de que jamás hemos ganado una sola medalla, de ningún color, con atletas arrebatados a otros países; que a lo largo de 42 años de lucha revolucionaria y de 40 años de fundada esta institución [el INDER] todas las medallas las hemos ganado con atletas nacidos y formados en nuestro país a lo largo de los años, y tras una larga e infatigable lucha, para crear una cultura deportiva, para crear un movimiento deportivo como el que hemos creado, dedicando atención y recursos a formar profesores y a construir instalaciones. Eso es lo que ha llevado a nuestro país a un sitial en el deporte que ya nadie niega y que hoy es reconocido por el mundo.”