DISCURSO PRONUNCIADO POR EL COMANDANTE EN JEFE FIDEL CASTRO RUZ EN EL ACTO CENTRAL POR EL XXV ANIVERSARIO DE LA CREACION DE LOS COMITES DE DEFENSA DE LA REVOLUCION, EN EL TEATRO "CARLOS MARX", EL 28 DE SEPTIEMBRE DE 1985
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Queridos compañeras y compañeros de los Comités de Defensa de la Revolución:
Tal vez hace 10 ó 15 años estaríamos conmemorando este aniversario, más aún por tratarse del 25 aniversario, allá en la Plaza de la Revolución. Pero desde que el trabajo y las responsabilidades de todos nosotros se multiplicó, y desde que hicimos un esfuerzo por ir racionalizando tiempo y energía del pueblo, fueron disminuyendo los grandes actos de masas para limitarse prácticamente a dos fechas que son el 26 de Julio y el 1ro. de Mayo.
Como ustedes saben, por ejemplo, una fecha tan importante como el día del triunfo de la Revolución no se conmemora, es decir, no se conmemora con actos públicos, porque coincide precisamente, con un día de descanso y tradicionalmente festivo, con el primero de año, y siempre hemos pensado que no sería justo interrumpir ese descanso, ese día de fiesta de la población, a pesar de que constituyó un raro privilegio —y esta Revolución tiene muchas coincidencias—, el raro privilegio de haber triunfado un primero de enero (APLAUSOS). Por lo tanto, somos la primera Revolución que triunfa un Primero de Enero (RISAS Y APLAUSOS). Ese es un buen símbolo.
También Armando nos recordaba hoy con sus palabras otras coincidencias, como el 25 aniversario de los Comités de Defensa de la Revolución, coincide también en número redondo con el 40 aniversario de la victoria sobre el fascismo (APLAUSOS) y con el 60 aniversario —número redondo— del primer Partido Comunista de Cuba, siembra fecunda de ideas revolucionarias, como él dijo (APLAUSOS). Eso sucede en la historia con los hechos llamados a perdurar siempre: la Revolución y los CDR.
También estuvimos a punto de conmemorar el 25 aniversario un día antes, el 27 y no el 28 de septiembre. Algunos se preguntarán que por qué iban a conmemorar este aniversario el 27, y es que coincidía con la llegada de un dirigente extranjero muy apreciado por nosotros, muy estimado, muy valioso, el compañero Julius Nyerere, presidente de Tanzania (APLAUSOS), cuyo arribo a Cuba coincidía con el 28.
Tenía organizado su programa de viaje, por lo general cuando un jefe de Estado sale y visita varios países, tiene que atenerse a las fechas muy estrictamente y no le íbamos a decir, cuando iba a cumplimentar la invitación de visitar nuestro país, que lo hiciera un día después. Sin embargo, quiso la casualidad que el compañero Julius Nyerere pospusiera por otras razones un día su llegada al país —él llega mañana por la tarde; iba a llegar hoy— y entonces nosotros, que habíamos cambiado la fecha para el 27, propusimos otra vez que la fecha fuera el 28 para que se ajustara con más exactitud al día en que nacieron los Comités de Defensa.
A eso obedecen aquellas voces —no voy a decir aquellos ruidos, porque los ruidos tienen malas consecuencias (RISAS)— de que iba a ser el 27 este acto, y después se vuelve a trasladar para el 28. Esa es la causa, y nos alegramos, porque de ese modo ustedes ayer por la noche podían esperar tranquilos el 28. Si hubiéramos tenido un acto, aunque más temprano, no era tampoco la mejor hora para la teleaudiencia nacional, y creo que todo se fue arreglando de una manera satisfactoria.
El compañero Armando nos recordaba con emotivas palabras las circunstancias en que surge esta organización. Ya él explicó en detalles, no hace falta repetirlos. Tuvo la amabilidad de recordar las palabras totalmente improvisadas que se pronunciaron ese día a los acordes de aquellos ruidos, al calor de la pasión revolucionaria y de la indignación de nuestro pueblo, como tantas cosas en la historia de las revoluciones surgen de la respuesta a las acciones del enemigo. El recordó muy bien lo que llamó tres grandes ruidos: los ruidos del 28, que originaron los Comités de Defensa; los ruidos de la amenaza de invasión, que originaron las Milicias de Tropas Territoriales (APLAUSOS), ¿y cuál fue el tercer ruido, Armando? (RISAS) ¡Ah!, el ruido aquel en las embajadas, que dio lugar a las Marchas del Pueblo Combatiente.
Bueno, ha habido muchos ruidos (RISAS) que han originado muchas respuestas, porque aquellos ruidos a raíz de la supresión de la cuota azucarera ocasionaron, como respuesta, la nacionalización; en la medida en que nos iban quitando cuotas, les íbamos quitando industrias a las transnacionales yankis (APLAUSOS). Del ruido de la supresión de los suministros del petróleo, surgieron los suministros de petróleo soviético, que un papel tan decisivo han jugado en la historia de nuestro país (APLAUSOS). Al ruido del bloqueo, el ruido de nuestros vínculos con la comunidad socialista (APLAUSOS). Al ruido del bombardeo del 15 de abril, la proclamación del carácter socialista de nuestra Revolución (APLAUSOS PROLONGADOS). Al ruido de la invasión mercenaria de Girón, el ruido de la primera derrota imperialista en América Latina (APLAUSOS). Al ruido de las amenazas en otros tiempos, surgieron las milicias de obreros y campesinos (APLAUSOS). Realmente no ha habido un solo ruido imperialista sin respuesta. Al ruido de la división, la unidad de todo el pueblo y la consigna de la unión de todo el pueblo (APLAUSOS); y al ruido del anticomunismo, la proclamación del carácter marxista-leninista de la Revolución (APLAUSOS).
Así, ciertamente, no ha habido acción imperialista sin respuesta. Esa ha sido una filosofía de la Revolución, y pienso que nos ha ido muy bien: la respuesta adecuada en el momento adecuado (APLAUSOS), y no la respuesta loca, sino la respuesta lógica, inteligente, sabia; porque a veces hacen cosas provocadoras para ver qué respuesta les damos, imaginando determinada réplica y se encuentran con otra respuesta. A decir verdad, nunca acertaron, nunca aciertan y nunca acertarán (APLAUSOS).
Cuando se crearon los Comités de Defensa de la Revolución, qué lejos estábamos de imaginarnos lo que estábamos creando. Sí, sabíamos que estábamos creando un formidable, un extraordinario instrumento frente a la contrarrevolución, eso lo sabíamos, y sabíamos que la contrarrevolución en este país no podría moverse a partir de la creación de los Comités de Defensa de la Revolución; pero estábamos lejos de imaginar cuántas tareas, cuántas funciones, y cuán necesaria era esta organización, no solo para nuestra Revolución, sino para cualquier revolución. Faltaba esta organización de masas.
Había otras organizaciones de masas. Existieron históricamente los sindicatos, que con la Revolución se desarrollaron extraordinariamente.
La Revolución creó una organización de masas con las mujeres, no un comité o una organización de cuadros, sino una organización de masas.
Existían históricamente organizaciones campesinas. La Revolución desarrolló una organización campesina que agrupó prácticamente a todos los campesinos del país.
Existían también, tradicionalmente, organizaciones estudiantiles. La Revolución desarrolló las organizaciones estudiantiles, y les dio tareas y contenido hasta su máxima expresión.
Existían tradicionalmente en los países socialistas las organizaciones de pioneros. La Revolución aplicó aquella experiencia de las organizaciones de los niños y adolescentes y las desarrolló al máximo. Primero era con los niños más pequeños, hasta 6to grado, después comprendimos que era demasiado reducido el límite; cuando creaban grupos artísticos, cuando realizaban distintas actividades, cuando desarrollaban experiencias en los niños, los perdían rápidamente para la organización, apenas el niño pasaba de 6to a 7mo grado. Realmente fue una cosa sabia, podríamos decir, el haber extendido la edad de los pioneros hasta 9no grado; eso fortaleció mucho en cantidad y calidad la organización de pioneros.
Ahora, la Revolución no hizo un partido de masas, sino muy deliberadamente, y entendemos también que muy sabiamente, hicimos un partido de selección, una vanguardia; aunque hemos dicho muchas veces que nuestro pueblo es un pueblo vanguardia, y que no todos los revolucionarios están en el Partido. Podemos decir que los que están en el Partido son revolucionarios; pero hay muchas veces más revolucionarios en nuestro país que miembros del Partido (APLAUSOS).
Tampoco la Revolución creó la Unión de Jóvenes Comunistas como una organización de masas, sino también como una organización de vanguardia. Y ahora, cuando los Comités de Defensa de la Revolución cumplen 25 años, esas organizaciones de vanguardia tienen ya más de medio millón de militantes y aspirantes cada una de ellas (APLAUSOS).
¿Qué teníamos aquel 28 de septiembre de 1960? Muy poco de todo esto que he mencionado teníamos entonces. Estábamos en un proceso de integración de las organizaciones revolucionarias, de búsqueda de la unidad. Todo estaba por hacer prácticamente, todo estaba por desarrollar. Fue un momento muy oportuno, muy esencial e indispensable la creación de esta organización, cuyo objetivo fue luchar contra el enemigo; que se inspiró en la lucha frente a la contrarrevolución, ese fue su objetivo fundamental inicial. Nadie podía pensar, mientras aquellos petardos estallaban, que esta organización, que así surgió, tuviera tantas perspectivas y tantas posibilidades como se demostró después, al extremo de que no se conciben muchas de las actividades de la Revolución sin esta organización de masas.
En dos palabras: si no tuviéramos los Comités de Defensa de la Revolución, el Partido tendría que ser una organización de masas, la Juventud tendría que ser una organización de masas (APLAUSOS). No podrían ser organizaciones de vanguardia, porque, ¿cómo organizábamos las grandes masas? Sí, los campesinos estaban organizados allá en las montañas, en el campo, los estudiantes en las escuelas, los obreros estaban ya organizados en las fábricas, en los centros de trabajo. Las mujeres se organizaron, pero comprenden solo una parte de la población. ¿Quién organizaba a los vecinos? ¿Quién recogía de conjunto aquel inmenso caudal revolucionario que constituía el pueblo? Precisamente, los Comités de Defensa de la Revolución, y por eso es la organización más numerosa, porque en sus filas están los obreros, las mujeres, los campesinos, los estudiantes, los soldados, los militantes del Partido, los militantes de la Juventud; en sus filas están prácticamente todos los ciudadanos con determinados requisitos para pertenecer a los CDR.
Claro que los muchachos de los círculos no están en los CDR todavía (RISAS), y los pioneros no están todavía en los CDR, pero en los CDR están 6 398 000 ciudadanos, el 84% de los ciudadanos de 14 años en adelante. Y no están todos los revolucionarios, porque los pioneros son revolucionarios y no están en la organización, van a estar luego (APLAUSOS).
Aquí vemos caras nuevas, y no vemos muchas caras viejas, no me parece; veo joven a esta masa, entusiasta, enérgica, y esas son cualidades de la juventud (APLAUSOS). Pero, sí experimentaba una curiosidad: ¿Cuáles de ustedes estaban aquel 28 de septiembre, hace 25 años, allá, frente al viejo Palacio? Que levanten la mano (DEL PUBLICO LEVANTAN LA MANO MUCHAS PERSONAS). Bien, ¡interesante, interesante! ¿Quiénes llevan 20 años en la organización de los CDR? (DEL PUBLICO LEVANTA LA MANO UN NUMERO MAYOR) Bien.
Ahora voy a hacer la última pregunta: ¿Quiénes de los que están presentes aquí no habían nacido aquel 28 de septiembre? (DEL PUBLICO LEVANTA LA MANO UN NUMERO DE PERSONAS) ¡Muy interesante! Vemos cómo se nutre ya nuestra masa de los jóvenes. Así se va creando una tradición.
Me parece, lógicamente, que a este acto invitaron a los que tienen más tiempo, a los que tienen más historia en la organización, a los que tienen más méritos en la organización (APLAUSOS). Por eso hay tantos de aquel 28. Pero es admirable que haya una proporción relativamente alta de jóvenes que nacieron después de aquel 28 de septiembre (APLAUSOS). Es una prueba palpable de la continuidad histórica del proceso, y sé que, precisamente, uno de los propósitos del Tercer Congreso de los CDR, uno de los puntos importantes, es promover a la dirección de los CDR a jóvenes, de esos jóvenes que quizás desde los 14 años están ya militando en los CDR (APLAUSOS). Es muy alentador, y nos consuela también de la ausencia dolorosa de los que, habiendo estado en aquella época junto a nosotros, ya no están con nosotros físicamente, aunque tienen ahí el relevo, los que los sustituyen.
Vendrán, incuestionablemente otros 25 años, y se conmemorará el 50 aniversario de los CDR, de eso no tengo la más mínima duda (APLAUSOS). Pero algo más, estoy seguro, y tengo la esperanza, de que muchos de ustedes, los que estuvieron en el primer día, participen también en el cincuentenario (APLAUSOS). ¡Sí, sí!, no tiene nada de extraño; los que han visitado la Unión Soviética, los que han estado en el Smolny, se encuentran con que allí hay personas que estuvieron cuando la Revolución de Octubre, en 1917; los que van a ver el acorazado "Aurora", se encuentran con que allí hay un antiguo marino que explica cómo fueron los sucesos de aquel día glorioso de la Revolución de Octubre.
Eso, desde luego, no lo determinará el Partido, lo determinará la naturaleza, la capacidad vital de ustedes, la atención que presten a la salud, a la lucha contra el sedentarismo y la obesidad (RISAS Y APLAUSOS). Desde luego, si la medicina avanza, en la misma medida aumentarán las posibilidades de que un número mayor de ustedes esté presente en esa fecha, y de todas formas estaremos presentes todos aquí en el 50 aniversario, ¡todos! (APLAUSOS), en la obra de la Revolución, en la continuación de este esfuerzo, en los futuros integrantes de los Comités de Defensa de la Revolución, que nos estarán representando a todos (APLAUSOS).
Armando mencionó algo de las tareas realizadas en estos 25 años por los CDR. Sería difícil hacer una síntesis de 25 años; él no lo intentó, yo tampoco lo voy a intentar. El mencionó algunas cosas, yo voy a mencionar algunas, en unos casos las mismas, y tal vez otras; pero solo a grandes rasgos.
El recordaba las tareas de los Comités de Defensa en la vigilancia revolucionaria. El no dijo, tal vez me lo dejó a mí, que en las tareas de la vigilancia revolucionaria participan activamente alrededor de 200 000 cederistas. Una tarea de enorme importancia, en la que ese número participa muy activamente.
Están las guardias populares que, como él dijo, se han reducido a 36 000 cederistas por turnos —no creo que el enemigo se entusiasme por esto, porque cuando ha hecho falta ha habido 100 000 y más de 100 000 por turnos (APLAUSOS). Lo que han hecho es racionalizar el trabajo, ahorrar energía; no solo combustible, sino también energía humana: más tiempo para el estudio, más tiempo para la superación, más tiempo para el descanso. También se ha hecho con los círculos, porque con tantas organizaciones de masas como tenemos, a veces la misma persona tenía que estudiar el material como miembro del Partido, como miembro de la Federación de Mujeres Cubanas, como miembro de la Juventud, quizás como estudiante, pero, además, como cederista; además, como campesino. No solo se multiplicaba la organización, se multiplicaban las actividades de los ciudadanos, y mientras mayor era la cantidad de filiaciones, más trabajo.
Recordamos muchas veces oír hablar en el Ministerio de Educación y en otros organismos también, de todo lo que tenían que hacer los maestros, sobre todo, el maestro militante del Partido, de la Federación de Mujeres, además si era mujer, del sindicato, de los CDR. Y, luego, el maestro o la maestra que tenía que cumplir con la metodología del Ministerio de Educación y llenar todos los papales que hay que llenar, realizar bien las pruebas, para hacerlas con calidad, la emulación, etcétera, etcétera. Decían: los maestros no tienen tiempo ni para respirar. Eso fue motivo de muchas discusiones, de ideas, para lograr racionalizar eso, y que se fuera, en lo posible, a un círculo y no se participara en varios círculos sobre el mismo tema. No sé cuánto habremos avanzado en eso, ustedes los del CDR deben saberlo mejor que yo, porque a la verdad que tengo que reprocharme que no he ido a ningún círculo de los CDR (RISAS) Muchas veces el culpable de esos círculos soy yo, porque mandan un material de un discurso, de un pronunciamiento o algo, aunque sería bueno que me lo estudiara yo también, para hacerme algunas autocríticas cuando sean justificadas (RISAS Y APLAUSOS).
Lo mismo se ha hecho con las guardias, se han racionalizado. Armado mencionó los Destacamentos Mirando al Mar, que han jugado un papel también importante. No mencionó las Brigadas de Apoyo —me parece— que tanto han ayudado con tareas especiales, a las cuales tengo entendido que pertenecen 27 000 compañeros; Brigadas que surgieron como apoyo al Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes (APLAUSOS).
Están los Activos de vigilancia; en fin, una serie de actividades relacionadas con la vigilancia revolucionaria y la lucha contra el delito, contra las actividades antisociales; de modo que el primer objetivo de la creación de los Comités de Defensa de la Revolución, la vigilancia revolucionaria se cumple cabalmente.
Al disminuir el número de contrarrevolucionarios, al resultar derrotada totalmente la contrarrevolución, lógicamente, disminuía el número de enemigos y la actividad en ese campo; una parte importante de esos enemigos emigró, y los Comités de Defensa dijeron: ¡Solavaya! (RISAS). Nosotros dijimos: ¡No, no, no, solos no, sino que se vayan todos los que pertenecen a la misma categoría! (APLAUSOS) Se fue desbrozando el campo, el número de confundidos disminuyó; se fue desarrollando la conciencia revolucionaria, uno de los factores fundamentales por los cuales se fue consolidando la Revolución; las masas se organizaron en todos los sectores, no solo en los Comités; la fuerza se multiplicó y, entonces, ya se vieron otras perspectivas: los Comités luchando además contra el delito, contra las actividades antisociales. Recuerden con cuántas cosas tuvo que luchar la Revolución: tuvo que luchar contra el juego, luchar contra vicios, como el consumo de drogas, que nunca llegó a tener un gran nivel, pero existía; luchó para erradicar de una manera razonable y humana aquella lacra de la prostitución que nos dejó el capitalismo en nuestro país, y aun luchamos contra manifestaciones antisociales que existen y que nos obligarán a luchar durante muchos años, pero no tenemos que desanimarnos, si poseemos y contamos con las organizaciones con que contamos.
Los Comités de Defensa trabajaron en la educación política del pueblo. Se mencionaron los círculos anteriormente, 75 000 círculos promedio para el estudio de cada material en los Comités de Defensa de la Revolución. Armando recientemente nos recordaba que el primer círculo que estudiaron los Comités de Defensa fue la Segunda Declaración de La Habana, en el año 1961 (APLAUSOS).
Desarrollaron escuelas de cuadros, con sus altas y bajas, hasta que ya la escuela "Lázaro González", hace varios años, un buen número de años, se estabilizó, y en esas escuelas de cuadros se han formado miles de cuadros de los CDR. No vamos a preguntar, pero estoy seguro de que muchos de ustedes han pasado por esas escuelas de cuadros, sobre todo, muchos de los que están por acá por la presidencia; no estoy pensando en los viceministros, no, estoy pensando en la dirección de los Comités de Defensa de la Revolución. Aquí se mezclan dirigentes obreros, y es seguro que los dirigentes obreros no han pasado por las escuelas de los Comités de Defensa, porque ellos tienen sus escuelas también; pero pueden prestarnos algún cuadro, o les podemos prestar algún cuadro, si lo necesitan. Seguramente que eso ha ocurrido más de una vez, que otras organizaciones, el propio Partido, y el Poder Popular les hayan pedido cuadros a los Comités de Defensa de la Revolución, ¿es o no es verdad? (EXCLAMACIONES DE: "¡Sí!")
Los Comités de Defensa han trabajado mucho en la educación del pueblo, en la divulgación de las ideas revolucionarias, ejerciendo una propaganda muy efectiva, que es la propaganda directa, el trabajo directo con la población, o utilizando medios y recursos locales para la divulgación de las ideas revolucionarias.
Los Comités de Defensa han trabajado mucho también en una actividad como lo es la investigación y la divulgación de la historia de nuestro país, a través de miles de equipos de historia que han realizado decenas de miles de ponencias. Creo que son más de 60 000 ponencias las que han presentado los equipos de historia, gracias a lo cual la población va descubriendo su historia, no solo la de su patria, sino, incluso, la de su municipalidad, los valores que antes nadie recordaba, que antes nadie tenía en cuenta.
Los Comités de Defensa han trabajado no solo en la educación política de la población, sino en apoyo de la educación general, como mencionaba Armando, a través de múltiples actividades, entre ellas el Movimiento de Padres Ejemplares, que alcanza una cifra cercana a 1 700 000, y que han ayudado muchísimo al desarrollo de la educación en nuestro país, con las Escuelas Populares de Padres —creo que se llaman así—, a las que dicen que asisten alrededor de 4 millones; para ser 4 millones me imagino que las tías también asistan y en algunas ocasiones las abuelas, ¿verdad? Es un número alto el de padres ejemplares, 1 700 000; y los que participan en las Escuelas Populares de Padres, 4 millones, que es una cifra respetable.
Los Comités de Defensa, como recordó Armando, habían participado en la organización de la Campaña de Alfabetización y en las listas de los analfabetos. Después participaron en la Campaña de Seguimiento. Han trabajado no solo en la educación general; han trabajado en la promoción del deporte, a través de los Consejos Deportivos, a través del movimiento de la práctica masiva del deporte. Y si el trabajo en esa esfera marcha bien, aumentan las posibilidades de que hablamos antes, de que haya muchos de ustedes en el 50 aniversario, con estas pruebas de aptitud física, con esas campañas de caminar, correr, de hacer ejercicios, que realmente ofrecen posibilidades muy grandes.
Desde nuestro punto de vista, ya los índices de salud solo mejorarán fundamentalmente por esa vía, ya no será la terapéutica o serán solo las vacunas; aunque todavía en este terreno se puede avanzar, todavía nosotros podemos hacer más —y lo estamos haciendo, pienso que lo lograremos— por reducir la mortalidad infantil, bajarla de 15 por 1 000 nacidos vivos, aunque este año se sabe que va a subir un poquito, desgraciadamente, pero aspiramos, mediante distintos programas, a irla reduciendo hasta colocarla entre las más bajas del mundo. Es decir, todavía hay un margen, pero no es lo mismo reducir ese índice de 70 a 15, que reducirlo de 15 a 10. Hay países que tienen 100 y más de 100; en Cuba no se sabe, un cálculo conservador habla de 60, pero hay un gran trecho de 60 a 15. Hay un potencial de vidas que podían ser salvadas y hoy se salvan, pero ya el potencial es más pequeño, si se logra reducir de 15 a 10, a 9, a 8 tal vez algún día. Todo esto del diagnóstico precoz con la genética prenatal, puede evitar nacimientos con defectos congénitos que están condenados al fallecimiento; en fin, por distintas vías, por la cirugía cardiovascular infantil.
Les advierto que no estoy estudiando medicina. Ya me he encontrado a dos o tres estudiantes que me han expresado: "Dicen que usted está estudiando medicina y está por el 4to año" (RISAS). Ya quisiera yo haber estudiado medicina. Digo: ¡Qué buen concepto tienen de mí estos estudiantes!, porque se imaginan que con todo el trabajo que tengo, con todos los papeles, libros y materiales de todas clases que tengo que leer, con todas las reuniones y todas las personas que tengo que recibir, todavía me queda tiempo para estar en 4to año de medicina (RISAS). Sin duda me sobrestiman. La verdad es que la medicina es una carrera dura, nadie vaya a pensar que eso es en los últimos días, que de memoria se aprende la materia y se aprueba; no es así, es una carrera dura. Pero, bueno, algunas cosas de la medicina se me pegan, sobre todo por los programas de salud que la Revolución va desarrollando y por los cuales siento particular interés, entre ellos, por ejemplo, el servicio de cirugía cardiovascular infantil, un programa que se va desarrollando rápidamente, se están haciendo las construcciones, se está preparando personal, creo que debe reducir algunos puntos también de la mortalidad infantil en el primer año. Muchos de esos casos se atienden en el extranjero, pero no se detectan rápidamente y a tiempo todos los casos que pueda haber en el país, como se hará en el futuro, resolviéndose además en nuestra propia patria.
También en la salud de los adultos muchas cosas ayudan, todas esas pruebas citológicas, toda la medicina preventiva, las campañas masivas de vacunación, todo eso ayuda. Pero en el futuro las perspectivas hay que buscarlas más en lo preventivo, en eliminar aquellos factores que reducen las posibilidades de vida.
Se dice que el potencial humano es de 120 años, se dice que ese es el potencial humano de vida, pero muy pocos han llegado a esta edad. Hay unos cuantos cientos de centenarios en nuestro país, no sé si ustedes lo saben, y el número de personas que tiene más de 90 años, más de 80 años aumenta, afortunadamente va aumentando en nuestro país, como resultado de la mejoría de los servicios médicos. Todavía a través de los servicios médicos, de la mejoría de los servicios médicos, de las técnicas y de nuevos medicamentos, se puede hacer bastante, sobre todo en las personas adultas.
Pienso que técnicas nuevas van a combatir enfermedades que hasta ahora no tenían remedio, pero sin duda que lo que en el futuro elevará la perspectiva de vida será la lucha contra los elementos que acortan la vida. Ya estamos con una perspectiva de 72 ó 73 años, y me parece que en todas estas campañas todos tenemos que poner algo y hacer algunos sacrificios para llevarlas a cabo —cuando hablo de esto hablo de la fuma también, hablo de eso—: tendremos todavía que hacer contribuciones y sacrificio de hábitos personales a la lucha contra todos los factores que afectan la salud y la vida. Por eso tienen tanta importancia esas campañas, que ustedes las pueden llamar de cultura física y deportivas, pero estoy convencido de que las campañas que hacen ustedes en favor del deporte y de la educación física son campañas médicas, que van a prolongar la vida. Y cuando ya nuestro país se enfrasque no solo en la terapéutica, o vaya un paso más allá en la medicina preventiva, los Comités de Defensa tendrán que jugar un papel muy importante.
Ahora, recuerden que ustedes van a tener en los próximos años el médico de la familia, con un concepto nuevo: Se llama médico de la familia, pero el concepto es totalmente nuevo. Este año se incorporan 500, y sé, tengo noticias frescas del trabajo de esos médicos, las cosas que hacen, que han puesto a caminar a los viejos, a correr a los gordos (RISAS), porque muchas personas cuando tenían cierta edad —lo han contado ellos—, que el día que cumplieron por ejemplo 70 años se sentaron, no caminaron más, y resulta esencial caminar y los pusieron a caminar. Ellos mantienen una vigilancia especial sobre todos los casos de riesgo. Gracias a ellos tenemos estadísticas excelentes y muy útiles: cuántos casos de diabetes, cuántos casos de problemas cardíacos, cuántos casos de presión arterial, todos esos casos los van estudiando y atendiendo de cerca, porque ellos tienen el expediente de cada una de las personas que atienden. Ese plan no hace mucho que comenzó, pero este año se le incorporan 500 nuevos médicos, en los próximos meses, y el año que viene pensamos que 1 500.
El trabajo que hacen esos médicos tiene una gran importancia, sé que incluso hasta en prevención social, a algunos muchachos medio indisciplinados los han puesto a hacer deporte, los han organizado. Es decir, va a ayudar en la prevención contra el delito, va a ayudar en la lucha contra factores que inciden en que después surjan muchachos delincuentes. Ellos saben dónde y cómo vive el paciente, porque el que está en el policlínico o en el hospital no sabe dónde vive, cómo vive una familia, una persona, un paciente; los que están allí en la base, esos son los comités de defensa de la salud, que van a estar muy asociados con ustedes, porque están organizados de acuerdo a como están organizados los Comités de Defensa de la Revolución. Ya quisiera yo ver lo que puede producir en un futuro la asociación de estos 20 000 médicos —que van a ser, además, especialistas en medicina general integral—, y la asociación de su trabajo con los Comités de Defensa de la Revolución allí en la comunidad. Creo que los resultados que se pueden esperar de ese trabajo son asombrosos.
Los Comités de Defensa, igual que la Federación de Mujeres, empezaron con trabajadores sanitarios. Piénsese todo lo que se puede multiplicar ese esfuerzo, lo que puede producir ese esfuerzo con la presencia allí de un médico y una enfermera por cada 500, 600 ó 700 personas. Creo que en esa área, aunque hemos estado hablando de deportes, se mezcla el esfuerzo en el deporte y en la educación física con las campañas de salud. Eso pertenece a dos campos, no al deporte solo, pertenece también a la salud.
Los Comités de Defensa han trabajado en apoyo del movimiento cultural —y han avanzando—, en apoyo del movimiento de aficionados, descubriendo y desarrollando posibilidades artísticas de la población, el arte popular y el movimiento de aficionados.
Los Comités de Defensa de la Revolución —y paso al otro campo—, en la esfera de la medicina han trabajado extraordinariamente, han ayudado mucho. Armando recordaba el número de vacunas contra la poliomielitis que se aplicaron desde 1962, habló creo que de 36 millones. Bueno, cómo se hubiera podido hacer esa campaña total, absoluta, que cubriera toda la población, sin la organización de los CDR; cómo se hubieran podido hacer las otras campañas de vacunación sin el apoyo de esta organización, que, como decía hace un rato hablando del deporte, está llamada a jugar, a mi juicio, un papel más importante en la salud del futuro.
Los Comités empezaron esa campaña en 1962, que también fue el año en que se iniciaron las donaciones voluntarias de sangre, las primeras 8 000 donaciones; ahora —como explicó Armando— son 235 000 donaciones voluntarias al año (APLAUSOS). Pero más importante fue el hábito que crearon en la población, la conciencia que crearon en la población para cuando surgiera una situación especial, como se dio en el caso de Perú, cuando nuestro pueblo hizo 100 000 donaciones en 10 días, para ayudar a las víctimas del terremoto en ese país hermano, ¡cien mil en diez días! Demuestra que hay un potencial para responder de una situación, como pudo ser ahora la situación de México. Efectivamente, nosotros mandamos cantidades de plasma, lo que ocurre es que realmente aunque el número de víctimas fatales ha sido grande, también el número de heridos, pero con la colaboración de la población mexicana, que tiene 75 millones de habitantes, pudieron responder a las necesidades. Por eso, aunque se presentó mucha gente espontáneamente a ofrecer sangre ellos no requirieron de cantidades grandes de plasma o de sangre.
En Perú el número de víctimas fue mucho mayor, alrededor de 70 000 muertos, si mal no recuerdo; fue mayor el número de muertos que el número de heridos, muchos desaparecieron, porque fueron desprendimientos de tierra que aplastaron ciudades enteras. Pero requirieron de todas formas más ayuda en sangre.
México es un país que tiene recursos naturales y recursos económicos, y ellos han enfrentado lo más posible. Han estado muy agradecidos por todas las ofertas que se les han hecho de todo, muy reconocidos por eso, pero, lógicamente, no iban a pedir lo que no necesitaban, aunque todo el mundo —entre ellos nuestro país— ofreció el máximo, todo lo que fuera necesario y posible. En una situación como esta, si hacen falta 200 000 donaciones, yo estoy seguro de que el pueblo da las 200 000 donaciones en 10 días, 15 días, 20 días, no tengo la menor duda (APLAUSOS). Difícilmente haya otro país con esa educación y difícilmente haya otro país con esa vocación de solidaridad que tiene nuestro pueblo, que ante cualquier circunstancia está siempre presto a expresar su generosidad y su solidaridad.
Las donaciones crecen por año sin esfuerzos especiales; es decir, tenemos lo que vamos necesitando, la población lo ofrece.
Armando no mencionó —aunque sí está en los datos sobre las cosas realizadas por los Comités— la campaña de las donaciones de órganos y tejidos, que tiene una gran importancia porque puede salvar una vista, puede salvar una vida. Más de 4 080 000 cederistas formularon su disposición, en caso de muerte súbita, de donar órganos y tejidos (APLAUSOS). Eso también es un paso de avance muy grande en la conciencia de nuestro pueblo, porque se trata de salvar una vida, de preservar una vida, de hacer un bien, sin ocasionar un mal a nadie. Desde luego, en estos temas tan sensibles, tan delicados, se necesita una conciencia y nuestro pueblo ha dado pruebas de esa conciencia.
Recuerdo que una vez se habló de una ley, y nosotros dijimos: ley no, de ninguna forma. Estos problemas no se pueden resolver mediante leyes, muchas cosas no se pueden resolver mediante leyes; en cambio se resuelven de acuerdo con la disposición de la gente, la voluntad de la gente, el deseo de la gente, persuadiendo a la gente. No es lo mismo establecer una ley y que alguien tenga que donar o la familia tenga que aceptar en virtud de una ley, que cuando es voluntario, cuando se hace de manera espontánea y voluntaria. La Revolución resuelve muchos problemas no mediante leyes, sino mediante la actitud y la disposición del pueblo. Están las campañas sanitarias, las consultas individuales, todo eso que se ha realizado en el campo de la salud.
Se mencionó también lo que habían hecho los CDR en el campo del ahorro, que se expresó en la recogida de cantidades enormes de recipientes de vidrio, toneladas de papel, que van otra vez a la fábrica y se utilizan como materia prima, aluminio, metales, chatarra, cuanta cosa pueda ser útil y que se pudiera perder, los Comités de Defensa han trabajado para recuperarla y esa actividad ha significado cantidades importantes para la economía.
El compañero Armando habló también del trabajo voluntario, las actividades realizadas de apoyo a las construcciones que fueron muchas. Según un dato, los Comités de Defensa han participado —Armando habló de horas de trabajo—, en alrededor de 10 000 obras: arreglo de calles, aceras, ayudas en escuelas, mantenimiento a escuelas, construcciones sociales y económicas de distintos tipos. El mencionó el estadio de La Habana. Recuerdo que así se empezó a hacer también el estadio de Cienfuegos, con la colaboración de los Comités de Defensa de la Revolución.
Ahora mismo se ha estado construyendo un prototipo de consulta con vivienda arriba para el médico de la familia. Se hicieron tres en el reparto Lawton, en La Habana y los vecinos ayudaron muchísimo. Yo quiero que ustedes sepan que algunos de los prototipos se construyeron en 15 días y otros se construyeron en 10 días, terminaditos, no solo con el esfuerzo de los constructores, sino con la ayuda de los vecinos. Es seguro que allí estaban los Comités de Defensa, ayudando a construir el prototipo de consulta con vivienda arriba.
En el trabajo voluntario, también han participado en el arreglo de las ciudades, embellecimiento de las ciudades, siembra de árboles ornamentales. Han trabajado también en la limpia de obstáculos para la mecanización de la caña, a veces en la siembra de caña y otras actividades; pero, sobre todo, en la limpia de obstáculos, creo que los Comités de Defensa de la Revolución trabajaron en más de 50 000 caballerías. Tiene una enorme importancia, porque para poder mecanizar la caña, en muchos lugares hay obstáculos: piedras, palos, de todo, y hay que quitarlos.
Son algunos de los ejemplos del esfuerzo que realizan en otras esferas que no es la vigilancia revolucionaria los Comités de Defensa de la Revolución.
Y muy importante, por eso digo que esta organización tiende a perdurar. Si hablamos de que hay que mejorar la salud de la población —toda la vida tendremos que estar luchando, en cualquier sociedad, por mejorar la salud de la población— ahí tienen una tarea los Comités de Defensa.
Pero ahora la necesidad de los Comités de Defensa se ha realizado con las medidas adoptadas por el país en el campo de la defensa frente a las amenazas de agresión imperialista, ese gran ruido que armaron los imperialistas con sus amenazas y que nos obligaron a nosotros a multiplicar nuestro esfuerzo en la defensa, a desarrollar concepciones nuevas y aplicarlas, a desarrollar el concepto de la guerra de todo el pueblo y que requirió de nuestro país un enorme esfuerzo material y humano. ¿Cuánto habría costado este esfuerzo sin la colaboración popular? Los Comités de Defensa ya venían participando en el apoyo de las organizaciones de masas y de las masas a las actividades de la defensa, siempre participaron en la despedida de los muchachos que iban para el Servicio, en la preparación previa de los muchachos que iban a cumplir el Servicio, o recibiendo a los que habían cumplido misiones internacionalistas.
A raíz de esta nueva situación y dentro del concepto de la guerra de todo el pueblo, es decir, la defensa del país por todo el pueblo, junto a las Fuerzas Armadas Revolucionarias, determinó una participación muy importante de los Comités de Defensa en la preparación mental y política del pueblo, en la preparación del pueblo para todas las actividades de defensa civil, y para la defensa y la lucha frente al invasor, en la organización de la zona de defensa, en la construcción de refugios para proteger a la población, en la construcción de fortificaciones. Es muy amplia la colaboración prestada en este campo por los Comités de Defensa de la Revolución.
Cuando hubo que luchar no ya con la contrarrevolución —aunque siempre debemos estar con la guardia en alto—, cuando se trataba de luchar contra los riesgos de una invasión imperialista a nuestra patria, los Comités de Defensa dieron su respuesta, demostraron su capacidad y demostraron la enorme importancia de esta organización.
Los Comités de Defensa han participado en las movilizaciones. ¿Cómo habríamos podido concebir aquellas grandes movilizaciones, aquellas Marchas del Pueblo Combatiente, las movilizaciones cuando hemos tenido visitantes distinguidos en nuestro país, sin los Comités de Defensa de la Revolución? (APLAUSOS) Aunque también en este terreno se han reducido las movilizaciones, puesto que antes nos visitaban algunos jefes de Estado, ahora nos visitan muchos o pueden ser muchos en breve tiempo; y aquellas movilizaciones cuando se trazaba un recorrido, eran grandes, eran costosas y, dentro de nuestra política de austeridad y de ahorro, pues teníamos también que cambiar aquella concepción de los recibimientos masivos en la ciudad. Ahora, cuando se trata de una ciudad más pequeña sí se hacen los recibimientos, o en la Isla de la Juventud.
Y a propósito de la Isla de la Juventud, teníamos recientemente un visitante; pero, por alguna razón, no le avisaron al público, habían hecho un programa tan austero que ni le avisaron al público en la Isla de la Juventud. Recuerdo que me encuentro con el compañero del Partido en el aeropuerto, iba yo con el visitante, fuimos al antiguo Presidio Modelo —que de modelo no tenía nada— a visitar allí algunos lugares históricos, y le pregunto al compañero del Partido, a Manresa, si el pueblo estaba esperando al visitante, y dice: No. Digo: "¿Habrá tiempo de avisarle?" Dice: "Sí". Tardó tres cuartos de hora aproximadamente entre el momento de esta conversación y el momento en que el visitante iba a cruzar por allí, y cuando llegamos había tanta gente como nunca, en la Isla de la Juventud, en Nueva Gerona, ¡es increíble! (APLAUSOS)
Eso es un milagro de movilización y de organización. ¿Cómo se logra? ¿Cómo podría hacerlo el Partido? No tiene los mecanismos; tiene la organización de los militantes, la dirección, pero la organización que puede movilizar a todos los vecinos rápidamente, en tres cuartos de hora, son los Comités de Defensa de la Revolución (APLAUSOS). Ha sido enorme la importancia del trabajo en este sentido.
También Armando se refirió a las actividades internacionales, puesto que cientos de cuadros de otros países se han formado en la Escuela Nacional de Cuadros de los CDR. Estoy seguro de que dondequiera que haya un cambio social, una revolución, allá van a estar los CDR de ese país, llámense como se llamen; muchos les ponen otro nombre, pero es más o menos la misma institución, creada con el mismo principio, es la misma idea: organizar las masas para defender la revolución.
Ahora bien, los Comités de Defensa han hecho, sobre todo, un trabajo político y todo eso que hacen tiene un gran sentido político, porque no es una institución del Estado, no es una institución administrativa. Todo ese esfuerzo en la educación del pueblo, en la formación de conciencia, en la formación de hábitos, en la preparación del pueblo para cualquier contingencia, para cualquier circunstancia, para cualquier riesgo, es lo que nos da una fuerza revolucionaria tremenda, por lo que podemos decir que el trabajo de los CDR ha sido un trabajo eminentemente político y ha sido un trabajo en realidad insustituible; no vemos de qué otra forma se hubiera podido hacer sin los CDR. Y existirán siempre. No veo la circunstancia en que tengan que dejar de existir, cuando analizamos todo lo que han hecho y todo lo que hacen. No es una organización transitoria ni mucho menos. Cuando el imperialismo no exista, cuando el socialismo sea el tipo de sociedad predominante, siempre habrá que luchar por educar cada vez mejor al ciudadano, a los niños, a los padres; siempre habrá que luchar contra problemas; siempre habrá que luchar por la salud del pueblo; siempre habrá que luchar por muchas de las cosas por las cuales ustedes luchan hoy, y no veo que haya nada que pueda sustituir a esa organización de la comunidad, a esa organización de los vecinos. Por eso, realmente, aquella respuesta del 28 de septiembre de 1960, provocada por el enemigo, nos hace pensar en algo que tenemos que agradecerle al enemigo, porque al enemigo hay que agradecerle sus estupideces (APLAUSOS). Las estupideces del enemigo nos han ayudado mucho; sobre todo, nos han ayudado no solo a encontrar buenas respuestas a las estupideces, sino a tratar de evitar por nuestra cuenta las estupideces. Se las regalamos todas al enemigo, que sea él el que las cometa todas, no queremos emular con el imperialismo en eso.
Tiene lugar este 25 aniversario en un momento muy importante, cuando estamos próximos al Tercer Congreso del Partido. Tiene lugar en el momento en que nuestro país se esfuerza de manera extraordinaria, no solo en la preparación de todo el pueblo para la defensa, sino en la lucha por el desarrollo, conforme a las ideas básicas que se expusieron a fines del año pasado; en que el pueblo está empeñado en llevar a cabo un programa de ahorro, en elevar la eficiencia, en impulsar el desarrollo económico y social con empleo óptimo de los recursos, priorizando el esfuerzo en el campo de la economía, y dentro del campo de la economía en aquellas actividades priorizadas.
Nuestro país ha hecho este año un enorme esfuerzo, creo que es un esfuerzo digno del Tercer Congreso y un esfuerzo digno de este 25 aniversario de los CDR, esfuerzo que deberemos proseguir en los años futuros, si queremos seguir cosechando éxitos y victorias.
Nos enfrentamos ahora con algunas dificultades de tipo natural. Como ustedes saben, hemos tenido una sequía fuerte desde fines del pasado año, durante los ocho primeros meses llovió muy poco, las lluvias estaban muy por debajo de los promedios históricos, y eso, desde luego, afectó nuestras producciones agrícolas, la producción de leche en cierta medida, la producción de viandas y vegetales, sobre todo la producción de viandas; afectó la producción ganadera en cierto grado también, la producción de café, y en general casi todas las producciones agrícolas. Afecta la próxima cosecha de caña en un 12%, según los cálculos; es decir, en el año 1986 tendremos un 12% menos de caña que lo planificado, puesto que no llovió en todo el período de zafra; eso ayudó en cierto sentido en la zafra de este año, a veces ha llovido demasiado en los períodos de zafra y ha bajado el rendimiento de azúcar, esta vez no llovió en el período de zafra y contribuyó en cierta forma al cumplimiento del plan; se molió menos caña, pero produjo más azúcar, las afectaciones en la caña se recuperaron por la vía de los rendimientos.
Durante esos meses no llovió. La primavera fue seca; empezó a llover algo en el mes de agosto; mayo, junio y julio fueron secos. Esto se ha manifestado en los suministros de agua en la capital, que no se han recuperado de la intensa sequía; tenemos esperanzas de que con las lluvias de octubre y algunas de noviembre recuperemos algo, porque empezamos otro período normal de seca sin haberse recuperado las reservas de agua de la capital.
Esta sequía afectará nuestra cosecha de caña, nuestra zafra, repito, en alrededor de un 12% de lo planificado. Pero, a pesar de todo, la economía creció el pasado año 1984, crece este año, y crecerá en el año 1986, a pesar de esa disminución en la producción de caña de azúcar y a pesar de esas afectaciones en la agricultura. Tal circunstancia nos obliga a un esfuerzo más esmerado aún, más tenaz y eficiente.
Hemos visto una serie de obras que avanzan. Recientemente estuvimos por Cienfuegos. Es impresionante aquella construcción de la atomoeléctrica; es un motivo de orgullo ver lo que nuestros trabajadores son capaces ya de construir, aquella difícil, compleja y colosal obra. Según las noticias que tenemos, marchan también las construcciones en las zonas mineras del norte de Oriente, estas son las dos obras más grandes que llevamos a cabo en la actualidad, junto a muchas otras de diversa magnitud. Recientemente estuvimos de visita en un centro de investigación científica de ingeniería genética y biotecnología en construcción, muy importante, y el ritmo de trabajo marcha allí a paso rápido, acelerado; estará terminado, según todos los pronósticos y según estaba programado, para el 30 de junio de 1986; será un centro de gran importancia para la economía, y no solo para la economía, sino también para la salud del pueblo; se está preparando con esmero el personal que allí laborará.
Es decir, se está haciendo un esfuerzo muy serio, esfuerzo que debemos continuar en los años futuros, esfuerzo por la calidad, puesto que no se trata de extender ya servicios de educación, o de salud, que están extendidos a todas partes, sino de mejorar la calidad en todo, lo cual dependerá fundamentalmente de nuestros esfuerzos.
Se cumple este 25 aniversario en un momento internacional difícil, aunque no exento de esperanzas. Muy difícil, sí, porque o hay racionalidad, o hay distensión, o se desata la carrera armamentista con todo su furor —o prosigue, porque ya está desatada, gastándose sumas cada vez mayores de dinero, en medio de una gran crisis económica internacional—; o se encuentran soluciones racionales de distensión, que den lugar al cese de la carrera armamentista y la esperanza de resolver estos problemas económicos, o se marcha por el borde de la catástrofe.
Tienen una enorme importancia las próximas conversaciones entre los dirigentes de la Unión Soviética y de Estados Unidos; aunque son pocas, realmente —a la luz de las informaciones que se reciben—, las perspectivas de una política más racional y más realista por parte de Estados Unidos. No obstante, es difícil que no vean el abismo donde están situados en el terreno económico, con su enorme déficit presupuestario, su enorme déficit comercial, que juntos alcanzarán este año 350 000 millones de dólares.
Ahora, para que vean ustedes la situación económica de ese país y las consecuencias que pueden tener estos despilfarros en la carrera armamentista, baste decir que Estados Unidos importa 350 000 millones de dólares y exporta solo alrededor de 200 000; está recibiendo 150 000 millones de dólares de importaciones, que no son compensadas por las exportaciones de ese país; está consumiendo 150 000 millones de dólares más que lo que exporta. Naturalmente, eso va a tener consecuencias desastrosas para la economía de ese país. La guerra de las galaxias y la carrera armamentista es cada día una locura más evidente, como es una realidad evidente para todo el mundo la catástrofe que está viviendo el Tercer Mundo, la catástrofe que como parte del Tercer Mundo vive América Latina, y la situación explosiva que se va creando en todos esos países.
Una gran parte de nuestro tiempo este año lo hemos dedicado a esa tarea, a esa denuncia, a esa posición; en solo dos meses tuvimos cinco reuniones y en cuatro meses siete reuniones internacionales, de las cuales ustedes han sido testigos, en las que han tenido oportunidad de escuchar la tragedia que se cierne sobre todos esos países: la cifra de desempleados, la increíble cifra de 110 millones de desempleados y subempleados en América Latina, las cifras crecientes de niños que mueren en el primer año de vida, las cifras cada vez peores de hambre, desnutrición.
No son inventos nuestros. Aquí, los representantes de los latinoamericanos, sean mujeres, sean periodistas, sean obreros, sean economistas, sean personalidades intelectuales o políticas, sean jóvenes o sean estudiantes, desde el intelectual hasta los representantes de comunidades indígenas, laicos y religiosos, todo el mundo ha expresado la tragedia que se cierne sobre esos países.
Hace 25 años, cuando veníamos de Naciones Unidas, donde precisamente denunciamos la situación de la América Latina, se estaba gestando en la mente de algunos dirigentes norteamericanos aquel señuelo de la Alianza para el Progreso, que era lo que iba a resolver los problemas de América Latina: la del analfabetismo, la del desempleo, la del hambre, la de la insalubridad. Para justificar la necesidad de liquidar aquella maldita revolución que había surgido en una islita del Caribe, para aplastarla, para encontrar apoyo a sus planes de invasiones mercenarias y de invasiones directas, se inventó la Alianza para el Progreso. Prometían 20 000 millones en 10 ó 15 años para resolver los problemas de este hemisferio, y ahora la América Latina está dando, solo en efectivo, más de 40 000 millones, y está perdiendo, por virtud del deterioro de los precios, más de 20 000 millones; está entregando más de 70 000 millones e ingresa, por algunos préstamos y algunas inversiones, alrededor de 10 000 millones.
Entonces hablaban de aquella Alianza para el Progreso. Nosotros todavía no habíamos hecho la campaña de alfabetización, no habíamos resuelto los problemas de mortalidad infantil, no habíamos resuelto los problemas del desempleo, de la prostitución y la pobreza; en general no los habíamos resuelto todavía en el año 1960, apenas había transcurrido un año y medio de la Revolución, estaba por ver. Sin embargo, ¿qué dio la Alianza para el Progreso? ¿Cuántos niños se mueren hoy?, ¿cuántos analfabetos hay?, ¿cuánto desempleo?, ¿cuántos desnutridos?, ¿cuántos hambrientos? ¿Qué ha resuelto ese modelo imperialista, capitalista, para los países de América Latina? Nada en absoluto, lo ha empeorado todo y, además, estos países deben 360 000 millones de dólares. Están saqueando a esos pueblos miserablemente, despiadadamente.
En cambio, en nuestro país, quién lo puede negar, empezando a los pocos meses de la creación de los Comités de Defensa, tuvo lugar la campaña contra el analfabetismo, 100 000 alfabetizadores jóvenes se movilizaron, más los maestros y los adultos que se incorporaron; se liquidó el analfabetismo, vino después la campaña de seguimiento, la educación obrero campesina, que ha dado lugar a tantos graduados en estos años, a que nuestros trabajadores tienen ya aproximadamente un mínimo de 9no grado. ¿Qué otro país puede hablar de eso?, ¿cuál puede decir que haya reducido, de más de 60, a 15 los índices de la mortalidad infantil?, ¿que haya elevado las perspectivas de vida de alrededor de cincuenta y tantos —nadie sabe, no había ni estadísticas— a un nivel tan alto como el de Estados Unidos? De modo que hoy tenemos índices de salud similares a los de Estados Unidos, en algunas cosas mejores: índices de educación superiores a los de Estados Unidos (APLAUSOS). Estados Unidos tiene, entre analfabetos y semianalfabetos, más de 70 millones, ocupa el lugar 48 del mundo en educación.
Los problemas de desempleo que teníamos, aquel azote de nuestro país han desaparecido; podemos tener excedentes en algunas áreas, pero no es porque falte trabajo, sino por el tipo de trabajo; nos faltan brazos en muchas partes del país, y la misma Ciudad de La Habana es una prueba, aquí necesitamos muchos más obreros de la construcción y tenemos que traerlos de las provincias orientales; en Cienfuegos hay miles y miles de trabajadores procedentes de otros lugares, porque no le alcanza la fuerza de trabajo, a muchas provincias no les alcanza la fuerza de trabajo y el país tiene que movilizar de un área a otra. Antes aquí en Ciudad de La Habana se abría una obra y se presentaba una cola enorme de gente buscando trabajo en la construcción, que era un trabajo, además, bastante despreciado y maltratado; hoy el trabajo de la construcción es uno de los trabajos más honorables que hay en nuestro país y de los más apreciados por todo el pueblo y no alcanza la fuerza de trabajo.
Cuando yo pregunto a algunos visitantes, en especial norteamericanos: dígame, ¿cuántos prostíbulos hay en Cuba?, y no me pueden decir que hay un solo prostíbulo; ¿cuántos casinos hay en Cuba?, ningún casino; ¿cuántos niños descalzos y limosneros hay en Cuba?, ¿cuántos pordioseros usted puede ver por las calles de nuestra ciudad?, ¿cuántos niños sin escuelas y cuántos enfermos sin médicos ni medicinas? ¿Cuántos millonarios, cuántos ladrones enriquecidos con el tesoro público, cuánto dinero fugado del país para ir a parar a los bancos extranjeros?
Le hacemos una pregunta, 10 preguntas, 30 preguntas y no hay comparación posible con este país, al que hace 25 años estaban tratando de desestabilizar poniéndole bombas para que no hiciera la Revolución, que todavía no se proclamaba como Revolución Socialista. ¿Pero por qué somos socialistas y por qué nuestra Revolución se proclamó aquel 16 de abril como Revolución Socialista? Es que no hay ningún otro proceso político social en el mundo de hoy que pueda llamarse revolución si no suprime la explotación del hombre por el hombre, si no construye el socialismo (APLAUSOS).
Cómo puede hablarse de revolución, si no se pone fin al dominio de las transnacionales, de las inversiones extranjeras, del latifundio, de la propiedad privada sobre los medios fundamentales de producción; cómo puede hablarse de revolución sin igualdad, sin justicia social; cómo puede hablarse de revolución si no se demuelen hasta los cimientos del capitalismo, como hicimos en nuestro país.
El imperialismo no quiere ni revoluciones socialistas, ni pequeñoburguesas, ni burguesas siquiera, porque al imperialismo todo lo que le huela a revoluciones le huele muy mal y le sabe muy mal.
A la revolución mexicana la querían exterminar también, porque hizo la revolución burguesa a principios de siglo, y, efectivamente, nacionalizó los grandes latifundios y trajo una serie de medidas de beneficio social. No estaba el país preparado, desde luego, en aquella época para una revolución socialista, pero México fue muy hostigado. Y recuérdense las medidas tomadas cuando el gobierno de Lázaro Cárdenas nacionalizó las empresas petroleras extranjeras, todos los boicot y todas las medidas tomadas contra México; recuérdese la revolución de Guatemala; recuérdese la invasión de República Dominicana a raíz de una revolución cuyos líderes eran, fundamentalmente, militares. El imperialismo no quiere ningún tipo de revolución, mucho menos puede querer una revolución socialista.
Pero si no hubiéramos hecho una revolución socialista, no habríamos hecho nada. ¿Qué sería de nuestro país, cuánto estarían pagando de alquiler nuestras familias? ¿Quién sería propietario de los apartamentos y de las casas? Nadie en absoluto. Había propietarios con miles de viviendas, con cientos o con decenas. Es cierto que había algunas familias más modestas que tenían una vivienda o dos alquiladas; la Revolución cuando hizo aquellas leyes tomó en cuenta la situación de esas familias, las indemnizó y las apoyó; salieron mejor aquellos que tenían una sola casita con 60 pesos de renta que después siguieron recibiendo sus 60 pesos y no tuvieron que preocuparse del mantenimiento ni de cobrar la casa, y lo siguieron recibiendo siempre, porque aunque se suponía solo por un número de años, después la Revolución, a todas aquellas familias que sí dependían de una de esas propiedades, las tomó en cuenta y las protegió.
¿Quiénes serían los dueños de nuestras industrias hoy día? Tendríamos el capitalismo metido aquí adentro. Se puede vivir con austeridad, se puede vivir con igualdad, lo que no se puede vivir es con los parásitos dentro de la sociedad, con la explotación del trabajo dentro de nuestra sociedad (APLAUSOS), con toda la corrupción que aquel sistema traía al país.
¡Qué difícil sería tener organizadas las Milicias de Tropas Territoriales con un sistema capitalista! ¡Qué difícil sería ver liquidado el desempleo con un sistema capitalista! ¡Qué difícil habría sido acabar con el analfabetismo con un sistema de enseñanza privada y un régimen capitalista! ¡Qué difícil haber reducido la mortalidad infantil! ¡Qué difícil acabar la prostitución, la mendicidad, con el capitalismo! Porque el país más rico, Estados Unidos, tiene mendigos por todas partes y tiene prostitución, juego, drogas, y tiene cada vez más vicios y más problemas; no los ha podido resolver ni siquiera el país más rico del mundo (APLAUSOS). No han podido resolver el desempleo, no han podido impedir la pobreza, que haya personas desprovistas de todo, ni siquiera el país capitalista más desarrollado que es Estados Unidos. ¿Cómo habría podido esta Revolución resolver esos problemas sin el socialismo? Con el capitalismo estaríamos como están todos los demás países de América Latina.
Cumplimos este 25 aniversario en un momento digno de hacer las comparaciones entre lo que tenemos nosotros y lo que han alcanzado los pueblos de nuestra región, de tomar conciencia de lo que hemos alcanzado y lo que vamos a alcanzar en los años futuros, porque debemos mejorar en todo: en educación en salud, en deporte, en cultura, en todo debemos mejorar en los años futuros. Si hemos mejorado en esto cuando partimos de cero, hoy partimos de mucho, partimos de una base material con cierto desarrollo, un pueblo organizado, una fuerza política y social tremenda, un país que puede hacer ostentación de todos estos logros, estos éxitos y además crecimiento económico sin haber reducido un solo centavo en la educación, la salud, los servicios del pueblo, sino, por el contrario, incrementándolos. Eso no lo puede exhibir ningún país de América Latina.
En medio de una gran crisis económica, esa es nuestra situación; no es de abundancia, no es de despilfarro, nunca debe ser de despilfarro. No es fácil, requiere esfuerzos en la planificación, en el desarrollo de la economía, esfuerzo inteligente, sabio; requiere evitar errores de todo tipo, evitar subjetivismos, requiere que no nos impacientemos, queriendo por obra de milagro o como un mago sacar de un sombrero las soluciones a todos los problemas, ningún problema social se resuelve mediante milagros o mediante magia. Todos los problemas se pueden resolver solo mediante el trabajo, trabajo inteligente, tenaz y austero. Son virtudes que tenemos que desarrollar en nosotros mismos, como hemos desarrollado la disciplina, la puntualidad, el ser austeros, el ser constantes, el ser esforzados.
Las virtudes que nos falten tenemos que adquirirlas; las que tenemos hoy y no teníamos hace 25 años, las hemos adquirido en estos 25 años, no nos las regaló nadie, las hemos desarrollado nosotros mismos. Sabemos que tenemos fallas, tenemos defectos y tenemos que luchar incansablemente y sin tregua para vencerlos. Algunos de ellos son más difíciles que otros de aquellos males de que hablamos, y no vamos a hacer el recuento. Costó mucho más trabajo la lucha por la igualdad de la mujer que otras metas sociales, y todavía se lucha y debemos seguir luchando por la plena conquista de ese objetivo; pero lucharemos, somos optimistas, somos tenaces, tenemos razones para confiar en nuestras posibilidades si pensamos en los éxitos que hemos alcanzado.
Por eso es tan bueno este recuento que nos hizo el compañero Armando, de manera brillante, sobre lo que han hecho los Comités de Defensa, similar a lo que han hecho todas las demás organizaciones políticas y de masas de nuestro país.
Por eso, al cabo de 25 años, y convencidos de que ustedes van a cumplir esa promesa de desarrollar aún más la organización, realizar un trabajo aún más eficiente, desarrollar un gran congreso y continuar con el mismo ritmo, con el mismo esfuerzo, con la misma energía y con el mismo entusiasmo en todos aquellos frentes que la Revolución demande, podemos decir que si aquel 28 de septiembre surgieron los Comités de Defensa de la Revolución y se llamaron así, Comités de Defensa de la Revolución, hoy podemos decir que no solo fueron Comités de Defensa de la Revolución, sino fueron comités forjadores de la Revolución, comités para el desarrollo de la Revolución, creadores de la Revolución en el seno del pueblo.
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
(OVACION)