Radio Rebelde en Santiago de Cuba
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Sobre la trasmisión realizada el Primero de Enero de 1959 en la heroica ciudad
Durante los últimos meses del año 1958 los éxitos alcanzados por el Ejército Rebelde frente a las fuerzas de la tiranía batistíana incrementaron el entusiasmo en los combatientes revolucionarios y, por ello, en los días finales de diciembre se evidenciaba en todos la seguridad de que el triunfo estaba cercano. Sin embargo, al amanecer del Primero de Enero estábamos muy lejos de imaginar que Batista había huido y que el plan imperialista para frustrar la victoria de la Revolución, estaba en marcha.
Desde la noche del 31 de diciembre hasta el arribo del nuevo año, varios compañeros de la emisora guerrillera Radio Rebelde, combatientes de nuestra Columna y del pelotón de mujeres Mariana Grajales, permanecimos compartiendo con los vecinos de Palma Soriano, ciudad recientemente liberada.
En la madrugada, en un jeep y una camioneta, viajamos rumbo al central América, donde se hallaba instalada la Comandancia General. En la carretera sufrimos un accidente, cuando el chofer que guiaba el vehículo que marchaba al frente, al trasponer una curva, se encontró de pronto con el destrozado puente de Contramaestre, volado días antes por nuestras tropas. Y, aunque, por suerte, no hubo que lamentar desgracias, el carro con todos sus pasajeros fue a parar a la cuneta. La impresión del percance provocó que se dividiera el grupo, por lo que una parte decidió regresar a Palma Soriano, mientras que el resto proseguimos el camino hacia el América.
Con Las Marianas, en el batey del central, iniciamos una ronda que se prolongó hasta tarde en la que entonamos himnos, marchas y canciones revolucionarias. Después nos fuimos a descansar. Un profundo silencio invadió la noche.
Al amanecer estábamos en pie. Nos dirigimos a la casa ocupada por la Comandancia. Fidel se paseaba de un lugar a otro de la sala. Junto a él se hallaban Celia Sánchez y otros compañeros. En ese momento, nuestro Comandante en Jefe supo la noticia: la radio de la capital informaba que Batista se había marchado del país entregando el mando de las fuerzas armadas al coronel Eulogio Cantillo y designado presidente de la república al magistrado más antiguo del Tribunal Supremo.
La noticia nos produjo gran alegría. Creímos que era la victoria, el triunfo de la Revolución. Pero, Fidel, rápidamente nos abrió los ojos caracterizando la situación. Señaló que no nos hiciéramos ilusiones; aquello no era el fin de la guerra, que Cantillo nos había traicionado y se pretendía arrebatar la victoria al pueblo, e indicó, con toda energía, que teníamos que salir para Radio Rebelde, para a través de sus micrófonos alertar a toda la nación.
Salimos con nuestro Jefe hacia Palma Soriano, donde estaba instalada la emisora. Y horas más tarde, desde aquella ciudad, el líder de la Revolución trasmitió las vibrantes alocuciones que esclarecieron a todos la situación que vivía el país y orientaron la actitud que debíamos asumir para frustrar la maniobra enemiga.
Por la importancia de esa trasmisión de Radio Rebelde, la más trascendental de su historia, determinante en el curso posterior que siguieron los acontecimientos, nos referiremos a algunos aspectos de la misma.
El técnico que operaba la emisora, por indicación de Fidel, sintonizaba las plantas de radio comerciales de Santiago de Cuba —ciudad sobre la que avanzaban entonces varias de nuestras columnas—, exhortándolas a que respondieran al llamado de Radio Rebelde. Pero como no hubo respuesta inmediata, se siguió insistiendo en el llamado. De pronto, rompiendo la incertidumbre de la espera, se escuchó en el receptor la voz de un locutor de la radioemisora CMKC, que respondía. Era el compañero Noel Pérez quien, a veinticuatro años de aquel hecho, recuerda:
En CMKC puse el radio de onda corta y oigo Radio Rebelde con las primeras alocuciones. El Comandante en Jefe había decretado la Huelga General Revolucionaria, y yo, responsable del Movimiento Revolucionario 26 de Julio en Radio, entendí, que las emisoras debían ir también a la huelga, ya que las orientaciones se iban a dar a través de Radio Rebelde. Por eso les ordené a los hombres de las células de las otras plantas de radio, que a partir de las tres de la tarde, se fueran de las emisoras.
A la hora señalada, cuando ya nos íbamos de CMKC, revisé la banda del receptor de onda corta y escuché que la emisora rebelde estaba llamando a CMKR y a Radio Santiago, dos emisoras de la ciudad, pero no llamaba a CMKC. Decían: "atención CMKR... Atención Radio Santiago, aquí 7 Radio Rebelde llamando. Necesitamos comunicación con Santiago. Adelante..."
Los compañeros de esas emisoras no respondían, al parecer se habían marchado. Indeciso miré a Josefina, compañera de la CMKC que se hallaba con nosotros, como interrogándola. Ella se encogió de hombros, como diciéndome que yo decidiera. Transcurrieron unos segundos, conecté el micrófono y comencé: "atención Radio Rebelde. Atención Radio Rebelde, aquí CMKC contestando su llamado. Cambio... "
Llamé tres o cuatro veces, pero nada, no respondían. Al parecer los compañeros de la emisora rebelde sintonizaban otras frecuencias y no me escuchaban. Entonces dije: "atención Radio Rebelde... Atención Radio Rebelde... aquí CMKC Radio Oriente Rebelde —y le puse la coletilla de 'rebelde' a la identificación oficial de la emisora— contestando su llamada. ¡Adelante!.Y en el receptor escuché: "atención CMKC, Radio Oriente, aquí 7RR. Identifíquese. ¿Qué compañero habla?..." "Es Noel Pérez, responsable del Movimiento 26 de Julio en Radio..." Y oigo a Guillermo Pérez, un querido compañero locutor de Santiago de Cuba y de Radio Rebelde, ya fallecido: " ¡Noel, mi hermano, es Guillermo Pérez! ¡Ya te identifiqué aquí con los compañeros!... "
De inmediato, el operador de la emisora guerrillera, me dijo: "fíjese, el Comandante Fidel Castro desea saber cómo está la situación en Santiago. Adelante... " " La ciudad ha acogido la orden de Huelga General —respondí—. El pueblo se ha ido a la huelga. Esperamos nuevas instrucciones. Cambio. .."De la emisora rebelde me señalaron: "Dice el Comandante en Jefe que ese informe es muy escueto. Adelante..." "Mire contesté, comuníquele al Comandante en Jefe que la situación es difícil. En nuestras calles andan los asesinos de la tiranía y aquí, en la propia emisora, hay policías. Por eso no he sido más elocuente... "
No habían pasado diez minutos cuando se presentó el asesino Despaigne. No se atrevió a subir, pero para amedrentarnos se paró frente al edificio de la planta y lanzó una ráfaga de ametralladora al piso donde estábamos. Más tarde, desde la radio guerrillera, me indicaron que se dirigían hacia Santiago de Cuba, y que CMKC debía seguir saliendo al aire como Radio Rebelde, hasta que llegaran a la ciudad. A partir de ese instante, nuestra emisora se convirtió en la voz de la Revolución. ¡Honroso privilegio!
Horas después, alguien —no recuerdo quien—, me dijo: "¡Raúl Castro está en el Moncada!" Entonces se me ocurrió llamar por teléfono al jefe del departamento de radio del cuartel Moncada. Les dije: "Fíjese, necesito que inyecte la señal del teléfono éste, 4444, desde el que le estoy hablando, al trasmisor de cuarenta metros que ustedes tienen ahí." " ¡Pero eso no puede ser —expresó, ¿cómo yo voy a ponerme a trasmitir como Radio Rebelde?" "Se está usted negando a ponerse al servicio de la Revolución que ya ha triunfado" le contesté. "Pues yo no la puedo instalar" dijo. "Bien, perfectamente —señalé—, ya Fidel y los compañeros de Radio Rebelde vienen hacia la CMKC, y cuando llegue el Comandante le diré que usted se negó a ponerse al servicio de la Revolución y del pueblo, y aténgase a las consecuencias". " ¡Espere un minuto! ¡Espere un minuto! —respondió nervioso—. ¡Enseguida lo llamo!..." Casi no había terminado de colgar el teléfono, cuando me llamó: "Está bien. Le voy a instalar el teléfono al trasmisor."
Desde ese momento comenzamos a trasmitir también por onda corta. Y esto es muy interesante, porque aquel equipo de la tiranía, aquel equipo instalado en el propio cuartel Moncada que durante tanto tiempo había servido para interferir y ofender a los compañeros de Radio Rebelde, del II Frente y de otras emisoras guerrilleras, empezó a trasmitir como Radio Rebelde. ¿Qué ironía, eh?
Por Radio Rebelde, Gloria Cuadras, combatiente revolucionaria de gran prestigio, anunció que pronto estaría junto a nosotros, en el edificio de la CMKC, el jefe de la Revolución. Aquello provocó que la población de Santiago de Cuba se dirigiera en masa hacia la emisora. Ya de noche, estalló la exclamación: "¡Ahí viene Fidel! ¡Ahí vienen los compañeros de Radio Rebelde!" El júbilo era indescriptible. Y aunque todavía se escuchaban esporádicos tiroteos, al pueblo entero, en la calle, daba vivas a Fidel, a la Revolución.
Presenté al Comandante en Jefe por radio, y le dirigió un saludo a la población santiaguera. Luego se apartó e impartió órdenes a distintos jefes guerrilleros. Más tarde se acercó y me dijo: "Cita para un mitin con el pueblo en el Parque Céspedes." Y comenzamos a anunciarlo: "¡atención plantas de toda Cuba a encadenarse con Radio Rebelde y CMKC para trasmitir esta noche...!" A la una de la madrugada del día 2 de enero, se inició el acto. El compañero Jorge Enrique Mendoza, locutor de Radio Rebelde, lo comenzó con estas palabras: "¡Para iniciar este acto vamos a cantar el Himno Nacional!... " Y el pueblo entero cantó el Himno Nacional. Después se hizo un pase de lista con los nombres de los mártires. Cuando se mencionó a Frank País, el pueblo de su Santiago de Cuba, lleno de emoción, gritó y aplaudió como si Frank estuviera con nosotros. Al presentar a Fidel, fue inmensa la emoción del pueblo, no lo dejaban comenzar. Expresó:
Santiagueros, compatriotas, cubanos: ¡Al fin hemos llegado a Santiago! Duro y largo ha sido el camino, pero hemos llegado. Esta vez no se frustrará la Revolución. Esta vez, por fortuna para Cuba, la Revolución llegará de verdad a su término. No será como en el noventa y cinco, que vinieron los "americanos" y se hicieron dueños del país. Intervinieron a última hora y después ni siquiera a Calixto García, que había luchado treinta años, lo dejaron entrar en Santiago de Cuba; no será como en el treinta y tres que cuando el pueblo empezó a creer que la revolución se estaba haciendo vino el señor Batista, traicionó la revolución, se apoderó del poder e instauró una dictadura feroz; no será como en el cuarenta y cuatro, año en que las multitudes se enardecieron creyendo que al fin el pueblo había llegado al poder y los que llegaron al poder fueron los ladrones. ¡Ni ladrones, ni traidores, ni intervencionistas, esta vez sí es una Revolución. .. !
Aquella trasmisión de Radio Rebelde, desde la heroica ciudad de Santiago de Cuba, fue la última trasmisión guerrillera de la histórica emisora que, fundada meses atrás en plena Sierra Maestra, por el Guerrillero Heroico, cumplió con notable eficiencia —como dijera Fidel—, sus funciones de “centro de comunicación militar sumamente importante, además de haber sido un instrumento de divulgación masiva que jugó un papel político de gran trascendencia durante toda la guerra''.