Una cumbre a la sombra del silencio
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El ALCA, anzuelo colonizador que intentó lanzar EE. UU. fue derrotado precisamente en el marco de otra excluyente Cumbre de las Américas; en la foto, Chávez, Kirchner y Lula, tres artífices de aquella victoria de los pueblos. Foto: Tomada del twitter de Nicolás Maduro
La llegada del 1ro. de junio, Día Internacional de la Infancia, además de ofrecernos la felicidad de contemplar a nuestros niños alegres y sanos, todavía en medio de una pandemia, y de que mi brazo fuese honrado hoy con una nueva dosis de refuerzo, esta vez de Soberana Plus, nos hace recordar que pasan los días y la administración estadounidense sigue a la sombra del silencio, con sus dudosas maniobras con vistas a la llamada Cumbre de las Américas, que se celebrará la próxima semana, en Los Ángeles.
Los reclamos de una buena parte de los gobernantes y pueblos de la región para que sea una Cumbre inclusiva deben ser respondidos por el anfitrión de esta cita, si es que se pretende, al menos, mencionar la palabra América.
Vale recordarle permanentemente a Washington que la América a la que Estados Unidos aplicó la Doctrina Monroe e impuso la miseria, las invasiones y las guerras, no es la de nuestros días, porque América somos todos los pueblos de la región y no aquellos que el Presidente de Estados Unidos selecciona a merced de su capricho e intereses.
Es tiempo de recordar otro intento estadounidense de dividir a nuestros pueblos, cuando en la I Cumbre de las Américas, en 1994, en Miami, se firmó el acuerdo multilateral Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), un mecanismo que, con la zanahoria de la colaboración económica como anzuelo, se proponía cercenar la soberanía de la región y hacer de nuestros países entes serviles a sus designios.
En aquella cita no se invitó a Cuba, pero muy pronto se levantaron voces de denuncia de líderes comprometidos con nuestros pueblos, entre ellos las de Hugo Chávez, Néstor Kirchner y Luiz Inácio Lula da Silva.
Todavía resuena en los oídos del continente cuando el entonces presidente venezolano, Hugo Chávez, recogiendo el sentir bolivariano y martiano de la región, denunció al ALCA y llamó a crear mecanismos de integración verdaderamente populares.
Fue en la IV Cumbre de las Américas, el 4 de noviembre de 2005, celebrada en Mar del Plata, Argentina, y en presencia del mandatario estadounidense de entonces, George W. Bush, cuando el líder bolivariano sentenció: «ALCA, ALCA, al carajo».
Hoy, las voces de Fidel, Chávez y otros líderes de aquellas contiendas integracionistas están presentes cuando gobernantes dignos de países soberanos denuncian el fracaso que constituirá realizar una Cumbre de las Américas en la cual no se incluya a todas las naciones ni se oiga la voz de los representantes de los pueblos.
No puede celebrarse un convite de la región en el que la exclusión sea el modus operandi de quienes lo organizan.