Lo mataría el peso
Quizás Fidel no se haya percatado, pero cada vez que me encuentro frente a él, he sentido que tengo que pararme para poder defenderlo ante cualquier cosa que le quieran hacer. Cada vez que me encuentro con Fidel me pongo nerviosa.
De las numerosas personalidades mundiales que he conocido es, él quien ha dejado en mí una mayor huella por su sencillez, por su carácter humano. Una lo mira y no deja de pensar: “Este hombre ha hecho esto. Este hombre está luchando desde hace tanto tiempo”. Es algo que va creciendo, creciendo que termina por apabullarlo a uno. Después uno se convierte en parte de todo ese mundo y ya goza de la naturalidad de ese ser humano. Lo siente. Se convierte en parte de él.
El no es local. Él es parte de la historia. No solo de nuestra historia, sino de la historia de la humanidad.
Pienso que es tan grande que se convierte en una partecita, en una cosa sencilla. Si sintiera lo grande que es, lo mataría el peso.