La Asamblea Provincial del Poder Popular, en nombre de todo el pueblo camagüeyano, decidió otorgarle al Comandante de la Revolución Guillermo García Frías la réplica del sable del mayor general Ignacio Agramonte Loynaz, en reconocimiento a sus méritos y trayectoria al servicio de la Patria.
 
“Quienes amamos esta tierra debemos jurar que la Revolución será eterna”, aseveró el Héroe de la República de Cuba, al recibir el preciado trofeo de manos de Jorge Luis Tapia Fonseca e Isabel González Cárdenas, máximas autoridades del Partido y del Gobierno en el territorio, respectivamente.
 
En su condición de presidente del Grupo Empresarial de Flora y Fauna, García Frías recorrió durante dos jornadas de trabajo zonas de fomento de ganado menor en los municipios de Sibanicú y Jimaguayú, y asistió en Najasa a la reapertura de la Escuela Primaria Batalla de Guisa y de una pista de equitación aledaña.   
 
“No pararemos hasta que no se recupere el programa ovino-caprino en estas llanuras”, declaró el Comandante de la Revolución, al referirse al proyecto de desarrollo a gran escala impulsado por Fidel en Camagüey, que en su momento de mayor esplendor llegó a disponer de más de 46 000 animales.
 
“Ahora contamos con ustedes para enfrentar este reto, que es también una manera concreta de honrar al Comandante en Jefe”, expresó García Frías a los trabajadores de la nueva granja para reproductoras que acoge, bajo novedosos sistemas de manejo y alimentación, a 600 carneras de alto valor genético.
 
El centro de reproducción ovina, perteneciente a la Empresa Pecuaria Maraguán, constituye el punto de arranque del ambicioso programa en marcha, que incluye, además, un laboratorio de inseminación artificial y sembrados de moringa, morera y tithonia, como sustento de la base alimentaria de la unidad.     
 
En diálogo con el jefe de la brigada Pablo Rodríguez Suárez, el Héroe de la República de Cuba insistió en las bondades de la cría estabulada, modalidad que preserva la salud y favorece la ceba de los carneros, que en unos cuatro meses pueden alcanzar el peso comercial entre 70 y 80 libras.
 
García Frías visitó también, en áreas del Rancho San José, una granja especializada en la reproducción caprina, donde cuatro operarios atienden integralmente a 500 animales, y apreció los trabajos que se acometen para incorporar a la producción agrícola vastas extensiones de tierra anteriormente infestadas de marabú.