Gratitud de Guatemala hacia Cuba
Manifiesta gratitud por la solidaridad hacia su pueblo fue denominador común en la primera visita oficial a Cuba de Alvaro Colom como presidente de Guatemala, la cual concluyó hoy.
Durante los dos días de estancia el mandatario reiteró ese sentimiento desde el mismo momento de llegar hasta sus últimas horas antes de abordar la nave aérea que lo llevará de vuelta, este miércoles.
Y no solo lohizo con palabras, sino también mediante un hecho tan simbólico como la entrega para hacerla llegar al líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, de la máxima condecoración de su país, la Orden del Quetzal en grado de Gran Collar, otorgada por propia decisión.
Antes de poner la distinción en manos del presidente cubano, Raúl Castro, Colom argumentó ese acto como una muestra de cariño, afecto y gran agradecimiento por toda esa solidaridad.
El jefe de Estado visitante no escatimó elogios para los beneficios ofrecidos a sus compatriotas, sobre todo los más humildes, por los millones de consultas y decenas de miles de operaciones quirúrgicas de galenos cubanos en aquel país.
Ese apoyo se traduce también- y para ello Colom tuvo frases de encomio- en los cientos de jóvenes que han cursado y concluido sus estudios en planteles de esta nación, la mayor parte en la Escuela Latinoamericana de Medicina.
Como el mismo presidente afirmara durante una conferencia magistral en la Universidad de La Habana (UH), en Guatemala se alzaron algunas voces para criticarlo por su viaje a esta isla.
No lo dijo, pero dejó implícita su indiferencia por esas opiniones adversas, y sí manifestó su satisfacción por haber compartido dos jornadas con un pueblo unido al suyo por lazos históricos de hermandad.
Vínculos que se remontan a la etapa de las luchas contra el colonialismo español en el siglo XIX, al paso del insigne cubano José Martí por esa república de Centroamérica en su peregrinar independentista, como subrayó Raúl Castro.
Colom mostró agrado por sus conversaciones con los dirigentes cubanos, por sus visitas a lugares como la refinería de petróleo de Cienfuegos, por observar trozos de la campiña que le recordaron esos recónditos rincones de su patria donde se desenvuelven los médicos de este país. Nada mejor para valorar el estado de ánimo del mandatario que palabras propias pronunciadas en el Aula Magna de la UH: “Colom se va contento. Fue una visita fuera de serie”.
Durante los dos días de estancia el mandatario reiteró ese sentimiento desde el mismo momento de llegar hasta sus últimas horas antes de abordar la nave aérea que lo llevará de vuelta, este miércoles.
Y no solo lohizo con palabras, sino también mediante un hecho tan simbólico como la entrega para hacerla llegar al líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, de la máxima condecoración de su país, la Orden del Quetzal en grado de Gran Collar, otorgada por propia decisión.
Antes de poner la distinción en manos del presidente cubano, Raúl Castro, Colom argumentó ese acto como una muestra de cariño, afecto y gran agradecimiento por toda esa solidaridad.
El jefe de Estado visitante no escatimó elogios para los beneficios ofrecidos a sus compatriotas, sobre todo los más humildes, por los millones de consultas y decenas de miles de operaciones quirúrgicas de galenos cubanos en aquel país.
Ese apoyo se traduce también- y para ello Colom tuvo frases de encomio- en los cientos de jóvenes que han cursado y concluido sus estudios en planteles de esta nación, la mayor parte en la Escuela Latinoamericana de Medicina.
Como el mismo presidente afirmara durante una conferencia magistral en la Universidad de La Habana (UH), en Guatemala se alzaron algunas voces para criticarlo por su viaje a esta isla.
No lo dijo, pero dejó implícita su indiferencia por esas opiniones adversas, y sí manifestó su satisfacción por haber compartido dos jornadas con un pueblo unido al suyo por lazos históricos de hermandad.
Vínculos que se remontan a la etapa de las luchas contra el colonialismo español en el siglo XIX, al paso del insigne cubano José Martí por esa república de Centroamérica en su peregrinar independentista, como subrayó Raúl Castro.
Colom mostró agrado por sus conversaciones con los dirigentes cubanos, por sus visitas a lugares como la refinería de petróleo de Cienfuegos, por observar trozos de la campiña que le recordaron esos recónditos rincones de su patria donde se desenvuelven los médicos de este país. Nada mejor para valorar el estado de ánimo del mandatario que palabras propias pronunciadas en el Aula Magna de la UH: “Colom se va contento. Fue una visita fuera de serie”.
Fuente:
PL
Fecha:
17/02/2009