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Girón, lección para un imperio

La invasión mercenaria a Playa Girón en 1961 pasó a la historia como la primera gran derrota del imperialismo estadounidense en América Latina, un hecho que selló el compromiso de los cubanos de construir un proceso social diferente en la isla caribeña.
 
El acto de odio y prepotencia fue organizado por Estados Unidos y su efecto solo duró apenas 68 horas por la resolución de un pueblo dispuesto a darle una lección de dignidad y respeto al país más poderoso de todos los tiempos.
 
Tras el triunfo de la Revolución en enero de 1959, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y otras entidades norteamericanas de seguridad priorizaron en sus agendas los planes y acciones desestabilizadores contra la mayor de las Antillas.
 
Washington empleó cuantiosos recursos en esos menesteres, en especial en la creación y el aseguramiento logístico de un foco de bandas contrarrevolucionarias en las montañas del centro de Cuba, muy cerca del lugar donde se produjo el desembarco.
 
Empero para el momento de la invasión ya esa fuerza había sido puesta fuera de combate por los batallones de milicianos obreros, campesinos y estudiantes.
 
Ante el crucial peligro, en octubre de 1960 el Comandante en Jefe Fidel Castro convocó a la juventud cubana a prepararse de manera voluntaria en un breve período de tiempo para defender el proceso de cambios iniciado en el país.
 
En aquel entonces se comenzó adquirir las primeras armas antiaéreas procedentes del extinto campo socialista.
 
Raúl Castro visitó en julio de 1960 Checoslovaquia y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y firmó varios acuerdos militares, y para noviembre de ese mismo año, presidió la entrega de armamentos a los batallones de milicianos.
 
Entre los ingenios obtenidos estaban fusiles, ametralladoras, medios antiaéreos, obuses, morteros y lanzacohetes, comprados con los fondos obtenidos de una campaña popular denominada Armas para defender la Revolución.
 
En las filas de lo que sería el futuro cuerpo de Artillería de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, ingresaron muchos jóvenes, algunos de ellos adolescentes de sólo15 años de edad.
 
Previo al ataque a Playa Girón, el 15 de abril de 1961, a las 06:00 (hora local), fueron atacados sorpresivamente tres aeropuertos cubanos: Ciudad Libertad, San Antonio de los Baños y Santiago de Cuba, por ocho aviones caza bombarderos B-26, rotulados con las insignias de la fuerza aérea nacional, que despegaron desde el aeródromo nicaragüense de Puerto Cabezas.
 
El objetivo de la misión era generar confusión mientras intentaban destruir en tierra la maltrecha aviación de combate, acción frustrada por la oportuna orden de Fidel Castro de desconcentrar la técnica.
 
Este hecho de sangre --que también se inscribe en la historia del terrorismo de Estado contra la mayor de las Antillas-- dejó el lamentable saldo de siete muertos y más de 50 heridos.
 
Un día después, en el sepelio a los caídos en defensa de la nación; el Comandante en Jefe Fidel Castro habló a un pueblo congregado en la céntrica esquina de 23 y 12, en la capitalina barriada de El Vedado.
 
No fue un discurso, era un tributo y al mismo tiempo un compromiso de Fidel con las víctimas del cruel bombardeo por lo que proclamó ante el mundo el carácter socialista de la naciente Revolución cubana.
 
En esa ocasión el Comandante en Jefe expresó: '...y que hayamos hecho una revolución socialista en las propias narices de los Estados Unidos, y que esa revolución socialista la defendemos con esos fusiles, y que esa revolución socialista la defendemos con el valor con que ayer nuestros artilleros antiaéreos acribillaron a balazos a los aviones agresores'.
 
Soldados y milicianos con fusiles en alto junto a trabajadores y pueblo en general aprobaron las palabras del destacado líder, y ratificaron su disposición de defender el proceso social iniciado en 1959 hasta la última gota de sangre.
 
Fidel denunció la inminente invasión a la isla, organizada por el gobierno de Estados Unidos.
 
En ese sentido advirtió: 'el ataque de ayer fue el preludio de la agresión de los mercenarios, el ataque de ayer, que costó siete vidas heroicas tuvo el propósito de destruir nuestros aviones en tierra, mas fracasaron, solo destruyeron tres aviones, y el grueso de los aviones enemigos fue averiado o abatido...'.
 
Tal como lo predijo, en la madrugada del 17 de abril de 1961 un grupo entrenado, pertrechado y financiado por la Casa Blanca desembarcó por Playa Girón y Playa Larga.
 
Ante la resistencia de los cubanos, en menos de 72 horas los mercenarios fueron aniquilados de manera aplastante, convirtiéndose la invasión a Playa Girón en la primera gran derrota del imperialismo en América Latina.
 
La invasión fue el bautizo de fuego de la naciente artillería cubana, la cual escribió su página de gloria en la historia patria con la sangre de jóvenes como Nelson Fernández, de 14 años de edad; Rolando Valdivia, de 15; Juan Domingo Cardona, de 17; y Hugo Rivero, de 20, mientras que otros 23 milicianos resultaron heridos
 
Junto a los artilleros estuvieron también los miembros del joven Batallón de la Policía Nacional Revolucionaria y los milicianos, y el pueblo en general, quienes propinaron así la primera gran derrota de Estados Unidos en América Latina.
 
* Corresponsal de la Redacción Nacional de Prensa Latina.

Fuente: 

Prensa Latina

Fecha: 

19/04/2018