Fidel Castro: Presidente por voluntad del pueblo
Al llegar al Palacio Presidencial, donde en la actualidad tiene su sede el Museo de la Revolución, Fidel conversa con el senador chileno Salvador Allende, quién había llegado a La Habana para patentizar su apoyo a la Revolución.
Hacía tan sólo once días que Fidel desempeñaba las funciones de Primer Ministro. Tras el triunfo de la Revolución él había declinado tener una responsabilidad en el Gobierno Revolucionario constituido.
Pero ya en el mes de febrero se hizo patente entre varios de los integrantes del Gobierno Revolucionario la importancia que tenía que Fidel desempeñara ese cargo para lograr el desarrollo del proceso revolucionario con la aprobación y aplicación consecuente de medidas de beneficio popular.
Después de ese encuentro inicial de Salvador Allende con Fidel, el senador chileno visitó en diversas ocasiones Cuba en el transcurso de los años, lo que afianzó los lazos amistosos entre ambos.
En 1970, Salvador Allende ganó mediante el voto popular de su pueblo las elecciones y comenzó a ocupar la presidencia de Chile. Al año siguiente invitado por Allende realiza Fidel una extensa visita a Chile.
El 2 de diciembre de 1971, en un acto de despedida que le tributó el pueblo chileno Fidel destaca al hacer referencia a Allende:
“Hay algo que nos impresionó hoy profundamente, y fueron las palabras del Presidente, en especial cuando reafirmó esa voluntad de defender la causa del pueblo y la voluntad del pueblo. En especial cuando pronunció esa épica frase: que era Presidente por voluntad del pueblo y que su deber lo cumpliría hasta el día en que cumpliera su mandato o lo sacaran muerto del Palacio Presidencial”.
En diciembre de 1972, el presidente Salvador Allende realizó una visita oficial a Cuba. Recibió el respeto y el cariño del pueblo cubano en general, manifestado en forma elocuente en el multitudinario acto efectuado en la Plaza de la Revolución José Martí, en La Habana el 13 de diciembre en el que Fidel señala:
“Este acto tiene para nosotros un especial significado. Al triunfo de la Revolución en 1959, una de las personalidades que primero llegó a Cuba fue Salvador Allende, que ya ocupaba un lugar destacado en la política de su país”.
Señala que el compañero Allende le otorgó una confianza ilimitada y su amistad más firme al proceso revolucionario cubano, muy contrario a otras personalidades que se consideraban democráticas, revolucionarias y progresistas y tras el triunfo de 1959, renegaron de su amistad con Cuba y su Revolución.
Seguidamente precisa:
“Por eso nosotros hemos recibido en estos días — y saludamos en el día de hoy en este magnífico y multitudinario acto— al amigo que supo durante estos años duros permanecer firme y fiel a la causa revolucionaria de nuestro pueblo; al combatiente internacionalista que desde todas las trincheras denunciaba la agresión y el bloqueo contra nuestro país…”