El misterio de Fidel Caminos hacia la verdad
El poeta, ensayista y narrador cubano José Lezama Lima definía a Martí cual un misterio que nos acompaña.
Tal vez, la presencia de Fidel entre nosotros responda a un misterio similar. El de un hombre que no necesita apellidos, monumentos o caracteres impresos en calles, plazas e instituciones para que se le recuerde con admiración y cariño.
El tercero de los hijos que doña Lina y don Ángel trajeron al mundo en Birán, arraigó por derecho propio en el imaginario popular, en la savia profunda de su gente, que lo nombró El Caballo sin otra ceremonia que el regocijo del alma. Mientras él recorría la isla persiguiendo huracanes o sembrando escuelas, industrias, hospitales, polos científicos, agrarios, ganaderos, esa misma gente se lo disputaba con el gracejo natural del cubano:
Compay, Fidel pertenece a Santiago: cuna de la Revolución.
Santiago es la cuna, pero «el niño» está en La Habana.
Ahora, su cuerpo habita un grano de maíz en la necrópolis de Santa Ifigenia –próximo a Martí, a Céspedes, a Mariana, a Frank–, mas sus ideas, la obra de su vida –como las de El Apóstol–, vienen de todas partes y hacia todas partes van alentando a los humildes.
Multitudes de Cuba, Latinoamérica y el orbe, han expresado a coro la esencia de ese misterio: «¡Fidel, Fidel, ¿qué tiene Fidel que los imperialistas no pueden con él?!».
En esta época de noticias falsas y reescritura malintencionada de la historia, la respuesta a esa pregunta debe buscarse en fuentes límpidas, contrastables. Nada mejor que las palabras del Alejandro de la Sierra Maestra o el testimonio de quienes lo conocieron.
Resulta hermoso que alguien proclame: «Yo soy Fidel». Conseguirlo es tarea ardua, pero el intento vale la pena. Eso sí, antes de poner rumbo al héroe –el estadista, el líder mundial que, guiado por Martí, situó a nuestro pequeño archipiélago en el mapa ético del universo–, debe tenerse claro el objetivo, distinguir, a través de la bruma de años y criterios, su silueta humana.
Entre diversos itinerarios hacia la verdad, proponemos siete puentes de lectura, siete libros útiles para que cada cual descubra a su propio Fidel y lo asuma desde sus posibilidades.
Un proverbio chino asegura que aun el viaje más largo empieza con el primer paso. Perseverancia y dicha en el camino, a quienes se animen a leer:
1. Todo el tiempo de los cedros (2003)
La periodista y escritora cubana Katiuska Blanco, narra el entorno familiar de Fidel, el mundo de Birán, como una novela apasionante cuyas páginas rezuman belleza, emoción, ternura. Se vive lo que se lee. Historia e imaginación se dan la mano en este libro donde Fidel regresa a la infancia, y su susurro cómplice al oído de la autora nos llega con el garbo y el oficio de una pluma sensible que también honra a Celia, dulce preservadora de memorias.
2. Cien horas con Fidel (2006)
El intelectual y periodista francés Ignacio Ramonet, una de las voces más prestigiosas del progresismo europeo contemporáneo, entrevista a Fidel entre los años 2003 y 2005, e inquiere con agudeza sobre infinidad de temas, algunos considerados tabúes. Las respuestas sinceras, hondas, del entrevistado, acercan su vida pública y familiar a quienes nos asomamos a este tomo, mientras los principales eventos del siglo XX y comienzos del siglo XXI, se revelan en su complejidad ante nuestros ojos. Inolvidable lección de historia y ética que se disfruta de una vez, sin que importe el número de folios.
3. Fidel y la religión (1985)
Frei Betto, fraile dominico brasileño, practicante convencido de la Teología de la Liberación, escritor, periodista, hombre que desde su fe luchó contra la dictadura militar que gobernaba su país y sufrió prisión por ello durante más de cuatro años, conversa con Fidel durante veintitrés horas y le pregunta sobre lo humano y lo divino –literalmente–. Por primera vez, el Jefe de Estado de un país socialista ofrece una entrevista en exclusiva sobre la religión, habla sin prejuicios sobre el tema e incluso se refiere a la propia formación recibida en colegios religiosos. La obra fue un éxito editorial en Cuba y buena parte del mundo. A partir de ella, y con la mediación de Betto, mejoraron sustancialmente las relaciones entre el gobierno cubano y las diversas instituciones religiosas del país, y se inició el camino para que los creyentes militasen en el Partido Comunista de Cuba.
4. Así es Fidel (2009)
Luis Báez, prolífico escritor y periodista cubano, maestro de la entrevista, Premio Nacional de Periodismo José Martí por la obra de toda su vida, reúne anécdotas de artistas, políticos, periodistas, religiosos, obreros, deportistas y personalidades de cualquier geografía, que conocieron a Fidel y ofrecen su testimonio. Una visión múltiple del ser humano y el líder. Relatos memorables que incluyen, entre muchas, la experiencia de un teniente del ejército que el 28 de mayo de 1957, en el cuartel del Uvero, combatió en la trinchera opuesta a las fuerzas rebeldes comandadas por Fidel.
5. Un encuentro con Fidel (1987)
El periodista italiano Gianni Miná, todoterreno de la prensa escrita y televisiva internacional que entrevistó a innumerables personalidades de la política, el deporte y la cultura, desde el boxeador profesional Muhammad Alí –Classius Clay– a integrantes de la mítica banda musical The Beatles, conversa durante quince horas con Fidel luego de una espera de trece años recompensada con respuestas minuciosas del líder cubano a más de 120 preguntas. La entrevista, concebida para la televisión, se convierte más tarde en este libro interesantísimo que aborda las opiniones de Fidel sobre temas espinosos, delicados, fundamentales.
6. Gobierno revolucionario cubano. Primeros pasos (2009)
El cubano Luis M. Buch, doctor en Derecho, veterano revolucionario que enfrentó a las dictaduras de Machado y Batista, y fue ministro de la Presidencia y secretario del Consejo de Ministros entre 1959 y 1962, revela en detalle las circunstancias que rodearon múltiples intentos de constituir un gobierno revolucionario provisional en armas, desde 1957, y los obstáculos que debieron sortearse, una vez tomado el poder político en 1959, para convertir en leyes el programa del Moncada. Este libro no es sobre Fidel, pero él aparece continuamente en sus páginas ofreciendo clases magistrales de estrategia, ética y visión de futuro, incluida su renuncia al cargo de Primer Ministro del gobierno, en julio de 1959
7. Un grano de maíz (1992)
El escritor nicaragüense y comandante guerrillero sandinista Tomás Borge, uno de los protagonistas de la gesta revolucionaria en su país, entrevista a Fidel, quien expresa ideas tan actuales y lúcidas como esta: «A veces me pregunto si realmente la verdadera historia existe, porque la historia es de tal forma objeto de tantas y tan diversas interpretaciones y puntos de vista, que a veces resulta difícil tener la seguridad de que esa historia verdadera exista. Me parece que lo más que puede producirse son aproximaciones a los acontecimientos de la vida del hombre y de los hombres, no una historia realmente objetiva de cualquier hombre o cualquier pueblo».