Avergüenza que Estados Unidos asuma un tono de preocupado por el pueblo de Cuba, cuando sostiene un genocida bloqueo contra nuestra nación, y destina cientos de millones de dólares para la subversión.
 
En su colosal hipocresía, ha repetido este guion, una vez más, cuando su mismísimo presidente se apuró en investir de «legítimos» a los grupos vandálicos que este domingo alteraron el orden en la Mayor de las Antillas.
 
Así lo denunció, en comparecencia este lunes, el miembro del Buró Político del Partido y ministro cubano de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, al rechazar las palabras cómplices del mandatario estadounidense Joe Biden, quien pidió al «régimen de La Habana» que escuche al pueblo cubano, «que alivie sus necesidades».
 
Rodríguez Parrilla concordó en que estaría bien que Biden escuchara al pueblo cubano que se ha manifestado contra el bloqueo, y que oiga también a los ciudadanos estadounidenses y levante esta política, así como las 243 medidas que heredó de Trump.
 
Un ejemplo fresco del cinismo de la Casa Blanca respecto a Cuba son los llamados «nuevos programas de promoción de la democracia», bajo los cuales sumaron, hace apenas unos días, otros dos millones de dólares para la contrarrevolución en la Isla, además de los más de 20 millones entregados con anterioridad.