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Cuba-Estados Unidos: Amazon, Marriott y América para los americanos

El bloqueo de Estados Unidos contra Cuba afecta a todos los ámbitos de la vida en la isla, pero por su carácter extraterritorial también va contra los intereses de empresas de terceros países, e incluso contra las propias compañías estadounidenses.
 
Ello desmiente el eslogan reeditado de la doctrina Monroe, usado en las acciones y campañas mediáticas del presidente Donald Trump, con aquello de America First (Estados Unidos primero).
 
Resulta una visión global de vieja data que empezó con los anhelos expansionistas en el Caribe, y que demandaron la confesión del Apóstol de Cuba, José Martí, de 'impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América'.
 
Pero lo que el Héroe Nacional de Cuba no pudo avizorar es que en su afán hegemonista Washington pondría en su colimador a empresas de Estados Unidos relacionadas con su patria.
 
De ello se enteró ahora la compañía Amazon, que será sancionada con una multa por mantener vínculos comerciales con la embajada de Cuba en la capital de la potencia norteña.
 
El Departamento del Tesoro emitió una nota en la que señala que resulta una violación el hecho de que Amazon venda sus artículos a personas relacionadas o empleadas por países con los que el Gobierno norteamericano prohíbe mantener vínculos comerciales sin previa autorización.
 
La embajada de Cuba en Washington es, junto a Amazon, víctima también del bloqueo recrudecido. Llamativo que ocurra semanas después de que la legación diplomática de la isla fuera ametrallada en un ataque que Cuba considera de carácter terrorista, y sobre el cual las autoridades de la potencia norteña hacen mutis.
 
Al respecto el presidente Miguel Díaz-Canel, en su cuenta en Twitter, consideró que tal silencio convierte a la Casa Blanca en cómplice del terrorismo contra su país. Pero lo de Amazon resulta la saga de toda una cadena en la escalada de la hostilidad hacia la mayor de las Antillas.
 
El argumento es que Cuba fue incluida en el listado unilateral que hace el Gobierno de Trump de países que no apoyan suficientemente lo que denominan su batalla contra el terrorismo.
 
Una lista que La Habana considera injusta, ilegítima y políticamente motivada, al igual que otra posterior que suma a la mayor de las Antillas bajo el cargo de trata de personas, todo un intento, riposta, de descalificar la colaboración médica cubana en tiempos de pandemia.
 
Pero hay otro listado, el de empresas cubanas, extranjeras y de Estados Unidos sancionadas por la práctica de bloqueo que por casi 60 años aplica la nación más poderosa del planeta con su vecina isla de la que le separan apenas 90 millas náuticas.
 
La cadena hotelera Marriott Hotels & Resorts perdió la licencia que le otorgó el gobierno de Barack Obama para operar el hotel Four Points by Sheraton, en esta capital.
 
La medida entrará en vigor en agosto, y también limita la administración de otros hoteles en el destino caribeño, como el hotel Inglaterra, propiedad del Grupo Hotelero Gran Caribe, ubicado a pocas cuadras del Capitolio habanero, y que se tenía previsto fuera administrada por Marriott.
 
Con la Marriott se van de Cuba los últimos vestigios del gradual deshielo que comenzó al final de la etapa del gobierno de Barack Obama (2009-2017).
 
Antes se fueron las compañías de crucero y se restringieron o prohibieron las aerolíneas de vuelos comerciales y por alquiler.
 
La fobia trumpista contra Cuba se extrema contra los ciudadanos de su país, que ya no podrán ingresar en sus yates a las marinas de la mayor de las Antillas.
 
También se agregan las compañías que venden insumos y tecnologías médicas que Cuba necesita para combatir la pandemia de la Covid-19.
 
Cuba no pudo adquirir ventiladores para pacientes críticos, previamente adquiridos a dos empresas, que finalmente fueron comprados por una estadounidense, bajo coacción de las leyes del bloqueo.
 
Todo un glosario de acciones hostiles, que en época electoral explican cómo la política de Estados Unidos hacia Cuba está secuestrada por un grupúsculo de personeros con alta incidencia en los intereses electoralistas del presidente-empresario y multimillonario y candidato.
 
A tenor de todo esto, una fuente consultada por Prensa Latina en la cancillería cubana dijo que las relaciones están al mínimo.
 
Existen las embajadas en ambos países, hay una línea directa similar al teléfono rojo de la Guerra Fría, que apenas se usa salvo reclamaciones, dijo, y agregó que convenios bilaterales funcionales para ambos países están en la misma situación.
 
Pero lo más llamativo es que el eslogan America First, que contempla oportunidades de negocios para empresas de aquel país, no se cumple en el caso de los vínculos con Cuba.
 
Todo eso va en el paquete de insistir en arrodillar a Cuba, que el presidente cubano asegura será fallido como el de otros gobiernos estadounidenses que pretendieron derrocar, por esas y otras vías, a la Revolución Cubana.

Autor: 

Fuente: 

Prensa Latina

Fecha: 

10/07/2020