Ante las mentiras y las agresiones, igual coraje y fidelidad
El denominado Grupo de Lima fue nuevamente el protagonista del show injerencista de este lunes, al reunirse para hacer un llamado a la comunidad internacional a «favorecer el restablecimiento de la democracia en Venezuela» y exhortar a países como China, Rusia, Turquía y por supuesto, a Cuba, a sumarse a ese proceso de supuesta democratización.
Como parte de la declaración final de la XII Cumbre de cancilleres de este grupo, celebrada en Santiago de Chile, se insistió en el impacto negativo del apoyo de estos países al «régimen de Nicolás Maduro» y a todo lo que este causa en la región y como si fuera poco, solicitaron a las organizaciones internacionales que avanzaran en el reconocimiento de los representantes designados por la supuesta Asamblea Nacional de Venezuela, esa que, bien sabemos, está en desacato y nada tiene que ver con el pueblo.
Y mientras en Chile se exigía la celebración de «elecciones libres, justas y transparentes en Venezuela» y la adopción de sanciones contra el gobierno bolivariano, recordaba que apenas dos días antes el secretario de Estado norteamericano también había expresado en territorio chileno su «preocupación» por la democracia y la calidad de vida de los venezolanos, arremetiendo contra Cuba y Rusia, responsabilizándolas de la migración de venezolanos hacia Perú y Colombia.
La obsesión de la Casa Blanca contra Cuba y Venezuela parece ya no tener límites y por estos días se acrecienta a la espera de que este 17 de abril se anuncie desde Miami lo que el asesor de Seguridad Nacional estadounidense John Bolton calificaría como «importantes pasos» para enfrentar «las amenazas de seguridad» que representan estos países y la «crisis democrática» en Nicaragua.
Estas naciones –Cuba, Nicaragua y Venezuela– son las naciones cuyos procesos políticos no aceptan los monroístas de la administración Trump, aseguró el presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez este sábado durante la clausura de la Asamblea Nacional del Poder Popular. «Ellos, impedidos de cumplir con sus promesas electorales de recuperación de la industria y la grandeza nacional estadounidense, se hunden en un pantano de mentiras ridículas al asegurar que tres naciones latinoamericanas, que luchan por superar el subdesarrollo heredado, amenazan al poderoso imperio».
Díaz-Canel precisó que contra la nación bolivariana se han empleado a fondo, repitiendo el guion de las criminales agresiones que se acometieron contra la Mayor de las Antillas en los primeros años de la Revolución, «incluyendo el terrorismo de Estado y el chantaje a otras naciones, para quebrar la unidad regional».
Dijo también que no podemos subestimar la escalada de estas agresiones. «Más allá de las amenazas típicas de los mercaderes de la política, con el ascenso a cargos decisorios de políticos falaces, mediocres y criminales, ha crecido la persecución financiera y el bloqueo comercial contra Cuba».
Este lunes el presidente cubano recordó, mediante su cuenta en la red social Twitter, aquel triste 15 de abril, hace 58 años, en que «aviones de ee. uu. con falsas insignias cubanas bombardearon sobre Cuba, en el preludio de la agresión a Girón» y «un joven al morir escribió con su sangre Fidel».
Este 16 de abril, los cubanos volveremos entonces a levantar los fusiles, con la misma entereza y disposición de combate de aquel día de Patria o Muerte, en 1961, en que Fidel entregó las armas a este pueblo para que defendiera la soberanía y dignidad alcanzadas y como dijera Díaz-Canel, ante las mismas mentiras y agresiones del imperialismo, nuestra respuesta volverá a ser: «igual coraje y fidelidad».