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Como en el Granma, no dejar a nadie detrás

Fecha: 

26/05/2019

Fuente: 

Periódico Granma

Autor: 

El domingo 24 de mayo de 1959 se constituye la primera cooperativa agrícola de Pinar del Río, y se utiliza para ello las tierras de la finca El Rosario. El reparto de 250 caballerías de tierra a 80 familias campesinas lo realiza personalmente Fidel Castro; es el primero que se hace después de aprobada la Ley de Reforma Agraria.
 
Posteriormente, junto a un grupo de compañeros, Fidel viaja a la península de Zapata. Allí, en el lugar conocido como Rancho Quemado, toman un aerobote que los conduce por los canales de los pantanos. Luego de media hora a bordo, la nave comienza a hundirse. Núñez Jiménez recuerda que Fidel es el primero que salta a tierra y evita el chapuzón, y además, en espera del rescate, se acuesta sobre el fangal a leer Pasado remoto, de Giovanni Papini. Una hora después son rescatados y dedican el resto del día y la noche a trabajar en los proyectos de transformación de la Ciénaga.
 
A la mañana siguiente, el 25 de mayo –narra Núñez Jiménez– esta vez a bordo de un  helicóptero tripulado por Pedro Luis Díaz Lanz, jefe de la Fuerza Aérea Rebelde, y que un mes después traicionara a la Revolución, volaron sobre la península de Zapata hasta cayo Ramona. Díaz Lanz informa que tiene poco combustible para cumplir el plan de vuelo previsto y regresa al central Australia para abastecerse y recoger a los compañeros varias horas después.
 
El helicóptero no retornó. Había sufrido un accidente y caído a tierra. Esa noche Fidel y sus acompañantes se resguardaron en una choza abandonada. A la mañana siguiente hicieron el regreso a pie y luego en un camión hasta Aguada de Pasajeros.
 
Fidel se dispone a dirigir la búsqueda de Díaz Lanz en una avioneta disponible en la pista del central Australia. Todos se oponen por las condiciones de la nave y el estado del tiempo, pero él no se detiene.
 
Mientras tanto, los comandantes Raúl Castro, Ernesto Guevara, Augusto Martinez Sánchez y Calixto García llegan al central Australia para participar en la búsqueda de Díaz Lanz.
 
Antes de una hora, Fidel comunica que ha sido localizado el helicóptero. Con un saco lleno de alimentos y medicinas, monta en un helicóptero en misión exploradora para localizar a los sobrevivientes.
 
El estado del tiempo empeora. Le siguen cuatro avionetas, en una de ella viaja el comandante Raúl Castro. Fidel se dirige a la Laguna del Tesoro y Raúl hacia el sur.
 
Veinticuatro horas luego del accidente, el 26 de mayo, se conoce que la tripulación vive y el lugar donde se encuentra. Al atardecer, cuando regresa Fidel, que había estado aislado por el mal tiempo en la Laguna del Tesoro, le informan que Raúl está perdido en la Ciénaga o en el mar, pero el deterioro de las condiciones ambientales impide salir en su busca.
 
En las primeras horas del día 27 llega Vilma, y Fidel selecciona el área que debe explorar cada uno de los aviones disponibles. Al encontrarse el avión perdido, un equipo de rescate, designado por Fidel, sale en helicóptero hacia el lugar del accidente y finalmente son hallados Raúl y sus tres acompañantes.
 
En la costa espera por ellos un avión Catalina cuyo fuselaje al amarizar se había roto. Costó trabajó hacerlo volar otra vez. Se rompen los equipos de radio y el tren de aterrizaje no funciona. Deciden dirigirse al aeropuerto de Ciudad Libertad, donde existen las condiciones para un aterrizaje forzoso.
 
Los equipos de radio fueron arreglados y se informó la situación. La pericia del piloto permitió un aterrizaje que solo dañó la «nariz» del avión. Todos los pasajeros bajaron ilesos.
 
En la última semana de mayo, Fidel tuvo que oponerse a la desacertada conducta del director de Orden Público que con un numeroso pelotón de policías dirigió una operación tipo comando contra la casa campestre del expresidente Carlos Prío.
 
En horas de la tarde del jueves 28 de mayo, Fidel suspendió la sesión del Consejo de Ministros para que todos pudiesen participar en el homenaje a los mártires del Corinthia, asesinados en igual día de 1957. Los restos mortales fueron traídos de Oriente y velados en el Capitolio Nacional. En el cementerio de Colón, Fidel despidió el duelo.
 
En La Habana, la mañana del 29 de mayo, se presenta en el Acueducto de Albear para dar solución a un conflicto entre los trabajadores y el director general. El sábado 30 y el domingo 31 de mayo,  Fidel los dedica a recorrer varias fincas de las provincias de La Habana y de Pinar del Río, en su empeño de orientar la aplicación de la Reforma Agraria.