Sembrar la semilla del futuro
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En la revista Bohemia del 22 de marzo, se reprodujo un artículo del periodista estadounidense Herbert L. Matthews, cuyo texto ya había sido publicado en The New York Times. El renombrado editorialista, quien el 17 de febrero de 1957 entrevistó a Fidel en la Sierra Maestra, concluyó el artículo con las palabras siguientes: «No hay nada simple hoy. Aquellos que colocan a Fidel Castro en una categoría, que lo juzgan, elogian o condenan, están solo expresando miedos y esperanzas. Como todos los románticos, Fidel desborda las clasificaciones. Su pueblo lo quiere y eso es lo importante».
El domingo 22 de marzo, frente al Palacio Presidencial, se realizó el primer desfile de trabajadores y pueblo en apoyo a la Revolución. Al frente avanzaron las fuerzas del Ejército Rebelde, en demostración de que, por primera vez en la historia de Cuba, existía plena identificación entre los institutos armados y el pueblo.
Desde las 11 de la mañana hasta la caída de la noche, cuando se concedió el primer turno oratorio del acto, Fidel permaneció de pie. Saludaba a
todos con la mano, atendía celosamente las incidencias del desfile, llamaba a muchos por sus nombres, los hacía traer a la presidencia para hablar con ellos.
Un hecho interesante se ofreció en el empeño de Fidel de registrar el contenido de todas las demandas que allí se exhibían, y para lo cual designó a una de sus secretarias, con el fin de que las anotase. Y también en la atención que brindaba a los papeles que le hacían llegar a sus manos. Los leía todos, pese a sus reiterados ruegos de que no se le formulasen peticiones personales.
En su intervención, Fidel solicita la ayuda decidida del pueblo para llevar adelante la Revolución y evitar que fracase, y hace énfasis en el papel de los sindicatos, explicando con claridad que no podíamos comernos el fruto antes de sembrar la semilla, y convoca a sembrar la semilla del futuro.
Tres días después, el 25 de marzo, en horas de la tarde, Fidel Castro visitó el Palacio de Justicia y concedió una entrevista sobre el poder judicial y la depuración de este organismo del Estado.
Más tarde, en el programa Conferencia de Prensa del Canal 12 de la televisión, analizó ante un panel de periodistas el problema de la discriminación racial, explicando que si también nos dividimos en blancos y negros, nos fragmentaríamos. Y expresó que había gente que iba a la iglesia y era racista, gente que decía ser revolucionaria y era racista, y gente que se llamaba culta y era racista.
En su intervención dejó esclarecidos varios conceptos: que el peor enemigo de la Revolución es el espíritu conservador, que con la verdad en la mano no se tiene miedo a nadie, que la verdad no solo necesita ser verdad, sino divulgarse, y que la obra cumbre de esa generación era la Revolución.
La Conferencia de Prensa concluyó su trasmisión a las dos y 13 minutos del 26 de marzo. Pocas horas después, a las seis de la mañana, Fidel Castro vuelve a viajar a la Ciénaga de Zapata y hace un largo recorrido por todo el territorio. De estos viajes iniciales a la Península de Zapata, surgen los centros turísticos de Playa Girón, Playa Larga, Laguna del Tesoro y sus modernas y hermosas instalaciones, moteles, acueductos, aeropuertos, centros médicos, hospitales y centros escolares.