11 de mayo de 1959. Fidel habla en el reinicio de las actividades docentes de la Universidad de La Habana.
 
“Me sitúo en la mente de cada uno de ustedes y no puedo menos que recordar aquella vida que fue para mí como lo es hoy para ustedes, una vida plena de ilusiones, de nobles propósitos y de grandes aspiraciones”.

Recuerda su etapa de estudiante universitario y detalla el aporte que le había brindado su permanencia en el magno centro docente:
 
“Nos enseñó de la vida, que vale tanto como saber de letras o saber de ciencias, porque hay hombres muy cultos, pero que viven en una torre de marfil; hay hombres muy cultos que todo lo ignoran de la realidad humana y es más, entiendo que la universidad nos humanizó, entiendo que aquí invertimos gran parte de esa energía primitiva, de esas pasiones un tanto primitivas también con que venimos al mundo…”  
 
Este día del 1973, Fidel habla en la velada solemne por el Centenario de la caída en Combate del Mayor General Ignacio Agramonte Loynaz, en Camagüey.
 
“Se ha escrito y se ha hablado de sus extraordinarias condiciones de educador y de organizador. A lo largo de su mando, organizó talleres de todo tipo para abastecer a las fuerzas camagüeyanas, organizó, disciplinó y entrenó a la caballería y a la infantería de Camagüey y de Las Villas, dotó a esas fuerzas de un magnífico espíritu de combate y las capacitó para la lucha. El propio Agramonte no tenía profesión militar; pero desde que comenzó la guerra se dedicó a los estudios militares, y a enseñar a los oficiales y a los combatientes. Es conocido que dondequiera que había un campamento de Ignacio Agramonte, había un centro de instrucción militar, había una escuela. Les inculcó a los patriotas camagüeyanos su espíritu, su ejemplo, sus extraordinarias virtudes”.  

También Fidel resalta al comentar sobre cómo la figura de Ignacio Agramonte servía de fuente de inspiración para las nuevas generaciones de combatientes cubanos y de manera específica se refiere a los tanquistas:
 
“Y si queremos saber cómo deben ser nuestros tanques en la hora del combate: ¡deben ser como la caballería camagüeyana de Ignacio Agramonte en el rescate de Sanguily!”
 
De esta forma Fidel evoca una acción singular realizada por Ignacio Agramonte el 8 de octubre de 1871 cuando atacó con algo más de treinta combatientes a una fuerza española integrada por 120 soldados que había capturado al Brigadier cubano Julio Sanguily y logró rescatarlo.  
 
Y en el 2009, Fidel elabora la Reflexión titulada “Lo que pasó por mi mente”.
 
“Hoy se anunció la presencia del virus de influenza A (H1N1) en Cuba”.
 
Explica que el portador era un joven ciudadano mexicano que estudia medicina en nuestro país.
 
“Lo único que puede afirmarse ahora es que no lo introdujo la CIA. Vino de México”.

Más adelante expresa:
 
“Los estudiantes mexicanos no tienen la más mínima culpa, son excelentes personas, así como los profesores y trabajadores cubanos de la escuela, cumpliendo con rigor las medidas de control pertinente que las circunstancias han impuesto”.
 
Recuerda además que en la Declaración Final de la Reunión de Cancilleres del Movimiento de Países No Alineados se expresó la profunda preocupación y solidaridad con el Gobierno y pueblo de México habida cuenta de la grave situación creada por el brote de influenza porcina en ese país.